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ENSEÑANZAS DE RANCHO…4El marido bajo la cama

en Hetero: General

Una de las razones de la vida en pareja es el formar una familia, sin embargo el don de la fertilidad no se les da a todos lamentablemente.

Este fue el caso de Esther y Mario, dos personas que aunque aún jóvenes ya estaban entrados en los 30 años, y con mas de 15 viviendo juntos, sin haberse visto bendecida Esther por el don de la maternidad.

Adoptar no era una opción para ellos pues eso no ocurría en el rancho.

Mario que creía que él era el del problema, al considerar que su miembro no alcanzaba las dimensiones mínimas requeridas, buscaba una solución para satisfacer a su pareja y darle el tan anhelado hijo. Así que tuvo a bien hablar con un vecino, el cual era el padre de una prole de 9 vástagos y marido de una mujer embarazada, para que le diera una “ayudadita”.

El vecino que por el “estado” de su mujer estaba con hambruna sexual, no tuvo reparo en hacer la buena obra a los vecinos con el consentimiento de Esther.

Así que lo prepararon todo y en la siguiente noche Mario fingió salir de casa, dejando a Esther sola mientras esta se bañaba para esperar al vecino. Mario que quería saber lo que ocurriría sin decir nada se metió bajo la cama hecha de un enrejado de palos de madera en la que dormía con Esther y se ocultó entre unos costales que guardaban en ese obscuro lugar en silencio.

Al poco rato entro el vecino y Esther lo recibió, el vecino que era muy cachondo empezó a manosear a Esther que al no tener hijos tenía un cuerpo firme y de curvas frondosas. Las mujeres en el Rancho no usaban calzones por costumbre, así que no le costó trabajo al vecino meterle mano a la sabrosa de Esther, que sin mas se empezó a calentar pues eran unas caricias diferentes de las que le hacía Mario, quien al parecer solo se acostaba con ella, le levantaba la falda y se la clavaba sin más. Así que el vecino aprovechó que la mujer se derretía por lo que le hacía, le sacó el vestido por la cabeza y empezó a chuparle las tetas. La fue arrastrando a la cama mientras el vecino se quitaba la ropa y le decía: “desde cuando te tenía ganas Esther y hoy te la voy a meter hasta dejarte con una cría”. Esther toda ruborizada se dejaba hacer. Y sin más la acostó en la cama, el vecino sin dejar de chuparle las tetas y tocarle la panocha hasta sentirla bien mojada, le abrió las piernas y se la empezó a clavar en la concha.

Mario desde su escondite alcanzaba a ver hasta que ambos se subieron a la cama, donde ahora solo escuchaba, no pudo evitar calentarse al ver y oir lo que el vecino le hacía a su mujer así que se sacó la verga y se la empezó a pajear.

Mientras tanto arriba en la cama, el vecino luchaba por meterle la verga en la vagina. Esther se movía y le decía que por ahí no, el vecino le respondía que si quería crías o no, Esther le decía que sí pero que por ahí no se hacía, el vecino le preguntó que por donde entonces. Esther se colocó de espaldas como se la cogía Mario y le ofreció el culo, el vecino que le encantaba ese orificio pero su mujer no se lo prestaba con  facilidad pues no se hizo del rogar, y se la ensartó por el culo mientras le decía: quien diría que te gusta que te den por el culo Esthercita. Ella se movía mientras el vecino le masajeaba y le apretaba las tetas.  Pero como el trato era que le diera un hijo a Esther tuvo que hacer un esfuerzo para salirse del esfínter de Esther y regresar a clavarla en la vagina. Esther se reía y le decía que no, que por ahí no era. El vecino le dijo: “a chingá.. pues si quieres hijos es por aquí” Esther que quería un hijo ya no dijo nada y acomodándose como le dijo el vecino experimentado se abrió de piernas, este se subió en posición de misionero sobre Esther  y empezó a clavarla en su concha. Esther empezó a sentir un intenso dolor, el vecino notó una fuerte resistencia al entrar. Y mientras Esther intentaba cambiar la posición por el dolor que le provocaba, el vecino con su gran verga, dura y gruesa de un golpe se la clavó hasta el fondo, Esther gritó… no lo podía creer!!! Esther era virgen y se la acababa de desflorar. El vecino encantado de haberse chingado por primera vez la vagina de Esther se la empezó a clavar una y otra vez entrando y saliendo valiéndole madres el llanto de Esther, la sangre mezclada con sus jugos que era mayor de lo habitual, hasta que no pudo aguantar mas y se vació en ella.

Esther lloraba de dolor, no entendía lo que pasaba, estaba sangrando y escurriendo de leche por la concha dolida.

Mario pensando que el vecino estaba lastimando a su mujer salió de su escondite para enfrentar al vecino. El vecino sin hacer caso de los reclamos de Mario y del llanto de Esther, se levantó se vistió y los mandó a la chingada. Afuera la vecina embarazada escuchaba el alboroto y supo que su marido estaba  dentro así que entró y se armó el borlote, todo el pueblo se enteró obviamente.

 Que sucedió?

Bueno. Cuando Mario y Esther se juntaron eran un par de adolescentes. Nadie los orientó sexualmente. Mario se cogía a Esther cuando sangraba y por el culo como él había visto que hacían los animales los perros, las vacas y los toros y jamás se la había cogido por la vagina. Quizás lo había intentado hacer vía vaginal en otras ocasiones, pero a Esther le causaba mucho dolor y deducían que esa entrada no era la adecuada. Todo indicaba que Esther era una de esas mujeres poseedoras de un himen resistente e imperforado hasta esa noche. Al parecer no tenía ningún problema la verga de Mario, era de tamaño estándar, más bien fue un problema de información. Eso lo supimos porque Esther no se quedó embarazada del vecino en esa ocasión. Se embarazó dos meses después y al parecer de Mario, quien al saber ya como se hacían las cosas y al tener el “camino abierto”, se dedicó posteriormente a coger a Esther por el orificio adecuado. Aunque al fin acostumbrados, no dudo que utilizaran a satisfacción personal ambas entradas.

Enseñanza de Rancho: Infórmate si eres medio pendejo… o el vecino se comerá tu conejo!!!