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Como aman los dioses (XIII) - Bacanal en frenesí.

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Como aman los dioses (Capítulo XIII) - Bacanal en frenesí.

[Jordan]

     Y allí estaba la puerta, de eso se trataba, de una simple puerta, rígida, y marrón, hecha de cadáveres de árboles, tallada exquisitamente con figuras que mi cabeza no podía procesar en ese momento. Los nervios me estaban carcomiendo como si estuviese lleno de termitas por dentro, había estado frente a esa puerta un millón de veces y nunca había sentido tanto pánico por tocarla. Pero aún estaba a tiempo, podía sacar mi móvil del bolsillo de esta estúpida pijama y pedirle al taxi que se regresara por mí, que me llevara de nuevo a casa, allí estaría seguro, podría estar solo y seguir viendo películas, acurrucado y a salvo entre mis sabanas y almohadas, sí eso haría.  

     Me dispuse a desenfundar el teléfono para llamar al taxi, pero de repente la puerta se abrió agresivamente, y por ella salieron disparados un atemorizado Jyrki encajado en un esmoquin, y más atrás una Elodie feroz y salvaje, que parecía ver a el pobre de Jyrki como un pedazo de carne suculento y goteante de sangre. Gracias al cielo que mis reflejos eran excepcionales y pude evitar que me atropellaran, pero vaya forma de recibir a las visitas. Iba a decirles algo, pero ignoraron por completo mi presencia, además de que se veían muy concentrados en su pequeño juego del gato y el ratón.

     Decidí que mejor les dejaba resolver sus problemas solos, después de todo ya estaban grandecitos. Frente a mí un dilema mucho mayor de lo que era antes, una puerta abierta, ¿Que hacía?, ciertamente me conocía cada vía de esa casa, que digo casa, casota. Tampoco era un desconocido allí, y puede que no era un desconocido, ¡Pero sí un cobarde!, ¡Tenía miedo!, miedo de verle, miedo de volver a nadar en esos ojos azules sin dirección fija, de dejarme mecer por las brisas de la resignación en esa laguna azul, miedo de cruzarme con su nuevo amor. El chico  era buena persona, y se lo había ganado a pulso, pero eran precisamente mis ganas de dejar sin pulso a ese griego bien hecho, porque Seymour era para él y para mí no.

     Después de todo, ya estaba aquí, y no podía dejar que mis miserias amorosas me dejaran sin amigos y eso era justo lo que iba a pasar si no felicitaba en persona a Hailan, ya estaba allí, ya que, haría las paces con el griego buenorro, me comería mi propio corazón y fingiría felicidad, esa era el plan que traía preparado para esta noche. Suspiré y comencé a caminar, cruce el recibidor y había instalado un equipo de sonido monstruoso y lo que suponía era una cabina de Dj, me asomé por la cocina y esta parecía una escuela gastronómica en donde estaban a punto de crear una revolución culinaria, además de alguno que otro mesero presente.

     Francamente eso me dejó desconcertado, pero suponía que los planes ya habían cambiado, habría dejado de ser una pijamada y no me dijeron nada, ni me enteré de nada porque estaba sumido en mi lago de depresión post-resignación, ¡Ya que!, daba igual, fuera pijamada o no, había venido a dar la cara. Pregunté a quién parecía un barman por el dueño de la casa y me señaló al patio, otra cosa bien curiosa con lo huraño que era Seymour para los ambientes al aire libre. Salí y al lado de la piscina estaban ellos, Seymour, Hailan y el griego buenorro. No se percataron de mi presencia, que distraídos estaban todos esta noche o a lo mejor yo me había vuelto transparente.

— ¡Ejemm, ejemm!—tosí para que notaran que estaba allí.

— ¡JORDAN VINISITE!—gritó Hailan con emoción como si fueran un niño pequeño al verme.

—Sí amigo, sí vine jejeje ¡Feliz cumpleaños!—y lo estreché en mis brazos.

— ¡BUENO BIENVENIDO A MI FIESTA DE CUMPLEAÑOS! Jejejeje—

— ¿No se suponía que era una pijamada?, pregunté con incomodidad ante su extraña felicidad—

— ¡Claro!, aún lo es jajajaja, ¿No lo ves?—y se zarandeó el pijama y la de Seymour—Es solo que ahora ya no será solo una pijamada jajaja, ¡AHORA SERÁ UNA SÚPER PIJAMADA!, ¿Verdad Seymour?, muéstrale a Jordan lo que hizo Jyrki—

     Seymour miraba a Hailan con una preocupación visible, y creo que yo también comenzaba a preocuparme, pues nunca lo había visto tan artificialmente feliz, asustaba un poco su entusiasmo.

—Vamos, ¡Muéstrale lo que hizo Jyrki!—dijo Hailan arrebatándole un pequeño control que Seymour traía consigo.

     Hailan lo presionó y de la nada aparecieron juegos de luces y láseres iluminando todo el patio y la piscina. Yo francamente no me esperaba eso.

—Genial, ¿No? Y la mejor parte es que están por llegar los invitados que faltan jajajaja, bueno chicos si me disculpan iré a la cocina a ver si los cocineros tienen algo con azúcar para mí—

     Y así, con esa ensanchada y forzada sonrisa se retiró Hailan frente a nuestra atónita mirada.

— ¿Dijo invitados?—inquirí aun shockeado y ellos dos asintieron— ¿Le pasa algo?—

—Está así de raro desde que nos enteramos que Jyrki invitó a un montón de gente del instituto, y bueno, ¡Sorpresa!, cambio de planes, ahora ya no será una simple pijamada y bueno, creo que no hace falta explicarte para que son los cocineros, el Dj, y esta barra—

—Ok… Entiendo, ¿Entonces esto ahora es una fiesta?—inquirí preocupado.

—Exacto, y será mejor que vaya a buscar a Elodie y a Jyrki antes de que lleguen los invitados, esto fue idea de ese idiota, que él haga de anfitrión, por cierto, ¿Los viste de camino acá?—

—Claro, ella está persiguiéndolo por toda la calle—le respondí.

— ¡Carajo!, será mejor que vaya a buscarlos ahora mismo—

—Seymour espera… Necesito hablar con ustedes dos, tranquilo, no es mucho lo que tengo que decirles, en realidad es una palabra… Discúlpenme—inmediatamente Evan y Seymour se miraron extrañados—Sé que me he comportado como un verdadero idiota desde la primera vez que te vi, y estoy consciente de que realmente no me has hecho nada, es por eso que quiero disculparme… De verdad me siento muy avergonzado de lo que hice, y te prometo que ya no se repetirá, creo que estuve pagando contigo algunos problemas personales, es por eso que pido tu perdón, y si es de ser posible me gustaría ser tu amigo, los chicos me han hablado maravillas de ti, incluso mis hermanitos lo hacen—

     Evan me observaba hablar con cara de lastima sin interrumpirme, francamente me sentía algo humillado y tenía ganas de salir huyendo de allí, pero ya era tarde para arrepentimientos.

