miprimita.com

12 orgasmos como 12 uvas o algo parecido. SEGUNDO.

en Hetero: General

Eva ya ha sentido sin apenas moverse mucho su primer orgasmo en una noche que no sabía que iba a tener tantas diversiones sexuales como ella pensaba.

Tras esa sensación sentada en su silla ella sigue charlando y comiendo con sus amistades, disimulando la alteración que ha tenido escasamente minutos antes, pero como suele pasar a toda mujer en estas lindes sexuales, le han despertado su apetito y lógicamente querrá sentir más y que vamos a ir descubriendo durante resto de la noche, ya que todavía no ha acabado.

Como es habitual, tras recibir dicho orgasmo en su cuerpo y tras haber estado ingiriendo bastante bebida, pues le han entrado ganas de ir al baño, y claro, tras levantarse de la silla nota como su tanga está algo separado de la zona en la que tenia que estar aparte de mojado por sus fluidos, por lo que se dirige a la estancia del cuarto de baño y tras cerrar la puerta con el pestillo, lo primero que hace es bajarse el tanga. Comprobando que sí, efectivamente no ha sido un sueño y que sus labios están con ese liquido característico de haber tenido un buen orgasmo, aparte de que ella llevando sus dedos a sus labios e introduciendo alguno de ellos, se los moja y los chupa, no para saber a que saben, sino porque le encanta como a muchas mujeres saborear su preciado liquido sexual, un licor interno único producido por su cuerpo.

Al estar sentada en la taza del váter y tras hacer sus cosas se levanta con el tanga por debajo de sus rodillas y cuando va ha tomar la postura de agachar su espalda para subir el tanga comprueba que hay alguien en la puerta.

Me ves que te estoy mirando, con cara de deseo y es cuando pones en tu rostro ese gesto de “¿cómo has entrado aquí si yo he cerrado la puerta con el pestillo?” pero sin apenas decir nada, me acerco a ti, incorporo tu cuerpo pegándome a ti, y como no te he dejado que te subieras tu tanga que sigue estando sujeto por tus piernas semi abiertas es cuando te empujo suavemente hasta una de las paredes de ese cuarto mientras llevo mis labios a los tuyos para notar el sabor de tu coño en tu boca, por cierto, uno de los mejores sabores para un buen gourmet de las zonas vaginales por lo que metiendo mi lengua te saboreo más y eso hace que tú hagas lo mismo con más pasión.

Entre lazas tus brazos a mi cuello y casi sin apenas querer hacerlo abres un poco más tus piernas que son frenadas por tu tanga. Mis manos, una puesta en tu trasero y la otra en tu bajo vientre las muevo para que hagan subir tu vestido casi hasta tu cintura, dejando todo tu culo expuesto para acariciar dicha piel.

Sin dejar de mover nuestras lenguas dentro de nuestras bocas es cuando se nos acelera más la respiración y el deseo de estar pegado para casi fundirnos ese apasionado beso, lleno de lujuria y lleno de excitación.

Es Por ello que teniendo tu vestido subido y sabiendo que tu tanga está por debajo de tus rodillas hago que mi mano se pose entre tus labios y clítoris, por cierto bastantes hinchados ambos y muy ardientes.

Pego mis dedos a tu miembro sexual y empiezo una tortura de masaje con ellos con un movimiento lento pero sin parar para estimularte más de lo que ya estás, mientras mi otra mano siguen acariciando tus glúteos y los dedos se van metiendo entre los cachetes y tu rajita, para incluso adentrarse a explorar tu ano y también estimularlo con un movimiento lento y en círculos para arrancarte de tu interior varios gemidos que son tapados por mi boca y lengua.

Mis dedos juegan con tu botón, haciéndole unos movimientos circulares pero sin parar en la intensidad y moviéndose un poco más acelerado para que gimas del placer que estas recibiendo mientras mi mano se aprieta más contra tu zona sexual altamente alterada por lo que te hago.

Te separas de mi boca para poder coger aire por ella y es cuando mirándote a los ojos noto que a través de mis manos empiezas a mover tu cadera con ese baile sensual que me indica que te gusta mucho por ello sigo haciendo lo que me gusta aunque tú desees ahora hacer otra cosa, pero como no eres dueña de la situación pues yo sigo realizando mi labor que es darte placer sin descanso.

Mis dedos ya apenas giran en círculos en tu clítoris, sino que ya se empiezan a mover acelerados para estimular mucho dicha zona y que me pidas con una voz casi entrecortada por lo que sientes, que no paré y que siga, pero es que no me tienes que decir nada ya que sé perfectamente lo que quiere tu cuerpo por eso lo estoy tocando, escuchando y masturbando.

Hago un movimiento con mis dedos que están en tu ano e inclinando mi brazo un poco hago que lleguen a la entrada de tu vagina, por cierto, bastante mojada, por lo que dos dedos se introducen sin previo aviso y entran en dicha cueva tan lubricada que incluso es cuando tu boca deja escapar un gemido nacido del interior de tu coño. Pero lo que realmente me gusta es como te aguantas apoyada en mi espalda por tus brazos mientras tus piernas que no se pueden abrir más por el tanga están casi en estado casi flotando, ya que apenas rozas con la puntera en el suelo, por lo que creo que te voy ha hacer el favor de quitarte la presión de dicha tela para que puedas estar incluso más cómoda si es posible.

Es por ello que levantando una de tus piernas y yo separando mis dedos de tu clítoris te aparto y libero dicha pierna de la tira del tanga y así que puedas ofrecerme tu tesoro para mi placer.

