Cuando la tuvo íntegra adentro comenzó a cabalgarme, ayudada por mis manos que le tomaban el culo y le marcaban el ritmo de la montada. Sus tetas se bamboleaban ante mi vista, agradecida por el espectáculo sin igual.
Esperé años para poder cojerme bien ese culo. Hasta que se me ofreció inesperadamente.
Aprendió a mamar una verga y tragarse toda la leche.
Su marido prefería emborracharse a cojerla. Yo pensaba diferente. No es una belleza pero me gustan las mujeres muy calientes.
La vi acariciandose los pezones y la concha, se estaba masturbando.
Una boca, un culo y una concha. Una sorpresa inesperada en un congreso científico.
Lo esperaba desde hacía tiempo, pero esa joven superó todas mis previsiones. Un cuerpo fascinante, y muy caliente.
La anciana se retorcía de placer y me cojía como si fuera una joven.
Increíble, pero la señora mayor perdió la virginidad de su culo. Con gran satifacción para mí.
La situación laboral es muy mala, y ella ofrece lo mejor que tiene para lograr una promoción.
Siendo el jefe de guardia aparecen oportunidades insólitas para cojer: enfermeras, pacientes y médicas.
La vida nos da sorpresas, pero no hay que desperdiciar nada que nos de placer, aunque porte una verga muy grande.
Una viuda muy calienteya me había cojido a su hija menor, y la madre quiso probar.
Se acariciaba las tetas y la concha mientras gemía y pedía verga.
Andrea necesitaba, después de haber sido brutalmente violada, recuperar la confianza en sí misma y en los hombres. La ayudé.
Me tocó asistir a una mujer violada como médico. Le habían dado por todos sus agujeros.
Me interesaba mucho el culito de esa niña. Pero terminé por cojerla toda, y con mucho gusto.
Marina es más bien feita, pero merece que le den sus gustos. Además me lo pidió Lu.
Era un tanto histérica, en una consulta solucioné sus problemas, hacía dos años que no veía una verga.
Una hermosa joven muy necesitada de sexo encuentra la ayuda de su médico.
Con Lu, la hija de mi amante, y su novio hicimos un trío en el que yo daba lecciones de sexo a los dos jóvenes. Pero no fui sólo un docente pasivo.
Le debía a la amiga de la hija de mi amante cogerle su culo. Cumplí porque ese culo era de novela.
LU tenía tres amigas, las ters con problemas de sexo. Quién mejor que yo para ayudarlas. Soy un buen Samariatano
La pendeja quería perder su virginidad, y el novio no sabía cómo, pero yo sí sabía. Entonces para qué inquietarla.
Cómo fue que conocí a Marta y todas sus puertas. Una fue un estreno que me sigue dando mucho placer.