Cinco años atroces. Media hora de revancha.
Vuelvo a publicar este relato siguiendo el consejo de Moonligth. Espero que, como ella, otras personas puedan disfrutarlo.
Sin resistirlo, me sumerjo en profundas disquisiciones filosóficas y concluyo: "Sólo la mierda nos iguala"
Lo cuento como me lo contaron. Le he agregado algunos conceptos de caletre propio, pero nada más que para adornar la historia.
Sus dos orgasmos a puro sexo oral no fueron sino el comienzo de una de las más fuertes sesiones de sexo de mi vida.
El sueño de hizo realidad. Mi pequeña sobrina estaba allí, en la cama, ansiosa y perfecta...
Tuve que esperar 15 años para alcanzar el más dulce sueño de mi juventud.