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Silvia y su contrato 5 (Mi profesor de instituto 2

en Dominación

Silvia y su contrato 5 (Mi profesor de instituto 2)

 

 

El matemático ya si estaba fuera de sí, así que me cogió la cabeza e intento que me la tragara entera.

-¡Chu-chupa puta zorra!- me dijo tartamudeando.

Alguien comenzó a follarme con fuerza por mi coño, pero yo solo tenía ojos para aquella maravilla de polla.

Yo estaba a cuatro patas en el suelo de la sala, con una polla follándome bien duro y aquella monstruosidad de polla alojada en el fondo de mi garganta. Apenas podía respirar, y solo había conseguido meter la mitad de su polla en mi garganta, tenía la boca abierta como nunca y aun así era frustrante ver como no conseguía metérmela entera.

Decidida como estaba a tragármela entera, aparte al gilipollas del director, de detrás de mía, y me tumbe encima de la mesa de reuniones, dejando mi cabeza colgando por uno de los bordes, le hice una señal al matemático para que me la insertara en mi boca.

Mientras los demás se alternaban en mi coño, pero yo no les prestaba atención, solo amaba aquella enorme polla de no menos de 23 o 24 cm y un grosor de 5 o 6 cm.

Me escupí en la mano y la pase por toda su polla, desde la base hasta el capullo, para dejarla bien lubricada.

Comencé a metérmela poco a poco, centímetro a centímetro, intentaba relajarme cogiendo aire como podía y concentrarme en tragar, mientras mis babas lubricaban aquella maravilla de polla, y caían por mi cara como un caño; podía ver sus huevos cada vez mas cerca, pero no era suficiente para mí, así que le cogí sus manos y se las puse en mi cuello, no hizo falta nada más, el entendío que es lo que pretendía.

-¿Esto es lo que quieres puta? ¡Pues traga maldita zorra!- había provocado a un monstruo, empujo su polla hasta topar con sus huevos en mi nariz.

-Agh….sigh…!!-  yo estaba con los ojos en blanco y notaba cada centímetro de polla, y sus venas palpitar en mi garganta y en mi boca. Me ahogaba, pero nunca me había sentido así de plena.

Mientras los otros le alentaban y me follaban sin descanso, mordiendo y sobando mis pechos.

-M-me corro- bramo el matemático, llenándome el estomago de su leche caliente y espesa.

Cuando saco su polla, yo sentía mi garganta abierta de par en par y mi boca muy dolorida. Los últimos estertores de semen cayeron sobre mi cara, y en agradecimiento, le la limpie muy bien la polla con mi lengua.

Los otros tres me habían puesto perdida, las tetas y el coño de semen.

-Menuda guarra, estas hecha.- me dijo el director cuando me senté en la mesa.

-Si menuda puta. Me he vaciado entero en tu magnifico coño- comento el de gimnasia.

-Os lo dije o ¿no?. Esta buenísima y es toda una puta- dijo Don Ramón, el cual se había corrido en mis tetas.

Miré al matemático y ahí estaba de pie como si nada. Pero no hacia falta que hablara, ya lo hacía su polla por él, ya que la volvía a tener dura como una piedra.

-Ven cariño- le dije con voz melosa, mientras lo tumbé en la mesa, y con suma suavidad acariciaba su polla y sus testículos.

-¿Alguna vez has follado a una chica por el culo?- le pregunté curiosa, y la vez celosa.

-N-no, lo intente con una puta, pero no pudo- me dijo con sinceridad.

-Pues sabes una cosa, yo no soy cualquier chica y mucho menos una vulgar puta, y deseo que me destroces mi culo con tú enorme polla- le dije decidida, mientras le escupía en su polla. Me chupé dos dedos y me los metí en mi culito, preparándolo para lo que se me avecinaba.

Le dije al director si me quería comer el culo para prepararlo para su amigo, y el raudo se puso a ello. Yo sentía un enorme placer cuando metía sus dedos y su lengua en mi ano palpitante y deseoso de polla. Yo mientras me dedicaba con mi lengua y mis babas, a lubricar aquella maravilla.

Cuando estuve preparada, me subí encima de la mesa, y sentándome a horcajadas de espaldas al matemático, cogí suavemente su polla, puse su capullo apuntando a mi agujerito y comencé a bajar poco a poco. Notaba como mi ano intentaba abrirse, para aquella polla. Seguí bajando hasta tener la mitad más o menos; notaba mi culo al límite, y completamente abierto.

Yo subía un poco y volvía a bajar logrando meterme medio centímetro más.

-Ahhh, jooodeerrr…la quiero entera dentro de mí ¡cabrón!- le gritaba mordiéndome mi labio inferior; mientras Don Ramón me grababa con el móvil.

-¡Vamos destrózame el culo hijo de puta…! Ahhh… ¡Vamos… no quiero sentarme en semanas, recordando tu polla cabrón!- le dije provocándole, mientras yo subía y bajaba, intentando metérmela entera.

-¡To-toma putaaaa!- me grito cogiéndome por mi cintura y bajándome hasta sus huevos, ensartándome por completo con su polla.

-¡¡AAAAHHHH…..!! ¡¡Aiiinnn!!- grité de dolor al sentir como aquella polla se había alojado entera en mis intestinos, y como mi coño tocaba sus huevos.

El dolor era insoportable haciendo que se me saltaran las lágrimas, pero el monstruo que yo había provocado no mi iba a dejar escapar. Había despertado al animal que llevaba dentro y lo iba a pagar.

Me follo con brutalidad mi culo, mientras me cogía de las tetas y tiraba de mis pezones. Yo por fortuna deje de notar el dolor de mi culo; solo notaba calambres que me recorrían mi cuerpo desde mi ano.

