EL TUTOR - CINTURON DE CASTIDAD
Continuación del relato “La cena de empresa”.
Inés estaba en su casa, habían pasado dos días desde la cena de empresa de fin de curso y todo lo acontecido aquella noche, dos días en los que no había salido de casa. No dejaba de pensar en los recuerdos que tenía de aquella noche, que no eran muchos, pero sabía perfectamente que la habían emborrachado, drogado y abusado de ella, era incapaz de saber quienes y cuantas veces. Los pocos recuerdos que tenía eran durante la cena aguantando los manoseos del Director y sus chantajes amenazando despedirla a ella y su cuñado, el profesor del centro, reciente marido de su joven hermana preñada.
Alguien la había llevado a su casa al día siguiente y la dejó allí, con su bolso, sus zapatos y un albornoz de hotel, de su vestido y su ropa interior no había ni rastro. Su cuerpo seguía dolorido, apenas podía sentarse por el fuerte dolor que seguía sintiendo en el ano y su sexo enrojecido mantenía la fuerte irritación e hinchazón consecuencia de las múltiples penetraciones sufridas.
Lo mas triste de todo era que sabía perfectamente que no podía denunciarlo, perdería su trabajo, el de su cuñado, su joven hermana embarazada dependía de los cuidados médicos del seguro privado que pagaba el colegio, se sentía abatida, resignada.
Por otra parte sabía que la habían drogado, recordaba levemente como la obligaron a tomar alguna pastilla para mantenerla activa, despierta, con energía y ahora tenía la sensación de mono, de falta de esas sustancias, nerviosa, inquieta, con sensación de picor en el cuerpo, necesitaba tomar algo y no se atrevía a ir al médico para no dar mas explicaciones de la cuenta.
Habían comenzado las vacaciones de verano en el colegio, Julio y Agosto, en esos dos meses ella tenía que ir ciertos días, en jornada reducida, trámites como las matriculaciones, actas, etc., esta primera semana eran de vacaciones completas para ella.
Eran las 10 de la mañana, su hija Estrella estaba en actividades extraescolares que se había apuntado durante el mes de Julio, por las mañanas, en un centro propiedad del colegio. Un pequeño centro de lujo, donde los alumnos que voluntariamente se apuntaban hacían actividades deportivas, clases de repaso los que lo necesitaban, juegos, etc. A Inés como empleada del colegio no le costaba nada enviar a su hija, incluso comían all y regresaban a casa por la tarde. Era un alivio no tener que ocuparse de la niña tal como se encontraba.
“Maldita ola de calor”, se decía Inés que recién duchada ya comenzaba a sudar de nuevo, tan solo llevaba un batín corto de seda fina sobre el cuerpo, se acababa de dar crema por todo el cuerpo, especialmente en las zonas íntimas tan doloridas y sentada en el sofá estaba tomando un café cuando sonó el timbre de la puerta.
-¿Quién será a estas horas?- se dijo mientras se dirigía a la puerta, ajustando el cinturón del batín y cerrando el escote.
Abrió la puerta…-¿Agustín… que haces tu aquÍ?, si, Agustín el viejo profesor del colegio, cercano a la jubilación, amigo de su cuñado, el profesor estaba plantado en la puerta de su casa con una voluminosa maleta.
-¿Que tal Inés? ¿No me invitas a pasar y te lo cuento? me envían el Director y el Jefe de estudios, me han nombrado TU TUTOR- dijo el calvo y delgado profesor, de una edad superior a la del padre de Inés
-¿Mi tutor?, pasa, pasa y siéntate en el sofá por favor-,dijo Inés que comenzó a notar como un temblor le recorría todo el cuerpo al escucharle decir que venía de parte del Director.
Agustín fue directo al sofá y se sentó, Inés detrás de él se sentó a su lado…
-Veo que te has recuperado muy bien mmm, cuando te trajimos a casa estabas muy mal, no me extraña, vaya chica mala que fuistes la otra noche, vaya, vaya, la verdad es que nunca me imagine que las dos solas seríais capaces de follaros a toda la plantilla del colegio, pero vaya que si, de dos en dos, de tres en tres, joder que pasada…. cuando te dejamos en la cama tenias el culo tan dilatado que te habría cabido mi puño sin ningún esfuerzo….me sorprende que te sientes tan bien, ¿No te duele?-
Inés estaba pálida escuchando, completamente blanca, paralizada, sin habla……
-¿No dices nada?, bueno imagino que de muchos detalles igual no te acuerdas mucho, llevabas un buen colocón si señor, imagino que tu cuerpo después de dos días echará en falta volver a tomar esas cositas que te animaron tanto…. tranquila también he venido por eso..-, mientras lo decía Agustín sacó del bolso que llevaba un par de píldoras y las dejó sobre la mesa junto a la taza de café que estaba tomando Inés….
Inés se quedo mirando aquello, sin hacer nada, jamás se había drogado hasta la otra noche que no lo hizo conscientemente…..su cuerpo se lo pedía ahora pero quitó la mirada de la mesa y la dirigió de nuevo a Agustín..
-Tranquila puedes tomartelo… es para ti… yo no consumo… se que tu cuerpo te lo pide..tomaste demasiado la otra noche para no desearlo de nuevo... - Mientras lo decía Agustín sacó una pequeña tablet de la bolsa y la encendió poniéndola sobre la mesa junto a las píldoras…..
-He traído esto… es un resumen del video de la cena…. para recordarte algunas cosas… como ibas tan colocada igual las has olvidado…- Agustín pulso el play del video
Inés seguía callada, sus ojos se clavaron en las imágenes del video, se la veía perfectamente en el autobus, follandose a uno de los profesores que estaba tumbado boca arriba en el suelo, mientras otro la enculaba y ella recibiendo las dos vergas mamaba la de otro que se la acercaba a la boca….”folladme cabrones, folladme… soy vuestra puta...quiero mas… mass….. el coño me arde ...necesito otra polla…”, se le oía decir a Inés en el video, entre otras muchas cosas.
