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Silvia y su contrato 3 (Su padre y el conserje)

en Amor filial

Silvia y su contrato 3 (El conserje me humilla)

 

Por fin estaba en casa, después de un día muy, muy intenso; al fin estaba en casa.

Mi padre cuando me vio en el estado en el que venía, se acerco y con cariño me beso la frente, sin decir ni una palabra me fui directamente a la ducha.

El resto de la tarde paso con relativa normalidad, aunque yo no podía sacarme de la cabeza a María y su padre.

Estaba sentada en el salón con mi camisón de tirantas de raso negro, cuando mi padre y yo por fin nos hablamos.

-Hija cuéntame todo lo que te han hecho –

Le conté todo lo que tanto mi jefe como su amigo y la hija de él, me habían hecho.

-Joder hija,  que no debería, pero ver la puta en la que te has convertido y lo buena que estas, me la pone como una piedra- y diciendo esto se bajo el pantalón del pijama, y dejo salir aquella maravillosa polla de 21cm brillante por los jugos que de él ya chorreaban.

-Cariño, no pensaras dejarme ir a dormir así... ¿no? –

-Solo una condición, no te toques y no me toques a mí. ¿De acuerdo? – le dije pícaramente, mientras le miraba fijamente.

-Lo que digas cariño- contesto ansioso mi padre.

Así que me levanté del sillón, me senté en la mesa que estaba frente a él, y me abrí de piernas dejando ver bajo mi camisón unas braguitas de encaje negro, dejé caer las tirantas de mi camisón lentamente por mis hombros, enganchándose brevemente en mis pezones, hasta mi cintura, sin dejarle de mirar fijamente a los ojos.

Podía ver como aquella polla palpitaba y goteaba por mí.

- ¿Papá me deseas? - le preguntaba mientras apartaba mis braguitas hacia un lado, mostrándole mi coño.

-Joder y tanto. Quiero destrozarte a polvos hija de puta- ver a mi padre desesperado, hizo que le sonriera mientras me mordía el labio inferior.

Me puse a cuatro patas y me acerqué a él, hasta dejar mi boca cerca de su polla para que notara mi cálido aliento sobre ella.

Mi padre desesperado me agarro la cabeza y me la intentó llevar hasta su polla., aunque no lo consiguió.

-No seas malo, lo haremos a mi manera cabrón incestuoso- diciéndole esto agarré mi pecho, y con el pezón recogí de su capullo las gotas que salían, para acto seguido chuparme los pezones.

Aquello ya fue insoportable para mi padre, que ya no aguantó más, y sacó la bestia que lleva dentro.

Me soltó una bofetada que me cruzo la cara, para acto seguido cogerme fuertemente del pelo y obligándome a abrir la boca, me escupió y metió su polla en mi boca.

-¡Chupa puta! ¡Chupa! - gritaba mi padre fuera de sí.

A mí por razones que desconozco, me pone el coño chorreando y el culo abierto, que me traten así.

El chop, chop, chop, de mi boca y mi garganta se escuchaba por toda la casa, si hubiese alguien cerca de la puerta de la casa, lo oiría perfectamente.

Sacaba su polla de vez en cuando, para restregarla por mis tetas, golpearme con ella en mí cara y obligarme a lamerle los huevos. Yo chupaba, lamía, escupía y babeaba aquella maravillosa polla llenas de venas palpitantes, cuando podía me la restregaba por las tetas. Yo estaba hecha un desastre, con el camisón por mi cintura y toda llena de babas.

Me levanto y me tiro contra la mesa, dejando mi culo y mi coño expuesto para lo que él quisiera. Bajó mi tanga hasta mis rodillas y subió mi camisón hasta mi cintura. Cuando comenzó a restregar su polla tanto por mi coño, como por mi culo.

-¿Donde la quieres putita?¿En tú culo o en tú coño?-

-Donde quieras papá, pero métemela ya…Por favor. -le imploré moviendo mi culo hacia su polla.

El me dio varios cachetes en mi culo, y de golpe me la metió hasta los huevos. Yo grite de dolor y de placer a la vez, podía notar cada vena de su polla palpitar dentro de mí, notaba cada envestida, notaba como sus huevos hacían de tope…

-Muy bonito suegro. No le da vergüenza follarse a su hija sin esperarme a mí- dijo Marcos desde la puerta del salón, con su polla en la mano.

-Es que la muy puta, va todo el rato provocando. contestó mi padre a mi chico, sin aminorar el ritmo de su follada.

Yo mientras no paraba de gemir, y mi coño era una cascada de placer. Miré a mi chico y me metí el dedo en mi boca, y me lo chupé mirándolo fijamente.

-Nene…ah…ven…ahh…quiero tu polla…aihnh… en mi boca…ahaa…por favor…- le dije implorándole como pude.

Mi padre no aminoraba para nada, es más parecía quererme sacar su polla por mi boca. Se aferraba a mi cintura con fuerza, mientras mis tetas se bamboleaban sin control.

En estas, mi chico se acerco con su polla a la altura de mi cara. Yo ansiosa fui a cogérsela para metérmela en mi boca.