Me bajo de la mesa y me puso contra ella, cogiendo mis manos a mi espalda y tirando de mi pelo. Me manejaba a su antojo; era suya y él lo sabía.

-Toma polla puta, ¡toma!- me gritaba mientras tiraba de mi pelo, y el sonido de su polla chorreando entrando en mi culo abierto de par en par, era escandaloso.

-Ahhh…me matas ¡Joder!- le decía sin parar.

Al fin se corrió en lo más profundo de mis intestinos, y cuando saco su polla, podía notar como caía el semen de mi ano totalmente abierto y destrozado.

-¡Ahora límpiamela puta!- me ordeno mientras me bajaba a la altura de su polla.

Y yo ante aquella fuerza de la naturaleza, solo podía claudicar y servir.

Así que comencé a chupar y lamer desde los huevos hasta la punta, sorbiendo y dando con la punta de mi lengua en su uretra.

Cuando todo hubo terminado, me vestí como pude, y me despedí de todos. Pero antes de salir me fui hacía el matemático que volvía a ser el hombre tímido del principio, y le regalé mi tanga de recuerdo. Diciéndole al oído que esperaba volverlo a ver pronto, besándolo en la boca como si fuese mi novio.

 -Bueno chicos pues ha sido un placer- me despedí lanzándoles un beso.

Cuando salí de el despacho me encontré por los pasillos a varios alumnos de la clase en la que había estado, entre ellos a Juan el alumno descarado.

-¿A dónde vas?- dijo burlonamente.

-Me voy- le conteste de la mejor manera posible.

-¿Te lo has pasado bien?- me pregunto, mientras me daba un cachete en mi culo.

Me mostro una imagen de su móvil, mientras yo me tragaba la polla del profesor de matemáticas y me follaba Don Ramón encima de la mesa.

Me quedé pálida y no supe que contestar.

-Ven, vamos ha hablar un rato-  me dijo cogiéndome de la mano y metiéndome en el baño de hombres con otros cuatro chavales más. Mientras colgaban un cartel de baño averiado.

Nada más entrar se bajaron los pantalones los cinco.

-Ni loca- dije tajantemente.

-Bueno, pues muy bien. Llamamos a la policía y le contamos que te has prostituido en un colegio.

-¿No serías capaz?- dije a modo de amenaza.

-¿De verdad quieres probarlo?- me chantajeo aquel niñato de mierda.

Me pareció que no iba a ningún lado por las malas, así que acepte.

-Venga vale, pero solo una mamada. ¿De acuerdo? - dije esperando que aceptarán.

Para mi sorpresa aceptaron. Yo no tardaría mucho en acabar con esto pensé.

Así que me quite la camisa y el sujetador, quedándome sola con la falda.

Se les salían los ojos, y Juan lo primero que hizo fue tocarme por todas partes como si buscara comprobar algo.

-Joder que buena estas. Efectivamente es todo natural- dijo sonriéndome.

Me puse de rodillas y me rodearon con sus pollas, el olor era embriagadoramente intenso, y olía como si no se hubiesen limpiado las pollas en años.

Pero no pensé en ello, y me puse a chuparles las pollas, mientras les pajeaba. En alguna de ellas me encontré liquido seco blanquecino.

-¿Y esto?- dije cogiendo con los dedos, el líquido.

-A sí, perdona es que nos hemos pajeado antes de venir y no nos hemos limpiado. - me contestó Juan.

-Joder que asco- dije con nauseas.

-A ver puta, calla y chupa- dijo Juan cogiéndome la cabeza y metiéndome su polla hasta la campanilla.

Uno tras otro se las fui chupando, hasta que Juan me puso a cuatro patas en el suelo del baño.

-¿Qué haces? Eso dijimos que no- dije poniéndome nerviosa.

-¡Calla, puta zorra!- me grito mientras me levantaba la falda hasta mi cintura y me daba un fuerte cachete en mi nalga.

Sin dejar de chuparles la polla al resto, Juan me ensarto con su polla en mi coño.

-Agh…nogh- intenté hablar.

Pero el muy cabrón era muy hábil, para su edad. Estaba consiguiendo ponerme cachonda, había metido tres dedos en mi culo mientras me follaba.

-¿Te gusta, verdad puta? Tienes el culo abierto de par en par- dijo follándome con más fuerza.

Uno de ellos se tumbo boca arriba en el suelo, y yo me puse sobre él, metiéndome su polla en mi coño, mientras en mi culo se situó Juan y otros en mi boca, follándome todos a la vez.

Aquello se prolongo por unos minutos, durante los cuales, aquellos niños consiguieron arrancarme varios orgasmos.

-Ahhh…joder…siiii…-gemía como una loca por lo sensible que estaba de la follada anterior.

-Toma leche en tu puto culo, zorra- dijo corriéndose Juan en mis intestinos.

El otro muchacho hizo lo propio en mi coño, y el resto en mis tetas y mi boca.

-Lo hemos pasado genial, zorrita. Nos veremos pronto- dijo mientras salían del baño y me dejaban en el suelo del mismo.

Tarde unos minutos en recomponerme y arreglarme para salir de aquel puto instituto.

Llamé a mi chico y me recogió en la puerta, durante el trayecto me hizo contarle con pelos y señales todo lo que había ocurrido en el instituto.

Lo que hizo que se pusiera muy cachondo, con lo que tuve que hacerle una mamada mientras conducía de camino a casa.

 

Gracias por leer mis aventuras, y desventuras. Un beso a todos.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo cuando lo escribí.