-Dios mio.. no puedo ser yo… por favor para eso … por favor.....- decía Inés con la cara cubierta de lágrimas
-Como quieras pero faltan las mejores escenas...24 machos para dos hembras dan para muchos buenos momentos…te aseguro que nos dejasteis satisfechos a todos... yo creo que este video ganaría algún premio si lo presentamos a un festival de cine porno...jajaja- se burlaba Agustín -por lo visto aquel polvito bien frotado en el coño y el culito los pone a cien por hora… en cualquier caso las dos demostrasteis ser unas grandes folladoras….-
Inés no pudo resistir mas escuchar a Agustín y cogió las dos píldoras que había sobre la mesa para tomarlas sin pensarlo, ahora mismo solo quería sentirse bien, olvidar…
-Despacito guapa… despacio… no tengas tanta prisa que tengo muchas mas… pero antes de colocarte mucho tienes que saber que hago aqui….-
-¿Que es lo que queréis? ¿Que haces aqui?...- preguntó Inés después de tomarse las dos píldoras y comenzando a notar el efecto, aquel subidón que echaba en falta, que la hacía sentirse flotando por un momento, sentirse bien, relajada…..
-Veras Inés, el Director y el Jefe de estudios, tienen un verano un poco ocupado, me han nombrado TU TUTOR, me encargaré de enseñarte algunas cosas de cómo debes comportarte, vestir, actuar en presencia de algunas personas...cuidar que no hagas cosas que no debes… velar por ti...seré como tu niñera… me ofrecí voluntario… yo tengo todo el tiempo libre este verano… me voy a instalar aquí en tu casa, al menos de momento…¿Qué te parece? ¿Estas contenta? jajajaja- Agustín soltó una sonora carcajada burlona después de decir esto
-¿Aqui, en mi casa?... eso es imposible, esto es un apartamento pequeño, solo hay dos dormitorios, el de mi hija y el mio….mi hija vive aquí no lo olvides… no puedes quedarte en esta casa…- decía Inés en tono de súplica
-Claro que puedo...y lo voy ha hacer...pero tranquila te daré a escoger ¿Donde prefieres que me instale en el cuarto de tu hija con ella o en el tuyo contigo?
-Por favor ella no tiene que saber nada de esto, es solo una niña...ya sabes que me he separado hace poco… es un momento delicado para ella, para las dos….-
-Tranquila Inés, ella no tiene por que saber nada de lo que hace su mami, puedes inventarte la excusa que quieras para decirle que me instalo unos días en casa, se que por las mañanas ella tiene actividades de verano en el centro, Estrella ya me conoce, no soy un extraño, este año he sido su profesor en algunas clases y el curso que viene tambien, no te preocupes.-
Inés no estaba para nada convencida.. no le hacía ninguna gracia tener a aquel viejo en casa…..
-Inés no tengo que recordarte que estoy al corriente de todo, ya te dije que me envió el Director, tu trabajo, el de tu cuñado, la salud de tu hermana… todo depende de ti, se que eres una mujer lista, inteligente…. lo demostraste la otra noche… ahora ya has roto el hielo...ya no eres la mujer tímida que he conocido estos años…- la mano de Agustín fue al cinturón de la bata de Inés, soltandolo, abriendo la bata, sus tetas desnudas quedaron a la vista, dos pechos grandes, muy grandes, bastante caídos, de aureolas sonrosadas que Agustín comenzó a acariciar….
-Por favor, por favor Agustin,... mi hija no tiene que saber nada de todo esto..-
-Claro que no… tu seras buena.. yo seré bueno… ¿Harás todo lo que te diga, verdad?
-Si, si, - dijo Inés bajando la cabeza y dejando que aquel viejo la manoseara a placer, estrujando sus tetas con fuerza, pellizcando sus pezones….-
-mmm asi me gusta…. ahora Inés quiero que me la chupes sin prisas, tenemos todo el tiempo, … quiero que me lo hagas con esta boquita y con estas tetas.. mm tengo muchas ganas de que me pajees con ellas...ya vi que lo haces muy bien, sí señor, sabes como usar estos cántaros...mmm.. levantate… quitate la bata quiero verte bien-
Inés se levantó, se quitó la bata de seda, iba completamente desnuda, a sus 35 años tenía un cuerpazo, delgada, alta, 1.70, rubia, pelo corto, piernas largas, culazo bien puesto, tetas grandes, bastante caídas, este era el único pero… las piernas y brazos tan morenos contrastaba con la marca del bañador de una pieza que ocultaba una piel muy blanca, el sexo cubierto de vello rubio, se notaba un poco descuidado. Agustín se soltó el cinturón y se bajó el pantalón sacando una verga considerable de tamaño y bastante gruesa, muy dura, … estaba bien empalmado… Inés le miraba sorprendido lo bien dotado que estaba para su edad….
-Venga arrodíllate y comienza a trabajar con las tetas…. hoy te pelaras ese coño, no me gusta tan peludo… lo quiero bien rasurado,... por completo…-
Inés se arrodillo entre las piernas del hombre, con las dos manos cogió sus pechos por la base, apenas las abarcaba con las palmas de las manos, juntó sus tetas alrededor de aquella verga dura y comenzó a deslizarlas de arriba abajo, aquella verga parecía no corresponderse con el cuerpo delgado, desgastado de Agustín… mas bien parecía la verga de un joven bien dotado, por su tamaño y dureza
-¿Que pasa… te sorprende que un viejo como yo tenga la verga tan grande y dura? jajajaja te va a gustar… lo se.. no te preocupes a mis años aún tengo ganas de montar todos los días una o dos veces… pero se bien que una hembra como tu necesita mas de una verga… yo me encargare que no te falten...desde hoy vas a estar muy bien montada… tranquila..-
Mientras Inés le pajeaba con sus tetas, él no dejaba de manosearlas también, -tienes unas tetas perfectas para pajear una verga, si señor-, la verdad era que al tener los pechos tan grandes y caídos a Inés le resultaba sencillo cubrir con ellas la verga por completo, enterrarla entre ellas mientras las deslizaba de arriba abajo, su ex marido Rogelio siempre se lo decía “tienes las tetas perfectas para hacer cubanas”
Las manos de Agustín las soltaron por un momento para cogerla de la cabeza e inclinarla hacia abajo -ahora la boquita...chupala.. comertela enterita Inés-. los labios de Inés comenzaron a lamer el glande, a chuparlo y a meterlo en su boca, mientras sentía como aquellas dos manos presionaban en su cabeza haciendo que la bajase mas y mas, poco a poco aquella magnífica verga se fue alojando en su boca por completo…
-mmmm asi, asi, toda dentro… muy bien Inés… la chupas muy bien puta, muy bien-, la mamada era de campeonato, Inés la tenía clavada en su boca hasta la base de la polla, manteniéndola dentro por la presión de las manos en su cabeza que no la dejaban sacarla y comenzaba a babear con con ganas y haciendo considerables esfuerzos para respirar,,,
-Ahora cuando te suelte la cabeza podrás sacarla… respirar.. y te van a montar encima mío, quiero que me cabalgues tu, quiero que te lo curres, te subes, te la metes hasta el fondo en tu coño y me follas bien, como una verdadera puta…-
Inés así lo hizo, se monto encima, se la clavo hasta la empuñadura y comenzó a cabalgarle mientras se sujetaba con sus manos al respaldo del sofá…. En pleno efecto de la droga se sentía bien, cerraba los ojos, estaba disfrutando de aquella verga que no parecía la de un viejo , la respiración agitada comenzó a traducirse en gemidos de placer….-mmmm ahhhh que rico… como me gusta..-, se sentía desinhibida, relajada...solo sentía placer… él porqué estaba allí y con quien no ocupaba sus pensamientos…. solo tenía la sensación de goce y bienestar…
Agustín agarrado a sus tetas no las soltaba ni un instante, estrujandolas, amasando las, sobando cada rincón de aquellas tetazas caidas -que buena estas hija de puta… que bien jodes… eres una verdadera zorra.. mmm asi asi, un poco mas…. me voy a correr, correte conmigo zorra, correteeee mmmm-
Inés estaba muy a punto también, estaba gozando como una perra salida y cuando Agustín le pidió que se corriera se dejó ir con facilidad al notar un brutal orgasmo que le venía al mismo tiempo que recibe la corrida del viejo que le llena el coño de leche caliente y pastosa….-ahhhh ahhhh que gusto, me corro, me corro- decían los dos casi simultáneamente.
