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Con las amigas de Lu, la hija de mi amante

en Jovencit@s

LAS AMIGUITAS DE LU, LA HIJA DE MI AMANTE.

La relación con Lu iba de viento en popa, la mocosa hasta faltaba a clases para quedarse a coger conmigo. La convencí de que no debía hacer eso, sobre todo porque ya no me daba el cuero para atender bien a Marta y a su hijita, muchas veces debí tomar Viagra para poder responder, pero no debía abusar de esa maravilla de la ciencia.

Al cabo de un tiempo de coger con Lu comprendí que no sólo era una pendeja caliente y cogedora compulsiva, como la madre, sino que también era una mujercita inteligente. Cuando perdió su virginidad empezó a coger también con su novio, que ahora sí se animó; pero me contó que él no la satisfacía igual que yo, claro qué se puede esperar de un jovencito inexperto. No le contó a Javier, su novio, de su experiencia conmigo, pero a mí sí me contaba de sus relaciones con él. Sospecho que la pendeja quería hacer un trío con su novio y yo para que él viera cómo se cogía bien.

También hablaba con sus amigas de lo nuestro. Ellas eran tres chicas de su misma edad: Sammy (debería ser Samantha), Cris, y Marina. Sammy era la que estaba mejor de las tres, muy desarrollada para su edad tenía un bello par de tetas, un culo grande y hermoso, y unas piernas de locura que yo había podido ver sólo una vez que andaba de pollera, porque generalmente lucía pantalones que le destacaban su culo.

La situación familiar de Sammy era algo más que irregular; sus padres estaban divorciados y ella vivía con la madre. La madre tenía un amante, y cada vez que este iba a la casa Sammy no podía entrar hasta que él se iba. Por Lu supe de las veces que la pobre chica había tenido que esperar en la escalera hasta que el tipo se fuera. Si ella estaba y él llegaba tenía que encerrarse en su cuarto hasta que su mamá cogiera bien y Esteban se fuera. Pero inevitablemente un día Esteban la vio, y desde entonces la acosaba, quería su virginidad que ella no estaba dispuesta a entregarle, y menos a él que a nadie.

Lu le había contado como me había entregado su virgo, y muchas veces las cuatro amigas se masturbaron oyendo los relatos de Lu, que les contaba mi experiencia en el sexo y mi delicadeza para tratarla.

En una tarde de lujuria Lu me confesó que a Sammy le gustaría entregarme su himen, con tal de que no la estrenara Esteban al que odiaba. Lo primero que se me ocurrió decirle fue que era una locura, pero Lu insistió, yo tenía que hacerle ese favor a su amiga, insistió tanto que le dije que sí. Faltaba arreglar el cómo, Lu lo planeó todo.

En una siesta en que no iba a haber nadie en la casa de Marta se presentó con Sammy y alegando una clase nos dejó solos. Traje la consabida botella de whisky y serví dos bien generosos, para Sammy y para mí. Al primer sorbo la pendeja se largó a llorar; desconcertado traté de averiguar qué le pasaba. Ya un poco mareada por el whisky habló y habló.

Me contó lo de la relación de su mamá con Esteban, de la relación de ella con su padre que era muy buena, de la relación que tenía con su noviecito que era tan corto como lo era el novio de Lu, y se extendió en los acosos de Esteban para con ella. El hijo de puta la acechaba en los pasillos del departamento de su madre y cuando la encontraba la apretaba y la toqueteaba por todos lados. Le decía abiertamente que quería cogerla, y le describía con lujo de detalles todo lo que le iba a hacer cuando la tuviera desnuda en la cama. Sammy se lo contó a su mamá y esta le dijo que lo dejara hacer lo que quisiera. La muy puta quería retener a su amante con los encantos de su hija, que eran mayores que los de ella que ya venían en baja. Sammy sabía que no podría resistir al embate combinado de su mamá y Esteban. Pero no quería entregarle al hijo de puta ninguna primicia, por eso se le ocurrió que quería estrenarse conmigo, ya que Lu le había hablado tan bien de mí.