-No, saca la lengua como la perra que eres- me ordenó.

Se masturbaba a pocos centímetros de mi cara, y de vez en cuando limpiaba sus jugos en mi lengua.

Mi padre ya no pudo aguantar más y se corrió hasta desbordar mi coño, mientras mi chico hacia lo propio en mi cara y mi boca, llenando la mesa de semen.

Yo como buena perrita, sorbí y lamí la mesa dejándola completamente limpia. Acto seguido mientras la leche de mi padre goteaba de mi coño al suelo, les limpié y besé aquellas dos hermosas pollas.

Me volví a duchar y pasamos el resto de la noche como si fuésemos una familia normal, mientras nos reíamos de nuestras folladas y lo caliente y guarra que era.

A la mañana siguiente, mi chico que es policía se fue temprano a trabajar, y yo que era festividad en Málaga me quede dormida hasta las diez; después de un día tan intenso, me lo merecía.

Mi padre había preparado el desayuno, y estuvimos del contrato que me habían obligado a firmar y de si pensaba decírselo a Marcos. A lo que le respondí que de ninguna manera, y que intentaría solucionar la situación de la mejor manera. A mi padre le ponía muy cachondo y celoso, que aquellos amigos suyos, me pudieran utilizar como y donde quisieran.

Sobre las once y media sonó el timbre de la puerta…cuando abrí me quede de piedra, era el gordo del conserje (me daba un asco atroz aquel hombre), me empujo para dentro de la casa y cerro, la puerta.

-¿Quién es hija? – pregunto mi padre.

Cuando mi padre vio al conserje, le pregunto que hacia allí y que quería.

-Esas no son maneras de recibir a un amigo. Que crees que voy a querer…pues utilizar a la puta de tu hija.- contesto tajante el cabrón, mientras me apretaba un pecho.

-Siéntate papá, tu hija se va a poner lo que yo quiera, y nos vamos a ir de paseo- dijo de manera burlona.

Mi padre se sentó en un sillón, y él agarrándome de la mano me llevó a mi dormitorio. Empezó a sacar ropa hasta que encontró lo que quería que me pusiera. Era un tanga de color blanco de finos encajes, unas medias del mismo color con ligas, y sin sujetador, todo cubierto por un abrigo negro que me cubría hasta los muslos.

Me ordeno que me maquillara como yo solía y que me hiciera una trenza.

Parecía una actriz porno o una vulgar puta, maquillada en los ojos al estilo cleopatra, los labios de color rosado suave y brillantes, dos tacones de aguja anudados al tobillo, una trenza que me llegaba hasta los hombros y un collar de perra que me había comprado en su día Marcos para jugar conmigo.

-¿Qué te parece papá?¿está buena la hija de puta, eh? – pregunto el conserje mientras me abría el abrigo y me exhibía ante mi padre.

Mi padre estaba con los ojos abiertos de par en par y con una expresión un poco desencajada.

Sin saber porque esta situación me ponía y mucho.

-No contestas ¿Eh? – volvió a insistir.

Así que me hizo sentarme encima de mi padre y que lo besara, obligándome a decirle que me iban a follar mucho y que lo disfrutaría como la perra que era.

-No estés triste papi, ya te enviaré algún vídeo o te llamaremos para que la oigas follar- dijo el cabrón del conserje.

Acto seguido salimos al rellano y bajamos en el ascensor, donde nos cruzamos con una pareja de ancianos, que por razones obvias se me quedaron mirando y murmurando entre ellos.

Mientras íbamos caminando por la calle, los hombres se giraban y las mujeres murmuraban entre ellas.

-Joder, que éxito…- dijo sonriéndome.

Llegamos aún parque que hay cerca de mi barrio, en el que los niñatos y los yonquis suelen reunirse.

A la entrada del parque, el conserje saco de su bolsillo una cadenita con dos pinzas, me abrió un poco el abrigo y me las puso en los pezones, me resulto increíblemente molesto y un poco doloroso, también me puso una mascara de licra que solo tenia una abertura en la boca y con la que no veía absolutamente nada; noté como engancho una cadena al collar, me temblaban las piernas, estaba realmente asustada y a la vez un poco excitada.

-Ahora putita, caminaremos por el parque hasta los baños, veras que divertido- dijo con sorna.

Comenzamos a caminar por el parque y no os podéis hacer una idea de lo que es caminar a ciegas, y como iba vestida, me sentía tremendamente vulnerable, estaba indefensa ante las perversiones de ese hombre y esto hacía que me temblaran las piernas, y no podía controlar que la situación me estuviese poniendo cachonda.

De repente escuché un gran murmullo y comentarios soeces, ignoraba cuanta gente podía ser, mientras el conserje ofrecía mis servicios por 20 euros…el muy cabrón me estaba prostituyendo, quise protestar, pero me metió algo en la boca y alguien ato mis manos a mi espalda, mientras les podía oír reír.

-¿Enserio podemos hacerle lo que queramos? preguntó alguien.

-Está buenísima, no habrá ningún problema, ¿no?- dijo otro.

