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Sandia y Naranja 1. En el Gimnasio.

en Orgías

En temas de amistades, es el centro de atención siempre, aunque a ella no le gusta, ya que tiene siempre que la responsabilidad de que sus amistades estén como ella, y eso a veces cansa, pero ella sigue para adelante.

 

En temas personales, lo siento, mi juramento de privacidad con la persona que no se llama así, pero que le he puesto este nombre, no me permite decir nada, porque me mataría, bueno, matar no, pero dejaría de hablarme y claro, una amiga no pienso perder nunca, porque el resto de la humanidad sepa lo que ella piensa o cuente, así que la vida privada de las personas queda en eso, en privada.
Pero ¿cómo es Ana? Jajajajaja, ahhhh, descubrirla, estar atentas, porque Ana es como cada mujer que leéis estas historias. Ana simplemente es una MUJER.
Y llega el momento en que Ana se pone en contacto con una amiga suya, para ir al gym, si, esa manía que tenemos a veces los humanos en ir a poner nuestro cuerpo en forma.
— Mariaaaaaaaaaaaaaaaa ¿dónde estas que no has llegado, y estoy en el vestuario solita, y desamparada?
Vale, explico, esto es un mensaje de Ana a su amiga María, su compañera de travesuras, de gym, de fiestas y es la amiga de toda la vida que fue su dama de honor cuando se caso, también fue fiel seguidora en sus noches de lágrimas antes de que su matrimonio dejara de existir, y es la que le ha secado más veces las lágrimas, desde que alguna vez salieron de los ojos, por circunstancias de la vida.
María es la amiga que todas tenéis, que nunca deja a su amiga por un tío buenorro, cachas, macizo, elegante y con ganas de devorarla, ya que su amiga es lo primero, y si se pueden ligar a uno o dos o los que sean entre ellas, pues mejor para ellas.
Indico que María es separada, por tanto, tenemos una divorciada y separa, el dúo de la muerte y diabólico de la población en la que viven y trabajan ellas, pero además, son dos soles, dos luceros, dos pedazo de mujeres, que el día que me encuentro con ellas, puedo ser o el hombre más envidiado del planeta, por los dos monumentos de la belleza, como también puedo ser el diablo más juguetón, porque ellas hacen que la alegría y la lujuria flote por todos nuestros poros de la piel.
— Anaaaaaaaaaaa ya estoy aparcando, joiaaaaa, mira que eres caga-prisas mujer, que para una vez que me para un agente de seguridad que está bueno, y me perdona la multa, ya me estas echando en falta, ahora te cuento cuando llegue.
Si, como habéis leído, todavía existen hombres de cuerpos de seguridad que están como los que soñáis, y si, también a veces perdonan infracciones leves al conducir, pero no siempre, eeee.
En eso que María llega al gym, casi con la lengua por fuera de la boca, porque como no, las mujeres de hoy en día, no llevan todo en la misma bolsa, noooooo. María lleva su bolsa de gym, en la cual siempre hay una muda nueva y sin estrenar, para acontecimientos importantes. Lleva una vestimenta acorde a la situación que sera nula hoy, porque no van a pillar nada, pero la imaginaron hace milagros. Lleva un secador del pelo. Vamos, hay que salir elegantes del gym. Lleva una ropa cómoda. Lleva las pinturas, y demás cosas que todas ya sabéis, para que deciros lo que lleváis, si solo hay que abrir vuestros bolsos. Ahhh, también lleva su bolso, en donde no vamos a meter la cabeza, noooooo. Pero lleva la bolsa del portátil, que tiene trabajo para hacer en casa, de la oficina. Raro no es. Hay mujeres que también siguen trabajando cuando están en casa, de cosas de la oficina. Y ¿qué puede llevar más Maria para llegar con la boca casi desencajada? Pues nada, una cosa que no os gusta a ninguna mujer. La nueva adquisición de juguetes sexuales que acababa de recoger de la oficina de correos, y que ya llevaba tiempo esperando, y quería enseñárselo a su amiga, para así tentarla a que le de alegría a su cuerpo cuando un hombre no lo hace. Que siiiiiiiiii, que ya lo sé. Somos de lo que no hay. Pero no estamos hablando de los hombres, todavía, estamos hablando de dos amigas. De dos amigas del alma. De dos compañeras de la vida. De dos juerguistas. De dos alegrías. De Ana y de María.
