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Orgía radial entre ellas. 2.

en Bisexuales

Lucia seguía haciéndole una maravilloso trabajito a Carmen, por lo que entre gemidos y respiraciones alteradas, Carmen consiguió su tesoro. Quito por completo el corset negro con tonalidades burdeos y azules, combinados, y cuando lo quito del cuerpo de Lucia, lo aparto de su amada compañera, y lo dejo caer encima del cuadro de botones de la mesa de mezclas del estudio. No se dieron cuenta, pero ese gesto, que apenas parecía nada malo y más inocente, hizo que uno de los botones, que nunca se deben de activar, se activó. Dicho botón, lo único que hacia es que la grabación que ocurriera en ese estudio, se oía por todas las instalaciones. Es el llamado "botón de auxilio", lo llaman así, por si pasa algo dentro del estudio, poder saber el resto de las dependencias de la cadena, que está ocurriendo algo malo o problemático, o feliz, depende del uso. Pero como en este momento no había nadie en la cadena emisora, pues tampoco era relativamente preocupante. Total, no estaba nadie. ¿O sí? Porque el cuerpo de seguridad de vigilancia de la emisora, esta las 24 horas del día, los 365 días del año. Pero en estos momentos, ni Carmen ni Lucia habían pensado en nada de eso. Ahora mismo estaban ellas dando el mayor y recompensado placer. Su placer. El placer de sus cuerpos.

Carmen ya apenas aguantaba más la maravillosa paja o masaje que le estaba proporcionando Lucia, por lo que apretando sus muslos, y mirándola a los ojos, y besándola de nuevo, se corrió temblándole completamente las piernas. Y Lucia, al notar como la cuevecita de Carmen empezaba a vibrar, acelero sus movimientos en el botoncito, hasta notar, como seguía vibrando la acelero los movimientos, sabiendo que por dentro estaba produciéndose el milagro del ser humano, el milagro que ya estaba buscando desde que empezaron su orgía privada, el milagro de conseguir hacer correrse a su nueva amante, y sabiendo que por dentro estaba teniendo uno de los más grandes orgasmos que jamás había tenido, o más bien en unos 3 años había tenido. Y todo ello, de pie. Estaban las dos de pie, apoyadas en la mesa de mezclas. Estaban de pie, y besándose, acariciándose y saboreándose.

Cuando Carmen acabo de correrse de gusto, puso una de sus manos, al lado de la mano de Lucia, la que le había dado tanto placer, y agarrándola, la saco de entre sus piernas, la subió con la mano bien agarrada, y llevándosela a sus bocas, lamieron los jugos y corrida de Carmen.

Si alguna vez habéis visto como se chupa un calippo, o un helado de hielo con forma cilíndrica, común en los meses de verano y que están en casi todos los puestos de helados, si, esos, exactamente esos, pues imaginaros entre dos mujeres, esto no es esa escena, es peor. Lamieron de arriba hacia abajo, incluso la palma de la mano, porque estaba impregnada, se metieron los dedos en sus bocas, y esto hizo que Lucia, por fin supiera como sabia Carmen. Por lo que ahora sabemos lo que tocaba. Lucia sabía que le tocaba a ella ahora recibir el placer de Carmen. Y sin decirse nada entre ellas, Carmen comenzó a desabrochar el pantalón. Cuando ya estaba medio abierto, llego Carmen, y arrodillándose ante el vientre de Lucia, y de un tirón, le bajo todo, hasta los tobillos. Bajo pantalón vaquero, y se quedó un maravilloso y también mojado, tanga. Tanga negro, con encaje. Tanga, que ya estaba brillante por la parte que debería de estar, es decir, casi todo el tanga. (No voy a explicar ahora como es un tanga mojado, para quien no lo sepa, que lo moje con agua, y sabrá lo que es, jejejeje, que yo ya estoy demasiado burro para explicar todo, jijijiji. Anotación de autor del relato.)

Cuando Carmen lo vio, la miro hacia arriba, y sin pensárselo dos veces, con los dedos de una mano, separo el tanga hacia un lado, y vio el tesoro de Lucia. Un tesoro que tenía unos labios abultado, y brillantes y sin pelitos, como Carmen, la depilación láser hace milagros. Brillantes por todo lo que se habían excitado antes, y ahora por lo que vendría. Abultados porque esa excitación y ese morbo, le habían llevado a un clímax superior al deseo que nunca tuvo Lucia. Y Carmen, mirándola, le paso la lengua desde abajo hacia arriba, hasta llegar al principio de sus labios. Al clítoris más que abultado y excitado.