Inés se quedo sentada sobre Agustín, ambos resoplaban, necesitaban tomar aire después de semejante corrida….
-mmm muy bien, te has portado muy bien, así me gusta, ahora te vas ha ir a darte una ducha yo te preparé la ropa que tienes que ponerte, vamos a salir un rato… pero antes quiero que me des tu móvil y el pin de acceso.. necesito confirmar que no haces ninguna tontería..ah y también el móvil de tu hija, se que no les dejan llevarlo en las actividades de verano así que lo tendrá en casa….dame tu pin también…-
Inés estaba atrapada, no podía decir que no a lo que le pidiese aquel hombre así que fue a por los dos móviles y se los entregó con sus claves de acceso…..
-Muy bien Inés, puedes ir a la ducha...ahora iré yo- Agustín instaló dos aplicaciones de control remoto en los móviles que le permitían un control total de los dispositivos, desde su móvil podía ver la posición donde se encontraban, escuchar conversaciones, leer mensajes, mails, whatsapps, incluso utilizarlos como un micrófono ambiental para escuchar lo que sucedía cerca de de los móviles….Nada de lo ocurriese con los móviles o cerca de los móviles escaparía al espionaje de Agustín, …..
La aplicación instalada quedaba oculta para el usuario, de forma sencilla tan sólo disponiendo del móvil durante unos minutos se podía conseguir un control absoluto sobre el terminal telefónico l…”maravillosa tecnología” se dijo Agustín una vez comprobado que todo funcionaba correctamente y se levantó hacia dormitorio de Inés para prepararle la ropa con la que quería que se vistiese..
Lo primero que hizo fue revisar el armario y los cajones de Ines, tal como se imaginaba el vestuario de la secretaría del colegio no lo que se dice muy sexy y mucho menos provocador, fue seleccionando lo que consideraba que podía valerle para sus planes, algun vestido un poco escotado, alguna transparencia y un par de faldas mas cortas de lo normal, en lencería el panorama tampoco era mucho mas alentador… “vamos a necesitar ir de compras, tal como me imaginé”, se dijo Agustín para sí, al tiempo que abría su voluminosa maleta y sacó varias prendas femeninas que había traído “menos mal que uno siempre es previsor jajajaja”, se dijo satisfecho de haber tenido en cuenta aquella situación…..
-Inés, no te olvides de pelarte el coño, te quiero bien rasurada, no me gustan esos pelos que llevas…- le gritó acercándose a la puerta del baño
Minutos después salía Ines del baño luciendo su nueva imagen íntima, un sexo completamente rasurado que permitía ver con nitidez aquellos labios enrojecidos y abultados que sobresalían y rodeaban su vagina irritada.
Agustín la miraba satisfecho, cogió un tubo de crema lubricante y echó sobre su mano derecha un buen chorro, luego acercó la mano a la entrepierna de Inés, con la misma mano introdujo el pulgar en la vagina y dos dedos en el ano -no te quejaras eh quiero que tengas los agujeros bien lubricados y ocupados permanentemente por eso te vas a poner esto…-
Agustín le mostró una especie de braga de cuero rojo, con los bordes acolchados para evitar el roce, en la parte interior lleva incorporado dos consoladores no excesivamente grandes para llevarlos metidos en su culo y su coño. Llevaba unos ajustes al muslo y la cintura para ceñirlo perfectamente al cuerpo y un cierre lateral en la cintura con una pequeña llavecita, una vez ajustado y cerrado era casi imposible de sacar sin abrirlo, como si fuese un cinturón de castidad pero con dos consoladores incorporados que vibraban por control remoto.
-Vas a llevarlo permanentemente de momento, quizás te lo quite por las noches cuando durmamos juntos si te has portado bien durante el día, cada vez que necesites ir al baño tendrás que pedir permiso para que lo abra…-, una vez colocado, con aquellos dos consoladores incrustados en sus agujeros Agustín lo cerró con su llave…. comprobó que estaba bien ajustado y no se podía sacar sin abrir….
-Perfecto, te ajusta como un guante, veamos ahora qué tal funciona el mando a distancia...creo que tiene un alcance de unos 30 metros, será suficiente..- Agustín pulso el botón que activaba la vibración del consolador vaginal, Inés comenzó a notar como aquella vibración iba en aumento a medida que Agustín aumentaba la potencia desde el mando hasta que la hizo agacharse al suelo intentando con sus manos quitarse el cinturón sin conseguirlo….-Para, para esto por favor…. no lo aguanto….- decía Inés
Agustín se reía con tono burlón -jajaja veo que el del coño va perfecto, ahora probemos el del culo… -, paró la vibración del primero y activo el segundo, la vibración en el ano era mas soportable pero a máxima potencia la hizo agacharse de nuevo. Con los dos activados simultáneamente, a una velocidad alta de vibración, Inés era incapaz de mantenerse de pie apenas unos segundos y se retorcía agachada intentando desprenderse de aquel instrumento de tortura.