Te alzo la pierna liberada con mi brazo, casi subiendo tu pie por encima de tu cadera y con mi mano que estaba con dos dedos dentro de tu coño, ahora empiezo a realizar el trabajo que antes tenias en tus labios.

Pero ahora voy a ser más perverso si se puede y es cuando sin decirte nada, meto tres dedos dentro de ti para hacerte una de mis torturas y que me encantan tanto hacerte y sabes el resultado que conlleva.

El dedo corazón se pegará a tu zona rugosa. El dedo índice y falange se quedaran estimulando tus paredes vaginales.

Sabes que si meto mis dedos, el corazón se posicionará a tu zona G y lo voy a apretar hasta que parezca que salga por tu clítoris, mientras mis otros dos dedos subirán por tus paredes.

Si hago el movimiento de sacar mis dedos, todos los que están dentro de ti bajaran de la posición en la que se encontraban, pero si hago el movimiento de entrar y salir rápidamente yo sé exactamente que te van a producir. Por ello lo hago repetidas veces. Eso te mata de placer. Ese movimiento de mis dedos dentro de ti hacen que gimas tanto que incluso tenga que taparte con mi boca la tuya para que no se oiga como empiezas a fabricar tu nuevo orgasmo.

Pero te he dicho que iba a ser perverso y esto no es más que el principio, por lo que mientras te follo tu vagina con mis tres dedos, la palma de mi mano se pega a tu clítoris y si hago el movimiento de meter mis dedos, la palma baja de la posición casi rozando la punta de tu botón y tus labios. Pero si hago el movimiento de sacar mis dedos de tu cueva, la palma de mi mano sube y roza aún más si cabe tu órgano sexual por lo que voy a ser perverso.

Subo y bajo varias veces mi mano, sabiendo que el placer que estas teniendo es multiplicado por dos, ya que con mis dedos te estoy follando y con la palma de mi mano te estoy masturbando tu clítoris. Y sabes que no me canso de hacerlo, por lo que subo y bajo mi mano, tantas veces como me da la real gana, porque además siento como hincas tus uñas en mi espalda tras recibir esas oleadas de clímax dentro de ti.

Sé que estás a punto de que te llegue tu orgasmo, pero es que te he dicho que iba a ser perverso y no quiero que aún lo tengas, por ello ahora lo que te voy ha realizar es casi para matarme, pero mientras mi brazo sujeta tu pierna, la mano está libre e intenta tocar tu pecho, claro tienes el sujetador, por lo que meto mi mano por dentro de tu vestido y me introduzco con los dedos por debajo de la copa que te sujeta tu pecho y consigo llegar a tu pezón, que por cierto está duro, normal.

Mi mano sigue follándote tu coño, literalmente mientras también te masturbo tu clítoris.

Mi boca está pegada a tu boca por lo que mi lengua juega o intenta jugar con la tuya.

Tu respiración está tan acelerada que ya no gimes, ya jadeas y sé que te falta la respiración por lo que me separo de ti sin dejar de follarte y masturbarte y es cuando me haces esa mirada inconfundible tuya de “por favor, no pares y haz lo que quieras conmigo porque estoy a punto” y como sé que disfrutas pues solo te digo una cosa mirando fijamente a tus ojos. “No te corras aún que quiero que tengas uno fuerte para mí”. Estas palabras a ti te hacen casi ser más caliente pero yo sé que te excitan demasiado y como buen diablillo juguetón que soy, pues te lo digo dos veces, para que me hagas caso.

Aunque yo estoy notando como te vibra por dentro tu vagina y sé que como siga torturando de esa manera a tu cuerpo o estallas en una explosión con una vibración sísmica dentro de ti o intentas aguantar todo lo posible, pero hoy sé que tu aguante será poco, por la situación y porque necesitas ya tener el orgasmo, para así poder descansar de mi tortura.

Pero yo acelero mis movimientos, y muevo mis dedos muy rápido dentro de ti, subo y bajo más acelerada mi mano y ya casi jadeando me dices que no aguantas más y que por favor te deje tener el orgasmo, y como soy lo que deseas que sea, yo no paro de mover mi mano, y te digo “correte cuando te de la gana, pero yo voy a seguir moviendo mi mano lo que quiera” y es cuando de tu volcán a punto de explotar noto como contraes tus paredes.

Noto como aprietas tu cadera contra mi mano y cuerpo.

Noto como de tu boca salen jadeos continuos.

Noto como tu bajo vientre vibra tanto por dentro como por fuera.

Noto como tu cadera se mueve como pidiendo que te penetre.

Noto como realmente estas teniendo un fuerte orgasmo porque yo no paró de mover mi mano arriba y abajo, destrozando tu clítoris contra la palma de mi mano ya tan mojada como tu cueva.

Noto como mis tres dedos están tan oprimidos por tu contracción vaginal que apenas siento que tengo tres sino uno muy gordo.

Noto que tus piernas, sobre todo la que está apoyada en el suelo, se pliega y casi te desvaneces pero como te tengo agarrada no puedes ni caer al suelo, aunque tus brazos ya no ejercen la fuerza de agarre en mi cuello y espalda.

Y como noto que ya estás explotando de placer es cuando te vuelvo a besar metiendo toda mi lengua en tu boca, pero no siempre soy tan malo y perverso por lo que empiezo a bajar el ritmo de mi mano masturbadora, para que también goces de esa desaceleración y tu cuerpo pueda sentir tus espasmos tras este orgasmo.

Saco mis dedos completamente mojados y bañados de tu líquido blanco y dejo que te sientes en la taza para empezar a recuperarte.