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Simplemente... Susana (2)

en Confesiones

Simplemente...Susana (2)

Nos miramos y nos sonreímos apenas. En sus ojos había un brillo lujurioso que me conmovió mientras me decía Quiero fundir mi carne en la tuya, quiero coger hasta que quedemos pegados como perros. Cerró sus ojos negros y me besó con una pasión diferente, más calmada, pero más ardiente.

Así estuvimos un buen rato, nuestros cuerpos bien pegados y besándonos rico, con mucha lengua, saliva, mordisquitos, disfrutaba de sus labios como un enajenado... Yo no podía sacar mis manos de sus tetas deliciosas, sus pezones eran duros como piedra, deliciosos. Ella tenía mi verga en su mano y me pajeaba lentamente, más bien acariciando mi miembro para mantenerlo erguido.

 

Así nos fuimos encendiendo cada vez más hasta que ella se subió encima mío y empezó a calarse mi pija. Primero se frotaba su clítoris y pasaba la pija a lo largo de su mojada rajita, metía la cabeza entre sus labios vaginales y se quedaba así, moviendo sus caderas suavemente en círculos. Tenía los ojos cerrados y su boca entreabierta y sus labios carnosos me encendían aún más. Mientras se movía, ataqué sus toronjitas y me las comía con un hambre ancestral, mordía sus pezones, le daba golpes de lengua en ellos y ella solo gemía suave y gozaba como una zorrita.

Se fue metiendo la verga hasta tenerla toda adentro y comenzó a cabalgarme con fuerza, se movía de arriba abajo y en círculos mientras yo seguía prendido a sus tetas de ensueño. En un momento bajé una de mis manos hasta su culo y traté de meterle un dedo, pero ella se resistió, así que le metí dos dedos en su boca para que los mojara y luego volví a bajar a su culo rico y firme, busqué el ojete y se lo sobé con la yema de mis dedos; en ese momento, ella incrementó sus movimientos de manera espectacular, así que entendí que le había gustado el juego y seguí sobando su entradita hasta que se corrió con abundantes jugos que me mojaron mis huevos y algo de las piernas.

Como no me corrí, me di vuelta y la dejé de espaldas a la cama, bajé rápidamente hasta su coño estilante y metí mi lengua para saborearla nuevamente y así distraerla para poder gozar de su culo. Ella solo atinaba a gemir y moverse como una serpiente que trata de hipnotizar a su víctima (Y vaya que lo lograba). Empecé a psar de largo con mi lengua y así, poco a poco logré besarle el ojete. Entonces fue cunado ella me dijo que nunca lo había hecho por ahí (Cosa que ya imaginaba por la forma en que reaccionaba a mis estímulos). Así que seguí lamiendo su entrada virginal hasta que ella se rindió y se dejó llevar por el placer que sentía. Entonces la levanté un poco y le abrí las nalgas para poder lamerle mejor su ano, ella misma se sostuvo las piernas en alto para darme acceso con mas facilidad, cada lengüeteada provocaba en ella una descarga de pasión grandísima, apretaba los músculos de inmediato y luego se relajaba. Al fin logré entrar con mi lengua, así que le descargué una buena cantidad de saliva y le metí un dedo. En ese momento, ella como que se congeló, dio un fuerte suspiro y empezó a moverse como una perra de lo caliente que estaba. Inicié mis lenguazos en su clítoris a la vez que iba dilatando más y más su hoyo negro. Pude por fin meter un segundo dedo y los movía hacia dentro y afuera y en círculos, escupiendo dentro de vez en cuando para ir preparando el ataque final. Estaba en eso cuando ella tomó mi mano y empezó a masturbarse con ella dentro de su culo, entonces la forcé un poco, saqué mi mano y le apoyé la punta de la verga a la entrada de su delicioso hoyo.

Lentamente fui hundiendo la cabeza hasta que logró entrar y me quedé allí, sintiendo como palpitaba y se contraía ese delicioso esfínter, en tanto, ella respiraba aceleradamente, acezante. Cuando sentí que estaba más relajada empecé a clavarla lentamente, ella se quejaba un poco pero me pedía que entrara de una vez por todas, que estaba delicioso. Así que, obedientemente, tomé aire y empujé de una sola hasta el final, la clave hasta que mis huevos chocaron en su chochi mojado. El grito no se hizo esperar (Ni el mío tampoco) y nos quedamos allí. Ella tenía una cara de dolor que no se la podía y me pidió que la sacara, aunque no hacía ningún movimiento para facilitar la tarea. Entonces le dije que esperara un poco y comencé a frotar su clítoris y con la otra mano sus pezones.

Eso fue como poner carbón en la caldera y estalló en una explosión de movimiento frenético de mete y saca y gira caderas que la llevó a correrse en pocos minutos mientras gritaba toda clase de palabrotas pidiendo más verga en su raja. Eso hizo que yo no me aguantara más y me corrí dentro de su culo, con un placer que pocas veces he sentido.

Quedamos agotados por el esfuerzo, pero su sonrisa y sus lágrimas eran de fábula, cuando me salí de su ano, ella se metió los dedos para dimensionar cuan dilatado estaba, sacó los dedos llenos de leche y se los llevó a la boca, saboreando el néctar y luego besándonos una vez más.

Nos dormimos y cuando desperté, estaba ella sentada en un extremo de la cama, con las piernas abiertas y sobándose su cuca deliciosa mientras me miraba. Entonces me dijo que le entregara la tanga y que le mostrara una foto de mi amante virtual (Ver primer relato). Así lo hice. Le entregué su tanga y la foto. Ella me dijo entonces que se iba a hacer una paja para mi bebé y que después le relatara como había sido.

Tomó la tanga, la enrolló y se la metió entera dentro de su chochi caliente, y cuando digo entera es porque no quedó nada afuera. Tomó su clítoris con una mano y con la mano libre se empezó a meter dedo, como empujando la tanga más adentro aún. La sola visión de su cara de vicio y sus labios calientes, hizo que mi pija se parara nuevamente, cuando la vio, me dijo pajéate conmigo.

Así lo hicimos, yo me daba de lo lindo y ella tiraba de su clito, como tratando de arrancarlo y me miraba y me decía así lo hago todas las noches y me corro por montones nuestros sexos estaban a escasos centímetros el uno del otro, pero no nos tacábamos, solo nos mirábamos a los ojos, perdidos en el paraíso del placer.

De pronto ella empezó a tener unas convulsiones, puso sus ojos en blanco y se corrió frenéticamente, pero no salió una sola gota hacia fuera, ya que la tanga absorvía todo el jugo de ese delicioso manantial. Cuando estaba a punto de corrrerme, le pedí que acercara su boca a mi pija, pero que no la tocara, y en ese momento me corrí en sus lujuriosos labios, cumpliendo así una de mis mayores fantasías para con ella. Finalmente, sacó su lengua y lamió la leche que tenía en su boquita. Luego, abriendose de piernas, se metió los dedos en su coño y sacó la tanga totalmente mojada e impregnada de su olor y sabor a hembra, me la pasó y me dijo esto es para que me tengas siempre a tu lado o, si prefieres, se la des a tu zorrita argentina para que se corra pensando en mi.

Bueno, espero que les haya gustado y si alguna mujer quiere, puede escribirme o agregarme al MSN, que feliz las recibiré y podremos pasarla bien un rato. Mi mail es bigsapodechile@hotmail.com

Besos a todas.