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Silvia y el admirador 2

en Dominación

Silvia y el admirador 2

Aquellos hombres no paraban de mirarme y sonreír, uno de ellos se me acercó.

Desconocido: Hola

Silvia: Hola

Desconocido: Eres muy guapa, ¿quieres tomar algo con nosotros?

Silvia: No lo siento, me están esperando, pero gracias.

Desconocido: ¿Ese crío del baño es tu novio?

Silvia: No, bueno es complicado.

Desconocido: ¿Complicado? Mira no sé cuánto te pagó el, pero nosotros cuatro tenemos mucho dinero y por pasar un rato contigo como hizo el, te pagaríamos muy muy bien. ¿Qué me dices?

Silvia: ¿Me estás llamando puta?

Desconocido: ¿No lo eres? Perdona pero pensé que sí, vestida así y haciéndolo con un crío en el baño, que querías que pensará. Bueno perdona la molestia, no pretendía ofenderte.

Yo me hice la indignada y me fui de allí, sin que aquellos cuatro hombres me quitarán ojo de encima.

Llegué de nuevo a mi asiento y allí estaba Álvaro, que tenía una sonrisa en su cara y no paraba de mirarme como si no se creyera lo que acababa de pasar.

Álvaro: Perdona si me pasé antes, es que nunca había estado con alguien como tú, y no pude controlarme, perdona.

Silvia: Ok no te preocupes, la verdad es que no me lo esperaba, me cogiste por sorpresa.

Pasamos el resto del viaje hablando de cosas banales, hasta que llegamos a Madrid a la estación de Atocha (es enorme y llena de gente). Me despedí de Álvaro y llamé a Jorge.

Silvia: ¿hola?

Jorge: Hola, ¿ya estás aquí?

Silvia: ¿y tu?

Jorge: Yo no estoy ahí, no pensarías que iría a recogerte como si fueras mi novia ¿No?

Silvia: Bueno….. pensaba que sí, ¿que pretendes que haga ahora?

Jorge: Bien sal de la estación, y coges un taxi y le dices que te lleve jgm rooms. Cuando llegues allí me vuelves a llamar.

Así que haciéndole caso salí de la estación, y me subí en un taxi dándole el nombre del hostal.

Cuando llegue me sentía abrumada y un poco arrepentida, la verdad es que Madrid intimida bastante para alguien acostumbrada a menos bullicio. Así que allí en la puerta del hostal volví a llamar a Jorge.

Silvia: Hola ya estoy aquí. ¿ahora que hago?

Jorge: Bien entra y le dices que tienes una reserva a nombre de Club Karma. Cuando te instales me vuelves a llamar.

Silvia: Ok hasta luego.

Así que entré, nada más entrar un botones enseguida me cogió la maleta, y me acompaño a recepción.

Silvia: Hola buenos días, tengo una reserva a nombre de Club Karma.

Cuando le dije el nombre de la reserva el chico cambio su expresión, y me sonrió mirándome de arriba abajo (No entendí hasta esa noche porque) me entrego la llave, así que subí acompañada por el botones y me instale en la habitación, sin parar de pensar en que estaba haciendo yo allí. Con ese pensamiento me metí en la ducha, y empecé a recordar lo que me sucedió en el tren, y en como aquel hombre que no conocía, había conseguido que hiciera sus deseos, era algo que no podía entender. Salí de la ducha y escuché el teléfono.

Jorge: Hola, qué tal?

Silvia: Bien, recién duchada.

Jorge: En una hora, quedamos para comer, y llevarás un traje de tubo blanco corto, ligas de red y ropa interior negra.

Silvia: Negra? ¡Se me verá toda la ropa interior!

Jorge: Ufff cierto, entonces mejor sin nada, solo las ligas.

Silvia: Pero el traje es muy ceñido….

Jorge: Se acabó la conversación, en una hora así, ya te llamaré para más instrucciones.

Así que me empecé a dar prisa porque en una hora debía estar lista, saqué el traje blanco que me llegaba por mis muslos, las ligas de red negra y unos tacones de aguja cogidos al tobillo.

