miprimita.com

Extorsión (2)

en Interracial

EXTORSIÓN (2)

Bandalaje afro latino sudamericano. Cuando la de abajo está de gloria la de arriba pierde la memoria.

RELATOS LASCIVOS "OCTOPUSI"

EXTORSIÓN (2): (Interracial)

 

(Los lectores que gusten conocer a Dalila y a Valerio, pueden remitirse a mi relato EXTORSIÓN, disponible en la clasificación INTERRACIAL; el cual está ilustrado con un par de FOTOGRAFÍAS.)

(Escribo el presente relato, a pedido de algunos de mis lectores que manifiestan haber disfrutado la versión original (Primera parte) y solicitaron la continuación que aquí publico. Debo agradecerles por sus generosos comentarios que constan en el rubro: "Comentarios de los usuarios" y además por la benevolencia que han tenido al evaluar favorablemente mi sencilla obra, motivo por el que en señal de gratitud les dedico EXTORSION (2), ellos son: afiebrada (ID: 114516), bufalo (ID: 24087), follon (ID: 33990), gabo (ID: 18713), pipelon (ID: 245440) y pololeo (ID:8072), un cariñoso saludo para todos ellos y uno especial para ella.)

___________________O____________________

O

Unos días después de los inesperados acontecimientos con Valerio, decidí afrontar mi vergonzosa realidad y analizar detalladamente los hechos, a fin de desarrollar una contraofensiva contundente.

(Se propone repasar de paporreta su lección aprendida, como los niños memoristas que logran relativa eficiencia, pero que carecen de eficacia.)

Para lo cual en primer lugar debo recopilar objetivamente todos los datos significativos de lo acontecido y cotejarlos contra mi abanico de tácticas maquiavélicas, a fin de identificar la red estratégica de mi oponente, para luego quedar en condiciones de seleccionar mi gama de acciones defensivas y de contraataque, que me permitan salir airosa de la confrontación, sin perder de vista el objetivo final, cual es la demolición total de Valerio.

Es domingo por la mañana, mi personal de servicio doméstico tiene el día libre y la seguridad de no ser interrumpida me proporciona la tranquilidad suficiente para trabajar concentradamente, me dispongo a hacerlo y me siento frente a la computadora que tengo en el dormitorio; todavía llevo puesta la bata que usé después de mi baño matutino y continúo con la toalla que me envuelve el cabello aún húmedo.

(Sin pizca de maquillaje, la tersura de su piel se acentúa, sus armoniosas facciones y su exuberante y provocativa figura, hacen de ella una criatura de ensueño.)

Ya tomé el desayuno pero decido acompañarme por una taza de café bien caliente y cargado, así como de un aromático cigarrillo rubio, así es como me inspiro cuando me propongo planear estrategias.

Lo único que lamento es tener que afrontar el análisis a solas, en este caso especial, ya que normalmente contaría con el apoyo de mis aliados, socios y colaboradores, pero lo delicado de esta situación, no me deja otra alternativa, este terrible asunto debe quedar en el más absoluto secreto, lo cual imperativamente me deja aislada.

De inmediato inicio el desarrollo de la primera fase de mi plan, que consiste en la recopilación de los hechos:

1.- El agresor se presenta en mi oficina justo en el momento que todo mi personal se había retirado a almorzar, encontrándome sola,…Luego, aplicó: …"Todo está en sazón"

2.- Después me encara he impide mi salida de la oficina,………..…"Ataque frontal"

3.- Cuando me dispongo a increparlo, me sorprende mostrándome una prueba contundente y su actitud me deja completamente desconcertada,… "As bajo la manga"

4.-Me pone ante la disyuntiva de proceder a su despido con el riesgo que eso me significa ó de hacer lo que él me ordene, ……..………….……….. "Jaque al la reina"

5.-Se baja el mameluco, se queda en pelotas frente a mí y desvergonzadamente pone ante mis ojos, su enorme morcillón negro,………………….. "Factor sorpresa"

6.-Luego por la fuerza me pone de rodillas con su tremendo miembro a pocos centímetros de mi cara, y me promete que todo se resolverá a mi favor si se la chupo y que después de eso ya no me exigirá nada más,…….………... "Táctica gradual"

7.-Me quedo perpleja y nuevamente me sorprende poniéndome su caliente cabezón entre los labios,………………………………………………. "Cara a cara"

8.-Cuando se le erecta, parecía una verga de caballo (Borro último párrafo), por la fuerza me mete a la boca mas de media tranca,……………….. "Hecho consumado"

9.-La tremenda pieza que tenía en la boca no me permitía hablar, para explicarle que si se la estaba mamando, solamente se debía a mi afán por terminar con el castigo y verme liberada con prontitud,………………………………………. "Amordaza a tu enemigo"

10.-Ay carajo me esto mojando (Eso no va). Me metió su negra manota por debajo del calzón y me descubre toda babosa,…………………………. "Talón de Aquiles"

11.-No dejaba de frotar mi hinchado capullito con sus dedazos de obrero, Ay así, así,…..

(Dalila, estaba perdiendo la objetividad, debido a que si bien lo ocurrido con Valerio, técnicamente se podría calificar como un acto no consentido, por otro lado hay que reconocer que había sido bien asimilado por ella y además había servido para despertar su sexualidad descuidada durante tanto tiempo. Sentándose al filo de la silla, separó los muslos y corrió hacia los costados los lienzos que la cubrían y desnudando así su ansiosa intimidad, se frotaba el clítoris con vehemencia e introducía ligeramente la yema de sus dedos en cada pasada, intentando vanamente continuar con el desarrollo de su recopilación.)

