miprimita.com

Nuevas Responsabilidades (VII)

en Sadomaso

Tras una larga sesión de sexo agotador con la brava Svet como protagonista, y con la ardiente Ira y la sumisa Yuki dedicadas a su placer. Svet llegó a las más altas cotas de placer, sudó como una cerda, berreó como una perra en celo, gimió hasta quedarse ronca y tuvo orgasmos proporcionados por la sabia combinación de mi polla en su coño, la sumisa Yuki dedicada a su clítoris y la ardiente Ira empecinada en sus labios y pezones, en la cama éramos cuatro cuerpos entrelazados, mezcla de colores y razas, todos actuando con un solo objetivo proporcionar a Svet las más altas cotas de placer. La bella rusa encadenó orgasmo tras orgasmo, primero suplicó más orgasmos, que no paráramos , luego suplicó que paráramos que ya no podía más mientras seguía encadenando orgasmos cada vez más continuados, hasta que al final cayó exhausta de tanto placer y agotamiento físico, y se sumió en un dulce sueño reparador. La bella rusa se lo había ganado tras la dura prueba que había superado con Rupert.

Mientras las tres alumnas descansaban plácidamente en mi cama y su tutora Ashanti se recuperaba del castigo de esta mañana, me dirigí a la cocina a tomas una frugal comida ya que quería estar solo y reflexionar sobre lo sucedido esta mañana con Ruppert.

Pasada la excitación de haber ganado a Ruppert y de paso haber conseguido una bella esclava, me he dado cuenta que la educación de las tres pupilas no ha sido todo lo efectiva que debería de ser, de las tres tan solo he podido utilizar a una de ellas con unas mínimas garantías de éxito, tanto Ira como Yuki no están a la altura de las circunstancias. Esto es preocupante porque son las destinadas a los puestos de más responsabilidad dentro de la cuadra, deben ser las más duras, las más fieles, las mejores en todo para dar ejemplo al resto de esclavos y evidentemente no están preparadas para ello. Cada vez más enfurecido decido tomar cartas en el asunto. Por el interfono ordeno a las tres pupilas y a la tutora que se presenten en mi despacho.

Al llegar las cuatro se colocan en fila delante de mí, al ver mi semblante serio tanto Ashanti como el resto de esclavas se quedan paralizadas.

-          Esta mañana me he dado cuenta que no estáis debidamente preparadas

Poniéndome de pié y plantándome delante de la bella brasileña que sumisamente tiene su mirada fija en la punta de sus zapatos.

-          Tu Ira eres una esclava que no piensa en otra cosa que en obtener su placer, ya sea a través de tu coño o de torturar al resto de esclavos, ya te he tenido que castigar esta mañana porque te has descontrolado mientas fustigabas a Ashanti y aún tienes pendiente un castigo esta tarde por el mismo motivo.

El rostro de la imponente garota va palideciendo intuyendo que el castigo que va a recibir va a ser de los verdaderamente duros, lo de hoy no va a ser un simple castigo semanal sino que sabe que hoy va a visitar los infiernos repetidas veces.

-          Te dejas dominar por tus más bajos instintos, piensas más con el coño que con la cabeza y esto lo vamos a solucionar de una vez por todas. Si tan solo piensas en tener el coño lleno eso es lo que vas a tener esta tarde.

-          Por favor, Amo. Deme una oportunidad, mejoraré – suplica una aterrorizada Ira que se arrodilla y se agarra a mi pierna suplicando piedad.

Tomándola fuertemente de su exuberante cabellera negra, tiro de su cabeza hacia atrás y procedo a abofetearla fuertemente lanzando su cabeza a izquierda y derecha a base de ostias.

-          Se digna del puesto y la cuadra a la que representas y no avergüences más a tu Amo, quédate en el suelo y ni respires – le respondo mientras soltándola procedo a sacarme el cinturón de mis pantalones y acurrucada como está en el suelo procedo a descargar diez fuertes cintarazos que marcan todo el imponente cuerpo de la brasileña, que tan solo acierta a encogerse más y a sollozar.

