MARÍA.-Estoy, estoy soñando. Creo que me va a volver a venir. ¡Cómo late! ¡Qué delicioso sentir! ¡Besadme, besadme y seguid jugando!
En un intercambio de parejas hay que dar la talla.
La tía desvirga al sobrino.
El, Donatien, era moreno, delgadito, larquirucho y guapísimo. Tenía más pinta de marica que de heterosexual. Ella, Babette, su esposa, parecía una Barby, era rubia y tenía el cuerpo como uno de esos maniquíes que hay en los escaparates.
Un informático, por cosas del destino. se vuelve chapero.
Mañaaaaaaaaaaaaaaaaaana.
Marta tuvo un orgasmo tan largo y tan intenso que no iba a tener otro igual... hasta unos minutos más tarde.
Una historia de un inicio y de grandes finales.
-¡Qué más da! Mira que bello panorama. Seis pollas deliciosas. ¡Quien fuera una de las trillizas! Ricardo quiso decirle que el bello panorama eran las trillizas, desnudas, pero se calló.
-A ver si somos capaces de levantar la polla de algún muerto. Se desnudaron. Se arrimaron a la pared de un mausoleo de aquel cementerio y comenzaron a masturbarse.
Rita fue junto a su hermano y le dijo: -Por cinco pesetas te estrenas conmigo. Bueno, nos estrenamos. -¿Cuándo? -Esta noche.
Uno se la metió en el coño y otro en el culo. La follaban a lo que eran, a lo bestia. Las ninfas parecía que tenían los dos orificios de goma. A la rubia, que estaba a cuatro patas, dos sátiros le metían sus pollas juntas en el coño.
De la polla de Genaro salió un chorro de leche que pintó de blanco el granero. El placer fue tan grande que no pudo evitar un gemido de placer, que oyeron Chelsea y la Paca.
Asunción se levantó. David le besó el cuello y metió la mano debajo del vestido y dentro de las bragas. Su madre estaba empapada. Le acarició el clítoris de abajo arriba...
Sonia, con una lencería blanca que resaltaba su sensualidad, vio como Eusebio le quitaba el sujetador, acariciaba sus tetas...
Una hora más tarde, Julieta, aparcó el libro, humedeció dos dedos en la boca, los llevó a su coño y mirando para su hermana, desnuda y dormida, comenzó a masturbarse.
Era pelirroja. Medía sobre 1.70. Era delgadita, de ojos azules. Tenía tetas medianas, culo respingón, su cintura era estrecha y sus caderas generosas. Su cabello lo solía llevar recogido en dos trenzas y tenía pecas hasta en el carnet de identidad, aún así, era preciosa.
Me besaron una una, se besaron entre ellas, me besaron madre y hija al mismo tiempo. A veces, las tres lenguas se encontraron mientras me pajeaban a dos manos.
-¿Te corriste, puta? -Una vez, amo. A Abril la comían los demonios. -Seis veces, puta, te corriste seis veces.
Virginia no rehusó los labios de Juana cuando la besó sin lengua. Era un beso casto, pero el beso casto siguió con la lengua de su hija dentro de su boca buscando su lengua... Juana bajó las asas de la enagua de su madre y le besó los dos pezones.
Estaba preparada para que le penetrara, pero la iba a sorprender, en vez de echarme sobre ella, metí mi cabeza entre sus piernas, y le trabajé el ojete con la lengua, luego hice lo que no le quise hacer a la hija, follarle la almeja con la punta de la lengua, después le trabajé el clítoris...
Tetas apetecibles, y ese coño de pelo rubio está mojado. Estás caliente, puta. ¡Come su coño, Rosa, come su coño que yo te la agarro! -¡¡Suéltala Abril, suéltala que es la jefa!! -Ni jefa ni hostias! ¡¡Ahora soy yo la puta, ama!!
-¿Me vas a enseñar a masturbarme? -Saqué la polla, empalmada, y le dije: - Si me la chupas un poquito. Se volvió a sentar. y dijo: ¡¡Hostia en Dios, qué grande y gorda es!! Ese bicho me reventaría...
-¡¿Ya no eres virgen?! -No. ¿Y tú, Juana? -Yo, sí. -¿Quieres dejar de serlo? -¡¡No!! Quiero llegar virgen al altar.
Mi tía Virginia movía la pelvis de abajo arriba y gemía. Al final, temblando, dijo: -¡¡¡Jesús, Jesús, Jesús, que corrida voy a echar!!!