Pasó el glande, la batalla ya estaba ganada. Lentamente me fui posesionando de todo su recto que me apretaba como una mano suave y húmeda. Con fotos.
Gracias a tus enseñanzas sabía que eso era mi himen, el virgo como le decimos nosotras.
Marta había perfeccionado notablemente sus técnicas de fellatio. No alcanzaba las cimas de su hija menor pero le agregaba el plus de su sensualidad extrema de hembra adulta.
La chiquilla gemía, lloraba, se quejaba. Pero mi verga implacable acabó por entrar entera. Era verdad que no era virgen. (CON FOTOS).
Un culo bien lubricado es mejor que una concha. Es más estrecho y más rugoso, una verga sensible lo aprecia en cada centímetro. Sumemos el placer que dan las manos recorriendo todo el cuerpo, deteniéndose en las tetas, en las cachas, en la concha. Fotos.
Le llegó el primer orgasmo, estaba como enloquecida, gemía, gritaba, se movía para todos lados, temblaba. La bombeaba con verdadero gusto, mi verga estaba a sus anchas dentro de ese cuerpo tan hermoso. Con fotos.
Había superado la barrera del esfínter, pero ella todavía se quejaba. Y a mí me dolía de lo apretado que tenía el culo. Esperé sabiendo que la paciencia es la virtud de los que gozan. Con fotos.
Era una concha enorme, pero la sentía como la más estrecha del mundo. Estaba muy caliente, (la concha y yo estábamos muy calientes).
Él sentía cómo le apretaba la verga, sentía el calor del estrecho recto, contemplaba el culito delicioso. Pero no gozaba, no la había sometido del todo, la estaba penetrando, es cierto, la estaba humillando, pero quería más, la quería sometida totalmente. Como por compromiso le regó el culo con su leche y se la dejó adentro hasta que se le ablandó y salió.
- Ja Ja jefe esta mina tiene las tetas eléctricas. - No jodan muchachos. Si esta putita no me afloja el culo se cogen bien a la vieja y después un tiro en la cabeza. - ¡No jefe, usted me la prometió una semana entera!
Un pervertido oficial de marina abusa de sus prisioneros. No consentido, sado,y todas las variantes que puedan imaginar.
La pendeja le había enseñado a su tía la mejor manera de despertarme, que ella conocía por su experiencia. No quise desilusionar a Lucre que tanto empeño ponía en la mamada y le obsequié unos chorros de semen para que desayunara.
Se ha dicho que el órgano sexual más importante es el cerebro, y no estuvo errado el que inventó el concepto. En ese momento los tres estábamos gozando, sin orgasmos, uno de los más bellos episodios de sexo entre nosotros.
A esa altura ya no me costaba demorar mi eyaculación. Cogía a Lu con ahínco, gozando de la conchita de la pendex sin acabar aún. Lucrecia estaba erguida frente a mí, con su concha en la boca de Lu. Yo estaba arrodillado detrás de Lu con toda mi estaca dentro de su concha. Trío, orgía, filial, ¿quién lo sabe?
-Sos un potro Sergio, me hiciste acabar un montón de veces. Y sos generoso, te cogés a mi madre y a mi hermana, y ahora a mí. Pero decime que soy la mejor. Entre una pendeja inexperta y una vieja no hay mucho que pensar para decidir.
-Ya te dije que nada de señor, somos una hembra y un macho cogiendo, me hiciste gozar mucho, y lo vamos a repetir cada vez que podamos. Ahora mismo si te gusta, te queiro hacer el culo.
La ayudé con mis dedos en su clítoris; el placer que sentía ella en su concha la hizo moverse como si la estuvieran cogiendo por allí; y la verga en ese culo de antología estaba a sus anchas.
Se la saqué entera y vi su culo bien abierto y dilatado, lo que aproveché para ponerle más vaselina. Volvía meter la mitad de la verga que ya entró con facilidad. Y merced a la abundante lubricación terminé de ponérsela entera.
Sólo la cogía con la luz apagada y en la posición del misionero. Mónica no conocía el sexo oral ni el anal ni la masturbación. Su ex marido la cogía sin calentarla previamente, le decía que gozar era pecado.
Sus orgasmos eran interminables. Y su cuerpo una poesía erótica. Placer amil para los lectores.
Continúa el relato caliente con la Reina del Turismo, esta vez es anal y oral.
Nada se compara acoger con una mujer madura y bien plantada que sale qué hacer con su cuerpo.
Con la hija menor de mi amante contado por Lu. La pequeña revive la emoción del día que perdió su virginidad.
Ella aceleró el ritmo, le había gustado su primer orgasmo y quería otro urgente. Nos movíamos los dos cada vez más rápido.
No se hizo rogar, se metió el glande en la boca para acariciarlo con su lengua; deslizó la pija hasta su garganta, volvió a sacarla y apretó la cabeza con sus labios. Me chupó los huevos, lamió toda la zona con una lengua...