—Y tú también te mereces una disculpa Seymour—proseguí.

—No amigo, tú no tienes que disculparte de nada conmigo, solo tienes que hacerlo con Evan, tu a mí no me has hecho nada, y en dicho caso lo único que me has hecho es alejarte y no tenerme la confianza de contarme las cosas que te agobian, y en lo personal me ofende que no confíes en mi como para contarme tus problemas cuando bien sabes que puedo ayudarte a resolverlos tonto—

—Si bueno, discúlpame por eso, no se repetirá, pero y tu Evan… ¿Me perdonas?—

     El griego buenorro me observaba con sus ojos rayados y penetrantes, con esa mirada implacable. Deseaba que abriera la boca para disculparme y dar por terminada esta humillación, pero pasaban los segundos y se acrecentaba la incertidumbre, de seguro lo estaba disfrutando. O también esperaba que en el mejor de los casos la suerte me bendijera con un acto egoísta de su parte, ¡Sí!, de seguro si no me perdonaba, Seymour se iba a tener que decidir entre él y yo.

—Claro que te perdono hermano—respondió Evan y seguido a esto me dio un abrazo.

     Puta madre, ¿Por qué carajos mejor no me golpeaba a la cara y así yo podía continuar haciéndome la victima?, Ushh cuanto lo odiaba, era tan perfecto este idiota. Pero ni modo, lo hecho estaba hecho, tuve que corresponder hipócritamente al abrazo cuando lo que deseaba era ahorcarlo y como cereza sobre el helado teníamos a Seymour de testigo de esta nauseabunda unión de amistad, él solo miraba y sonreía, si tan solo hubiese podido escuchar mis pensamientos genocidas.

—Bien, ahora que todo está en orden y que sé que no terminaran matándose entre sí me ausento, creo que iré a buscar a Tom y a Jerry antes de que los vecinos vengan a reclamar mi cuerpo muerto—

     Y sin poder evitarlo, ni con mis imaginarios poderes mentales, Seymour nos dejó a los dos solos. Ambos tomamos asiento en los bancos que estaban sobre la barra. Observábamos las ondas de la piscina y cualquier cosa con la que pudiéramos evitar la incómoda mirada del otro. Se sentía tenso el ambiente, fácilmente se hubiesen podido cortar trozos de tensión listos para ser servidos, para nuestra suerte apareció el Barman, que era un muchacho joven y se me ocurrió algo, sí él iba a obtener la victoria de quedarse con Seymour, que por lo menos lo hiciese por un camino de rosas lleno de espinas de humillación.

— ¡Joven!—llamé al Barman.

—Sí, dígame señor—

—Por favor prepáreme un trago bien caliente para que el caballero entre en calor por la noche tan fría—

—Oh, no, no te molestes, yo casi no bebo—se excusó Evan con vergüenza.

—Oh vamos, acéptame uno, o por lo menos dos, el primero en demostración de esta nueva amistad, y el segundo, porque es tradición y de muy mala educación rechazar un trago amistoso en este país—

—Creo que Seymour no me ha comentado nada de tal tradición—respondió él con visible inseguridad.

—Oh, tranquilo, no lo culpes, ya sabes cómo es de descuidado el tonto de Seymour, además de que tienes la avalación de dos personas de este país, ¿Verdad Barman?—

     El joven Barman, me miró con cara de “Que rayos, ¿Es conmigo la cosa?”, yo disimuladamente le miré con una sonrisa, de “Si no me sigues el juego, hago que te despidan”, el barman, entendió el juego y correspondió con una sonrisa a respaldarme, el grieguito solo sonreía cortésmente y con preocupación.

—Vamos tranquilo, no tienes nada de qué preocuparte Evan, jajaja no es como si te quisiera emborrachar o hacerte algo malo, esas cosas quedaron en el pasado, quedaron todas las asperezas bien limadas, ¿No?—

—Bueno, jejeje creo que un trago o dos no me harán daño—respondió nervioso.

—Ya lo escuchaste Barman, los tragos para el caballero—

     El joven muchacho procedió a preparar las bebidas con maestría y agilidad, Evan me sonreía con cortesía y mostraba los dientes perfectos y blancos que de seguro usaría para comerse a mi Seymour, por supuesto yo también le correspondía la sonrisa. Por cosas del destino en ese momento escuchamos sonar el timbre de la casa.

—De seguro son los invitados, iré a ayudar—dijo Evan.

—Oh no, eso sí que no, recuerda que tienes dos tragos que este joven maestre de las bebidas preparará para ti, y no puedes hacerme el mal gesto, básicamente es un contrato de confianza, ya sabes cómo funcionan las cosas en este país…—

— ¿Eh?—inquirió sin entender nada de lo que yo parloteaba.

—Bueno, ya lo iras entendiendo con el tiempo, ahora si me disculpas—

— ¿Qué acaso tu no tomarás los tragos también?—

—Oh no Evan, si tu estas aquí con lo de los tragos alguien tiene que ir a ayudar con los invitados, no importa, yo me sacrificaré, igual y te debo mucho por todo lo que te he hecho—

     Él quería decir algo y se notaba desesperado por librarse del compromiso pero no encontraba palabras para disparar con su lengua, le hice señas al barman para que acercara el oído antes de retirarme de allí.

—Le preparas los tragos con lo más fuerte que tengas a la mano, y te aseguras que se los beba, ¿Ok?, si no lo haces lo sabré, ves esas cámaras de allí de arriba, bueno, te estaré vigilando, si no lo haces me aseguraré de que tus jefes sepan lo inepto y poco calificado que estás para el trabajo—

     El muchacho del bar solo asintió tragando con preocupación, me dispuse a alejarme de la presencia de ese par de idiotas.

—Ya lo sabes Evan, si no te tomas lo que pedí para ti se consideraría una ofensa, de todas formas te dejo en manos calificadas, ya le dije al Barman que te los prepare bien suaves, si me disculpas…—

     Y me retiré de allí sin darle chances a replicar nada, me dirigí al frente y de repente un gran estridor llenó la casa, al parecer el Dj se había puesto manos a la obra con algo de electrónica popular que penetró cada rincón de la casa sin remordimientos. Llegué al recibidor y la puerta principal no dejaba de ser penetrada por caras conocidas del instituto, los camareros habían iniciado a danzar entre los invitados con vasos llenos de quien sabe que, busqué con la mirada a cualquiera de los chicos y no los vi por ningún lado, pregunté a uno de los mesoneros a ver si los había visto y me dijo que cuando tocaron el timbre ellos huyeron despavoridos a las habitaciones del piso de arriba, ese montón de idiotas.

     Subí las escaleras y tal y como me lo esperaba se encontraban arriba discutiendo sin ningún tipo de orden o disciplina entre sí.

— ¿Y Evan donde se encuentra?—preguntó Seymour tan solo me vio llegar.

—Oh, está tomando en la barra por la piscina—

— ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Tomando?, si él casi ni toma—preguntó Seymour extrañado.