-Quítame esto por Dios… por favor quítame esto no lo soporto…- decía la pobre Inés
Pero Agustín seguía probando los efectos y reacciones de las distintas velocidades, solos o en conjunto y se dio cuenta que a un nivel 3 que era el intermedio, con los dos activados Inés comenzaba a morderse los labios, la sensación de placer parecía ser muy buena a esa velocidad, la mantuvo unos minutos hasta que Inés no pudo evitar correrse brutalmente entre fuertes gemidos de placer……
-Bueno parece que ya le hemos cogido el punto los dos… yo creo que te va a encantar este juguete….te queda perfecto, no ocupa mucho mas que una braguita pequeña, lo suficiente rígido para que no se pueda quitar y lo suficiente flexible para que te permita moverte con soltura, dilatará tus agujeros lo suficiente para que agradezcan una buena polla cuando te lo quite, te mantendrá excitada siempre que se me antoje y aprenderás a pedir las cosas, verás cómo te ayuda mucho en tu educación jajajaja-
Inés le miraba asustada, aquel viejo profesor que hasta hacía un par de días le parecía inocente y bonachón llevaba en su interior un alma de sádico que la asustaba…. Inés comprendía ahora como se debían de sentir las mujeres de la edad media que sus maridos las obligaban a ponerse un cinturón de castidad, pero que ella supiera aquellos instrumentos medievales no llevaban dos consoladores incorporados metidos en sus agujeros y controlados a distancia, la tortura se había refinado con el paso de los siglos, estaba claro que la pervisión del hombre había evolucionado a peor……
Agustín señaló encima de la cama, -ponte esa ropa- le dijo secamente
Ines cogió la minifalda roja plisada y se la puso, era muy corta, sin llegar a ser escandalosa, pero tenía mucho vuelo, se ajustaba a la cintura y luego se abría bastante era la tipica falda que subiendo unas escaleras mecánicas por ejemplo dejaba completamente el culo a la vista o si se inclinaba un poco mas de la cuenta.
A continuación cogió el sostén negro de aros, semitransparente, le subía y juntaba los pechos pero aquella prenda de lencería tan sexy mostraba con bastante claridad sus areolas sonrosadas y sus pezones. Cogió la blusa negra cortita, ceñida, de fina gasa, se le pegaba al cuerpo bastante y transparentaba bastante especialmente la zona del pecho que presionaba por su volumen y la tensaba mas.
-¿No pretenderás que salga así a la calle?, se me transparenta el pecho - dijo Inés mirándose en el gran espejo de pared que tenía en el dormitorio
La respuesta fue una fuerte sacudida de los dos consoladores que tenía metidos en sus agujeros, aquella vibración no cesaba, iba en aumento hasta que la hizo agacharse, ponerse en cuclillas y sus manos instintivamente ir a su entrepierna intentando quitarsela -para por favor para… no lo soporto- suplicaba Inés
-¿Prefieres que te saque a la calle sin sostén?... quizás así enseñes mejor las tetas, dime Inés …¿Prefieres salir a la calle como vas o sin sostén? te dejo elegir…-
-Asi, asi, quiero salir asi como voy… pero por favor para esto… paralo… me esta destrozando…- rogaba Inés
-Bien, entonces si quieres salir así a la calle saldrás así…. Quiero que aprendas a no discutir lo que te diga, es un consejo, sera mejor para ti hacer las cosas que te pida sin discutirlas… ¿lo has entendido?-
-Si, si, hare lo que digas….- dijo Inés aliviada al notar como cesaba la vibración de los consoladores…
-Un par de cosas que quiero que tengas en cuenta… no me gusta que seas tan finolis hablando, a las tetas las llamas tetas, no pechos ..estamos en verano en una ciudad costera, mas te vale que pierdas pronto esos absurdos prejuicios con el vestuario, me gusta verte sexy, provocativa….ahora vas digamos “decente”, si no eres capaz de darte cuenta tendré que vestirte de un modo provocativo de verdad, como una verdadera puta, tu veras, acostumbrate o será mucho peor..-
Inés asentía con la cabeza, desde el suelo…
-Ponte esos zapatos rojos de tacón y levántate-
Inés se puso aquellos zapatos abiertos de verano, de un rojo intenso y tacón de 10 centímetros, la verdad es que estaba realmente sexy, provocativa pero no vulgar, a sus 35 años mantenía una espléndida figura, con aquella minifalda lucía unas piernas que serían la envidia de cualquier jovencita, su culo se bamboleaba a cada movimiento, al igual que sus dos tetazas, desde luego ningún macho hetero se quedaría indiferente a su paso…….
Agustín se mostraba satisfecho, aquel viejo sesentón de edad superior a la del padre de Inés pretendía presumir de hembra y desde luego que saliendo así a la calle lo iba a conseguir….-Vas a comportarte como si fuésemos pareja, me presentarás a tus amigos, familia, vecinos a todos con los que te relacionas habitualmente como tu pareja, solo tu sabrás que soy TU TUTOR, para las demás personas de tu mundo estas locamente enamorada de mi, incluída tu hija, tu hermana, todos….¿lo has entendido Inés?-
-Si, lo he entendido..- dijo resignada Inés
-Un último detalle, para que no pidas alegremente que te quite el cinturón tienes que saber que cuando lo hagas para ir al baño tus agujeros serán usados, de una u otra forma, por mi o por quien yo quiera. Metetelo bien en la cabeza si no llevas el cinturón serás usada, pedir que te quite el cinturón para mi es como si pidieras polla, de hecho lo pedirás así “Quiero pollas señor”, , se que al principio solo pedirás que te lo quite cuando tengas una urgente necesidad, con los días empezarás a pedirlo por poder quitártelo, vas a preferir que te follen a llevarlo puesto, cuanto antes te des cuenta mejor para ti….-
-ahhh y ni se te ocurra hacerte tus necesidades encima, eso sería malo, muy malo para ti,... no quieras comprobarlo. Ahora ve a la nevera y trae una botella de agua con dos vasos, nos vendrá bien antes de salir de casa-
Agustín llenó los dos vasos con el agua que había traido Inés, mientras él se bebía el suyo la hizo beber uno tras otro hasta vaciar la botella -Bien ahora ya podemos ir a dar un paseo-, dijo Agustín mirando fijamente a Inés, por la cara parecía ya tener ganas de ir al baño, así era, pero ella se calló, no dijo nada y salieron de casa.
Agustín la cogia amorosamente del brazo, encontrarón un par de vecinos del bloque de apartamentos donde vivía Inés, esta los saludó cortesmente y con uno que parecía tenían mas confianza se paró presentándole a Agustín como su pareja, el cuarentón del vecino miraba a Agustín de arriba abajo como si no pudiese creer que la belleza de su vecina estuviese saliendo con semejante viejo, pero no dijo nada y se despidieron cortésmente, el vecino no pudo evitar quedarse mirando el culo de Inés hasta que la perdió de vista.