— Nena, no te lo vas a creer lo que me ha pasado, te juro que si te lo cuento o me odias a muerte o no te lo crees, pero esto es verídico, además, me he hecho una foto con el que no te lo vas a creer.
— Anaaaaaaa, ya estás con eso de que no me lo creo. Sabes que siempre me creo las cosas, ¿pero si hay foto? Cuenta, Cuenta, que soy todo oídos y ojos, eso si, ya te estas cambiando que llegamos tarde a la clase de el rompe piernas y músculos, que ese al final me lo paso yo por la piedra antes que tú, jajaja.
— Mira que eres zorra María, ya te vale. Bien te cuento, pero te juro que está foto es verdad, y dios, que musculitos escondía en su culito el chico.
— A ver, sabes que siempre que vengo al gym desde casa, tengo que tomar una de las salidas de la autovía, porque mi casa esta donde ya sabes.
— Si nena, tú no podías vivir como todo el mundo, en un sitio normal y corriente, noooooo, te tenias que ir a vivir al paraíso, pero a tomar por culo de donde vivimos los demás, y claro, tardas lo que no está escrito en llegar a los sitios, jijijijiji, es lo que tiene ser especial como tú, pero cuenta, cuenta, que ya me tienes en ascuas.
— Cállate coño, y escucha, que esto ya es para novela erótica donde las haya.
— Resulta que si, vivo en el culo del mundo, y si, es el paraíso, se siente, aquí cada una vive donde puede y le sale del mismísimo toto. Calla y escucha, que esto me trae casi con la lengua fuera, pero con el tanga empapadito. Mira la foto de el chico que me ha quitado la multa de trafico. Ufffff todavía tengo el corazón a mil.
— A ver, en la salida de la autovía, para venir para el gym, había un control de la gc, y claro, pues había que parar, a ver quien es la guapa de turno que se salta un control de trafico.
— Total, que paró el coche, y se acerca un joven agente con sus gafas de sol. Me pide la documentación del coche, que amablemente se la doy. Me indica que llevo un faro desorientado, y yo, la verdad, juraría que este coche que tengo no se le mueven los faros, pero bueno, sera de algún golpe que me habrán dado y la lucecita se habrá movido. Total, que el chico tenia ganas de ponerme una multa, el gracioso, y le veo que saca su agenda de poner multas, y empieza a apuntar los datos de mi coche, y me dice que la multa la puedo pagar en ese momento, o en menos de 15 días. Ya era lo que me faltaba para ahogarme en el mes que llevo.
— Le pido por favor que no me ponga la multa, que llevo un mes de gastos que eso seria ya casi tener que dejar de comer.
— Me indica que me baje del vehículo, ya que necesita comprobar una cosa, y claro, yo me bajo, aunque me parece extraño, pero nena, joder como estaba el chiquito, para sus casi 25 añitos que le he echado a primera vista.
— Y me dice, que por favor, levante el capo del coche, que va a mirar si es cierto lo que le indico, por lo que abrimos el capo, que por cierto, que manía de hacerlos tan pesados, me ha tenido que ayudar el agente a levantarlo. Total, se pone a mirar por donde está el foco, y ve que efectivamente me han dado un golpe, y por eso tenia la luz desorientada. Al hacerlo, lo siento, le mire el culo. Ufffffff, que culo, lo que se me ha pasado por mi mente, que ya de por si es muy caliente.
— Yo, ya estaba mordiéndome el labio, pensando en que cerrara el capo, y me tumbara en él, que pasara sus manos por mi cuerpo, y que su porra, la de agente de la ley, la pasara por mis muslos, mientras yo le devoraba con mis labios, pero llega su amigo, el cabo, un poco más mayor con una frase, me despierta de mi sueño. Hablan entre ellos, y el agente joven, le saluda como hacen ellos, levantando la mano cerca de la ceja, por lo que me dice que está vez me perdona la multa, pero que la próxima vez tenga más cuidado porque la multa no me la perdonará.
— Le indico que gracias y que la próxima vez tendré más cuidado, y cuando voy a montarme, sé que me ha mirado mi culo, como todos los hombres, y cuando estoy a punto de arrancar el coche, se me acerca, me da la documentación. Jajajaja, ni me acordaba de ella, si es que me ha puesto mala no, lo siguiente, y claro, pues me he puesto toda nerviosa, por lo que la he metido en la guantera, y antes de irme, me anota una cosa en un papel de multas, y me lo da doblado.