—Pues a mí ni me preguntes, por cierto ¿Ya vieron la estampida de gente que están llegando a la casa?, ¿Que hacen aquí escondidos?—

—Pues si no lo has notado grandísimo imbécil, estamos todo en pijamas, ¡No podemos estar allá frente a todo el instituto en pijamas!—añadió Elodie.

—Además estábamos buscando una solución a todo este lio que provocó Jyrki, ¡Gracias por cierto!—le dijo Seymour con un sarcasmo acido.

—Ya les dije que ninguna solución, ya los invitados están aquí, ya todo está en su lugar, ya no pueden dar marcha atrás chicos, ¡Es más!, hasta dentro de no mucho llegarán los del pole dance y otras sorpresitas que encargué—dijo Jyrki con orgullo.

—Ushh, ¡ES QUE TE QUIERO MATAR PENDEJO!—le gritó Elodie fuera de sí.

— ¡YA!, ya déjalo Elodie, igual en parte tiene razón el muy pendejo, intenté hablar con los del servicio de comida y el Dj que viene con la barra y eso, y me dijeron que ya a estas alturas no hacen devoluciones, además me aconsejaron que mejor dejáramos que ellos hicieran su trabajo, que con adolescentes era muy difícil echar para atrás una fiesta, que lo más sano es que los mantuviéramos felices y bajo control—

—“Adolescentes” Jajajajaja, hablas como si nosotros no lo fuéramos—

—Jyrki creo que tú lo mínimo que deberías hacer es cerrar el pico en este momento—le reprendí—Y además, si piden mi consejo…—

—Que no lo hemos hecho…—

— ¡JODER QUE CIERRES EL PICO JYRKI!—le espetó Elodie.

—Bueno, como seguía diciendo, si piden mi consejo creo que no lograremos contenerlos si estamos aquí arriba, y creo que lo mejor es que dejemos que la fiesta siga su curso, ¡Claro!, si no quieres que te quemen la casa nuestros bien portados y para nada salvajes compañeritos de instituto—le dije a Seymour.

—Pues sí creo que tienes razón, ¿Pero quién está abajo para recibirlos y vigilarlos?—me respondió Seymour.

     Todos nos miramos las caras como estúpidos, nos veíamos ridículos todos en pijamas intentado solucionar el problema allí escondidos, además la música por todo lo alto hacía vibrar todas las paredes, fiel recordatorio de que bajo nuestros pies estaba medio instituto.

—Es obvio que no hay nadie y yo no pienso bajar a recibir a nadie en estas fachas—decía Elodie señalándonos su pijama.

— ¡Baja tú!—habló por fin Hailan que se encontraba en un rincón sumido en posición fetal—Todo esto es tu culpa Jyrki, tú los invitaste, además se ve que ya estabas preparado para la situación—dijo zarandeándole el esmoquin.

—Pensé que nunca me lo iban a pedir—respondió este último con una sonrisa de satisfacción.

—Buena idea, tú serás el primer sacrificio que enviaremos, ve y recíbelos, evita  que destruyan la casa mientras nosotros seguimos pensando en una solución a todo esto—

—Ok genial ya bajo, pero déjame decirte que la única solución es dejar que esto siga su curso natural, mejor preocúpense en buscar ropa adecuada, porque les aseguro que van a comenzar a preguntar por ustedes, y creo que esta popularidad te la debemos a ti y a tu cachetada Elodie—

—Buen punto, pero ve y baja y de paso me haces el favor y nos envías a Evan—prosiguió Seymour.

—Ah y Jyrki—le detuvo Elodie antes de bajar las escaleras—Aun no te mato porque aparentemente te necesitamos aun, pero de esta no te salvas—le amenazó.

     Jyrki bajó rápidamente las escaleras, y todos entramos a la habitación de Seymour, este abrió una puerta y nos hizo entrar a una mini habitación que era básicamente su closet, prendas por todos lados, de todos los colores, bastaba con ver las etiquetas para saber que todo en esta habitación valía más que lo que los padres de todos podrían reunir juntos en cinco años. Había una especie de sillón elegante en medio de la habitación donde nos sentamos, toda la habitación tenía forma de hexágono, con espejos por doquier hasta en el techo.

—Bien chicos elijan lo que les guste y lo que les quede, a mí me da igual, no soy su estilista y todos estamos bien grandecitos como para vestirnos solitos—dijo finalmente Seymour.

     Todos nos pusimos manos a la obra y cada quien empezó a rebuscar prendas como si eso fuera el mercado público, incluso en esta habitación tan hermética se podía seguir escuchando el boom de la música. Yo ya había elegido lo que me iba a colocar y estaba listo para ponérmelo hasta que vi que Hailan no podía bajar bien la ropa de sus ganchos, estaba muy pálido incluso para su tez morena, las manos le temblaban.

— ¿Te ayudo?—le pregunté preocupado.

     Él solo asintió y se dedicó a sostener la ropa que escogía para él. Estaba muy feliz ayudándolo hasta que entró Evan a la habitación, mi ánimo volvió a cero de nuevo.

— ¿Me llamaban?—preguntó Evan desubicado.

—Sí, ven a vestirte, que no quiero que todo el instituto te vea vestido en pijamas—le dijo Seymour.

—Jajajaja tarde…—

— ¿Cuántos tragos te metiste?, apestas a Alcohol—le preguntó Seymour.

—Ah, solo unos pocos jejeje… Ya sabes, la tradición y eso—

— ¿Ah?, bueno… Da igual, parece que ya te hicieron efecto tonto, ven, ya te escogí la ropa, ¿Puedes ponértela o necesitas ayuda?—

—No, yo puedo solito…—

— ¡Nah!, igual necesitas ayuda—le dijo Seymour con terquedad.

     Yo estaba ardiendo en cólera por la escenita de colegialas homosexuales. Yo hubiese sido al que le escogió su ropa, yo hubiese sido al que quería vestir, se notaba a leguas que lo quería vestir para toquetearlo de más, estaban a punto de retirarse ambos para cambiarse hasta que Elodie habló.

—Chicos, tenemos un pequeño problema, aquí solo hay ropa de hombre, Seymour ¿No tendrás alguna ropa de mujer o algo así de alguien que se haya quedado aquí en tu casa?—expresó ella con preocupación.

—No querida, ni una sola prenda de mujer, soy homosexual, no travesti jejeje—

— ¿Y ahora cómo hacemos?—

— Más bien dirás que como harás tú, la única con ese problema aquí eres tú—le respondió él—

—Ponte ropa de hombre, da igual—le dijo Hailan.

—No chicos, es enserio, por lo que se siente, tenemos a más de medio instituto allá abajo—decía con una genuina cara de preocupación—No sean así conmigo, no quiero bajar con ropa de hombre, yo soy una dama chicos, no sean así conmigo, tengo una reputación que mantener—

—Elodie, eso es lo que hay, no hay más, o lo tomas o lo dejas, tú decides si salir con ese pijama—le dijo Seymour antes de retirarse con Evan a otra habitación para vestirse.