Me dice que me va a coger, que le tengo que chupar su miembro, que me va a chupar las tetas, y hasta que me va a romper el culo. Que me va a llenar la boca de leche y que me la tengo que tragar toda.- Me contaba entre sollozos.

Tranquila nena, tranquila, si vos querés lo denunciamos, va preso y se acabó el problema.

Imposible.- Respondió.- Mi madre no me perdonaría que le hiciera perder al hombre que la satisface, me va a echar de casa y no tengo a donde ir, mi papá se volvió a casar. Tendré que ceder, pero quiero que vos seas el primero.

Bueno Sammy, pero tomalo como si fuera una intervención quirúrgica, no te involucres, no pongas sentimientos en juego. Voy a ser el primero en penetrar tu conchita virgen, y quizás en algunas otras cosas que te anuncia Esteban, tal vez no en todas; pero por favor relajate, tomate otro whisky y vayamos al quirófano.

Sammy aceptó mi propuesta y nos dirigimos al dormitorio de Marta, me empecé a desvestir y le pedí que hiciera igual, entre llantos se quitó el buzo que llevaba, mientras me sacaba el pantalón no podía dejar de contemplar sus hermosas tetas aprisionadas aún por el corpiño. Ella se quitó la parte de abajo de su joging, yo ya estaba en slip y la miraba. Realmente la pendex estaba bien buena, sus muslos eran abundantes y con una curva hacia delante bien pronunciada. Caminé alrededor de ella y encontré un culo digno de un poema. –Quedate así.- le dije. La llevé a la cama y me tendí a su lado, busqué su boca y juntamos nuestras lenguas y nuestros cuerpos que estaban muy juntos y apretados. Tocaba todo lo que podía de ese bello cuerpo, mi poronga ya estaba al máximo de su dureza, la saqué del slip y se la puse entre las piernas, pronto su mano fue hasta allí y me la tocaba, con miedo al principio, con deseo después. Me dijo que Lu le había contado que mi verga era muy grande, pero no pensaba que tanto. La tranquilicé diciéndole que si Lu la había aguantado ella no tenía por qué ser menos.

Bueno querida, lo primero es tu virgo.- le dije mientras le sacaba el corpiño y la tanga. Le chupé con mucho tacto sus hermosas tetas, ella mientras se había tomado mi pija como un juguete. Bajé hasta su concha, le separé los labios y la empecé a comer, pronto hallé su clítoris, a lengüetazos lo hice parar hasta que se le puso reventón, le metía mi lengua en su concha todo lo que podía acariciando esos muslos abundantes que me llevaban al delirio; la chupaba toda: muslos, ingles concha, raya, culo, todo chupaba. Empecé a sentir sus primeros orgasmos.

Allí paré y le dije que mejor fuéramos por parte, mejor que empezar por tu conchita es que empecemos por tu boca.- Esteban quiere que se la chupes y que te tomes su leche, mejor empezá con la mía.- Lu nunca me lo había hecho, por eso Sammy estaba algo desconcertada, no le habían contado nada de eso.

Le bajé la cabeza hasta que su boca, de labios carnosos y sensuales, estuvo a la altura de mi verga, y empecé mi enésima lección de mamada. Sammy recorría mi tronco, me lamía los huevos, se la tragaba entera y volvía a sacarla, apretaba mi glande con los labios, me mordía. Y yo quería derramarme en su boca, así que se la metí hasta las amígdalas, y sujetándola de la cabeza le cogí su boca moviéndome como si la tuviera a ella debajo, se quejaba, hacía arcadas, se la saqué un poco y le pedí que me hiciera acabar con sus labios; y supo como hacerlo, con labios y dientes me hizo venir y puse toda mi leche en su boca; le pedí que se la tragara, para no darle la primicia a Esteban, obedeció y se tomó todo. Al tiempo me confió que le gustaba más que la Coca Cola.

-Descanso- le dije, un cigarrillo un whisky y vamos por tu virgo, me ha gustado mucho cogerte la boca, pero el regalito que tenés guardado entre tus piernas va a ser lo mejor de esta tarde.