— Me indica que continué con mi camino, y que tenga un buen viaje. Total, que no me ha dado tiempo de verlo, pero lo traigo aquí.
María estaba en ese momento, viendo la foto de el agente, y no se mordía los labios, no, para nada, estaba mordiéndose las uñas de los dedos. Y claro, ¿cómo ha hecho Ana la foto del agente sin que él se diera cuenta o de el otro agente? Es lo que se pregunta María, y es lo que le pregunta:
— Ana, y ¿cómo le has hecho la foto al agente, sin que el otro se diera cuenta?
A lo que Ana le responde con una sonrisa a más no poder:
— Se la he pedido a su compañero, antes de montarme en el coche, porque estaba claro que no te lo ibas a creer, y así sabremos las del grupo, que hay una nueva remesa de agentes de trafico que madre mía como están.
— ¿Y qué es lo que ponía en la nota, joiaaaa?
— Anda, la nota, jajaja, ni me acordaba ya de ella. Espera que la busque que la tengo aquí en el bolso. Madre mía como tengo la cabeza, bueno el toto, que lo tengo todo mojado, por favor, no se puede estar más bueno y encima joven y encima agente de trafico. Vale, la encontré.
En ese momento Ana, le enseña la nota, casi arrugada y doblada por varias partes, y entonces es cuando las dos se quedan con la desencajada, y la boca abierta. En eso que Maria le dice a Ana:
— Zorra, eres una zorra, te libras de una multa y consigues el teléfono de el agente y encima te invita a ti y a una amiga a tomar algo esta noche. Eso ya te vale, quiero ir, quiero ir, y no me digas que no estas pensando lo mismo que yo, porque le digo al rompe piernas que llevas comiendo tartas toda la semana, y te mete una sesión que me quedo yo con los agentes de trafico.
— Jajajajajajaja, pues claro que acabo de pensar en ti, María, o es que te crees que te dejaría tirada en la cuneta sin que los veas, pero eso ya de que los cates, que sé lo que piensas, ya veremos, que esté es para mí, pero su compañero te vendrá a ti mejor, te gustan maduritos, y tenia también un buen culito, la verdad.
— Si es que están saliendo unas nuevas remesas de agentes de trafico que da gusto circular por las carreteras, madre mía. María, ¿ya estas pensando que te vas a poner esta noche? Porque yo ya sé lo que me voy a poner debajo de el vestido, jajajajajaja. Nada. Hoy me van a tomar las huellas dactilares por ser una mujer mala, jajajajajaja. Anda mueve el culo, que sé que ya estas mojada, y al final no vamos a la clase, eso si, como seas capaz de decirle al rompe piernas lo de las tartas, le digo yo a él que esta semana has estado haciendo pasteles para las mamis de el grupo de karate, y veras la que no se mueve hoy, jajajaja, mueve ese culo, joiaaaaa.
En ese momento, tanto María como Ana, se movieron para dentro del gym, y riéndose, se fueron a la clase de el rompe piernas.
Al cabo de una hora, empezaron a salir casi a gatas las intrépidas aspirantes a aguantar una sesión más de el rompe piernas, pero claro, no eran nuestras amigas, Ana y María, no. Estas salieron las ultimas, ayudadas por dos hermosos y guapos compañeros del instructor de dichas clases, porque las pobres no podían ni dar un paso sin caer rendidas.
Y todo fue, porque con la tontería de las preguntas de el chico a cada una, al final se supo que ni María ni Ana habían tomado ningún dulce en toda la semana, pero si que necesitaban bajar algunos centímetros en sus cuerpos, para esa manía que tenemos a veces de ponernos el bikini de cuando eramos pequeñas, así que, tuvieron que ayudarlas a llevarlas hasta el vestuario de chicas, pero claro, no podían entrar, había otras compañeras del gym, cambiándose, por lo que las dejaron que ellas poco a poco, dieran pasitos de casi aprendiendo a andar, pero en mujeres.
Se miraron las dos, sin poder decirse nada, eso si, a cámara lenta, ya que les dolía hasta el cuello, al girarse, y al unisono se preguntaron:
— ¿Y ahora quien va a quedar con los agentes de trafico?