— ¿Y ahora?—dijo ella con cara triste de resignación sentándose en el sillón con pesadez.

     Francamente me sentía pésimo por mi derrota, tanto que ni quería meter las manos en ese caldo amargo de lágrimas en el que se iba a convertir Elodie, pero no pude ignorar esos ojos llorosos, será todo lo agresiva y salvaje que quieran, pero no soportaría verla llorando. Al parecer hoy yo sería el santo de los desamparados pues por otro lado tenía a un Hailan que de los nervios parecía haber olvidado hasta de cómo vestirse, tendría que sacar la cara por ellos hoy.

—Mujeres poderosas como Madonna han desafiado al sistema vistiendo ropa de hombre y haciéndolo de una forma fabulosa y elegante, ¿Por qué no lo podrías hacer tu Elodie?, son cosas que solo una mujer con agallas y ovarios podría hacer sin verse ridícula, quien mejor que tú para vestir ropa de hombre frente a medio instituto, quien mejor que la que desafió a la mismísima Fiamma Blair con una cachetada, tú eres una mujer fuerte, ¿Dejaras que algo tan simple como un trozo de tela te derribe?—

—Tienes razón Jordan, soy una mujer fuerte, tengo una reputación de revolucionaria que mantener, represento un ejemplo a seguir para toda la población de los de primer año, ¡Que mejor forma de dar mi siguiente paso que retar al sistema de vestimenta!, ¡Te adoro!—dijo ella recuperando su confianza y dándome un beso en la mejilla para disponerse a buscar ropa para ella.

— ¿Y tú Hailan?, levanta ese ánimo, es tu cumpleaños, tú eres la estrella de la noche, y una estrella debe dedicarse a brillar, que todos sepan que tú eres la razón por la que vienen a beberse y comerse la plata que Jyrki le gastó a Seymour jajajaja—

—Tienes razón Jordan, es momento de matar al Hailan nerd del que todos se burlan—

— ¡Eso!, pero por favor no mates a nadie en el proceso jajaja—le respondí yo.

     Él me sonrió y levantó la mirada y la frente, parecía que también necesitaba un empujoncito para levantar su ánimo. Ya mi labor estaba hecha, pero para mí desgracia no tenía a nadie que me levantara el ánimo a mí y me dijera que de seguro habría alguien allá afuera que me haría feliz a mí.

[Mike]

     Aparqué el auto frente a la enorme casa, no fue difícil encontrarla, pues el sonido de la música se escuchaba cuadra abajo y prácticamente no había lugar para estacionar por la cantidad de autos que habían rodeado la casa. Yo conseguí el mío porque un idiota del equipo me vio llegar y me cedió el lugar, por lo menos tenía la certeza de que en el equipo yo seguía siendo el alfa, por lo menos aun podía considerar eso mío todavía. Bajé del auto, por lo que veía casi todo el instituto, y hasta gente que no era del instituto había acudido a la invitación, ese chico loquito que los invitó sí que hizo bien su trabajo organizando esta fiesta, claro, la mitad de los asistentes nos lo debían a Fiamma y a mí.

     Fue fácil hacerle creer a todo el mundo que intentábamos hacer las paces y que ellos ahora eran de las grandes ligas. La verdad no estaba muy cómodo con la idea de cederles poder al grupito de idiotas, pero Fiamma dijo que era parte del plan, a estas alturas poco me importa llevarle la contraria, ella tenía la palanca de mi guillotina entre sus garras bien esmaltadas, mientras más feliz ella fuera más oportunidades tenía yo de salvar mi pellejo. Bajé del auto con chulería, una chaqueta de cuero, unos jeans desteñidos y rotos, un clásico que siempre funcionaba. Todos de inmediato en la calle me comenzaron a saludar, debía darles el crédito a esos tontos, aún estaba llegando gente, esto parecía el evento del año.

     Crucé el umbral de la casa y quedé atónito, ya me iba a cerciorar después si el mariquita no traficaba drogas o algo por el estilo, yo y mi familia nos considerábamos ricos, pero en esta casa yo me sentía como clase media. Intenté mantener el perfil más bajo posible para que ninguno de los del grupito me reconociera allí, porque si no todo el plan se iría a la mierda, aunque la verdad lo veía poco probable. Cada vez llegaba más y más gente de todos los años, ya hasta comenzaba a hacerse difícil el caminar, había mucho bullicio y la música estaba demasiado alta.

     Aun así todo el mundo me seguía reconociendo, era difícil ocultar esta piel bien parecida y conocida por todos, era contraproducente mi popularidad y aunque era un placer ser yo, en esos momentos las consecuencias de arruinarlo todo me iban a costar mucho más que un simple puesto en la sociedad. Muchos ya comenzaban a preguntarme el por qué no andaba con Fiamma, tuve que decirles que se había sentido muy mal como para venir. Tenía las emociones mezcladas en ese lugar, por una lado quería salir huyendo, pero sabía que Fiamma había dejado ojos sobre  mi vigilándome para que hiciese lo que me pidió.

     Por otro lado tenía ganas de ver a Seymour, de acercarme a tantear terreno con él, era muy buena oportunidad intentarlo aquí donde todo era confusión y desorden, y eso era ahorita, después de meter mis manos en todo el asunto ni me imaginaba en lo que se iba a convertir. De repente apagaron las luces de la casa y todo quedó sumido en las tinieblas, encendieron los juegos de láseres y una voz por el micrófono comenzó a hablar mientras el volumen de la música descendía.

—BIEN, PROBANDO, UNO DOS TRES, ¿BIEN AMIGOS COMO ESTAN TODOS COMO LA ESTÁN PASANDO ESTA NOCHE?—

     Inmediatamente toda la horda de adolescentes comenzó a gritar como si eso se tratara de un concierto.

—SEAN TODOS BIENVENIDOS A LA CASA DE SEYMOUR ASTRAIOS, UNA BULLA PARA EL SEÑOR ASTRAIOS POR PRESTARNOS SU CASA PARA HACER LA FIESTA MÁS SALVAJE DEL JODIDO AÑO—

     Francamente hasta daban miedo todos juntos, en el instituto eran una cosa, pero juntos, sin supervisión de ningún adulto y con alcohol a su alcance todos los asistentes estaban a punto de convertirse en una fuerza natural imparable, no dejaban de gritar ante el anunciante.

—MUY BIEN AMIGOS, MI NOMBRE ES JYRKI KLAUS Y HOY SERÉ SU ANFITRIÓN, COMO SABEN HOY NOS REUNIMOS AQUÍ PARA CELEBRAR EL CUMPLEAÑOS DE MI MEJOR AMIGO EN EL MUNDO, DAMAS Y CABALLEROS UNA GRAN BULLA PARA MI AMIGO EL SEÑOR HAILAN TAKODA—

     De repente y como un estallido comenzó a sonar la música súper fuerte, una canción que yo conocía “Nessaja de Scooter”, hubo una gran explosión de energía por parte de todos los asistentes que se mezcló con la música techno, y esta se apoderó de la estancia, todos comenzaron a saltar como poseídos, como si los beats  se hubiesen filtrado por sus columnas vertebrales. Las luces de colores y los láseres enloquecieron rasgando la penumbra del salón. Una luz de reflector se encendió y abrió una brecha entre la oscuridad, apuntó hacía lo alto de las elegantes escaleras, allí estaban, lucían como unas malditas estrellas de rock gótico y hasta yo lo tuve que admitir.