El resto de esclavas se mantienen juntas cual rebaño de ovejas asustadas y perdidas, nunca me habían visto tan enfadado. Si por mí fuera destrozaría a cintarazos a la garota pero aun le queda una larga tarde de sufrimiento para reconducir su comportamiento.

Dirigiéndome a la sollozante brasileña que permanece acurrucada en el suelo, le indico su castigo.

-          Ira, como te decía esta tarde vas a tener el coño bien atendido, te vamos a poner en el orgasmatrón.

El orgasmatrón es un armazón que mantiene a la esclava inmóvil a cuatro patas, adicionalmente se pueden acoplar al mismo dos pistones que follan repetidamente el culo y coño de la esclava, también se le puede acoplar un masajeador para el clítoris. La máquina hace que al principio sea placentero pero cuando la esclava lleva un rato en ella, tras haber encadenado una serie de orgasmos, el roce en el culo, coño y clítoris es cada vez más molesto y doloroso, convirtiéndose al final en una terrible tortura.

-          Ira, como entenderás el objetivo de este ejercicio no es que obtengas placer, por lo que los dildos que vamos a utilizar van a ser de tamaño extragrande, para que te sientas bien llena y con protuberancias para que notes bien el roce de los mismos contra las paredes de tu culo y vagina.

Este maravilloso aparato gracias a la electrónica tiene varias funciones y se puede regular para una mayor o menor velocidad, para mayor o menor profundidad en la penetración e incluso para que los dildos no solo se introduzcan sino que además giren dentro de la vagina, por lo que si el dildo tienen protuberancias la esclava siente como este gira dentro de su vagina rozándola totalmente.

Además el dildo del culo y de la vagina se pueden acompasar para que ataquen de forma sucesiva, cuando se inserta el del culo el de la vagina se saca o para que ataquen de forma sincronizada, entrando ambos simultáneamente en vagina y culo lo que hace que la esclava disfrute de una doble penetración y se sienta bien llena.

Las funcionalidades del aparato son infinitas, ya que además tanto los dos dildos como el masajeador del clítoris llevan acoplados unos electrodos que pueden programarse para producir descargas en lo más profundo del culo y la vagina de la esclava.

Como os podréis imaginar las torturas que se pueden aplicar a la esclava tan solo dependen de la creatividad del Amo, y en este momento me siento muy muy creativo.

-          Svet, Yuki traed y montad el orgasmatrón.

-          Si Amo –responden dos pálidas esclavas y salen a la carrera

-          Ira, desnúdate por completo.

-          Si, Amo –responde la escultural brasileña

Cuando retornan Svet y Yuki proceden a montar el armazón y acompañan a Ira al mismo.

La bellísima e imponente brasileña se coloca a cuatro patas acoplándose al armazón. Mientras la escultural rusa y la alumna thai sujetan fuertemente a Ira al armazón, me permito disfrutar de la bella vista de Ira sujeta al mismo, esta posición resalta su perfecto culo brasileño que en breve va a ser salvajemente horadado por el inmenso dildo que apunta al mismo.

La escultural brasileña muestra sus bellos muslos y la espalda perfecta marcados por los recientes cinturonazos recibidos, la cabeza firmemente sujeta por el cepo, con la preciosa cabellera negra cayendo alrededor de una cara con ojos llorosos.

Para calmarme un poco y que esto no se me vaya de las manos, y viendo a Ira en tan excitante posición procedo a desnudarme y me acerco a su cara para poniéndome de rodillas follar duramente su boca. La esclava está totalmente inmovilizada y no puede hacer nada, tan solo mantener la boca abierta, intentar respirar y sobretodo evitar a toda costa que sus dientes rocen mi polla, ya que tal y como está la situación sabe que un error de este tipo tendría consecuencias irreparables.