Las risas con caras de dolor, salieron de sus bocas, y apoyándose la una en la otra, fueron entrando al vestuario. Y María indico:
— Pues no sé yo si mi cuerpo está para mucho trote, pero la verdad que necesito unas buenas porras de cuero en mi culito, que ya lleva mucho tiempo sin ser visitado, y en mi caso, "mi culito si pasa jambre", jajajaja.
Y Ana, casi con dolor en su mandíbula, se río indicándole a María:
— Jajajajajajaja, Mira que eres bestia. Nos duele hasta las pestañas, y solo piensas en que te metan una porra de esas, que son larguísimas por tu ojete. ¿Eres viciosa o puta?, jajajajajaja.
Se miraron y no hizo falta responder, las carcajadas salieron de sus bocas, pero con una cara muy expresiva de dolor cada vez que su estomago se contraía para poder reírse.
Se desnudaron a cámara lenta, pero lenta, nada de ir despacio, es como si se hubieran quemado la piel después de estar mas de 5 horas al sol, y apenas podían moverse. Cuando ya se desnudaron, para ir a las duchas, habían tardado más de media hora, en quitarse unas mayas, una camiseta, el tanga y las deportivas y calcetines. Vamos eso lo hacen sin estar tan reventadas y no llegan ni al minuto, pero es lo que tenia ir a la clase del "el rompe piernas" después de más de un mes sin aparecer por sus clases, que siempre le ponían excusas la una a la otra, pero en realidad es que le tenían miedo, de lo fuerte y exigente que era en dichas clases de aerobic para mujeres.
Se metieron en las duchas agarradas de las manos, como si el suelo fuera de gravilla, les dolía todo, y tras verse mutuamente, algo paso por sus mentes, pero no pensaron en nada más, solo en ponerse un poco más recuperadas, ya que necesitaban salir del gym para poder pensar en que hacer si ir a la cita con esos dos nuevos chicos o estar tiradas en cama el resto de sus días.
Acabaron de la ducha, y la verdad, es que una ducha de agua calentita, recupera el cuerpo, por lo que se vistieron y salieron del gym.
A las puertas de sus vehículos, María le dijo a Ana:
— Entonces ¿quedamos con los chicos o lo dejamos para otro día, porque yo como no me lo hagan ellos todo, no sé si podre abrir mi boca? Jajajajajaja
Ana le dijo a María:
— Nena, ¿de verdad que no puedes ni moverte? Porque yo si puedo, y más con las ganas que tengo de estar con dos agentes de trafico, que la verdad, solo haber pensado en lo de las porras, pues la verdad, si no funcionan sus porras, las otras algo de gustito darán, ¿no? Jajajajajaja
— Mira que eres putón Ana, solo piensas en abrir tus piernas, es que no tienes remedio. Anda, vamos a casa, nos arreglamos y quedamos con ellos, pero eso si, yo voy a reventar mi cuerpo, pero una doble no me la quita nadie, que ya estoy mojada de solo pensarlo.
Y las dos amigas se fueron a sus casas en sus respectivos vehículos.
Mientras se arreglaban, por el móvil, se mandaban mensajitos diciendo a cual más brutal y más bestia los mensajes.
Ana le dijo que ella nunca lo había hecho por detrás, y que la verdad, tenia ganas de probarlo, pero que necesitaba que María le ayudara a quitarse esa parte de su mente que le decía que analmente no debía de tener ninguna penetración, por lo que María le indico que le ayudaría una vez ella se hubiera quitado esas ganas de ser bestialmente orgasmada, porque ya tenia ganas de una buena doble con las porras de verdad y las de carne de los agentes. Pero le dijo a Ana que le mandara un mensaje a los chicos, para que llevaran sus porras bien preparadas. Estaba salida y excitada María, tanto que hasta Ana se sorprendió de lo que su amiga le estaba diciendo, pero se lo mando, aunque claro, cuando el joven leyó dicho mensaje, le indico en respuesta que ya es habitual que les pidan que las lleven, por lo que también llevarían las esposas, que parece ser que eso motiva mucho a unas bellas mujeres, y algo nuevo y excitante que acababan de recibir, y que nunca lo habían probado, por lo que le dejo con la intriga a Ana, y ella no le dijo nada a su Amiga.