     De entre las sombras de la casa emergieron Seymour, Jordan, su amiga la loca, el cumpleañero y otro chico que no conocía de cabello castaño y ojos rasgados, parecía un súper modelo, francamente no me hubiese importado incluirlo a él en mi lista de pendientes. Todos llevaban ropa negra, a leguas se notaba que era ropa de diseñador. Los muy desgraciados bajaron con gracia y elegancia, como si supiesen que todos los allí presentes les pertenecíamos. Como si se tratara de una maldita película, sacaron unos lentes de sol y se los colocaron. En ese momento me sentí insignificante y comprendí que Fiamma no llegó a calcular nunca el daño que este espectáculo nos iba a causar, básicamente les estábamos entregando las riendas del instituto a ellos.

     Y no necesitaban que nadie lo declarase, ese sentimiento colectivo podía leerse en las caras de todos mis compañeros, estaban impresionados con este espectáculo, se dejaron seducir por la seguridad y la osadía que emanaba de ellos. Lo que me llamó en especial la atención fue la chica, Elodie, básicamente nos estaba escupiendo a todos en la cara con su vestimenta, llevaba puesto un esmoquin de caballero con saco y todo, a lo Hollywood antiguo, con el pelo recogido bajo un sombrero de copa, menos mal que Fiamma no estaba allí, porque de seguro le hubiese dado una crisis en ese instante.

     De la nada salieron los camareros a repartir cocteles y bebidas, la multitud comenzó a vitorear el gesto, para a continuación abalanzarse sobre ellos a obtener el tan preciado alcohol. Todos parecían animales, me sorprendía ver ese comportamiento en todos los del instituto, sospecho que se debía principalmente a que se había esparcido el rumor de que Seymour Astraios no tenía padres que le cortaran todo el rollo de la fiesta. Los atuendos caros de niños de escuela de ricos no concordaban con el caos que estaban creando, básicamente ya no cabía un alma allí, el ambiente comenzaba a volverse toxico, sin un sorbo de oxígeno.

     Y como si lo hubiesen previsto abrieron las puertas y con ellas un pasadizo que conducía al patio trasero de la casa, la corriente de gente comenzó a esparcirse y ahora si se podía caminar libremente. Después de explorar un poco fui a por un coctel a la barra que había por la piscina, eso era justo lo que necesitaba para calmar un poco mis nervios, pero la cola era enorme, el pobre muchacho de la barra se veía saturado así que me dirigí a buscar uno de esos cocteles que estaban repartiendo los camareros cuando en esas se me ocurrió la maravillosa idea.

     Con cautela seguí el rastro de los camareros hasta que llegué a la cocina, pero me di cuenta de que realmente no podía entrar por la puerta principal, pues el lugar estaba completamente lleno de cocineros, no sé por qué había tantos, pero ellos tendrían sus razones, al parecer estos chicos no habían escatimado en gastos. Me di cuenta de que había otra puerta que daba a la cocina desde el patio trasero, así que me dispuse a dar la vuelta entera hasta allá evitando a todo el mundo, no fue tan difícil, todos estaban concentrados en sus cosas y simplemente había tanta gente que yo básicamente me volví gris mezclado con la noche.

     Entré con sigilo intentado no llamar la atención, parecía que la pandemia de la locura había infectado también la cocina, me escabullí entre los mesones y logré llegar hasta el refrigerador principal, pero allí no había si no tan solo un par de botellas de vodka, ¿Dónde carajos tenían guardado las reservas del Alcohol?, ni modo, ya me las ingeniaría para encontrarlas, busqué dentro del bolsillo de mi pantalón y saqué los sobres, hice una plegaría para que Fiamma no estuviese tan loca y eso no fuera veneno, lo vertí como pude dentro de las botellas que gracias al cielo estaban a medio destapar para mi facilidad.

—JOVEN DISCULPE, NO PUEDE ESTAR AQUÍ ADENTRO, ¡RETÍRESE POR FAVOR!—

     Me gritó uno de los cocineros que me vio, inmediatamente intenté dejar todo guardado, oculté mi cara con la chaqueta y salí corriendo de allí como pude. Me escondí detrás de unos arbustos que estaban cerca de la puerta, el corazón me latía a mil por minuto. De verdad esperaba que eso no fuera alguna clase de veneno, pero igual tenía que hacerlo, pues desde hace rato ya sentía unos ojos sobre mí. Cargaba un hermoso y sencillo vestido color crema bañado en flores y aunque era muy buena disimulando yo sabía que ella llevaba rato persiguiéndome y sin quitarme los ojos de encima. Estaba hablando alegremente con otros chicos de nuestro año, pero igual podía ver como Mary me observaba de refilón desde la piscina.

—Capí se te cayó esto—

     Inmediatamente mi cuerpo se tensó cuando escuchó esa voz de hombre, voltee de golpe y de entre las sombras salió Daniel, él sonreía y agitaba algo en su mano que no podía ver bien por lo oscuro del escondite.

—Se te olvidó esto cuando salías de la cocina capí, supongo que es polvo para hornear, ¿No?—dijo sonriendo.

     ¡Puta madre!, seguro se me había caído uno de los sobres de la chaqueta, y de todas las personas que pudieron encontrárselo tuvo que ser el maricón insoportable de Daniel.

—Sí, sí, es eso, ¡Ahora regrésamelo!—le dije nervioso intentando arrancárselo de las manos.

—Oh, no, no tan rápido capi—él hizo un movimiento rápido y lo quitó de mi alcance—Vamos a ver—y procedió a abrir el empaque, metió dos de sus dedos, se empapó las yemas y las acerco a su nariz para olisquearlas—Ay capi, no sabía que la preferías con cristales jejejeje, ¿Pero qué hacías con esto y esas botellas?—

     ¡Mierda! Y encima me vio con las botellas este idiota—A ver pendejo, hagamos esto fácil, tú me la devuelves y así no tendré que verme forzado a torcerte el pescuezo—le amenacé tomándole por el cuello de la camisa y lo estampé contra la pared acorralándolo frente a mí.

— ¿Torcerme el cuello?, Jajajajaja si no puedes ocultar bien estos sobrecitos que son la evidencia ¿Cómo pretendes ocultar un cadáver capi?, ¿Negociar dijiste?, creo que eso si podríamos hacerlo… ¿No?—me dijo esto último arrastrando las palabras de una forma lasciva. Lo tenía básicamente ahorcado por el cuello de la camisa, pero él conservaba su mirada tranquila, no parecía importarle.