Mientras follo la boca de la esclava, cuando mantengo la polla a fondo en su boca se le notan los ojos llorosos por la presión en su garganta y por la falta de aire, cuando la polla sale la esclava babea y moquea a mares, hasta que finalmente de un tremendo pollazo descargo en lo más hondo de la garganta de la brasileña toda la tensión acumulada. La bella brasileña se atraganta y traga como puede baba, mocos y semen. Mi polla sale bañada en los mismos flujos y ordeno a Svet que me la limpie.

Mientras la bella rusa se dedica a lamer mi polla y a mantenerla calentita dentro de su boca me dirijo a Yuki.

-          Yuki, tú eres otra esclava inútil – la alumna thai más sumisa que nunca no se atreve a levantar la mirada del suelo ni a replicar – Te falta carácter ganador y endurecer la personalidad, pero esto se puede conseguir a base de sufrimiento y esto va a empezar hoy. Debido a lo horrenda que eres en pocos momentos has sufrido violaciones ni has tenido que satisfacer sexualmente a nadie, ya que siempre ha habido una esclava más bella a la que elegir antes que a ti. Como inicio vas a sufrir la misma tortura que tu compañera Ira. Svet trae otro orgasmatrón, Ashanti ayúdala.

-          Si Amo –responden apresuradamente Svet y Ashanti, y ambas salen corriendo en una bella estampa, la imponente y nívea eslava frente a la escultural y atlética negra, juventud frente a experiencia, inocencia frente a sabiduría.

-          Yuki ves desnudándote.

-          Si, Amo –responde la sumisa thai mientras procede a desnudarse.

Mientras Svet y Ashanti acomodan a Yuki en el orgasmatrón, fijándome en su patético cuerpo de la thai decido incorporar una nueva tortura tanto a Ira como a Yuki.

-          Como veo que Yuki necesita de un aumento de pechos, mientas estéis en el orgasmatrón tanto Ira como Yuki llevareis una bomba de pecho.

La bomba de pecho es una ordeñadora para vacas que acaba en dos cazoletas que se acoplan y cubren holgadamente los senos de la esclava. Las dos cazoletas acaban en un borde de goma que hace que se acople perfectamente al contorno del pecho de la esclava y hace el vacio. A partir de ahí se activa la ordeñadora que hace el vacío dentro de las cazoletas y los senos de la esclava se agrandan para ocupar ese vacío. La esclava siente como si arrancaran sus pechos, como si estos fueran tironeados de todas partes. El nivel de tortura se puede graduar en función del tamaño de las cazoletas, a mayor diferencia de tamaño entre el pecho de la esclava y la cazoleta mayor espacio tendrá el pecho para expandirse y por lo tanto más sensación de tirones tendrá la esclava, y en función de la diferencia de presión, a mayor diferencia de presión con mayor fuerza se estirará de los pechos. Es una tortura muy peligrosa ya que llevada al extremo puede hacer explotar el pecho de la esclava.

Las cazoletas para Ira son inmensas, ya que de natural está provista de unos más que generosos pechos, para Yuki son de tamaño mediano.

Una vez colocadas Ira y Yuki, me dirijo a Ashanti, la imponente negra a cargo de su educación.

-          Ashanti, no podrás estar más de acuerdo conmigo en que te has centrado tan solo en la faceta académica con estas esclavas y has dejado de lado el resto de facetas que harán de ellas unas buenas esclavas.

-          Si, Amo –responde una ahora pálida negra.

-          Y esto es un error IM-PER-DO-NA-BLE.

-          Si, Amo –balbucea Ashanti.

-          En esta primera parte me voy a conformar con el castigo que tienes pendiente. ¿Recuerdas cuanto te queda? Si mal no recuerdo lo último que recibiste fueron los 70 azotes con la caña en las tetas.

-          Si, Amo 130 azotes con la fusta en el coño y 150 azotes con la palmeta en el culo

-          Perfecto, pues procederemos a ello ahora mientras Ira y Yuki disfrutan del orgasmatrón, pero para que os sintáis todas unidas tú también llevarás una bomba de pecho.

