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Aventuras de una niña bonita (6)

en Grandes Relatos

Daniel estaba molesto pero un poco excitado también de lo que habría podido estar pasando, por lo que decidió empezar el juego.

A ver, verificaré que has estado haciendo, dijo y la puso sobre sus rodillas, con la boca abajo, levantando su vestido. Y tocó adelante y estaba húmedo pero le hacía difícil la entrada de su dedo, lo que era prueba que no la había penetrado por allí.

Pasaste la prueba, le dijo.

Luego fue a sus nalguitas y dijo: huellas de mordida. Ella quiso pararse y besarle pero Daniel le dio una nalgada que la hizo regresar a su sitio.

Luego abrió sus nalgas y vio que estaba húmedo y dijo: por aquí han pasado lengua, mientras Manuel se hacía el desentendido. Daniel le puso un dedo en el agujerito pequeño pero también estaba cerrado.

Entonces se sacó su pinga y dijo: pasaste la prueba ya que a pesar que ha habido lengua allí, no están rotos los pliegues, por ahora.

Y sin piedad la puso en cuatro y se la clavó con fuerza por el culito, el cual recibió gustoso de lo bien lubricado que estaba. mantel también tomó acción y en una se la puso en la boquita para que no siga gritando de la embestida que Daniel le había dado.

Daniel le dijo Manuel: este culito tien dueño, mira como lo penetro, yo siempre la abriré primero.

Y de la fuerza que le estaba imprimiendo del culito de Miluska salió un hilito de sangre, el cual Daniel con orgullo se lo mostró a su amigo, provocando que a éste más dura se le ponga.

Luego de un rato, Daniel le dijo a Manuel: quieres probarlo? Y ante la respuesta afirmativa de éste, Daniel le ordenó a Miluska que lo monte. Ella se sentó encima de él por delante enterrándose ese fierro caliente. Daniel miraba y se la meneaba, lo que quería era que se le cierre el culito un poquito para que su colega goce de ese pequeño agujero apretado.

Luego de unos minutos Daniel ordenó que lo monte de espaldas, bajando lentamente por el culito.

Dale lo que tanto quiere, Miluskita.

Literalmente le abrió el culito ya que su cabeza era gruesa y su pinga se había armado mucho más. Estaba por la mitad y ella se mordía el dedo para no gritar de dolor, hasta que sus huevos chocaron con sus nalgas, muestra que ya se la había comido toda. Ella puso sus piernas en los respaldares de los brazos para gozar más, y el ingeniero empezó a bombear rápidamente y a pellizcarle los pezones. Su pinga entraba y salía sin cesar, entonces Daniel no aguantó más y al ver sus piernas separadas apuntó bien y en una se la hundió por el coñito. Ahora dos pingas la llenaban todita, ellos bombeaban sin piedad, hasta que la pinga del ingeniero se puso  gruesa y Miluska se dio cuenta que iba a terminar y dijo: alto, no quiero que se vengan aún.

Entonces Manuel se acostó en el piso, siendo montado por Miluska, él  le abría sus nalgas para hacerla subir y bajar con fuerza, dejando a la vista de Daniel su culito abierto, lo que no fue desaprovechado por éste, quien se puso de rodillas atrás suyo y se la metió toda por allí. Nuevamente

empezaron a bombearla con fuerza, ella sentía como ambos fierros calientes entraban y salían.

Pasado un tiempo así, Daniel dispuso que se paren. Miluska por fin pudo abrazar y besar a Daniel de manera muy romántica, lo cual duró poco ya que Manuel atrás suyo veía sus nalguitas juntas e inmediatamente las separó con su pinga húmeda, atravezándola sin traba alguna, entrando su pinga derechita, él se agarró de su cintura y empezó a taladrarla con fuerza.

Daniel bajó un poco para hundírsela de abajo para arriba, haciendo que ella suba una pierna la cual sostuvo Daniel en su brazo. Manuel se agarró de sus nalgas para hacer más fuerte la penetración. Ella se agarró fuerte del cuello de Daniel, quien le subió la otra pierna manteniéndola en el aire, ella sentía como por dentro suyo se unían ambas pingas.

Daniel bajó un poco su cabeza y sus dientes fueron de frente a morder sus pezones, lo que ocasionó que ambos hombres sientan como se le erizaba el cuerpo a la nena. Daniel le hizo una seña a su amigo para que le dé de alma.

Manuel le dijo a Miluska: te quiero dejar lechecita en el culito y ella le respondió: quiero sentir su leche caliente allí, poniéndosele ancha en el acto, lo que le hizo doler a la nena, empezando a llenarle el culito de leche caliente.

Cuando terminó se la sacó agotado y se apartó, lo que aprovechó Daniel para, aún en el aire, llevarla contra la pared y allí seguir taladrándola un buen rato y cuando ya estaba por descargar todo le dijo:

Te voy a mandar a la oficina con la carita con leche, soltándola y las fuerzas de Miluska sólo dieron para bajar deslizando su espalda en la pared y quedar sentadita en el piso, sacando la lenguita para recibir la lechecita. Daniel se corrió en su boquita un poco y en sus cachetitos rojos otro poco, haciendo que la nena le limpiara la pinga con su lengüita. Miluska lo miró a Manuel con la pinga de Daniel en la mano y la cabeza de la misma en su lengüita.

Él ya la tenía dura de lo que había visto por lo que se acercó para dejarle un poco más de leche en la carita, siendo ayudado con unas suaves caricias de Miluska en sus huevos, provocando que se corra en su frente y  sus ojitos.

Miluska terminó dejándosela brillosita, para luego agarrar ambas pingas con sus manos y darles sus respectivas láminas.

Daniel le sacó una foto así para el recuerdo, la cual salió con una sonrisa coqueta de la nenita.