—Vamos Daniel, déjate de mariconadas y regrésame el sobre—le dije con cansancio abriendo espacio entre nosotros.

—Y si mejor te olvidas del sobre y continuamos lo de las duchas del otro día—me dijo acercando su cara lentamente a mi oído.

—Daniel, no…—

     Básicamente podía sentir su aliento caliente y suave bailando alrededor de mi oreja, mis defensas bajaron y todos mis músculos se relajaron ante el gesto, sentí como extendió su mano, levantó mi camisa y la deslizó hasta dentro de mi bóxer. Sentí como de golpe apretó el tronco de mi polla, trague saliva de una forma muy ruidosa y él sonrió al escucharlo. No sabía en qué momento la situación había cambiado, pero él se estaba imponiendo. Su mano se sentía tibia y el cosquilleo del roce era gentil, mis piernas empezaban a ceder, me sentía indefenso y a punto de ser devorado.

— ¿Mike ya hiciste lo que Fiamma te pidió?—preguntó Mary apareciendo de repente.

     Mis músculos volvieron a tensarse y de la sorpresa le saqué bruscamente la mano a Daniel y lo aparté de un empujón.

—Mary, ¡Tranquila!, sé que esto se ve feo, pero no es lo que piensas yo…—

— ¡NO!, TRANQUILO NO TE PREOCUPES, NO SABÍA QUE ESTABAS TAN OCUPADO YO…—dijo ella sorprendida tapándose los ojos con sus manos delicadas—Yo puedo volver después si así lo deseas—

— ¡No!, no, él ya se iba…—le dije agitando las manos nerviosamente y mirándolo a él con cara de que lo iba a matar.

—Pero si yo no te dije que me iba a ningún lado capi—dijo Daniel relajado burlándose de la situación.

— ¡MIRA MALDITO! SERÁ MEJOR QUE TE RETIRES ANTES QUE TE PARTA EL…—le dije volviéndolo a tomar la camisa y apunté mi brazo para volarle los dientes.

—MIKE YA VEO QUE ESTAS OCUPADO, TRANQUILO NO LO GOLPEES, YO NO LE DIRÉ NADA A FIAMMA—dijo ella interrumpiéndome— Tan solo haz lo que ella te pidió para que yo pueda irme de aquí, me buscas y me avisas cuando lo hayas hecho, me retiro, ya no los molesto—dijo ella rápidamente, se veía notablemente avergonzada y salió disparada de allí sin darme opciones a replicar.

     Por lo menos sé que podía confiar en la palabra de Mary, sabía que ella no me delataría, porque  aunque era parte de las secuaces de Fiamma, sabía que era una chica dulce y de buenas intenciones. Ni siquiera podía comprender como funcionaba la amistad de ella con las otras dos víboras, pero lo importante es que aún no había metido la pata del todo. Luego de que salí del desastre en mi cabeza vi que el maricón de Daniel seguía allí parado como idiota sonriendo de lado a lado burlándose de mí. No soporté verlo con esa cara de felicidad irritante así que le borré la risa con un golpe al estómago que ninguno de los dos esperó.

     Ipso facto cayó al suelo con ambas manos sujetándose el estómago, mientras la cara parecía que se le iba a partir del dolor, sentí como una corriente de placer recorrió mi cuerpo al verle retorcerse del dolor en el suelo, sonreí, parecía justo lo que era, un gusano. No le di respiro y lo levanté del piso por el cuello de la camisa.

—Parece que ya no tienes tantas ganas de reírte ahora mariconcito, ¿Qué te parece si esta vez me devuelves el sobre? y después si quieres, te saco uno a uno esos dientes que te encanta presumir, ¿Ah?—   

—Mike, tranquilo hermano, yo…—y no lo dejé continuar pues le lancé un gancho a la mandíbula, él escupió sangre.

—Que quede bien claro que tú no eres mi hermano ¿Ok?, ahora hazme un favor y no hagas mucho escandalo cuando te rompa los huesos ¿Sí?—

—Capí tranquilo, no me hagas nada, recuerda que estamos en el mismo equipo y…—decía desesperado con la cara llena de dolor.

—Me vale que estemos en el mismo equipo Daniel, además no te preocupes, esto será rápido, igual no tengo mucho tiempo para ti, tengo que buscar a ver dónde tienen guardadas esas preciosas botellas estos niños—le dije soltando lo último más para mí mismo que para él.

—No me hagas nada, yo te puedo decir donde tienen estos guardado el resto del alcohol si es lo que necesitas—me dijo con desesperación para que no le hiciese nada.

     Tenía que admitir que era un gusano con suerte, pues eso era lo que mis oídos necesitaban oír justo en ese momento, le daría otra oportunidad.

[Seymour]

     Llevaba rato buscando a Evan entre la gente, le había perdido de vista justo después de que habíamos hecho nuestra “entrada triunfal” y ahora no lo conseguía por ningún lado, es decir, tampoco era tan difícil encontrarlo, era el chico más guapo de la fiesta pero se me había escabullido cuando medio instituto nos recibió bajo las escaleras. Realmente no sabía por qué todo el alboroto, pero debía darle el crédito a Jyrki de que era muy bueno creando espectáculos, fue muy gracioso cuando nos propuso esa idea de hacernos una presentación para bajar, todos teníamos ganas de matarlo, más igual terminamos accediendo.

     Pero creo que hablo por todos cuando digo que era ese empujoncito justo lo que necesitábamos para enfrentar a ese monstruo, que por cierto ya no sabía ni cómo controlar, muy sepultada había quedado la idea de cancelar la fiesta, ¿Cómo decirle a toda esta gente que se fuera?, cuando hasta con meseros y Dj los  recibimos, ahora simplemente me daba igual. También debía admitir que fui bastante estúpido por no prever lo que planeaba Jyrki, era bastante obvio en realidad, pero a esas alturas no pensaba llorar sobre leche derramada, más bien quería encontrar a Evan, sentía esa imperiosa necesidad de estar encima de él todo el tiempo, aparte del hecho de que seguro iba a llamar mucho la atención.

     Y bastante que había apostado por un nosotros para que viniese alguien a dársela de vivo y quitarme a mi hombre, bueno aún no lo era técnicamente, pero primero quería estar seguro de que él estuviese seguro de formar parte de ese  nosotros que yo deseaba, casi podía palparlo y saborearlo. Pero había mucha gente y no le veía por ningún lado, la fiesta no podía estar más colapsada. Nunca llegué a imaginar que cabría tanta gente dentro de mi hogar, las paredes parecían que en algún momento iban caerse ante la música, pues el Dj estaba haciendo un excelente trabajo colocando la música más zorra y actual que podía haber.

