Permanecía de rodillas, con los ojos cerrados por la enorme cantidad de semen que los cubría,por su barbilla chorreaba el semen de los chicos,tanto, que al jugar con él en su boca, chorreaba por la comisura de sus labios,hizo unas gárgaras con el y se lo tragó, era lo mejor que había bebido nunca.
La primera ráfaga inundó su cuello,cogió por el tronco la verga del jardinero y como si la exprimiese, apunto a sus tetazas, recibiendo una segunda, tercera,cuarta y hasta quinta ráfaga de leche humana,crema blanca y cálida,que recorría la turgente esfericidad de sus mamazas.Un espectáculo grandioso
Entre cinco y seis ráfagas bien cargadas cubrían su cara, el abundante semen de los amigos adolescentes de su hijo como si fuera crema caliente, chorreaba por su cara y caía sobre su esplendidas mamazas enormes y turgentes,que sostenía como ofreciéndoles al tiempo que eran bañadas por su semen.
Isa sin dejar de mover circularmente las caderas, bombeand, hacia arriba y hacia abajo, con tremenda furia sin dejar de jadear, apoyaba las manos en el pecho de don Joaquin, que relinchaba de placer viendo como las enormes y esféricas tetazas de Isa, rebotaban como dos montañas de gelatina.
Hasta que abriendo la boca y acabando de sacudir la polla de Tadeo, Astrid recogió las ultimas ráfagas sin dejar de mirar al italiano con sus preciosos ojos, sacando su lengua tan cargada de semen, que no se veía más que el cremoso líquido, mostrándolo antes cerrar de nuevo la boca y engullirlo.
Gemía y estallaba de placer Sandra, sumida en la mayor satisfacción de su vida sexual, humillada y forzada por unos desconocidos en una pequeña isla caribeña, contemplándose en el espejo del baño con las mamazas llenas del ardiente y cremoso semen.
Se aferró el moro con ambas manos a la punta de cada uno de aquellas tetazas escandinavas, y se lanzó a devorarlas, ante las expresiones de asco y repugna de Malene. El marroqui mordía con fuerza los pezones de Malene y succionaba lanzando chupetones salvajes a las areolas de la diosa danesa.
Abrió el camisón arrancando todos los botones del mismo, tomando uno de los preciosos y enormes melonazos turgentes, aquellas gloriosas tetas en aquel cuerpo esbelto, algo de ensueño y empezó a chuparlos y a clavar sus dientes, como si tratase de introducirse aquellos globos de copaza F en su boca.
Tal y como se esperaba Laura, el chico tardo muy poco en correrse, ante el placer del suave agitar de los dos inmensos y suaves globos esféricos de Laura sobre su tranca , bañando sus perfectas y turgentes tetazas como un surtidor con tres fuertes ráfagas de cálida y cremosa leche.
: Laura tenía 29 años de 1,72, era una diosa de playboy con el cuerpo de una estrella porno, con una preciosa melena castaña oscura. Su piel morena, era sedosa y suave, con unas caderas redondas y firmes y un culo perfecto, con unas enormes tetazas en forma de gota de lluvia de talla 75G.
Los melones de Laura estaban cubiertos por la leche cálida, densa y pegajosa de cinco machos, que había follado aquella tarde, se restregaba toda aquella leche sobre sus magníficos y enormes melones como si fuese crema, mirando a los chicos con cara de inocente y de niña buena, poniendo morritos.
Gemía desesperado el vendedor ambulante mientras movía sus dedos como si fueran tenazas sobre las tetazas de Laura, con ansia imposible de contenerlas en la palma de sus manos, jugando con sus pulgares con los pezones tiesos y firmes , apretando una teta contra otra, sobándolas con dedicación.
Le ponía cachonda poner los cuernos a Candela. Laura ordeñaba su leche cálida sobre sus enormes tetazas naturales. Y una vez extraída hasta la última gota extendía su semen sobre ellas, pellizcándose los pezones y chupando la pegajosa leche entre sus finos y perfectos dedos.
Su preciosa mujer rubia platino natural, una diosa nórdica de 26 añitos, con un cuerpo de ensueño, una piel de seda, con una cadera y un culo firme y suave, unos preciosos ojos azules acuosos, unos labios sensuales y carnosos, una sonrisa perfecta y unas enormes tetas naturales de copa G.
Paloma se situó a gatas sobre el sofá junto a Alberto, y continuo machacándosela arriba y abajo, abajo y arriba. Mientras él empezó a jugar con sus melones, a imprimir la huella de las yemas de sus dedos en las enormes tetazas de Paloma,jugando con sus durísimos pezones entre su indice y su pulgar.
James sintió el efecto de la ley de la gravedad sobre la turgencia de las enormes tetazas de Jane, se separó un instante para contemplarlas en todo su esplendor. Enormes, turgentes y erectas en forma de gota de lluvia, inabarcables por las manos de un hombre, solo sostenibles.
Aquella mujer había desatado deseo y morbo desde que hacia quince años apareció casada con Harry y se mudaron a aquella urbanización y se convirtieron en miembros de aquel club de campo. Dos generaciones de hombres de aquel club de campo más de una vez habían follado con otra pensando que era Jane.
Era una jamona estupenda, con su cuerpo completamente depilado, sus firmes caderas, su culo redondo y granítico, su vientre plano y sobretodo las magnificas tetazas esféricas y turgentes que su marido Paco le había exigido ponerse, la hacían el objeto cachondo de casi todos los machos del barrio.
Bárbara notaba como la miraban los hombres por la calle, siempre vestía elegante y discreta pero no podía ocultar aquel cuerpo que atraía todas las miradas con fuerza magnética, aquello la excitaba, pero las miradas y piropos de los hombres en la calle y su consolador no eran bastante.