Cuando Lucia recibió esa caricia húmeda de la lengua de Carmen, abrió su boca, y soltó un gemido que pareció más que salirle de la boca, salía de su propia cuevecita. Hondo y muy profundo. Lucia, abrió sus piernas, y Carmen, con los dedos de sus manos, abrió los labios, y volvió ahora a pasar la lengua, por toda la entrada de la cuevecita, y con todo lo mojada que la tenía, empezó a darle lametones, para así poder saborear el jugo vaginal de su amante.

Lucia no pudo contener sus manos, y las apoyo en la cabeza de Carmen, que se dio un maravilloso festín, y no paro de lamerle, de besarle y de chuparle su botoncito, mientras Lucia no paraba de gemir, y de decir palabras imposibles de traducir por ningún corrector ortográfico del mundo informático. Lucia no aguantaba más las caricias, el placer, y el éxtasis que le daban la lengua de Carmen, por lo que sin poder resistir más, agarro fuerte de la cabeza de su amada, y pegando unos envites con su cadera, se derramo en la boca de ella, por lo que Carmen, consiguió otro nuevo tesoro, el líquido interno de su nueva amante.

Cuando Lucia dejo de vibrar y de temblar, y todavía agarrando la cabeza de Carmen, y apretándosela contra su vagina, ella misma, se separó la cabeza, y se agacho en cuclillas para lamer y besar la boca, por lo que al quedar en cuclillas, Carmen, lo hizo a propósito, le metió 3 dedos dentro de Lucia, para rebañar y sacar más liquido vaginal, y eso hizo que Lucia, encadenara otro orgasmo, incluso más fuerte que el anterior, a lo ese movimiento la puso perraca perdida, y se tiró encima de Carmen, así que quedaron tendidas en el suelo, comiéndose la boca, mientras los dedos que estaban en la cuevecita, seguían follándola rápidamente, ya que quería que tuviera un mayor placer Carmen. Quería tenerla tan excitada, que la comería tan apasionadamente, que no acabaran de recibir placer las dos.

Al estar tumbada Carmen, y aun con su jersey puesto, Lucia intento que se lo quitara, ya que quiera comerse los pezones de su amante, de su compañera de trabajo, de su nueva compañera de cama, de su compañera de orgasmos. Carmen la ayudo para quitarse el jersey, y una vez quitado, apareció un sujetador a conjunto con el culotte, que también Lucia quiso quitárselo, pero más que quitárselo, casi se lo arranco, porque tenían ganas de comerse juntas, entonces, ya en el suelo enmoquetado del estudio, estaban ellas. Casi sin ropa. Lucia le había quitado la mini falda, el jersey, el culotte, y desabrochado el sujetador a Carmen. Por lo que ya tenía a esa mujer desnuda, tumbada, con las piernas abiertas, dispuesta para que su chica, le hiciera llegar al séptimo placer, al placer que solo ellas sabían darse.

Lucia solo tenía en su cuerpo, el tanga, con lo que con la ayuda de Carmen, se lo quito, y así, teniendo a su amada tumbada, se giró, y en un maravilloso 69, se puso Lucia, encima y abiertas de piernas, empezaron a jugar con sus cuerpos, empezaron a jugar con sus lenguas, empezaron a jugar con sus labios, con sus botoncitos y como no, empezaron a comerse, pero los dedos eran pocos para poderse dar más placer. En dicho estudio de radio, como en todos, siempre hay micrófonos, sí. Es una herramienta muy útil para poder llegar a las ondas, a que el resto del mundo pueda oír esas palabras que salen de los locutores de radio, y claro, muchas veces, algunos de ellos no funcionan, problemas técnicos dicen los entendidos. Pero Lucia y Carmen, ahora no están para problemas técnicos, ahora están para darse placer, y ya que no sirven en esos momentos para hablar por ellos, ¿por qué no utilizarlos para ellas? pues si, efectivamente, mentes calenturientas, los van a utilizar.