Se acerco María a casa de Ana, y aparco en la puerta. Cuando salio de su vehículo, Ufffffff, madre mía, parecía una loba mata hombres, pero claro, cuando Maria vio a Ana en la puerta de la casa de está, solo pudo decirle:
— ¿Tú vas a la opera o a quedar con dos chicos? Porque joer nena, que bien te queda ese vestido, estoy por que les digas que tardaremos una hora más en llegar, y te meto en tu cama, y te hago de todo lo que nadie te ha hecho. Me acabas de mojar el tanga, que ya estaba más mojado que cuando sale de la lavadora sin centrifugar.
Ana se río delante de ella, y se pusieron a ver en que coche iban a ir, porque era tontería que fueran en dos coches, cuando ellos llevarían también otro vehículo.
Y se montaron en el de Ana, por lo que cuando llegaron al restaurante, y salieron, ellos ya estaban esperándolas en la puerta, y cuando las vieron, uno de ellos, el más maduro le dijo al joven:
— Oye, ¿estás seguro que una de ellas es la que paramos, porque no se yo, a ver si has quedado con una de tus putitas y al final me haces lo de siempre, que me tengo que encargar de ellas, porque no me aguantas ni un asalto con ellas?
A lo que el joven le indico a su compañero sin que las chicas se dieran cuenta, ya que estaban a unos 20 metros de ellos:
— Mis putitas como tus las llamas, hoy no están, ya que tenían que estar con sus parejas, pero te aseguro que si estas son, al menos una de ellas, la que paramos hoy, hoy no te dejo tirado, hoy no bebo ni una gota de alcohol, y hoy les damos lo que necesitan a estas mujeres, hombres de verdad, que se note lo que el cuerpo de trafico puede hacer por unas bellas señoritas deseosas de porras, jajajajajaja.
Y cuando llegaron ellas a ellos, se hicieron las presentaciones.
Nota de Autor: A ver, no pienso poner las presentaciones, todo el mundo sabe lo que se hace en las presentaciones de las citas de nuevas personas, así que, aquí queda a la imaginación de quien lo haya vivido. Nervios, saludos, carcajadas, miradas, y demás actos humanos que conllevan dichas actuaciones, para vuestra imaginación.
Como era lógico, el joven abrió la puerta del restaurante y paso primero, por lo que el más maduro, le agarro del hombro, e indicando que la galantería era una asignatura que el chico nunca aprendió en la academia, pues les dejó que entraran primero las chicas.
¿Por qué se deja entrar primero a las damas en un restaurante y no los caballeros? Eso seria una buena pregunta para poder hacer un capitulo de ello, pero en este caso es para lo que todas las personas os lo podéis imaginar, si, es para eso. Ohhhhh, pero es una ciencia antigua, es para poder ver mejor lo que muchas mujeres sabéis provocar, y es la parte trasera que tanto nos atrae a los hombres. Como a vosotras os gusta también ver un buen trasero de un hombre, os da esos pensamientos en los cuales, solo vosotras sabéis lo que os podrán dar de placer si se llega al caso de tenerlo.
Pues por este motivo el maduro quiso ver como estaban estas bellezas por sus partes traseras y así le hizo al joven que viera lo que no vieron por la parte delantera de ellas, cuando se saludaron.
Tras pasar la puerta, se quedaron esperando a que viniera un camarero para que los atendiera. El maduro indico que tenían una reserva a su nombre, y el camarero cogiendo cuatro cartas, les llevo a una de las mesas que estaban reservadas, junto a una chimenea, pero no pegados, ya que el calor podría asfixiar a las damas, y no era el momento de que se pusieran menos escotadas de lo que estaban, por lo que viendo la chimenea encendida, pero sin salir mucho calor de dentro de ella, se sentaron en las mesas. El maduro, hizo un gesto al joven, para que no se sentara hasta que las chicas no lo estuvieran, así por lo menos le enseñaría buenos modales ante las damas que estaban con ellos.
Tras sentarse quedaron tal que así:
Ana, a su derecha el joven agente, a la derecha del joven agente, María, a la derecha de María el agente maduro, y a la derecha, bueno, pues Ana, no había más gente en esa mesa, que no era un camarote de unos hermanos humoristas antiguos.