-Es mi perra, hará lo que yo le diga- dijo mientras abría mi abrigo y mostraba mis pechos con la cadena y las pinzas.

-¡Joder, que puta!- grito alguien mientras, algunas manos comenzaban a sobarme por todas partes.

Mi corazón se puso a mil, se me iba a salir del pecho.

-No aquí no. Vayamos al baño de allí- Dijo el conserje, tirando de mí.

Noté que habíamos llegado al baño, porque el olor era nauseabundo.

-Pórtate bien y ponte de cuclillas. No te puedes imaginar cuantos tíos hay aquí para abusar de ti. Desde luego has tenido un éxito arrollador. – dijo mientras me quitaba lo que me había puesto en la boca.

-Estas loco ca…- no termine la frase, cuando me abofeteo.

-¡Calla zorra de mierda! Hoy me vas a hacer ganar dinero. -me grito tirando de la cadena de mis pezones.

Me comenzaron a meter mano por todos los sitios, y notaba pollas golpeando en mi cara y en mis pechos.

Comenzaron a follarme la boca, pollas de todos los tamaños y olores. Estaba mareada y no paraban de cogerme la cabeza, e intentar llegarme con sus pollas a la laringe; algunos lo conseguían y otros ni se acercaban, mis babas caían como un caño sobre mis pechos y piernas.

Me insultaban y me escupían, mientras el conserje les alentaba.

Se fueron corriendo en mi estómago, mi cara y en mis tetas. También oía como grababan vídeos y hacían fotos sin parar de insultarme.

Me desataron las manos, y me pusieron a cuatro patas y comenzaron a follarme indistintamente, por mi culo y mi coño, a la vez que seguían abusando de mi boca.

Yo ya no era dueña de mi cuerpo, me estaba corriendo como una loca, una tras otra vez; lo que solo hacia alentarlos. Me era imposible saber cuantos eran, ni como; solo sé que me estaban haciendo de todo. Me hicieron dobles penetraciones, tanto anales como vaginales, y estaba convencida de que después de esto ya no sería la misma.

Había cruzado una línea y mi cuerpo ya no podría volver atrás. Los muy cabrones después de estar minutos u horas abusando de mí, comenzaron a mearse encima de mía, aunque yo ya no tenia fuerzas ni para intentar protestar.

Estaba tirada en un baño público, llena de semen y meada… Y justo cuando pensé que ya no podía ir peor, escuché una voz familiar.

-¿Qué significa todo esto?- dijo una voz muy conocida, mientras el murmullo desaparecía y parecían haberse ido.

-Nada agente, es que estamos grabando una película porno amateur- respondió el conserje.

No me lo podía creer… ¡era Marcos!, mi corazón casi se me para al reconocerlo.

-¿Así que esta chica está haciendo esto de manera voluntaria? – dijo la voz de su compañero.

-Sí conteste yo, intentando disimular mi voz.

-Pues esto conlleva una multa bastante grande por escándalo público- dijo tajante mi chico.

-¿No podemos arreglarlo? – dijo el conserje.

Ellos entendieron que el arreglo era yo y sin decir nada, pusieron sus pollas, en mi boca.

-Joder que buena esta y como la chupa hermano- dijo el compañero a mi chico.

-Si que lo está. Estas buenísima la hija de puta- añadió Marcos.

No me lo podía creer, se la estaba comiendo a mi chico y a su compañero, sin que supiesen que era yo.

-¡Vamos puta chupa! Antes de que te follemos.- decía el compañero fuera de sí.

Uno me cogió por detrás y sin ningún cuidado me ensarto su polla en mi culo, mientras el otro no paraba de follarme la boca.

-Joder tienes el culo abierto de par en par y lleno de semen, zorra. Te han puesto bien ¿Eh?- era el compañero de Marcos el que me estaba follando mi culo dolorido.

-Lo siento, pero no te va a poder contestar, porque se la estoy metiendo hasta el estómago- dijo marcos riendo.

Me cogieron en volandas, y me follaron los dos a la vez, me mordían los pezones y el cuello y estaba tan, tan cachonda que me enrolle con el que me follaba mi coño, que resulto ser el compañero de Marcos.

Enrollábamos nuestras lenguas, mientras notaba como esas dos pollas se peleaban por mi interior, era una sensación llena de morbo, sexo primario y descontrol.

Finalmente me corrí como nunca.

-Aaaaahaaahhsiiiiijoder- grite sin contenerme.

-Si córrete puta, toma pollas- dijo el compañero, mientras empujaba dentro de mí con todas sus fuerzas.

Marcos y su compañero no aguantaron ni 5 segundos más, llenándome de semen mi culo y mi coño nuevamente.

Quede completamente rendida y ellos se despidieron con un hasta luego (lo que no sabía Marcos es que lo vería mucho antes de lo que pensaba), y nos tenemos que volver a ver, mientras goteaba semen de todos mis orificios.

El conserje después de aquello me hizo chupársela y volvimos a casa.

Si os ha gustado tanto como a mí, hacérmelo saber para continuar con la historia. Besos.