Ya descansados la preparé para lo que venía, volví a chupar esa concha que me deliraba, chupé el clítoris erguido e hinchado, hasta sentir sus orgasmos, pensé que no iba a precisar lubricación adicional por lo empapada que estaba su vagina, y acerté, apenas le apoyé la punta de mi verga la concha se me ofreció y seguí penetrando, tropecé con su himen y paré un momento la penetración. Le advertí que tal vez le doliera un poco, me pidió que siguiera, y avancé hasta que ya se la tenía toda metida hasta los huevos, se la dejé quieta un poco, y luego le pedí que se moviera para delante y para atrás, me cogía bien la pendeja. Sus orgasmos eran para el libro Guinnes de los records; cuando vi que ya no aguantaba más se la saqué y se la puse de nuevo en la boca, allí me derramé y Sammy se volvió a tomar mi leche y lo que sobraba se lo salpiqué entre las tetas y en su vientre.

Derrengados nos quedamos acariciándonos y juntando nuestras lenguas en apasionados besos, ambos seguíamos muy calientes, pero el tiempo ya no daba para más.

Le expliqué que su culo debía quedar para otra ocasión, porque quería hacerle primero una enema, prepararla bien. Y sobre todo porque ese bellísimo culo merecía toda una tarde, una sesión completa, con mi verga bien dura.

Hablábamos y me contó que Cris ya no era virgen, lo había hecho con su novio que era más decidido y experto, pero que no alcanzaba a tener un orgasmo, siempre se quedaba con las ganas sólo gozaba en pleno cuando se masturbaban las cuatro mientras Lu le narraba como acababa cuando tenía toda mi pija adentro de su concha; por eso había sugerido que quería coger conmigo, para sentir lo que Lu le contaba. Le dije que si hablaba con Cris le dijera que yo a ella sólo le quería coger el culo, que era su atributo más destacado, o por lo menos primero el culo; se rió y me dijo que se lo iba a comentar.

Me preguntó si su culo me gustaba, o si sólo me atraía el de Cris,( celos de adolescente), le dije que su culo era una obra de arte, que era de lo mejor que había visto, y era cierto, miren que he visto culos en mi vida y en mi profesión, pero el de esta pendeja era de lo mejor, era un Boticcelli. Y yo me preparaba para cogerlo. Le pregunté por Marina y me confió que también me quería coger, pero no sabía muy bien por qué.

Qué bueno las tres jóvenes amigas de Lu eran mi menú a futuro. No imaginaba como podría hacer para surtir a esas cuatro adolescentes y a Marta, pero mi poronga era insaciable, y algo se me ocurriría para cumplir.

Inocente de mí, no sospechaba que vendrían las otras dos hijas de Marta, y las tres hermanas, y la nueva esposa de su padre, y...Todas encantadas con lo bien que estaba Marta desde que cogía conmigo, lo bien que se le había puesto el cutis, lo contenta que estaba. Ninguna sospechaba que todas las vergas son iguales para esos fines, creían que la mía era mágica, y yo no quería aclararles el tema, porque cogí con todas y gocé con todas, cada cual en su estilo.

Hace más de cuarenta años que cojo seguido y cada día me gusta más. Estos relatos y los que seguiré escribiendo son 100% reales, a lo peor con alguna exageración, ya sé que nadie eyacula litros de semen, recuerden que soy médico. Ningún hombre desborda a una mujer con su leche, pero es lindo contarlo así. Lo que no es exagerada es mi capacidad sexual, con ayuda de algún fármaco soy capaz de coger todo el día, y de recuperar mi erección en pocos minutos. Ya sé que eso no es bueno a largo plazo, pero pienso que todos nos moriremos algún día, y entonces que podemos llevarnos de esta vida: apenas lo que comimos, lo que bebimos y sobre todo lo que cogimos.

Si pensara de otro modo no me embarcaría en estas aventuras con pendejas, pero es que me dan tanto placer, me devuelven la juventud. Romper una conchita virgen es lo mejor que le puede pasar a un viejo, los jóvenes lo hacen y ni se dan cuenta, pero nosotros lo gozamos.

Habrá más, recuerden que me faltan por lo menos dos de las amigas de LU.

S.

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