Los que vivían en la pequeña localidad costera se conocían bien entre ellos, por eso era bastante normal que al cruzarse por la calle con cualquiera se pararan a saludarse. Agustín le pidió conocer en primer lugar el comercio del barrio que solía frecuentar, especialmente el regentado por hombres, el carnicero, el panadero, el super, el barecito de debajo de casa….luego le pidió una lista de amistades masculinas, en la que Inés tenía que indicar los que habían mostrado interés por ella, pretendientes, o que simplemente le habían tirado los tejos en alguna ocasión.
Por último la relación de familiares que vivían en la localidad y su relación con ellos, Inés atendía cada una de las preguntas y Agustín tomaba notas en su pequeño cuadernillo, confirmando si las personas que nombraba estaban en la agenda de contactos del teléfono de Inés o no.
Paseaban por las calles del barrio, un poco alejado del paseo marítimo, los hombres se quedaban mirando el movimiento de aquellas poderosas nalgas cubiertas por aquella faldita roja tan provocativa pero sobre todo en el bamboleo de sus tetas, tan insinuantes con aquella blusita ceñida semitransparente.
-Una belleza como tú seguro que cuando se enteraron que te habías separado habrá mas de un moscón que se ha insinuado, quiero saber quienes han sido los mas descarados, los mas directos en sus insinuaciones, los que te han hecho sentirte incómoda en estos meses- preguntó Agustín.
-No entiendo todas estas preguntas, ¿para qué quieres saber todo esto? - dijo Inés un poco molesta con tanto interrogatorio
Por respuesta Agustín cogió el mando y activo los dos consoladores, subiendo la velocidad hasta que ella tuvo que agacharse en medio de la acera, ante la mirada de varios viandantes que no la quitaban el ojo de encima….-para por favor, para- suplicó
-Yo pregunto, tu respondes, yo mando, tu obedeces ¿entiendes como funciona?- dijo sin cesar la vibración del mando
-Sí perdona, si, si, lo entiendo… para por favor, por favor- y de repente sintió que cesaba la vibración, su cara de alivio hizo que pudiese incorporarse de nuevo y responder a la pregunta que le había hecho Agustín.
-Esto es un pueblo pequeño, los que vivimos todo el año nos conocemos todos, tanto de casada como de separada siempre he tenido muchas insinuaciones de algunos hombres, el carnicero, el zapatero, el vecino del bloque que hemos saludado al salir de casa, Paco el marido de Marta la profesora, algún profesor en el instituto, algún vecino en el parque cuando bajaba a pasear a la perrita que tenía…...- respondió Inés.
-Bien, ¿quien te parece el mas desagradable de todos, el de la mirada o palabras mas sucias?-
Inés quedo pensativa un momento -Quizás uno al que llamamos en el barrio, el zapatero, tiene una pequeña tienda, es zapatería y algunas prendas de ropa, cosas muy baratas, vende mucho a los turistas, las mujeres del barrio apenas entramos en la tienda tiene mala fama, es un mirón y aprovecha la más mínima ocasión para meter mano a las mujeres cuando se prueban la ropa o les toma medidas para los arreglos. Mas de una entra en la tienda para conseguir un gran descuento en zapatos o ropa a cambio de dejarse mirar o tocar - explicaba Inés
-Curioso personaje, me gustaría conocerlo, ¿está lejos esa tienda?-
-No, en el bloque a lado de casa, son dos hermanos, el padre les dejó en herencia los locales comerciales, uno montó un bar, el otro la zapatería….-dijo Inés con cara de estar pasándolo mal, las ganas de ir a mear eran muy fuertes ya.
-¿Que ocurre?… parece que pones mala cara-
-Tengo muchas ganas de ir al baño- dijo Inés sin pensarlo y sintiendo una fuerte vibración al mismo tiempo que lo decía que la hizo de nuevo agacharse y encogerse
-Me parece que no te enteras o te haces la tonta, ¿como te he dicho que se pide eso?-
A Inés le costaba recordar que le había dicho exactamente, la vibración era tan intensa que le costaba concentrarse en pensar, una señora viéndola retorcerse en el suelo se acercó para saber si necesitaba ayuda -¿se encuentra bien, necesita ayuda?- dijo amablemente la señora, mientras Agustín paraba la vibración con el mando.
-Estoy bien, estoy bien señora… muchas gracias, solo fue una molestia, ya me encuentro mucho mejor- dijo Inés levantándose al tiempo que la mujer se marchaba sin dejar de mirarla de reojo
Inés estaba sudando por el calor, la angustia que le producía aquella situación, la mezcla de excitación y dolor que sentía en sus zonas íntimas y aquellas horribles ganas de mear que no podía contener, cuando se acordó de la frase que le había dicho Agustín -Quiero pollas señor, …. quiero pollas… por favor- pedía angustiada.
Agustín se la quedó mirando fijamente a los ojos, bajó la mirada, el cuerpo de Inés estaba empapado en sudor, la blusa ceñida al cuerpo estaba completamente pegada a la piel, especialmente las areolas y pezones que se marcaban con descaro en la fina gasa -Asi me gusta, ves como aprendes rápido, acostúmbrate a pedir bien las cosas Inés, del dolor al placer solo hay un paso, cuanto antes lo des mas pronto dejarás de sufrir por esta situación...vamos a ese bar cerca de tu casa, mearas allí-
Volvió a cogerla del brazo y caminaron en dirección a casa, unos metros antes de llegar Agustín la metió en un portal que había abierto -espera un momento, voy a quitarte el cinturón para que vayas al baño en el bar-, sacó la pequeña llave, levantó la falda de Inés y soltó el cinturón. Inés no pudo evitar soltar un suspiro de alivio al librarse de aquello que clavaba en su cuerpo. Agustín sacó de un bolsillo una discreta bolsa de compras y guardo aquel cinturón de castidad con consoladores incorporado.
-Aguanta hasta el bar… no quiero ver una gota regando el suelo Inés o te lo dejaré puesto un par de días sin quitarlo un instante- amenazó Agustín que volvió a cogerla del brazo dirigiéndose al barecito de barrio.
