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Estrenando a una perra ( Raquel)

en Lésbicos

Nos encontrábamos en la playa. Un ligero bañador negro cubría sus pequeños pechos, mientras juntas mirábamos hacia el mar... tonteábamos suavemente, con alguna caricia o abrazo... nunca había estado con otra mujer, se le notaba... de repente, como una idea fugaz, se levantó y fue al agua...  yo, algo ingenua, la seguí. Allí, tonteaba, me decía lo guapa que era, me acariciaba los muslos y se enroscaba ante mi ser... yo sentía como me calentaba cada vez más... al salir, pude ver su enorme culo empapado, lo que me lanzó a invitarla a mi casa... juntas, caminamos hasta allí, en bikini, atrayendo las miradas de aquellos hombres que se nos cruzaban...
 
Al llegar a casa, le pregunté a la par que le servía un refresco... 
-¿has estado con alguna chica?
Ella, algo cortada negó con la cabeza...
La muy puta llevaba toda la mañana calentándome, era obvio que lo deseaba... de esta forma la comencé a presionar... le ofrecí darse una ducha para quitarse la sal... rápidamente la aceptó... 
 
Estando ya desnuda en la ducha siguió tonteando... retándome a entrar...
 
Yo, ya me conocéis, atrevida me desnudé y me metí... ella comenzó a temblar no lo esperaba... comencé a enjabonarla y a acariciarla, hasta haber retirado cualquier tipo de suciedad de su virginal cuerpo...
Al llegar a la habitación, la empujé contra la cama y me puse encima... te gusta calentarme eh perra. ¿Te gustaría estar conmigo? Ella solo temblaba
Yo proseguí a besarla, lentamente al principio, más cuando fue cogiendo confianza y abrió la boca, le metí mi lengua hasta el fondo, a la par que mis manos acariciaban su cuerpo...
 
 
 
 
Me levanté y puse mi coño sobre su boca... su respiración, sus labios, su lengua... no paso mucho tiempo antes de que aquellos movimientos circulares de su lengua me hicieran estremecerme y gemir de placer... mientras, yo estimulaba sus labios exteriores.
 
Llegado el momento, metí mis dedos en su coño... su expresión me demostró su virginidad... comencé a moverlos más rápido mientras con mi otra mano estimulaba su clítoris. En cuestión de segundos, grito y se retorció como si la hubiesen herido... 
 
Podríamos haber acabado allí, pero yo tenía otros planes...
 
La puse a 4 patas y humedecí su ano, para justo después meter un dedo...sus ojos azules se tornaban blancos y sus gemidos eran exagerados...de modo que con un azote en la nalga la mande callar. Pasados unos instantes, comenzó a agitarse... decidí que era el momento oportuno...
 
Abrí un cajón y saque mi arnés, aquel que en tantas aventuras me había acompañado... 
 
Me lo ajusté y sin pensarlo dos veces la penetré... primero vaginalmente... sus chillidos eran agudos y de sus ojos brotaban lagrimas... mientras la penetraba, agarraba sus pequeños pechos y los masajeaba a la par que pellizcaba sus rosados pezones... mi pene de goma entraba y salía como si nada... de repente, todo se inundó, se había corrido... esta vez más... pringando mi cama de sus flujos... 
 
Sin darle tiempo a reposar aprete su cabeza contra la almohada y comencé a penetrarla analmente... grandes y duras embestidas... sus gritos de dolor tapados por la almohada no hacían más que encenderme... de nuevo se corrió... aun sin comprender nada... 
 
Finalmente, para que me probase, le deje lamerme el cuerpo, parte a parte, axila, pechos, muslos, cuello, nuca... hasta excitarme lo suficientemente como para poder darle a probar mis flujos... aquel sabor era como el del león que prueba al hombre... ya no quería nada más... sólo estar conmigo... nos besamos y nos dormimos, juntas, desnudas, pecho contra pecho