Empecé ha vestirme, primero las ligas que llegaban justo hasta la mitad de mis muslos, el traje blanco súper ceñido que llegaba hasta las ligas, (dejaba poco para la imaginación, me sentía desnuda), me maquille los ojos remarcando bien las pestañas haciendo resaltar mi color de ojos verdes, y por último me recogí mi pelo rojo en una cola de caballo.

Salí de la habitación y esperé en recepción a su próxima llamada. Los hombres que pasaban por allí, se quedaban mirándome, y eso me estaba poniendo muy cachonda.

Recepcionista: ¿Señorita Silvia?

Silvia: ¿si?

Recepcionista: Acaba de llamar su jefe y me ha dicho que le recogerá un coche en un minuto.

Silvia: ¿ Mi jefe?

Recepcionista: Señorita, el hombre que ha contratado sus servicios. El señor Jorge.

Me sentía como una puta, aquel hombre cuando dijo que me había contratado con aquel tono de voz, fue la impresión que me dio. No fui capaz de replicar le,( la verdad es que parecía una escort de lujo).

Un minuto después un chófer me abrió la puerta de un Mercedes de color negro, que llevaba las lunas tintadas, y para no darle un espectáculo al chófer procuré cerrar bien las piernas, aunque era evidente, al menos para mí que no llevaba sujetador ni bragas.

El chófer no paró de mirarme en todo el trayecto, hasta que por fin llegamos al restaurante que se encontraba en las afueras de Madrid, allí en la puerta me dejó el chófer. Entré en el restaurante y en la puerta se encontraba el metre, le di mi nombre y me dijo que tenía una reserva y me llevó a la mesa. Allí estaba yo esperando conocer a Jorge, cuando de repente vino un camarero.

Camarero: Silvia?

Silvia: Si

Camarero: Tiene una llamada señorita, allí en la barra.

Mientras atravesaba el restaurante hasta el teléfono, sentía como la gente me miraba y murmuraban.

Cogí el teléfono y era Jorge.

Jorge: Hola, estás preciosa.

Silvia: ¿ Estás aquí?

Jorge: Quizás…. Veo que has seguido mis indicaciones al pie de la letra, estás espectacular.

Silvia: ¿ Pero dónde estás?

Jorge: Bueno dejemos las preguntas, te tengo preparada una sorpresa.

Silvia: ¿Cuál? Me das un poco de miedo.

Jorge: jajajaja ya verás lo bien que lo vamos a pasar contigo.

Silvia: ¿Vamos?

Jorge: Bueno basta de charla.¿ Ves ese camarero que está junto a la puerta del fondo?

Silvia: si

Jorge: pues dile que vas de mi parte y empecemos a jugar.

Así que eso hice fui hacia el camarero del fondo que estaba junto a la puerta negra del fondo.

Silvia: Hola vengo de parte de Jorge.

Me miró y sonrió.

Camarero 2: Claro por supuesto, este Jorge tiene buen gusto. Que lo disfruté.

Atravesé la puerta y me encontré a un hombre bastante mayor en un cuarto con las paredes negras y bastante amplio, con sillas alrededor de lo que parecía la parte central del mismo.

Amo susurrador: Hola Silvia, mi nombre es Amo susurrador y a partir de ahora el tuyo será zorrita.

Silvia: ¿Pero esto que es?

Amo S.: Esto es lo que necesitas para convertirte en lo que deseas, ahora eres nuestra.

Se acercó a mi y me obligó a ponerme de rodillas.

Amo S.: A ver qué sabes hacer.

Se sacó la polla y me la puso en la cara. Me intenté resistir pero me abofeteo y me agarró del pelo, empujando su polla fuerte en mi boca hasta que la abrí. Empecé a chupársela.

Amo S.: Vamos zorrita trágatela, que esto solo es el principio.

Empecé a aumentar el ritmo y meterla hasta la garganta, el me tiraba fuerte del pelo me estaba haciendo daño, me estaba utilizando como si fuera un objeto.

Se separó de mí y me pegó un tirón del vestido hacía abajo, dejando mis pechos fuera y rasgando el vestido.

Amo S.: Joder vayas tetas gastas, que buen gusto tiene Jorge. Bien hazme una cubana con esas tetas que gastas o tengo que enseñarte modales.