-Si en algún momento te digo que te sientes jamás cruces las piernas, siempre mantenlas separadas y abiertas unos 30, 40 centímetros y si te digo alguna vez que te inclines será para lucir tus tetas cuando lleves algún escote o ropa que permita exhibirlas así que haz por lucirlas en ese momento, mantén la postura lo necesario para que las vean, me gusta presumir de hembra….. no lo olvides-
Demasiadas cosas para tan poco tiempo, Inés se sentía desbordada por la situación, en apenas dos días había pasado de la monotonía de la rutina del ama de casa a ser tratada como un animal que se exhibe y se usa a placer, “no creo que pueda con todo esto”, se decía para sí, sin atreverse a comentar nada, temiendo que fuese peor, los pensamientos en su hija y su hermana la hacían mantener la compostura, sin ellos posiblemente se habría derrumbado ya.
Inés y Agustín entraron cogidos del brazo en aquel pequeño barecito de barrio, la barra a la izquierda estaba vacía y a la derecha cuatro mesitas con un par de parroquianos leyendo la prensa. El dueño del local salía del fondo del local acompañado por su hermano el zapatero llevando una puerta.
-Buenos días Roque- saludo Inés al dueño, un tipo gordo cincuentón bastante sucio y desaliñado.
-Buenos días Doña Inés, qué alegría verla por aquí ahora mismo les sirvo- respondió el dueño del bar mientras sacaban la puerta que llevaban a la calle y la cargaban en una furgoneta. Al instante volvieron y el dueño entró en la barra.. el hermano se quedo fuera apoyado en la barra mirando a Inés, parecían hermanos gemelos, las mismas barrigas cerveceras, de edad parecida y la misma suciedad y descuido en el aspecto.
-¿Que les pongo? preguntó Roque
-Dos cervezas- respondió Agustín -y la llave del baño, por favor Roque, necesito usarlo- añadió Inés
Roque sirvió las cañas al momento y las colocó frente a ellos -Lo siento Doña Inés acabamos de quitar la puerta, estamos haciendo una pequeña reforma, vamos a quitar la plataforma de loza y sustituirla por un retrete en condiciones, justo acabamos de comenzar, mi hermano ha venido a ayudarme, ha tenido que quedarse su hijo en la zapatería- dijo mirando al tipo de la barra que no quitaba ojo de Inés.
Inés apretaba los dientes, juntaba las piernas, se estaba meando, no podía aguantar para subir a su casa, sus gestos no pasaban desapercibidos para ninguno de los hombres que allí había, los dos parroquianos sentados, el zapatero a unos metros tras ella apoyado en la barra y el dueño que la miraba de frente.
Imposible no mirar a Inés, aquella minifalda roja tan corta que dejaba a la vista sus preciosas piernas, los zapatos rojos con aquellos taconazos, el sudor de su cara reflejo del que sentía por todo su cuerpo haciendo que la ajustada blusa semitransparente se pegase a su cuerpo y sobre todo aquellas tetas voluminosas en las que resaltaban los dos pitones que se marcaban en la gasa hacían todos pensaran lo mismo “pero que buena esta la rubia, joder, vaya culo, vaya piernas, vaya tetas…..” era la idea que flotaba en el ambiente.
-No te preocupes cariño, seguro que estos señores tan amables te dejan usarlo y se esperan para evitar que nadie se acerque…..- dijo Agustín
-Claro, claro, faltaría mas...ayudame Blas tenemos que quitar algunas cosas de dentro para que tenga sitio la señora, tenemos las herramientas de trabajo y un par de sacos que tapan la loza- dijo el Dueño dirigiéndose a su hermano Blas el zapatero.
-No te preocupes Roque, yo me apaño como este…-dijo Inés que le urgía ir a mear
-Tranquila es un momento, ahora mismo no se puede entrar, tenemos un par de sacos de material y herramientas dentro, venga, venga y lo ve…- insistió Roque
Los dos parroquianos se levantaron también -os ayudamos entre los cuatro lo hacemos en un momento, parece que la señora tiene prisa-
Todos se dirigieron hacia el fondo del local seguidos por inés, la verdad es que el pequeño baño estaba lleno de cosas, herramientas de albañilería, sacos de yeso y cemento….
Blas el zapatero se quedo rezagado en la barra y mirando a Agustín -¿es usted su padre?, nunca le había visto por aquí-
-jajaja no, se que es lo que parece pero soy su pareja…..Inés tiene gustos un poco especiales …- respondió Agustín de modo insinuante
-Pues vaya suerte, menuda hembra….ya me gustaría a mi tener una pareja asi, buff- decía Blas que se hacía el remolón dejando que su hermano y los dos parroquianos despejaran el baño, él prefería mirar el culo de Inés que a unos metros de él en el pasillo esperaba impaciente poder usarlo..
-Tranquilo, no soy celoso, soy consciente de mi edad y de que una hembra asi necesita bastante mas para quedarse satisfecha…..a mi me gusta mirar… no me importa…-volvió a insinuar Agustin
-¿Quiere decir que… no le importa… si…?, preguntaba Blas intentando confirmar que se la estaba ofreciendo en bandeja
-Claro que no amigo… una mujer así… vestida asi… va buscando guerra...ella lo necesita...le gustan los machos rudos, que le den caña...y a mi…. me gusta mirar… nos compenetramos bien….-
-Pues si le gusta mirar… por mi no hay problema…¿seguro que ella está de acuerdo? ¿no será una broma y me meta en un lío eh? que no quiero problemas…-
-Inés VEN AQUÍ- gritó Agustín
Por fín parecía que los hombres habían terminado de despejar el baño y que podría utilizarlo, aquellas ganas eran tan grandes que ya no podía contenerse, sus pies inquietos no dejaban de moverse dando pequeños saltitos… cuando escuchó la llamada de Agustín, se giró y se acercó unos pasos hacia la barra poniéndose delante de él……otra frase se escuchó detrás de ella, era Roque el dueño del bar -ya lo tiene libre Doña Inés, cuando quiera-
-Parece que fin podrás ir al baño… creo que han dicho que ya terminaban… dile a este señor que pides cuando quieres ir al baño...DISELO- insistió Agustín
Inés le miraba asustada, temblando ahora todo el cuerpo, estaba a punto de mearse encima, giró la cabeza hacia Blas el zapatero, era un hombre desagradable a la vista, sucio, desaliñado, poco agraciado físicamente, con gran barriga, poco pelo...y una cara de cerdo baboso que tiraba para atrás. Inés trago saliva una vez mas, le costó pronunciar las palabras pero por fín las dijo…-Quiero pollas señor, quiero pollas..-
-Ufff tanto tiempo viéndola en el barrio y yo sin saberlo Doña Inés, venga conmigo yo la acompaño al baño… usted solo tiene que pedir… para eso estamos… para lo que necesite… -dijo Blas al tiempo que la cogía de la cintura acercandola a su cuerpo. Blas no tardó mucho en bajar la mano de la cintura para apoyarla en las nalgas de Inés sobre la pequeña falda roja -que este culito no pase hambre vecina-
A un lado de la puerta del baño estaban los dos parroquianos, al otro lado Roque el dueño del bar….