-          Si Amo.

-          Svet acompaña a Ashanti a la camilla ginecológica, túmbala de espaldas y ata fuertemente sus piernas para que pueda proceder al castigo. Colócale también la bomba de pecho.

-          Si Amo – responde la eslava.

Cuando las tres esclavas ya están acomodadas, procedo a amordazarlas, en esta ocasión no quiero oír gritos ni lamentos, y tanto a Yuki como a Ira les vendo los ojos y les coloco unos auriculares supresores de ruidos para aislarlas sensorialmente y que solo estén concentradas en las sensaciones de su culo, vagina, clítoris y pecho.

Procedo a encender ambos orgasmatrones y me olvido de ellas.

Mientras tanto me dirijo a Svet.

-          Svet, hoy te libras del castigo por los pelos, el que hayamos ganado la prueba con Ruppert, no se ha debido a tu pericia ya que la esclava pelirroja te ha superado con creces en las pruebas de comer pollas, afortunadamente para ti es una yegua salvaje que no es capaz de controlar sus orgasmos. Sino en estos momentos estaría despidiéndome de Ira y de ti de la forma más adecuada y a partir de mañana seriáis propiedad de Ruppert, ese no es un futuro halagüeño.

-          Si, Amo, me esforzaré más.

Mientras hablo con Svet de reojo observo como Ira ya ha tenido un orgasmo, va a ser un largo suplicio para la escultural garota.

Acercándome a Ashanti, que muestra totalmente su coño expuesto en la silla, dispuesto a saborear la dura caricia de la fusta repetidas veces, le digo.

-          Ashanti, estás atada y amordazada, no tienes porque mantener las formas, puedes dejarte llevar por el castigo, gritar, llorar, suplicar, lo que quieres va a ser un largo y duro castigo, tan solo déjate llevar.

En sus ojos se refleja el agradecimiento.

-          Svet, para mantenerte entretenida, ves comiéndome la polla y el culo, pero sin molestarme y sin hacer que orgasme.

-          Si Amo –replica la rubia amorrándose a mi polla y manteniéndola nuevamente en su cálida y húmeda boca.

-          Bien empecemos –digo

Y al mismo tiempo lanzo el primer azote, la lengua de cuero de la fusta impacta dura y certeramente en el clítoris de la negra, que a pesar de estar inmovilizada se tensa de dolor y por entre la mordaza surge amortiguado el rugido de dolor.

-          Lo difícil ya está hecho, solo quedan 129.

Los primeros 10 azotes los propino rápidamente, sin esperar entre uno y otro, y todos impactan certeramente en un ahora enrojecido e hinchado clítoris.

Ashanti está sudando a mares, se ha arqueado cuanto le han permitido las tensas cuerdas y su cara está anegada en babas y lágrimas.

-          Bien Ashanti, creo que tu clítoris ya ha entrado en calor, dejaremos que ahora se hinche un poco por el castigo recibido, recupere la sensibilidad y cuando esté hinchado y muy muy sensible procederemos a otra estupenda tanda de azotes. Queremos que disfrutes al máximo esta sesión.

Mientras estoy decidiendo como continuar el castigo de Ashanti, de repente las tres esclavas Ira, Yuki y Ashanti sueltan al unísono un bramido de dolor y se agitan convulsamente, echándole un vistazo a la pantalla que controla todos los aparatitos veo que la bomba de pecho ha entrado en modo de máxima potencia lo que hace que las tres esclavas sientan como si sus pechos fueran arrancados por unas crueles garras, en estos momentos y para que no se acostumbren a un dolor sordo y continuo el programa pasa de la máxima a la mínima potencia haciendo que sus pechos se expandan en dolorosas contracciones dentro de las cazoletas. Afortunadamente están firmemente atadas y con las mordazas puestas para que no puedan morderse la lengua, la estampa es preciosa viendo a las tres hembras de distinta nacionalidad berrear, llorar y probablemente suplicar clemencia aunque la mordaza se lo impide.