Me puse aquella polla entre mis pechos y empecé a masturbarlo hasta que se corrió en mis pechos y mi cara.

Amo S.: Muy bien zorrita, ahora empecemos el espectáculo.

Me puso de pie y me ato las manos a la espalda, cogió dos pinzas con pesas y me las puso en mis pezones haciéndome daño, una cadena que estaba anclada al suelo y me la colocó en mi tobillo.

Amo S.: Vas ha ser un espectáculo, ya verás.

Yo estaba asustada y no paraba de pensar en el maldito día que acepté ir a Madrid.

De repente la puerta se abrió y comenzó a entrar gente que hacía 5 minutos estaban en el restaurante, se encendió un foco en cada una de las esquinas de la habitación y una cámara con trípode que parecía que fuese a grabar un espectáculo. En el que al parecer yo sería el plato central.

Aquella sala se llenó de gente y yo allí en medio, con mi traje blanco bajado hasta mi cintura, y con mis pechos y cara llenos de semen. Estaba en shock no sabía que hacer ni que decir.

Amo S.: Bien aquí estamos para convertir a esta zorrita, en toda una puta, como podéis observar es todo un ejemplar; tiene un cuerpo escultural y es preciosa. Le debemos dar las gracias a Jorge que ha sido quien la a captado, así que como agradecimiento será él primero en estrenar semejante bombón, luego será de la manera habitual. Bueno a disfrutar.

En ese momento yo estaba muy muy asustada, pero no sabía cómo reaccionar estaba rodeada por unas 20 personas, entre las que me pareció ver alguna mujer, el hombre mayor llamado amo susurrador, parecía hacer de director de ceremonias; en un momento dado un hombre bastante guapo de unos 30 años entró en la sala y todos se levantaron para aplaudirle.

Amo S.: Aquí está nuestro ídolo…. Jorge. Esta vez te has superado está chica es un verdadero bombón, vamos a pasarlo en grande gracias a ti.

Jorge: Gracias, pero dejémonos de charla y vayamos a follar ¿No? Para eso estamos aquí.

Jorge: Hola Silvia, nos lo vamos a pasar en grande contigo, estás mucho mejor en persona de lo que esperaba, eres preciosa.

Silvia: Eres un cabrón, ¿que me vais hacer?

Jorge: Pues pasarlo bien contigo, mas vale que moderes ese lenguaje y que tú actitud sea la correcta o lo pasarás mal.

Me asusté aún mas, no sabía que hacer estaba totalmente a su merced, indefensa ante aquella gente.

Jorge se me acercó y cogió una especie de cuerda del techo, y la amarró a mis manos que tenía a mi espalda.

Me puso de rodillas y me obligó a abrir la boca tapándome la nariz.

Jorge: Chúpamela y cuidado con los dientes o sabrás lo que es bueno.

Me cogió de la cabeza mientras metía su polla hasta el fondo de mi garganta, provocándome náuseas y haciendo que se me saltarán las lágrimas, no tenía ningún miramiento por mi.

Me follo la garganta hasta que estuvo a punto de correrse. Entonces cogió sus calzoncillos y se corrió en ellos, yo apenas había recobrado el aliento (nunca nadie me había follado la garganta de esa manera) cuando me puso de pie, metió sus calzoncillos en mi boca y con una cuerda me lo ato para que no pudiera quitarme lo y mientras esa la gente le vitoreaba.

Yo estaba horrorizada, notaba en mi boca el sabor amargo de su semen.

Jorge: No está mal, muy buena garganta jajajaja. Ahora a follar.

Cogió una cuerda y tirando de ella, me obligó a ponerme casi de puntillas, con las manos a la espalda y dejando tanto mi coño como mi ano totalmente expuesto. El hombre mayor se me acercó, y se agachó para ponerse a mi altura y grabarme con un móvil, en ese momento algo entró en mi culo sin lubricar, intenté girarme para mirar porque el dolor era insoportable, pero el amo me cogió la cara y me obligó a mirarle mientras Jorge introducía algo grande en mi ano, empecé a llorar e intentar gritar pero no podía.

Jorge: Joder vaya culo tragón, tienes zorrita. Fijaos en lo que le entra en el, sin ni siquiera lubrirselo.