     Mi casa en estos momentos estaba hecha un antro, alcohol por todos lados y las usualmente inocentes chicas de primer año parecían rameras con sus vestidos al ras de las nalgas, pero quien era yo para juzgarlas cuando yo mismo andaba queriendo olerle las faldas a mi chico. Procedí a salir hasta la zona de la piscina y allí al fin lo encontré, estaba parado junto a ¿Jordan? riendo escandalosamente y semi abrazados como si fuesen amigos del alma. Me les acerqué esperando que mis ojos no me estuviesen mintiendo y el conflicto haya llegado a su fin.

— ¡Seymour!, ¡Hombre!, ¿Dónde te habías metido?—me dijo Jordan uniéndome bruscamente a su abrazo, inmediatamente me di cuenta de que la boca le apestaba alcohol.

—Yo no me había “metido” en ningún lado, más bien los andaba buscando—mentí respecto al plural—A ver, cuéntenme, ¿Que están haciendo los dos aquí solos?, ¿Y a los demás no los han visto?—

— ¿Solos?, pfff… ¡Para nada Seymour! HOY NADIE ESTA SOLO AQUÍ, ¿VERDAD MUCHACHOS?—

     Gritó Jordan a la multitud que rodeaba la piscina, todos levantaron sus vasos rojos e hicieron un escándalo. Jordan ya estaba muy encimoso y comenzaba a molestarme su abrazo así que me solté, parecía que se le habían pasado unas copas de más.

—Es enserio Jordan, ¿Dónde están los demás?—

—Pff… Yo que sé, no soy su niñera, no los he visto, si quieres ve a buscarlos tu Seymour, Evan y yo estamos aquí echándonos unos tragos—

     Evan permanecía con la cabeza gacha y estaba muy callado desde que llegué, allí fue que me di cuenta que llevaba otro vaso en la mano, tenía la mirada algo ida y me evitaba.

—Evan ¿Cuántas copas te has bebido?—pregunté preocupado.

—No lo sabemos Seymour, no jodas… Quizás unas cinco o seis, yo que sé… Déjalo en paz, él está tranquilo conmigo, no le va a pasar nada—decía Jordan ya algo impertinente.

—No es eso Jordan, es que se ve algo mal, míralo, creo que es mejor que lo lleve a dormir—le dije—Ven Evan, vamos a llevarte a tu habitación, no te ves muy bien—dije intentando tomarlo por el brazo.

—Vamos, ¡Que lo dejes Seymour!, él está bien aquí conmigo—dijo Jordan quitándome las manos de sobre Evan con brusquedad.

—No es eso Jordan, es que míralo—intentaba explicarle. Evan solo se dedicaba a mirar al piso o a cualquier otra parte que no fuera a mí, ya comenzaba a preocuparme, se notaba que le sucedía algo.

—CARAJOS SEYMOUR, NO TE LO VOY A QUITAR ¿OK?, SOLO ESTÁ TOMANDOSE UNOS TRAGOS CONMIGO, ¡LO TENDRAS PARA TI DESPUES TODO EL TIEMPO QUE TE DE LA GANA!—dijo Jordan alterado casi gritando.

     La gente que estaba a nuestro alrededor de seguro escuchó eso porque comenzaron a mirarnos y cuchicheaban entre sí, yo sinceramente no me esperaba eso de Jordan, es decir, ni siquiera se veía tan tomado si lo comparaba con la cara que traía Evan. Pero Jordan de verdad se veía molesto y no podía comprender por qué, pensé que con lo de ahora habíamos superado todo eso, pero él seguía haciendo estos espectáculos cuando estaba Evan presente y yo no lograba comprender nada. A mi mente llegaron las palabras de los chicos, ¡Pero no!, eso no tenía sentido, era un disparate, yo no podía gustarle a Jordan.

— ¡No!, discúlpenme pero no puedo, yo-yo no puedo hacerles esto chicos, ¡Yo no debería estar aquí!, yo-yo lo estoy arruinando todo, discúlpenme…—dijo finalmente Evan.

     Mientras nos decía eso al fin me miro a los ojos, lucia triste y desorientado, seguido a esto salió corriendo de allí sin dejarme siquiera hablar.

—EVAN ESPERA, NO TE VAYAS—le grité e iba a correr a detenerlo pero sentí que me tomaron del brazo.

—Espera Seymour, yo…—me dijo Jordan cuando me detuvo.

     Inmediatamente cuando volteé y le miré se detuvo y no pudo continuar hablando, las palabras parecían haber quedado selladas dentro de su garganta, los labios le temblaban y sus ojos parecían suplicar algo que yo no podía entender, parecían querer decir desesperadamente lo que su boca no podía pronunciar. Su expresión lucia inestable, parecía estar teniendo una lucha internamente, pero yo sentía que no tenía tiempo para eso, quería correr a buscar a Evan. Los segundos se consumían lentamente en el tiempo y su cara se decidió finalmente por una mueca de tristeza que me recordó la que hizo el día de lo de la heladería.

—Ve por él—dijo Jordan finalmente soltándome el brazo.

     Yo sonreí para mis adentros, Jordan por fin había recuperado la cordura, parecía que iba a ser fiel a su promesa de comportarse. Libre al fin, puse mis pies a correr, y antes de entrar a la casa volteé ligeramente para ver a Jordan, pero ya no estaba allí, solo vi su vaso solitario. Pero sabía que él estaría bien sin mí, de seguro iba a buscar a algunos de los chicos, ahora lo importante era encontrar a Evan, no me gustó eso que dijo antes de irse así, tenía miedo de que ya hubiese cambiado de parecer y que quisiese regresarse a su país.

     Intentaba abrirme paso entre la gente pero no podía ni transitar libremente en los pasillos de mi propia casa, no podía pasar sin tener que restregarme con ese montón de gente, no sabía si era apropósito pero sentía que más de uno me estaba arrimando el camarón, que bueno que no era chica, porque de seguro de allí hubiese salido mínimo con un embarazo. A medida que entraba, más y más caras me sonreían, algunos hasta me saludaban, me decían cosas como “Excelente fiesta hermano” y otras cosas sin importancia, a algunos los conocía del instituto y otros nada que ver, parecía que de la noche a la mañana me había vuelto parte de los populares.

     A medida que me adentraba al corazón de la bestia podía escuchar cómo la gente gritaba sincronizada, todos saltaban y habían hecho un círculo en el cual bailaban por parejas, sonaba una canción que me gustaba “Astronomía de Tony Igy”. Yo hacía como si no estuviese pasando nada y seguía buscando a Evan con la mirada, cuando de repente.

—HERMANOOO, ¿DÓNDE TE HABÍAS METIDO?, ESTO ESTÁ CALIENTE, ¿CIERTO?, DIME SI NO ES LA MEJOR PUTA FIESTA DEL AÑO—dijo Jyrki saliendo de entre el gentío, lucia sudado y alterado, con más energía de lo usual, él también apestaba a alcohol y traía la camisa desabotonada, desarreglada y el cabello empapado en sudor.

