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Anciano doctor

en Sexo con maduros

Cuando aún era estudiante de medicina, rotando en un Hospital de la Cd. De México conocí a un médico de renombre, un afamado cardiólogo… yo tenía 23 años y él solo… 72 años… en su juventud había jugado futbol americano, así que era más grande que yo, no solo en edad, también en talla, delgado de hombros anchos y por supuesto con un poder adquisitivo por demás confortable.

Cuando lo vi por primera vez estaba como sinodal de una estudiante de medicina que estaba realizando examen práctico con un paciente. A través del cristal de la ventana que separa la sala del pasillo del mismo pabellón yo veía al doctor que independientemente de su edad tenía una figura avasallante, se dio cuenta que yo estaba observando lo que acontecía en la sala y cruzó una mirada conmigo. La estudiante hecha un manojo de nervios hacía la exploración a su paciente, y antes que terminara el doctor la interrumpió para decirle no sé que cosa, el caso es que estaba reprobada, a mí me sorprendió mucho la soltura y la autoridad del doctor… cuando salió pasó a mi lado y sin detenerse me dijo ven,  me tomo del brazo y fuera del pabellón me empezó a decir un poema relacionado a mis ojos… me dijo que era muy bonita y me preguntó mi nombre. Me preguntó si lo conocía le dije que no, él me dijo su nombre y su cargo… me dijo quería platicar conmigo y que me esperaba en su oficina…

Como a los 3 días no tenía nada que hacer, ya había terminado mis labores en mi y turno y fui a verlo… estuvimos platicando, vi sus fotos colgadas en la pared, algunas bohemias con algunos actores de la época de oro del cine mexicano y otras personas que no reconocí, él me preguntó de mi vida, y le comenté que provenía de una familia que sin ser numerosa vivíamos al día intentando estudiar, por lo que mi situación era bastante precaria, él me observó de arriba abajo y yo traté de esconder mis zapatos que si bien estaban limpios y blancos como requería mi uniforme de estudiante estaban desgastados y algo rotos. Me preguntó donde vivía, aunque me hubiera gustado mentirle, su presencia y su tono de voz exigía mi sinceridad, agaché la cabeza y le respondí que mi familia era de provincia y que yo vivía en casa de una familia humilde y mi cama estaba bajo una escalera, con mis cosas en cajas bajo la cama. Me dijo que él tenía un departamento en la colonia Roma que podía prestarme, y mientras hablaba cada vez se acercaba mas a mi… le dije que no podía aceptarlo pero que muchas gracias… él no insistió pero me ofreció su apoyo a cambio de que le sirviera como auxiliar en sus consultas a domicilio tomando signos vitales y electrocardiogramas en mis tiempos libres y que podría ganar dinero trabajando para él. Eso sí que me llamó la atención y le dije que sí, que aceptaba. Esa misma tarde me dijo que tenía una consulta privada y fui con él. Tenía un mercedes benz negro… siempre vestía muy bien. Fuimos a una casa enorme con un gran jardín, la consulta duró aproximadamente 30 minutos, y el muy jijo cobró una buena cantidad y me pagó una parte cuando realmente no hice nada. Me dejó en una parada del metro y ahí me besó, un beso intenso, apasionado, me tocó mis pechos y me prendí enseguida!!! Pero no pasó nada… me baje de su auto y me fui a mi casa…

Después a los pocos días me mandó buscar con una enfermera estudiante… fui a verlo a su oficina y volvió a besarme, esta vez con mayor libertad tocó mis pechos, mi cintura, me acerco a su cuerpo descaradamente… me preguntó que si alguna vez había viajado al extranjero, le dije que no, preguntó si tenía la posibilidad de perderme unos días pues iría a España a una conferencia de su ramo y quería que lo acompañara, le dije que no, que no podía salir, pero que gracias…

