Cuando el morbo y el sexo del matrimonio se vuelve rutina, hay que explorar nuevos horizontes. Mi esposa y yo estábamos dispuestos a ir más lejos para encender nuestras pasiones y descubrimos que siempre se puede disfrutar mucho más...
Fuimos invitados a un lugar especial, un fin de semana inesperadamente excitante. Cuando pensaba que nuestro matrimonio caía en la rutina, descubrimos que todo puede cambiar y elevar nuestras fantasías sexuales a un nivel increíble. Nunca imaginé lo que disfrutaríamos mi esposa y yo...
Era una tarde cualquiera, de paseo con mi marido, hasta que nos encontramos con un ex que aun recordaba los intensos momentos que habíamos compartido. Nunca imaginé como acabaríamos aquel día, de solo volver a pensar en ello enciende todo mi cuerpo...
La atmósfera de aquel sitio nos fue envolviendo poco a poco; mi esposa y yo nos entregamos a ese juego casi sin darnos cuenta y aquella noche hicimos por primera vez lo que jamás habíamos imaginado...
De pronto me encontraba con mi mujer cara a cara después de las sensaciones vividas a través de su diario. Ahora tenía que reaccionar y descubrir si en verdad me había engañado, si ella era una mujer capaz de darse y gozar con otros hombres...
Cuando decidí copiar todos los archivos que tenía en aquella carpeta, me detuve en el título de uno de ellos, antes de apagar todo, volví a leer y fue como si ella me estuviera contando todo, desde el principio.
Después de haber leído el primer archivo del diario de mi mujer, y aun con las palpitaciones que me había provocado, el impulso me llevó a continuar con otro. Una vez más, me desbordaba lo que descubría en aquellas letras y ya no sé si seguir con el siguiente
El día que descubrí el diario secreto de mi esposa mi vida cambió para siempre. A través de sus letras y vivencias y aventuras ocultas hasta ese momento, descubrí un lado morboso de ella que era desconocido y aun ahora no sé cómo debo reaccionar...
Este es el relato de mi novia quien hace algun tiempo me confesó lo que había hecho una noche, en la que nos reunimos con unos amigos para pasar un fin de semana...despues de esto me pregunto cómo puedo seguir la relación.
Despues de muchos años, me encontré por casualidad con el hijo de mi amiga. No solo se había hecho un jóven atractivo, sino que supe entonces, que yo había sido su fantasía sexual desde que era pequeño. Aun ahora seguía deseando hacer realidad su deseo más íntimo...
Dejarnos llevar por las sensaciones, el deseo, el placer...nos lleva a vivir situaciones que nunca habíamos imaginado. Eso es lo que me ocurrió cuando decidimos pasar aquella última noche juntos...una noche irrepetible y que se me ha quedado grabada en la piel...
A veces no es oportuno querer conocer más allá de nuestras posibilidades de afrontar la verdad. Especialmente si se trata del pasado sexual de nuestra propia esposa. Es mejor quedarnos con una sana y prudente ignorancia...
Entre besos y caricias nos metimos en una pequeña sala, cuya única luz provenía del pasillo y entraba debajo de la puerta, en ese momento nos importaba poco si hubiera algún testigo. Ella no se hizo esperar, buscó mi cinturón para abrirse paso, metió su mano y extrajo mi miembro hinchado por las preliminares.
...Entonces levanté la vista un momento allí estaban ellos, mi marido sentado en una silla y Carlo a su lado, de pie fumando un cigarro. No me detuve, no vacilé, regresé a la vulva de Diana convertida en un mar de jugos dulces
La pequeña abertura era suficiente para poder observar; mis oídos escuchaban el sonido de la cama, sacudida con fuerza y los gemidos calientes de mi mujer.
Mi amigo estaba verdaderamente desesperado después de los acontecimientos de aquella noche. Cuando salió apuradamente con su mujer de la casa donde habían mantenido relaciones con Fernando y Vero, solo tenía en mente averiguar por qué su esposa había disfrutado tanto con Fernando.
Este relato es fruto de la experiencia que vivió un amigo, quien fue llevando los juegos eróticos de su pareja, de la fantasía a la realidad. Pero cuando llega el momento no siempre se puede tener el control de la situación...
...Entonces Daniel se apretó ligeramente el pene, de su extremo surgió una buena cantidad de semen cristalino que utilizó para lubricar suavemente los labios de mi esposa, ella sacó la lengua y lamió aquella miel caliente.
...Ahora sus pezones estaban duros y Cacho los mordía con evidente placer. Tomás se bajó el pantalón, y en un instante pude ver como su miembro erecto por completo, se perdió dentro de la vagina de mi esposa. Ella asimiló el embate sin resistirse, tan solo se mordía los labios...
De pronto las manos de él comenzaron a moverse sobre su espalda y bajaban hasta llegar al trasero de mi esposa, siempre suave y armoniosamente. Ella no hacía nada por evitarlo su cuerpo continuaba pegando al de él; claramente lo estaba disfrutando...