-Dejad paso chicos...la señora tiene que mear - dijo Blas sin despegar la mano del culo de Ines ante la mirada de todos que no daban crédito al descaro del hombre y la resignación de la mujer que no hacía intención de quitarla….
Inés entró en aquel baño en obras, sucio, se colocó de pie subida en la plataforma de loza frente a la puerta como esperando que se fuesen para agacharse a mear..
-¿A qué esperas… no tenías tantas ganas de mear?...MEA .. pero diles a todos lo me acabas de decir a mi, ellos no lo han escuchado… no os vayáis chicos… tenéis que escuchar esto….- decía Blas el zapatero
De nuevo un momento de indecisión por parte de Inés cuando oyó detrás de los cuatro hombres que había en la puerta la voz de Agustín..
-¿No lo has oído?.... DISELO y mea… -
Inés noto como un chorrito caía ya por sus piernas, no podía sujetarlo más, se inclinó al tiempo que volvía a repetir -Quiero pollas señor, quiero pollas-
Estaba en cuclillas, frente a aquellos hombres, las piernas separadas mostrando su sexo por completo, completamente rasurada se veían con claridad los labios abultados y sonrosados que rodeaban su vagina, aquellos muslos morenos que contrastaba con el blanco puro de su pubis, las manos apoyadas en las rodillas, la cabeza bajada por la vergüenza que sentía que la viesen así…...pero por fin podía soltar aquel fuerte chorro de pis que salió con fuerza entre sus piernas..parecía no cesar, mientras ella avergonzada y humillada soportaba las miradas de todos aquellos hombres que la miraban con deseo, como hienas que esperan su presa para devorarla….
-¿Habéis oído chicos?... Esta zorra tiene ganas de polla..-Dijo Blas, el zapatero, sacándose la verga del pantalón y comenzando a pajearse viéndola. Poco tardaron los demás en imitar al verle, momentos después eran cuatro las vergas que se pajeaban viendo a Inés abierta de piernas para ellos, unos con otros se animaban y comenzaron a pronunciar todo tipo de frases obscenas:
-sacate las tetas zorra.. enseñanoslas ..vamos- pedía Roque el dueño del bar, transformado en otra persona al ver a la mujer expuesta delante de ellos..aquel hombre atento, tranquilo, tan amable hacía solo unos minutos ahora resoplaba como un búfalo viendo a Inés como un niño ve un regalo de navidad, deseando quitarle el lazo y el envoltorio… ahora solo pensaba en ver completamente aquel regalo caído del cielo y luego…. disfrutarlo… jugar hasta cansarse o se rompa el juguete… En ese momento Inés era tan solo una muñeca a escala real, una muñeca para ver y tocar a placer… y aquella muñeca tenía tres agujeros dispuestos para satisfacer a aquellos machos hambrientos de hembra..si, Inés era solo un juguete y todos querían jugar con él.
Inés parecía una perrita acorralada en un rincón, asustada, temerosa, sin valor para moverse, desabotono la blusa por completo y sacó las tetas fuera del sostén sin quitarlo, unas tetas grandes, muy grandes y caídas, que se abrían hacia los lados, blancas en contraste con su piel tan morena, las areolas sonrosadas destacan en ellas y los pezones duros y erguidos apuntaban al frente desafiantes….
-Joder, vaya tetazas tiene la señora… menudas pajas tiene que hacer con ellas.. porque no nos la llevamos a la zapatería, .. tengo un camastro en la trastienda, nos la podemos joder a placer…-decía Blas, el zapatero.
Pero la voz de Agustín sono trás ellos -Tranquilos fieras…. las putas no son gratis.. hoy solo quería que vierais el producto… ya veo que os gusta MI PERRA… podéis terminar de haceros la paja pero hoy nadie le toca un pelo-
-No jodas tio,... tu mismo has dicho que te gustaba mirar y que ella quería pollas...no nos vengas ahora con este cuento… si quieres pasta te doy 50 euros pero yo no me voy sin follarmela-protestaba Blas, el zapatero. -yo otros 50 y yo, y yo- decían los demás.
-Levántate Inés, ven aquí- ordenó Agustín
Inés se levantó y se puso al lado de Agustín pasando entre los cuatro que había en la puerta
-Ahora date la vuelta, levántate la falda y enséñales el culo…. separa mas las piernas - volvió a mandar Agustín
La vista era espectacular, el culazo impresionante de Inés, completamente desnudo, tan blanco que contrastaba con el moreno de aquellas piernas largas, delgadas, perfectas, el mismo Agustín miraba a los cuatro receloso de que se abalanzaron sobre Inés y la violaron sin contemplaciones, pero a pesar de su edad, su tono de voz, actitud, sus gestos, todo imponía respeto.
-Abrete las nalgas con las dos manos …. quiero que te vean bien el ojete- volvió a ordenar … Ines obedeció de nuevo...el ano y el coño muy enrojecidos y dilatados por todo el rato que habían llevado incrustados los consoladores se mostraban completamente abiertos...los cuatro tipos seguían con las vergas en las manos sin dejar de mirar y pajeandose.
-¿Los veis bien chicos? Este culo y este coño son de puta de lujo….diles de quien son Inés… me parece que aún no lo saben…-
-Son tuyos.. solo tuyos…- respondió sumisa Inés
-Eso es… míos… y nadie la mete por menos de 300 euros si ami no me apetece que lo haga…. anotad mi teléfono… seguro que después del espectáculo alguno la quiere catar…..me llamáis y me hacéis una propuesta…- los cuatro parecían resignados a quedarse sin follar, ninguno estaba dispuesto en ese momento a pagar los 300 euros.