Después me dijo que quería que lo fuera a ver a su consultorio privado una tarde y yo fui… me gustaba… me gustaba lo que me hacía sentir. Él me tocaba por encima de la ropa sin pedirme permiso y eso era muy agradable para mi… Cuando fui a verlo él ya estaba por terminar, me dijo que lo esperara y así lo hice… me hizo pasar a su consultorio, dijo que quería estar conmigo a solas… me empezó a tocar, metía su mano en mi pantalón yo me estaba mojando y en su consultorio le saqué la verga que ya estaba en erección. Yo me quedé sin palabras pues realmente era una verga grande, larga y gruesa con una muy buena erección por cierto, no podía creer que eso fuera posible por su edad… pero se cuidaba mucho y hacia ejercicio. De mi sorpresa tenía los ojos como platos y la boca abierta lo que él aprovechó para clavarme su herramienta hasta la garganta. Con cierta reticencia más por pudor que de ganas por rendirle pleitesía a ese enorme instrumento, pero aún así hice lo que pude, él se detuvo guardó su verga. Salimos de su consultorio y nos subimos a su carro, me dijo que esa noche tenía un compromiso que no tenía mucho tiempo, pero que quería estar conmigo en un lugar privado unos minutos. Pasamos a una farmacia, y mientras yo lo esperaba en el auto él entro y salió con una pequeña bolsa de papel, yo pensé: si claro, necesita viagra. De ahí nos fuimos a un hotel, y en cuanto entramos reanudó sus besos, me quitó la ropa él me besaba y chupaba mis pechos con fuerza, y me metió sus dedos en la vagina, los metía y los sacaba con fuerza que me hizo venir, yo le empecé a chupar la verga, me dijo que le gustaba, el siguió cogiéndome con sus dedos, yo estaba convulsionando, volví a venirme, él me dijo: Mi niña como te vienes! Me gusta cuanto te escurres! Me hizo ponerme en cuatro con las nalgas paradas y mientras yo lo hacía él tomó la bolsa de papel y sacó un preservativo que se colocó con rapidez para enseguida clavarme en la vagina, entraba y salía rápidamente hasta que eyaculó… fue rápido pero delicioso y liberador. Justo lo yo necesitaba… cuando salimos mi realidad volvió, no tenía dinero para regresarme, sin decirle él intuyó mi necesidad y me dio dinero, no quise aceptarlo pero el lo metió entre mis pechos. Me dijo que la oferta del departamento seguía en pie pero tenía fecha de expiración… la verdad me sentí como una puta pagada, bien pagada por cierto, pero estaba avergonzada, no volví a verlo después… al menos no en esos días, me sentía tan mal que estuve llorando… afortunadamente él se fue a ese viaje a España y yo terminé en esos días mi rotación en ese hospital…

Con el tiempo cuando ya tenía trabajo fui a ese Hospital a tomar un curso, era viernes por la mañana y casualmente lo encontré en un pasillo. Siempre con su porte impecable solo habían pasado 5 años pero él seguía igual que antes. Cuando me vio una sonrisa se dibujó en su rostro, me empezó a cantar, me dijo que estaba hermosa, y al saludarme me abrazó, tocándome las tetas sin recato. En seguida mi cuerpo se tensó en respuesta a sus inesperadas y posesivas caricias, él se daba cuenta que estaba mas que dispuesta para él. Me invitó un café, que más que una invitación fue una orden. Sin dejarme responder tomo mi brazo fuimos al estacionamiento y subimos a su auto salimos, y fuimos a un hermoso lugar muy privado, tomamos un café y conversamos de lo que habíamos hecho en el tiempo que no nos habíamos visto. Finalmente dijo que su oferta seguía en pie… ser su amante, el departamento, y que en ese momento quería llevarme a Veracruz ese fin de semana, yo sonreí y le dije que podíamos planearlo… sonrió y me dijo, no tengo edad para hacer planes a futuro es ahora o nada. Yo lo miré sorprendida y le respondí que no tenía maleta ni enseres para hacer un viaje, acarició mi rostro volvió a besarme, y dijo: por eso me gustas niña, sigues siendo ingenua.

Salimos de ese lugar y subimos nuevamente a su auto tomamos carretera por varias horas y llegamos a Veracruz por la tarde. Nos detuvimos en un centro comercial y me dio dinero más que suficiente para comprar ropa y lo que yo necesitara. Él esperó tomando un café. Entre a una tienda de ropa, compre un vestido de flores corto, uno negro mas formal, un traje de baño, shorts, camiseta, ropa interior y un par de juegos de lencería de encaje, blanco con listones rosas pues él me decía niña, y uno negro de puta, sandalias bajas y altas para hacer juego con la ropa. Maquillaje básico y algunos artículos de higiene personal y una pequeña maleta para meter lo que había comprado. Cuando salí él llevaba una pequeña bolsa consigo. (el viagra seguramente) Pasamos a cenar y nos dirigimos a un hotel frente al mar.