La gente le aplaudía, cuando en un momento dado introdujo su polla en mi coño, y comenzó a follarme fuerte, mientras las pesas de mis pezones no paraban de moverse y hacerme sentir dolor en ellos.

El amo me cogió la cara y me escupió, restregando su horrible salina por mi cara. El amo cogió un vibrador y mientras Jorge me follaba sin piedad, lo puso con esparadrapo en mi clítoris. Creía en ese momento que me moría, con mi culo ocupado por algo grande, follada sin piedad hasta mi cérvix, con pinzas con pesas en mis pezones con un vibrador estimulando mi clítoris. La situación empezó a cambiar, y sin poder controlar mi cuerpo, empecé a mojarme muchísimo.

Jorge: Joder estás empapada cerda, jajajaja. Amo quítale los calzoncillos, creo que necesita gemir.

Y así lo así lo hizo, quito los calzoncillos de mi boca y sin poder remediarlo empecé a gemir como una loca, mientras la gente reía.

Jorge: Jajajaja, estás loca si crees que te voy a dejar correrte tan fácil.

En ese momento paró de golpe y sacó lo que fuese que tenía en mi culo, dejándome lo completamente abierto, para acto seguido meterme su polla, follándome e intentando llegar a mi estómago; yo estaba súper dolorida, pero estaba increíblemente sensible, y necesitaba correrme hasta tal punto que si aquel hombre seguía así, me correría por primera vez por mi culo.

Jorge: ¿Estás cachonda puta?

Silvia: aaahh… no

Jorge: Sino admites que estás cachonda no te dejaré correrte, así que dilo zorra.

Mientras me penetraban con más dureza y cada vez más rudo tiraba de mi pelo.

Jorge: ¡Dilo! Señor quiero correrme,¡Dilo!

Silvia: aaaaah aaaaah si por favor quiero correrme por favor (suplicaba).

Jorge: Muy bien, ahora di: seré vuestro recipiente de semen para siempre.

Silvia: aaaaah no nunca.

En ese momento cogió y me pegó en mi culo, una y otra vez.

Jorge: ¡DILO! O quieres que siga así.

Silvia: no por favor, lo haré, lo haré.

Jorge: ¿el que harás? ¡dilo!

Silvia: seré vuestro recipiente de semen aaahh.

Jorge: Muy bien así me gusta.

En ese momento el amo, me metió su polla en mi boca, mientras Jorge me follaba sin piedad, yo estaba en mi límite no podía creerlo, estaba mi cuerpo reaccionando a aquella humillación.

Al poco el amo y Jorge se corrieron a la vez, uno en mi garganta y el otro en mi culo, y juro que ambos llegaron a mi estómago.

Jorge: Ufffff que buena puta eres y qué buena estás.

Yo no podía ni contestar, estaba agotada, pero el amo cogió un cubo de agua fría y me lo tiró por encima haciéndome volver en mí.

Amo S.: Muy bien zorrita, espero que te queden fuerzas, pero por si acaso toma esto.

Me metió una pastilla en mi boca, y me obligó a tratarla.

Amo S.: Bien como somos muchos, iremos de tres en tres, ya que está zorrita tiene tres orificios que se pueden aprovechar muy bien.

Así que me desataron del techo y me arrancaron lo que quedaba de mi vestido blanco.

Empezaron a meterme mano por todas partes y tiraban de las pinzas de mis pezones sin miramientos; aquella pastilla que me había obligado a tomar empezó hacer efecto, poniendo extrañamente mojada y cachonda.

Comenzaron a follarme la boca, el coño y mi culo los tres a la vez. Y yo por increíble que parezca lo comencé a disfrutar.

Continuaron follandome de todas las formas posibles, doble penetraciones, tanto anal como vaginal; tragué tanto semen que me dolía el estómago, tenía la garganta enrojecida de tragar pollas y mi culo encendido de los azotes y completamente abierto, tanto que parecía un abrevadero, rebosando de semen al igual que mi coño. No sé cuántas horas pasaron pero si sé que no volvería a ser la misma.

Era las 6 AM y estaba junto a mi novio en mi cama, estaba empapada por mis fluidos, me había corrido, pero todo había sido un sueño. ¿Realmente era eso lo que quería?