Este castigo se prolonga durante unos interminables cinco minutos que destrozan un poco más a las maltrechas esclavas, mientras los dildos hacen su trabajo y siguen horadando los agujeros de Ira y Yuki. Al cabo de cinco minutos la bomba se estabiliza en modo máximo y aunque la presión en los pechos de las esclavas es indescriptible es bastante más soportable que el vaivén anterior.

Reanudando el castigo de Ashanti, una vez he dejado cien calentito su clítoris procedo a trabajar sus labios mayores, para poder trabajar cómodamente procedo a sentarme encima de la cara de la negra, apoyando el culo sobre su nariz y dejándola sin respiración.

-          Bien Ashanti, ahora nos dedicaremos a los labios mayores, quiero que adquieran el bonito color cobrizo de tu clítoris y se hinchen y pongas gordotes.

-          Mpffff –se oye a la esclava

Sin más dilación procedo a fustigar con la lengua de la fusta los labios mayores del coño de Ashanti. Desde la posición en la que estoy es tremendamente cómodo ya que puedo atacar los labios desde arriba y la lengua de la fusta al impactar se ciñe dolorosamente a los mismos, siguiendo la curva de los mismos en toda su longitud. SI para azotar el clítoris utilicé una fusta de lengua corta y dura, para los labios prefiero una de mayor longitud y suave que reparta toda la fuerza del golpe a lo largo de los labios, sibarita que es uno para esto de los castigos.

Mientras que en la anterior parte los golpes cayeron como una tormenta, en esta los espacio para que el dolor estalle en los labios, se transmita velozmente al cerebro, lo que hace que la esclava grite y boquee en busca de aire, que le llega escasamente  debido a que estoy sentado encima de su cara, para que poco a poco la cima de dolor vaya bajando y cuando llega a unos límites soportables volvemos con otro latigazo, y de nuevo la esclava trepa a las más altas cotas de dolor, en una montaña rusa infernal.

Cuando llevo 40 golpes, los labios mayores de la bella negra están hinchadísimos y macilentos, gran cantidad de sangre se ha agolpado en ellos casi cerrando la entrada a su vagina. De repente los roncos gemidos de Ira se convierten en un alarido que la mordaza no es capaz de acallar del todo, mirando a la pantalla veo que tras un largo metesaca que está destrozando el culo y coño de la esclava, ha entrado el modo de programación en que los dos dildos atacan a la vez profundamente el culo y el coño y cuando llegan al final de su recorrido antes de emprender la retirada producen una descarga eléctrica en las entrañas de la esclava que siente como las paredes que separan el ano de la vagina son atacadas ferozmente por la descarga.

Para poder disfrutar de este bello espectáculo, sin que Ashanti se lo espere descargo 10 fortísimos y rapidísimos azotes es su coño que hacen que se revuelva desesperada en la silla ginecológica a la que está atada.

Inmediatamente quien ahora aúlla de dolor es Yuki que acaba de ser salvajemente horadada por los dildos y electrocutada en sus partes más íntimas, el ritmo de los dildos ahora es muy pausado, permitiendo que las esclavas sientan avanzar los mismos dentro de su cuerpo y noten cuando llegan a la profundidad máxima anticipando temblorosamente la tremenda descarga que van a sufrir. Ambas esclavas chillan como cerdas en el matadero, pero aun le queda una larga tarde de torturas.

Dirigiéndome de nuevo a Ashanti le indico.

-          Ya tienes el clítoris calentito y los labios mayores bien gordotes, por lo que ahora procederemos con los labios menores. Para ello pinzaremos los labios mayores y con unas pesas los separaremos para que nos muestres tu bonito coño en todo su esplendor.

-          Mpfff –vuelve a contestar la esclava mirándome con ojos aterrorizados.