Recién entramos mi anciano amante me tomo de los brazos, me sujeto de frente a la pared restregando ya su verga dura entre mis nalgas, mordiendo mi cuello, lamiendo y besándome… espero hayas comprado ropa suficiente, y sin decir mas me quita la ropa con desesperación casi rompiéndola… yo no quería que las cosas fueran así pues tenía un coqueto negligé blanco en la maleta para sorprenderlo, así que con gran dificultad logre detenerlo y le dije espera, déjame entrar al baño, tome la maleta y me encerré en el sanitario. Yo respiraba agitadamente pues no podía negar que ese hombre me gustaba y me calentaba como nadie, se imponía, me dominaba, era todo un hombre a mi medida, bastante mayor que yo, pero a mi medida, no importa si usaba viagra. Entre a la regadera me di un baño a toda prisa, me puse el coordinado de encaje blanco con listones, maquille mi rostro con tonos neutrales solo para resaltar mis facciones, solté mi cabello largo y salí… la habitación estaba vacía, y mi amante se encontraba sentado en la terraza viendo al mar, con bóxers únicamente, su pecho desnudo cubierto de vello masculino encanecido,  junto a él una mesa de hierro forjado y un carrito de servicio con vino y copas que seguramente había solicitado mientras estaba en el baño…

Yo me acerque  lentamente a él quien me ofreció su mano, di una vuelta sobre mis talones para que apreciara mi atuendo y me sonrió diciendo: Estás hermosa, eres mi niña! Me sentó en sus piernas, dio un sorbo a su copa de vino y me lo ofreció de sus labios de donde yo bebí, él comenzó a acariciar mis piernas, las abrió para dar paso a sus manos y tocar mi conchita sobre el encaje que cada vez se humedecía mas con mis líquidos provocados por sus besos y su contacto. Subió su mano y tocó mis pechos liberándolos del encaje blanco que los cubría, vi a mi anciano amante ver como se prendía de ellos como si fuera un bebé alimentándose con ansiedad tratando de sacar con chupetones sonoros la leche inexistente de mis pechos. Me retorcí una y otra vez con sus lamidas, su lengua mojaba mi piel, me besaba, juntaba saliva en su boca y la mezclaba con el vino para después besarme nuevamente, marcándome con esos besos húmedos, yo intentaba beber el contenido de su boca pero escurrían los líquidos por mis comisuras, el bajaba con su lengua a recoger el liquido de mi piel y yo hacia lo mismo de la suya. Me sentó en la mesa frente a él  y me despojó de mi tanga de encaje dejando al descubierto mi sexo depilado y brillante por los líquidos que emanaban de mi, abrió mis piernas, me dejó expuesta a él, abría con sus dedos los pliegues de mi concha, y me los pasaba de arriba abajo. Que rica concha tienes mi niña y saber que estás mojada para mi, deseándome, me hace perder el control, quisiera hacerte cosas depravadas… Depravadas! Mi palabra favorita! Soy tuya, y mi cuerpo está a tu disposición… me miró con lujuria y acercó su boca a  mi concha para comenzar a lamerla, me torturaba con sus caricias lentas y suaves, pero lo dejé hacer a su modo… soy tu niña? Si,  eres mi niña después de todo soy mayor que tu por 47 años. Yo sonreí, imaginar que cuando nací él tenía esa edad era de lo mas morboso para mi, saber que era un hombre con experiencia era tan atractivo para mi… mientras el me chupa la concha, yo lleno nuevamente su copa, el toma la botella de mis manos y vierte parte de su contenido en mi sexo, yo brinco por el contacto del frío y refrescante líquido, el se apresura a beber, a lamer el vino de mi concha, y sin yo esperarlo mete la botella en mi vagina vaciando el resto del vino espumoso en mi cavidad, aprovechando para meter y sacar de la vagina la botella como si fuera su verga, él mira como mi vagina se dilata recibiendo el envase de cristal y como sale la espuma de mi vagina, yo gimo y me retuerzo del placer que me está dando, entre los espasmos de mi vientre, siento como su otra mano abre mas mis piernas dejando a su disposición mi ano, que a la par de mi vagina se contrae y se relaja pidiendo atención. Siento como uno de sus dedos se coloca en mi entrada y empieza a presionar intentando entrar, mi papito saca la botella, la deja a un lado y con sus dos manos abre mas mis nalgas extendiendo los pliegues de mi culo, y acerca su boca para chupar mi ano, lo muerde, yo grito, el me dice que me relaje, que soy su niña, logra meter su lengua, siento como vence mi esfínter, ahora es un dedo, y ahora la botella… mete y saca la botella de mi culo y dos de sus dedos entran a mi vagina, me coge a su manera, sabe que me cabe mas y mete un tercer dedo, los mueve dentro de mi como si cerrara y abriera los dedos, yo siento la presión de mis orificios ocupados, es tan intenso, verle a él haciendo lo que quiere vence mis resistencias y mi cordura, ya no puedo mas, y mis orgasmos se dejan venir uno tras otro, intento cerrar mis piernas pero el no me lo permite, sigo abierta poseída por él y la botella, me dejo caer en la mesa casi inconsciente… obnubilada siento como los invasores de mi cuerpo me abandonan y salen lentamente de mi. Pero sus manos no me permiten cerrar mis piernas. Intento recobrar mis sentidos, mi respiración… una tibieza en mi concha… aaahhh… parece un bálsamo para mi concha caliente, hinchada, dolida… abro los ojos y descubro a mi amante de pie entre mis piernas con su hermosa verga apuntando su descarga de orina en mi concha, mojándola, aliviándola. Él acaricia con suavidad mi concha húmeda de los líquidos de mi orgasmo, el vino y su orina, los mezcla y los distribuye por todo mi sexo… acerca los dedos mojados de ese elixir a mi boca humedeciendo mis labios, que abro y dejo que entren sus dedos a mi boca, los chupo, los lamo, y esa extraña mezcla con sabor a mi, con sabor a él me excita nuevamente… me incorporo y lo beso en los labios… y le digo, te necesito dentro de mi… soy un anciano, solo puedo tener una erección y una eyaculación, y tardarán horas antes de que pueda tener otra mas… tú te conoces y sabes lo que puedes darme, pero debes saber que eres un amante complaciente y me has dado los mejores orgasmos de mi vida.