Quitaron las almohadillas que los cubren y salen unos maravillosos micrófonos, que como sabréis todas y todos, son redondos, cilíndricos. Los siento, no los hay cuadrados ni triangulares, son así de cilíndricos, los fabrican así, son manías de fabricación. Con una especie de almohadilla de plástico, que es donde está el altavoz o micrófono, y por el cual se reciben las señales de voz, pero en este momento, lo que van a recibir los micrófonos no son señales de voz, o por lo menos, las señales normales no serán. Lucia le da uno sin cable a Carmen, y ella nada más recibirlo, se lo mete en la boca, lo chupa, y directamente se lo mete en la cuevecita de Lucia, por lo que tras recibir la primera penetración, Lucia pega un chillido, no de dolor, no, porque ella está más que mojada, excitada y caliente, sino un chillido de placer, de saber que esa herramienta con la que trabaja a diario, ahora está dentro de su cuerpo, tan frío, y duro, vamos, el mejor consolador que nunca pensó que se podría meter una mujer, y menos ella. Pero Lucia, al recibir ese placer, hizo lo mismo con el que ella tenía en la mano, solo que ella no se lo metió en la boca, para humedecerlo, sino que se lo puso en la entrada de la cuevecita de Carmen, y con un solo dedo, lo fue empujando, flojito, porque Carmen estaba más que excitada, y eso le hizo que se lo engullera completamente. Tragón que es la cuevecita de Carmen en estos momentos.

Para quien no sepa la longitud estándar de los micrófonos sin cable, hay varios tamaños, pero mientras el micrófono es más moderno, es más corto, y claro, las protagonistas, precisamente modernos no eran lo que tenían en el estudio de grabación. Más bien era antiguos, eso conlleva a que también tengan un diámetro considerable. Para hacernos una idea de los consoladores con voz que tenían estas dos mujeres, metidos en sus cuerpos, digamos que si sabemos cómo es el vaso tubo de cubata, pues eso es casi el diámetro. Y el largo, digamos así, sin mirar modelos, que más de 30 cm. Ya os imagináis la escena, ¿verdad?, ¿Seguimos, o paramos para hacer un descanso?, no, no hay descanso, que se nos enfrían las protagonistas. (Anotaciones de autor, para las personas que no saben cómo son los consoladores de voz, marca registrada por mí).

Carmen al recibir su juguetito, soltó un alarido, sí, pero este si era de dolor mezclado con placer. Lo que hizo que tras el alarido, mordiera el cachete de Lucia, y está al recibir el mordisco en su culito, lo único que pudo hacer es morder el clítoris de su amada. Y entre mordiscos y mordiscos, volvieron a tener un tremendo orgasmo conjunto. Pero ellas querían más de cada una, por lo que empezaron a mover sus consoladores de voz, más rápidamente, por tanto la escena solo era una. Ellas dos, follándose con los consoladores de voz, y sus cuerpos recibiendo placer, éxtasis, y orgasmos, tras orgasmos. Cuando ya no pudieron más, se quedaron una encima de la otra, respirando aceleradas, y sin sacar sus consoladores de voz, de sus cuerpos, eso sí, ellos estaban completamente mojados, inundados de jugos vaginales, de corridas que llevaban meses sin salir de sus cuerpos, y con sus piernas, y cuerpos, temblando.

Mientras, en otras dependencias del edificio, tenemos al cuerpo de vigilancia, compuesto por un joven que está es su primera noche de turno, y claro, con el consabido programa de rondas, por hacer. Este chico, es normal, como todos, un joven de unos 30 años, que por desgracia, le ha tocado el turno de noche, pero que estando las cosas como están, pues mejor que sea en esta fecha y no estar en casita, aburrido y sin trabajar. Nuestro protagonista, está controlando los monitores de vigilancia, en donde ve que una mujer se acerca a la entrada del edificio de la emisora, y claro, pues siendo ya la una de la madrugada, y como que no es normal aparezca nadie a esas horas, pues se pone en alerta. Comprueba en su hoja de entradas y salidas, que no haya ninguna nota de que tenga que llegar alguien a esa hora.

Viendo que la mujer, con unas llaves, entra en la puerta, nuestro vigilante, se pone en pie, desde su garita o control de acceso, para la gente del edificio, y amablemente, saluda a la señora, preguntándole el motivo por el que acaba de aparecer en el edificio.-Buenas noches señorita. ¿Podría indicarme el motivo de su aparición en este edificio, que es de una cadena de radio? Ya que tengo que anotar todas las entradas y salidas, en mi turno.

— Buenas noches. Soy Aurora García, la directora de programas de la emisora, y si, vengo para recoger unos papeles, que no me había llevado, y que tengo en mi despacho. Tú eres nuevo, ¿verdad?