—Sí, si Jyrki, la mejor puta fiesta del año y toda la cosa—le dije tranquilizándolo un poco—Oye, ¿De casualidad no habrás visto a Evan?—

— ¿QUE COSA?, HERMANO HABLA MAS FUERTE QUE NO TE ESCUCHO—

— ¿QUE SI NO HAS VISTO A EVAN?—le dije a gritos, la música estaba muy alta y apenas si se escuchaba, las luces parpadeantes combinadas con la oscuridad no me ayudaban mucho a encontrar a Evan.

—AH SI, ¡EVAN!, EL BUEN EVAN, LO ACABO DE VER, LE DIJE QUE SE QUEDARA, PERO DIJO QUE HARIA ALGUNAS COSILLAS Y VENDRIA, NO TE PREOCUPES, ESPERALO AQUÍ—

—NO LO SE JYRKI, CREO QUE MEJOR LO IRÉ A BUSCAR, ¿NO TE DIJO A DONDE FUE?—

— ¿QUE?, HERMANO HABLA MAS FUERTE, NO TE ESCUCHO—

— ¡LA REPUTISIMA MADRE QUE TE PARIO JYRKI!, ESTE ESCANDALO ES TU CULPA, HECHA LA OREJA PARA ACA—le grité molesto de tanto gritar y le halé la oreja a la altura de mi boca.

— ¿Qué si no te dijo a dónde fue?—le dije lentamente a la oreja y con el español más neutral que pude articular entre tanto escándalo.

—No, no dijo a donde iba, pero me dijo que iba a ser rápido—dijo Jyrki también acercándose a mi oreja—Oye, ¿Y cómo van las cosas entre ustedes dos?—

—Pues allí amigo—le dije algo desanimado—Espero que las cosas estén completamente bien con él para pedirle que sea mí no…—

— ¡SÍ!, SÍ, ME ALEGRA, AHORA ES MOMENTO DE ¡SHOT!—Dijo Jyrki bruscamente sin dejarme terminar para sacar un vaso y una botella.

— ¡NO!, no Jyrki, yo no estoy bebiendo, alguien tiene que cuidar que esto no se salga de control—

— ¡AY VAMOS ABUELITA!, ERES EL ANFITRION DE LA FIESTA, ¿COMO ME VERIA SI SE DAN CUENTA DE QUE NO ESTAS BEBIENDO?—

— ¡PUES A MI NO ME IMPORTA COMO TE VEAS JYRKI KLAUS!, Y AL PARECER A TI NO ES QUE TE IMPORTE MUCHO—le dije por su apariencia de perro mojado— ¡Deja el show!, ¡Yo no voy a tomar!, ¡Esto iba a ser un pijamada Jyrki, no se suponía que ninguno bebiera!—

—PUES FIJATE QUE AQUÍ YO NO VEO A NADIE CON PIJAMA SEYMOUR, ADEMÁS TODOS ESTAN TOMANDO, HAILAN, ELODIE… HASTA TU ADORADO EVAN ESTABA TOMANDO CON JORDAN, DEJA DE HACERTE EL PENDEJO Y TOMA, ¡SHOT!, ¡SHOT!, ¡SHOT!, ¡SHOT!—

     Jyrki ya estaba muy alcoholizado, y si sobrio era insoportable, borracho era simplemente incontrolable. El muy idiota hizo que los que estaban alrededor comenzaran a gritar “¡Shot!” y no eran ni cinco, ni diez. En menos de lo que me di cuenta ya tenía a media fiesta haciéndome presión para que tomara, no paraban de gritar “Shot”, el idiota de Jyrki se iba a salir con la suya de nuevo. En ese momento tenía ganas de correr a todos de mi casa, pero ni siquiera estaba borracho como para hacer semejante espectáculo. Miré el vaso de bebida, inspiré cansado, lo tome en mis manos y de un solo golpe sentí como bajó caliente por mi garganta, todos celebraron mi primer trago como posesos descerebrados.

 — ¿No estuvo tan mal, o sí?—

—Mejor no digas nada Jyrki, que en estos momentos estoy pensando en formas de hacerte sufrir—

—Vamos Seymour, no seas tan estirado, ¡Es más!, para que veas que hasta el propio Hailan que es una ancianita anda alegre y divirtiéndose—me dijo señalándome al centro de la pista.

     Y efectivamente no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, Hailan estaba sin camisa en medio del círculo de gente bailando con esa chica que se la pasaba junto a Fiamma todo el tiempo, Mary. Ciertamente parecía que Hailan había sido poseído por un espíritu que era de todo menos suyo, ahora habían puesto esta canción brasileña que tenía aires a música árabe “Sua Cara”. Hailan movía las caderas suave y de una forma sexy al ritmo de la música, ya tenía todo el cuerpo sudado y parecía querer impresionar a Mary con sus movimientos, los que estaban a su alrededor lo animaban. Ella parecía no estar para nada disgustada y solo sonreía y bailaba junto a mi amigo.

—Créeme que si no lo estuviese viendo con mis propios ojos no lo creería de nadie Jyrki, jajaja quien lo iba a decir, ¿No?, Hailan y esa chica Mary—le dije aun estupefacto.

—Totalmente, ni yo, ¡POR CIERTO!, le hablé de ti a un chico de último año, y es tal y como te gustan, macizo pero con cara de mosquita muerta, ¡Déjame y te lo traigo!—Me dijo Jyrki exaltado.

— ¡No! Jyrki, yo no ando buscando a nadie m…—

     Pero no me dejó terminar de decirle que no andaba buscando a nadie más porque ya se había perdido entre la multitud. Mi amigo estaba totalmente enloquecido y estaba seguro de que si me quedaba allí parado me iba a llegar con el fulano de último año, además no sabía ni que hacia allí parado como un estúpido en vez de seguir buscando a Evan. Continúe mi camino y me dispuse a salir hasta al frente de la casa a ver si allí estaba mi chico, pero de repente sentí un leve mareo, como una puntada fuerte en mi cabeza que me obligó a cerrar los ojos de repente.

     Cuando los abrí los colores de las luces se veían mucho más vivos, más brillantes, parecían mezclarse entre sí, como si se derritieran ante mí. De repente el aire olía mejor, sentía como llenaba a plenitud mis pulmones y mi pecho se inflaba con satisfacción, concebía un hormigueo en todo mi cuerpo que llegaba directamente hasta mi cara y me hacía sonreír por alguna razón que no comprendía, me sentía feliz. Hasta la música se escuchaba más nítida, tenía ganas de bailar, quería encontrar a Evan, ¡Sí!, quería bailar con él, la gente ya no importaba, le quería junto a mí, quería besarlo otra vez, me sentía más vivo que nunca, sentía como la euforia se apoderaba de mí y me sumía en las aguas del éxtasis.

[Nota del Autor]

     Espero hayan disfrutado la segunda parte del bacanal tanto como yo al escribirla. Ahora ya solo queda la tercera parte, que de seguro publicaré en los días adyacentes a navidad, ¡Felices fiestas! Por cierto. No teman escribirme cuando gusten jejejeje… No muerdo. Déjenme sus comentarios y valoraciones, un enorme abrazo desde Venezuela

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Siempre vuestro, Klisman.