Bajé de la mesa, tomé su mano y lo llevé dentro de la habitación, lo recosté en la cama, le retiré el calzoncillo. Me paré frente a él con la intensión de quitarme el corsé de encaje blanco que aún llevaba puesto pero él me pidió que me lo dejara… así que vestida únicamente con esto me senté en su pelvis, lo besé en los labios, y deslicé mi lengua por su arrugada piel en descenso, me detuve en sus tetillas dando masaje con mi lengua en forma circular, baje por su abdomen, llegué a sus piernas y las lamí, deje cientos de besos en su piel, bese sus piernas y sus pies. Separé sus piernas y me coloqué entre ellas para tener acceso a su verga que ya estaba parada. Desde la primera vez que la vi me sorprendió su tamaño, su grosor, su firmeza, circuncidada me parecía mas hermosa mas grande, y el pequeño orificio que coronaba su glande parecía llamarme… pasé mi lengua desde el glande hasta la base, subía nuevamente reptando la longitud de su miembro con mis labios, la aprisionaba de su costado con mis labios imprimiendo pequeñas y suaves mordidas en ese tronco de carne, baje nuevamente para lamer sus huevos grandes, pendulantes, me deleite con ellos mojándolos y chupándolos a mi placer, metiéndolos en mi boca y lamiendo otra vez, para después subir nuevamente a mi “amigo” que esperaba exigente, expulsando pequeñas gotas cristalinas que recogí con mis labios y paladee con mi lengua, volví a humedecer todo ese rojo y caliente pedazo de carne, para después abrir mi boca y darle la bienvenida en su interior, cuando lo sentí dentro lo arrope con mi saliva, con los pliegues de mi boca, y mi lengua que se transformo en una serpiente parecía enrollarlo queriendo abrazarlo, lo metía, lo sacaba, succionaba desde su base hasta la punta de la verga y la metía en el fondo de mi garganta hasta dentro, queriendo traspasar con ella mi garganta, yo engullía esa carne como si quisiera tragarla, eso imprimía mas presión de mi boca, mi lengua y mi garganta en su verga misma que él parecía disfrutar porque cada que lo hacía un gemido de placer salía de su garganta. Al tenerla tan dentro de mi boca, no se hicieron esperar mis arqueos como preludio de ese vómito que no saldría de mi boca, pero que producía más salivación en mi y comprimía con mas intensidad la dura verga de mi amante. Yo seguía metiendo y sacando, la saliva era abundante que difícilmente pude contener en mi boca y empezaba a escurrir por todo el grueso tronco hasta su base mojando la pelvis y sus testículos y en un momento que saque su verga hilos de líquido transparente unían mi boca con la cabeza de esa verga. Volví a meterla, me gustaba sentirla tan profundamente que me dejaba sin respirar, hasta sentir lágrimas bajando por mis mejillas debidas al esfuerzo y a la intensidad de la mamada, ya no podía pensar, estaba poseída por esa verga, estaba ensartada sin más… no podía parar, hasta que sentí sus fuertes y grandes manos halando mi cabeza y quitándome mi delicioso juguete de la boca, aturdida quise volver a él pero no me lo permitió hasta que pude reaccionar y me di cuenta que pedía algo mas… me incorporé y me subí a su verga sentándome sobre ella y ensartándome yo sola con esa estaca que en ese momento me pertenecía.  Sentí como se introducía en mi aún hinchado y dolido coño por la cogida que me había dado con sus dedos momentos antes, haciendo aún mas perceptible y placentera la intrusión de su miembro en mi vagina. Mi amor… que rica verga tienes… yo subía y bajaba sobre ese tronco duro y grande que me clavaba a placer, me agache un poco para dejar mis pechos a la altura de sus labios y volver a sentir la succión de su boca, yo movía agitadamente mis nalgas sobre su verga tragándomela con mi almeja hambrienta y aprovechaba cada que la sentía dentro para estrujarla con mi vagina… Hasta que escuché decirme.  Voy a venirme… eso me incitó a acelerar mis movimientos cada vez con mas fuerza, mas rápido, hasta escucharlo gritar, hasta sentir su cuerpo tensarse y sus manos se agarraron de mis tetas aprisionándolas con fuerza a la vez que se clavaba hasta el fondo de mi vagina, entendí el movimiento yo empujé la cadera hacia abajo favoreciendo su penetración profunda y deje de mover la cadera, no así los pliegues internos de mi vagina que en esta ocasión se sucedían en un espasmo tras otro como muestra del orgasmo que yo también alcanzaba a la par de él y que terminaban por ordeñarlo por completo…