— Perdóne señorita García, no tenía anotado nada en mi hoja de servicio, de que la directiva de la emisora pudiera venir a estas horas. Si me hace el favor de firmar en la hoja de entradas, le agradecería, así, al ser mi primera noche, estará todo claramente expuesto.

En estos momentos, nuestra queridísima protagonista, podría haber no firmado en la hoja de entradas, pero le cayó bien la manera en que nuestro vigilante de seguridad la había tratado, por lo que, ¿por qué no firmar?, total, las cámaras de seguridad graban quien entra y quién sale, así está todo controlado. Entonces, cogiendo el bolígrafo que amablemente le deja el vigilante de seguridad, firma en la entrada, y como no tiene prisa por recoger esos papeles de su despacho, porque para lo que le espera en su casa, no hacía falta ir corriendo, se queda charlando con nuestro vigilante. Hablan de cómo va la noche, de si han salido todo el personal del edificio. Por lo que el vigilante, indica a Aurora, que todavía quedan dos personas en el edificio, y son Carmen y Lucia, que estaban en el estudio de grabación. Aurora, pone un gesto raro, ya que ellas dos, no suelen irse muy tarde a sus casas, por lo que pensando en que estarán grabando el anuncio de navidad que les ha mandado, decide seguir conversando con el apuesto vigilante.

Mientras, nuestra nueva pareja de amantes lesbianas, están recuperándose, y tras sacar sus consoladores de voz, y lamerlos mutuamente, se dan besitos respectivamente en sus coñitos. Ellas son ajenas a lo que está pasando con Aurora, ya que es en una planta inferior a la que están los estudios de grabación y demás salas de la emisora. Y tras besarse mutuamente los labios, empiezan de nuevo a calentarse, a querer más, pero esta vez, es Carmen la que empieza a jugar con su lengua en el orificio del culito de Lucia. Empieza a meter la lengua, a mojárselo y ese culito empieza a dar señales de vida, tanto, que se empieza a excitar más, y a soltarle de su boca, unos gemidos que son característicos de que le gusta, por lo que Carmen, sigue con ese juego de su lengua, y mientras, con sus dedos, va masturbando el botoncito de Lucia, la cual empieza a mover su cadera como si la estuvieran follando, y Carmen, acelera las entradas de su lengua, en el esfínter de su amada. Tal es el punto de excitación, que Lucia empieza a meter 4 dedos directamente en la cuevecita de Carmen, por lo que otra vez empiezan los gemidos de Carmen, y las convulsiones de cuerpo, y Lucia que no es virgen de ningún sitio, bueno ni Carmen tampoco, ya están acostumbradas a recibir placer por sus partes íntimas y traseras. Pues Lucia empieza a follar con sus cuatro dedos, rápidamente mientras con sus labios y dientes, chupa y mordisquea el botoncito de Carmen, a lo que Carmen, viendo que le empieza a venir las vibraciones de un nuevo orgasmo, decide que lo mejor será meter su consolador de voz, en el culito de su nena, y así lo hace, previo metida en la cuevecita de Lucia, para mojarlo.

Lucia al recibir dicho objeto dentro de su ano, pega un chillido bastante grande, pero recordamos que están en una habitación insonora, por tanto, eso nadie lo oiría en todo el edificio. Y tras recibir media entrada de consolador de voz en su ojete, escupe Carmen alrededor del ano de Lucia, para ir lubricándolo, pero necesita meter algo más en la cuevecita de su amada, pues no se le ocurre otra cosa que coger lo que tiene más a mano, y no tiene nada más que su bolso, (pero dentro del bolso de toda mujer, siempre tenemos un móvil, nooooooo, eso no se lo metemos hoy, mal pensados, ains, tiene también un pequeño frasco de colonia, que tampoco entrara, pero tiene un cepillo del cabello, con mango redondo. Si, muchas mujeres llevan un pequeño pero útil cepillo en sus bolsos. No preguntéis, que estamos en lo mejor del polvo de las protagonistas). Y tras cogerlo con su mano libre el cepillo de mano con mango bastante gordo, lo mete, sin lubricarlo en la cuevecita de Lucia, con lo que Lucia, nada más recibirlo, vuelve a tener otro grito pero ahora si es de placer, del placer de que su amante, la está haciendo una doble penetración, y eso conlleva que empiece a meter de nuevo en la cuevecita de Carmen, y con sus ya 4 dedos, el consolador de voz, así que empiezan de nuevo una follada ambas calientes mujeres, pero esta vez lentamente, quieren ver cuánto son capaces, la una a la otra, en aguantar, y recibir placer.