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Aventuras de una niña bonita (9)

en Grandes Relatos

Miluska se fue con una de sus mejores amigas a la playa, provocándoles, a la hora del almuerzo, unas cervezas heladas en lata. Entraron a un restaurante que estaba frente al mar, Miluska estaba un poco avergonzada ya que estaba solo en un bikini diminuto que le marcaba muy bien todo su hermoso cuerpo. Sin embargo, como todos estaban así, entró no más al restaurante.

Allí había un muchacho bien parecido preparando los jugos, a quien al ver a Miluska entrando moviendo su hermoso cuerpo se le fueron los ojos, especialmente en su redondo culito.

La amiga de Miluska, quien estaba frente a él, le dijo a Miluska, que estaba de espaldas, que mire de reojo que el muchacho estaba mirándola.

Miluska miró para atrás y se encontró con la mirada del muchacho, quien le sonrió y ella le correspondió de manera coqueta.

Pasados unos minutos, Miluska se paró para los servicios y él la siguió sigilosamente, esperándola en la puerta del baño.

Pero repentinamente a Miluska en el baño la picó una avispa en la pierna, gritando de forma escandalosa, por lo que él entró corriendo a auxiliarla. Ella no podía caminar por lo que la llevó cargada a su habitación para darle los primeros auxilios respectivos.

Pero mientras la cargaba ella sentía su pinga dura en su espalda, ya que él, al sentir sus carnes ricas en su cuerpo no se había podido contener y se le había parado.

Cuando la tuvo en su cama le empezó a hacer masajes en la pierna para sacar el aguijón, pero con cierto cuidado ya que le había picado en la entrepierna. Luego de unos minutos, sintió que se estaba poniendo caliente el coñito de Miluska, por lo que rozó por allí, dando la nena un gemido y él se atrevió a decirle: tengo que extraerla con mi boca porque está muy al fondo, puedo? A lo que ella respondió: sí porque duele mucho (obviamente no le dolía casi nada pero a esa altura ya estaba muy excitada)

Él empezó a subsionar allí, pero suavemente, hasta que vio que la nena abria las piernas, sintiendo calientita su entrepierna. De repente, Miluska no se aguantó y puso su cabeza en medio y él entendió qué era lo que quería y levantando la mirada vio su carita de placer, por lo que se animó a hacer a un ladito la tanguita, viendo como estaba de jugoso su coñito, no conteniendo el deseo de pasarle la lengüita, desde abajo hasta su clítoris, deteniéndose allí a chuparlo con pasión, mientras se agarraba de sus caderas sintiendo como vibraba la nena sin parar y viendo como su piel se ponía chinita de la excitación.

Así estuvo un buen rato hasta que Miluska se corrió gritando de placer. Luego se paró y ella le dijo: te tengo que recompensar y le bajó el pantalón blanco y salió su pinga gruesa y venosa,  la tenía muy larga y la cabeza estaba rojísima, la nena no se contuvo y empezó a chupársela tratando de metérsela toda a la garganta, pero no le entraba de lo larga que era pero igual seguía  prendida comiéndola.

Él gozaba con todo el placer que le daba y gemía agarrándola de la cabeza para bombearle la boquita, mientras ella con sus manos recorría su cuerpo musculoso y de vez en cuando apretaba sus nalgas, para que se hunda más su pinga en su garganta; luego iba a su cabeza y se dedicaba a lamerle el frenillo.

Estaba haciéndolo tan bien que sintió que estaba por explotar, por lo que dejó de chupar ya que lo quería adentro.

Él se puso de pie al borde de la cama y agarrando sus piernas, le puso la cabeza en su entradita, sintiendo lo apretada que estaba, por lo que le preguntó si era su primera vez, ya que estaba muy pero muy apretado. Ella no le respondió ni sí ni no, sólo le dijo que siga no más y no pregunte, pero con carita de dolor ya que lo tenía bien duro y ancho.

Él siguió avanzando, al ver que era muy apretado empujó un poco y la hundió hasta la mitad, haciéndola gritar. Miluska preguntó si ya estaba todo, ya que lo sentía muy grande, y él  la engañó diciendo que sí y empezó a moverse, sólo con la mitad adentro. Ya cuando vio que gozaba la nena, tomó vuelo y en una le hundió la otra mitad de carne caliente, haciéndole ver estrellas de la estocada que le dio, pero ella resistió de lo mojada que estaba.

Luego la puso en cuatro y se la hundió de nuevo, está vez toda de un solo golpe, taladrándola ya sin piedad, ya que estaba muy excitado. Ya que tenía a la vista su rico culito y el chiquito que se abría y cerraba al compás de sus embestidas, el muchacho se excitó mucho más y la sacó sentándose en una silla de paja que tenía y le dijo que lo monte de espaldas a él. Ella muy obediente se sentó sobre él, hasta que logró montarlo a toda velocidad, haciendo que su pinga entre y salga de su coñito húmedo y caliente.

Llegó el momento en que el muchacho se dedicó a acariciar su culito, y de vez en cuando pasaba los dedos por su pequeño huequito, le mordió la oreja y al oído le dijo: que delicioso se ve tu culito, será igual de apretado que tu coñito? procediendo a  meter su dedo medio allí y dijo: sí, está que me lo muerde, qué sabroso debe ser.

Miluska no dijo nada por lo que la puso contra la pared y como sus nalgas son grandes, la mitad de su pinga entró entre ellas, tocando su cabeza en la entrada, empujando de  vez en cuando un poquito.

En eso, repentinamente el celular de Miluska empezó a sonar. Era Daniel que la llamaba para darle la sorpresa que estaba en la playa. Él seguía empujando con disimulo y cuando ella quiso coger su teléfono estirando su mano, él empujó más sonando un pliegue de su culito.

Él sentía con satisfacción como su cabeza estaba ya ingresando, por lo que le abrió las nalgas para que se acomode mejor su pinga que había aumentado de tamaño; se las levantó y empujó un poco más y la siguió hundiendo, poco a poco la cabeza ya estaba adentro.

Daniel seguía insistiendo en el celular, él muchacho por su lado no paraba de presionar con su pinga, Miluska estaba en la encrucijada entre contestar o seguir gozando, ya que su cola se abría más recibiendo al intruso caliente, el cual ya avanzaba casi a la mitad.

Cuando la amiga de Miluska vio que Daniel se acercaba al restaurante, ya que la había visto sentada, ésta entró en desesperación ya que suponía que Miluska se estaba comiendo al muchacho ya que ambos demoraban mucho en aparecer, por lo que corrió a buscarla al baño, pasando por el cuarto del muchacho tropezándose con la escena, trató de avisarle rápidamente a su amiga de la presencia de Daniel, lo que alcanzó a hacer, pero él ya estaba atrás suyo preguntando por Miluska y al verla nerviosa se asomó al cuarto. Y allí los vio, el muchacho confundido con la pinga dura en el aire y Miluska tratando de arreglarse la ropa.

Que pasa aquí? Que significa todo esto? Dijo Daniel.

Continuará....