Me baje de su cuerpo y me recosté a su lado, él recuperando el aliento, acariciaba mi cabello con ternura.

Nos quedamos dormidos placenteramente. Al día siguiente nos levantamos, caminamos juntos en la playa, desayunamos y aunque el plan era estar hasta el domingo, ese sábado tuvimos que volver pues mi doctor anciano tuvo una urgencia y su localizador no paraba de sonar.

En el camino de vuelta me dijo: Me hubiera gustado cogerte con 30 años menos… pues con 30 años menos te hubieras cogido a mi madre pues yo aún  no había nacido jajaja que tal con 20? 20 menos? Tendrías 8… yo lo miré y le dije: algún problema? En teoría solo adelantaríamos lo que ocurriría 20 años después…

Al llegar a la ciudad nos despedimos, él me entregó la bolsa con una pequeña caja en su interior, reconocí la bolsa que tenía, era la misma que llevaba cuando pasamos al centro comercial… Yo vi el interior saqué el empaque de terciopelo y era una hermosa cadena de oro con el dije de una “K” que casualmente era la inicial de mi nombre y a la vez de su apellido… me sonreí y le dije: cuando vi la bolsa en tus manos la primera vez pensé que habías comprado viagra… Viagra? No mi niña, soy cardiólogo cuido mi corazón, nunca he usado viagra…

Esa fue la última vez que nos vimos, me quedé con un excelente recuerdo, una cadena de oro y un negligé negro de encaje sin usar…