-Date la vuelta Inés, inclínate, enseñales bien las tetas…-volvió a ordenar Agustín
Inés obedecio, se giro y se inclinó hacia adelante, aquellas dos ubres quedaron colgando como si fuese una vaca…
-Eso es muy bien… pon las manos en la cintura… ahora muevelas… menealas bien..que vean que buenas tetazas tienes para hacer pajas...eso es asi asi muevelas …- Agustín sonreia satisfecho viendo como docilmente Inés hacia todo lo que le pedía, …. ella con los brazos en jarras, inclinada hacia adelante movía el cuerpo agitando las tetas que se bamboleaban de lado a lado…
-¿Valen o no valen 300 euros estas tetas? - preguntaba satisfecho Agustín viendo como babeaban los cuatro.- Ya vale Inés, guardalas, se acabó el espectáculo-
-Nos vamos señores, ya tienen mi teléfono si les interesa, nos veremos pronto… somos vecinos.- Dijo Agustín cogiendo del brazo a Inés y saliendo del bar
Inés era la primera sorprendida había dado por supuesto que los cuatro iban a abusar de ella a su antojo, sin embargo Agustín se había conformado con presumir de ella… se alegraba que hubiese sido asi pero no comprendía bien el por que… sin embargo nada mas salir a la calle Agustín le dio una respuesta a sus preguntas..
-Has visto que podía haber dejado que te follaran como quisieran los cuatro, por delante, por detrás, la boca. varios al mismo tiempo… tú habrías consentido en cualquier cosa por tu situación y tu familia.. lo se. - Agustín miraba fijamente a Inés que asentía con la cabeza.
-No lo he hecho por un motivo, has aguantado sin mear tal como te pedí, has dicho lo que tenias que decir, te has abierto de piernas cuando te lo he dicho ...has sido OBEDIENTE, una buena perra, estoy satisfecho. Solo quiero que te des cuenta que te montaran 20 pollas al día o una, la mía, yo decidiré quién y cuándo, NO LO OLVIDES. -
-No lo olvidaré…- dijo Inés convencida.
-Bien, eso espero… ahora te voy a dar a elegir… puedes pedirme que te vuelva a poner el cinturón o no llevarlo, si no te lo pones iremos a sentarnos en una terraza del paseo marítimo, ¿sabes lo que significa, no?-
-Prefiero enseñar el coño en una terraza, se que tu también lo prefieres - dijo Inés sin pensarlo
-Buena elección, aprendes rápido para ser el primer día… te dije que te acabaría gustando… no me equivoque, te gustará-
Agustín volvió a cogerla del brazo y caminaron hacia la playa..aquella misma mañana Inés descubrió la excitación que le producía exhibirse, hacerse la descuidada y mostrar con las piernas separadas su sexo desnudo, de reojo veía como mas de uno de los que miraban no podían disimular luego la erección en su bañador y eso comenzó a calentarla, se sentía poderosa ante esas miradas furtivas, deseada, atractiva...y aquello comenzó a gustarle, a gustarle mucho.
Durante la siguiente semana Agustín repitió situaciones similares con ella todos los días, tiendas, terrazas, centros comerciales, transportes públicos...Inés siempre prefería ser exhibida a llevar el cinturón y Agustín cada vez pedía mas cosas a cambio, el sujetador comenzó a ser una prenda de uso excepcional, poco a poco Inés iba perdiendo sus complejos con sus grandes tetas caídas y descubrió la atracción que producían en los hombres cuando las llevaba sueltas bajo una blusa o camiseta, moviéndose libremente…
La relación de Agustín con Estrella, la hija de Inés, fue mucho mejor de lo que temía la madre, aceptó de buen grado una figura paterna en casa, el se comportaba como la pareja real de su madre y la chica lo aceptó sin problemas, “demasiado fácil! pensaba Agustín.
El programa espía que Agustín había instalado en los teléfonos de Inés y su hija le permitió descubrir la relación que tenía la chica con su padre y también la que tenía con Paco y su hija Silvia, pero de momento decidió esperar la ocasión oportuna para beneficiarse de esa información, no tenía prisa, lo primero era ganarse la confianza de madre e hija y eso iba viento en popa.
Transcurrida la primera semana Agustín acostumbró a Inés a ir por casa sin ropa interior, Estrella no hizo comentario alguno, parecía ver normal que su madre no llevase sostén en casa y poco a poco iba asimilando ver en mas ocasiones desnuda o cambiándose a su madre, Inés dejó de ocultarse para su hija paralelamente que cada vez se exhibía mas para todos fuera de casa atendiendo las sugerencias de Agustín, su grado de emputecimiento iba mas rápido de lo previsto por Agustín, que estaba encantado con el comportamiento de Inés.
Inés estaba demostrando ser una excelente calientapollas, había descubierto que exhibirse cada vez la excitaba mas y era ella misma quien le sugería situaciones a Agustín donde poder exhibirse.
La tremenda diferencia de edad de Inés, 35 años, con Agustín 63, que inicialmente parecía insalvable con el paso de los días se convertía en una relación de complicidad y confianza, bajo los roles de dominante-sumisa que satisfacía a los dos.
Agustín viendo que Inés iba encontrando su camino por ella misma no forzaba en exceso las situaciones, puntualmente hacia que la montaran otros machos para mantener su rol dominante. Una de las reglas que le impuso de cumplimiento diario era ordeñar un mínimo de dos machos con sus manos o su boca, Inés le demostró que esa cifra se le quedaba muy corta para el voraz apetito sexual que había despertado en ella, demostrando ser una excelente mamadora de pollas.
Un par de días a la semana Agustín la enviaba a cumplir su compromiso con el Director del instituto que parecía conformarse con aquellos encuentros esporádicos. Puntualmente también era requerida por Fernando el Jefe de estudios, pero salvo estos dos, el resto del tiempo era decisión de Agustín a quien y como satisfacía sexualmente.
El Director le comentó a Agustín que Rogelio el exmarido de Inés le estaba presionando para que forzase a Inés a cederle la tutela. Fué el momento que esperaba Agustín para usar las grabaciones que tenía de Estrella con su padre, por fín había conseguido un lugar donde sentirse plenamente satisfecho en todos los sentidos con Inés y Estrella, no pensaba renunciar a ninguna de las dos.
Se reunió con Rogelio y gracias a las grabaciones que tenía consiguió no solo que renunciase a la tutela sino que le prohibió volver a ver a Estrella.
Astuto y observador se centró entonces en Silvia, aquella perversa niñata le tenía comido el coco a Estrella que se comportaba como un perrito faldero con ella, obedeciendola en todo….era el siguiente objetivo.
Pero eso, queridos lectores, será motivo de otro relato…..
CONTINUARÁ
Gracias por la gran cantidad de mails, disculpad sino puedo responderlos todos tan rápido como me gustaría.
Un beso fuerte especialmente para todos aquellos que con vuestros comentarios, valoraciones y consejos me ayudais y animais a seguir escribiendo.
MARIARUIZRED
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