La colocación de las pinzas es tremendamente complicada ya que cualquier roce con los labios hace que la esclava se revuelva como una leona herida, pero finalmente entre Svet que sujeta a Ashanti y yo conseguís colocar tres pinzas dentadas en cada labio, y colgando un kilogramo de peso de cada pinza los abrimos hacia afuera para que la negra muestre la entrada a su preciosa gruta.

Esta vez como la superficie es menor elijo una fusta con lengua de menor tamaña pero más dura, lo que me asegura que el impacto será certero.

Sentándome nuevamente en la cara de Ashanti procedo con la misma cadencia que para azotar los labios mayores. En esta ocasión los secos y certeros impactos en los labios menores hacen que la esclava se convulsione y provoque que las pesas martiricen los labios mayores.

A Ashanti, al igual que a las otras dos esclavas no le queda más que aguantar y aguantar el brutal castigo al que está siendo sometida.

Tras otros cincuenta azotes en el coño, la bella negra yace derrumbada en la silla ginecológica, pero si cree que desmayándose va a librarse del castigo está muy equivocada por lo que pido a Svet que me traiga una botella de agua que tiro por la cara de la negra y a base de bofetones hago que vuelva en sí.

Tras volver en sí, me acerco a las pinzas y procedo una a una a descolgar las pesas y quitárselas, cada movimiento viene acompañado de gritos, sollozos e hipidos por parte de la negra cuya cara está surcada por las lágrimas en un rictus de dolor insuperable.

A Ira y Yuki no les va mucho mejor, ambas yacen a cuatro patas, exhaustas, con las gargantas destrozadas por los alaridas que han acallado las mordazas, sin noción del tiempo debido a la privación sensorial de ojos y oídos a las que además están expuestas, son solo ellas y el tremendo dolor que habita su cuerpo.

Tras los 110 azotes recibidos el coño de Ashanti está totalmente hinchado y es el momento de disfrutarlo.

-          Bella Ashanti, tu coño ahora tiene un aspecto gordito, rojo y palpitante de lo más acogedor, sería un desperdicio no usarte en estos momentos en que este coño se va a adaptar perfectamente a la polla que lo horade que se va a sentir bien acogida entre esos labios calientes que apretarán suavemente mi polla.

La escultural negra, algo recuperada gracias a la botella de agua y los bofetones recibidos sacude enérgicamente la cabeza de un lado hacia otro intentando suplicar que no me la folle.

-          Mal Ashanti, muy mal –le digo mientras apoyo la punta de mi capullo en el caliente coño de la esclava – Debes estar siempre dispuesta a proporcionar placer a tu Amo.

Y de un solo golpe introduzco mi polla hasta el fondo. EL dolor hace que Ashanti se arquee e involuntariamente se clava aun más profundamente en mi polla.

La sensación es extremadamente placentera ya que el coño se siente muy caliente y extremadamente apretado, envuelve mi polla y la comprime por todas partes, por poner una pega, está seco, creo que una buena esclava debería estar húmeda para su Amo, pero después de lo que ha pasado la bella negra no se lo voy a recriminar.

Para sentir algo más de placer saco la polla del coño de Ashanti y procedo a refregarla en la cara de la misma para que se embadurne de las babas y lágrimas de la esclava. Ahora que está húmeda procedo a empalarla de nuevo y en esta ocasión el goce es perfecto y no tardo en correrme copiosamente en su interior.

Una vez que me he corrido y para no prolongar el sufrimiento de la esclava procedo a azotar nuevamente el clítoris con la fusta corta y dura en una rápida sucesión de veinte golpes que hacen que finalmente la esclava se desmaye de dolor.

-------------------------------------------------

Nota del Autor: En esta ocasión ha optado por reelaborar menos el texto para darle más agilidad y naturalidad a la historia, también he incrementado el nivel de sadismo. Agradecería comentarios de si esta línea os gusta más que los relatos anteriores. Aun queda una segunda parte del castigo y las esclavas aun no han alcanzado las más altas cotas de sufrimiento.