¿En que número voy? Ya………… no importa.

N.-El violador creyó que el impertinente orgasmo que no pude evitar, se debía a que lo estaba disfrutando; y cuando quise explicar que solo era una reacción natural ante un estimulo mecánico, se rió de mí y me sometió a peores vejámenes. ¿Cómo se llama esta táctica?, ¿Haz gozar a tu enemigo?,……. No…. Ese, no debe ser el nombre……..

P.-Ay,….Ay dios mío,….Ay….. Después se puso a chuparme la conchita, tratando de vencer mi férrea resistencia, yo me estremecía y gemía, no por otra cosa, sino por el esfuerzo que hacía para no claudicar.

Ñ.-También me ha lamido el ano y me ha ofrecido,….no,…me ha amenazado con metérmela por atrás, seguro me hará gritar cuando lo haga,…..no…digo, cuando intente hacerlo y yo se lo impida………… "Después le pongo el nombre a ésta"

D.-Cuando creyó que mis defensas me estaban abandonando me habló groseramente y me sacó otro orgasmo que me hizo llorar y convulsionar, sin comprender que yo no había estudiado para afrontar ese tipo de desafíos……………… "????????????????"

Q.-Fue el colmo cuando me puso al filo de la mesita y me empezó a frotar su tremendo cabezón negro y caliente por los entreabiertos labios de mi sonrosada vulvita…… y sin penetrarme la hacía resbalar repasando toda mi la rajadura, que …………¡maldita sea!, completamente hinchada y babosa delataba mi arrechura; me hizo implorarle, si,….si, me hizo rogarle llorando que me la meta, ese negro mal nacido, me tenía fuera de mi sano juicio y por eso abusó; después me hizo mirar cuando me penetraba y lo que es peor yo no podía dejar de moverle el culo, ay…ay … así,….ay…..así, si que rico así, hazme gozar, si …así, ay,ay,ayyyyyyyyyyy,….siiiiiiii,..asiiiiiiiiiiiiiiii.

(Reviviendo tales recuerdos, sin habérselo propuesto, Dalila estaba llegando a un formidable clímax mediante un furibundo manipuleo a sus íntimas partes en pleno despertar de un apetito voraz, que ella aún se resistía a reconocer.)

Ay,…. Y los músculos de mi vagina, ay,… no dejaban de pulsar alrededor de su negro miembro, que me quemaba por dentro como una brasa y que me hacía sentir igual que una verdadera perrita en celo.

(Ya no quedaba mucho por revisar en el recuento de hechos, solo restaría corregir las obvias desviaciones en que había incurrido a partir del punto once y agregar las pocas tácticas de las que había sido victima y que aún estaba omitiendo: "El señuelo", "Preparado el campo de batalla" y "Jaque mate".)

Pero evidentemente el furor que me poseía, me inutilizaba por el momento, para cualquier tarea racional; me era imposible liberarme de la amenaza que aún estaba pendiente, no me quedaba duda, que tarde o temprano terminaría siendo sodomizada, además de tener que satisfacer todos los antojos sexuales del abusador; tal idea me disgustaba tremendamente.

(Aunque no lo quisiera reconocer, inconcientemente alentaba cierta inquietud por pagar el precio. Al parecer el despertar violento de su genitalidad, por tanto tiempo desatendida, había tenido repercusiones mas intensas de lo esperado, debido a su ardiente temperamento que había desatado en ella un furor pasional desenfrenado.)

No creo que se la pueda aguantar por atrás, la tiene muy grande y yo solo he tenido tal tipo de experiencia un par de veces y con gente normal, no con un burro como ese.

(Así reflexionaba y simultáneamente trataba de corroborar su convicción, tanteando con los dedos la elasticidad de sus esfínteres posteriores, pero en su intento, tan solo logró introducirse ligeramente el cordial y el anular, no obstante haberse untado el recto generosamente con humectante artificial. El estímulo de la inserción dactilar, acompañada con la idea de su inminente penetración, la sorprendió con la sensación de agradables contracciones anales que la hicieron encoger el cuello hasta colocar sus hombros a la altura de su conmovido rostro.)

Sorpresivamente suena el intercomunicador, aún agitada me dirijo a atender, se trata nada menos que de Valerio, a quién identifico a través de la pantalla del visor; pero no viene solo, dos personas lo acompañan, eso si me resulta inesperado; luego de dudarlo por un instante, decido enfrentar la situación tal como se está presentando, pensé: tal vez sea para bien, auto alentándome para darme valor.

Abro la puerta y antes de poder hablar, Valerio toma la iniciativa y me presenta a su hermano menor, un jovencito de unos diecisiete años, alto, un poco menos musculoso que él, pero mas jetón.

Te presento a mi hermano Julito, el benjamín de la familia. A Rubén como no lo vas a conocer si es tu subordinado y yo lo salvé por un pelo de ser tu victima.

(Rubén es el Jefe de Personal de la Empresa, un trigueño cuarentón de robusta corpulencia, unido a los hermanitos a través de un prolongado vinculo amical.)

Usando el cuerpo, el intruso fuerza su ingreso, sin ninguna autorización y para mi sorpresa, dice:

Pasen nomás muchachos, no sean tímidos, siéntanse en su casa.

Y continuó diciendo: Bueno muñeca hoy es tu día de suerte, he venido a darte la oportunidad de liberarte de aquello que tanto te atormenta y que los dos sabemos lo que es.

No podía creer lo que escucharon mis oídos, inmediatamente la expresión de mi rostro se inundó de felicidad y deseosa por volver a escuchar tan promisorias palabras, pregunté:

¿Cómo dice,……que ya comprendió que le conviene negociar?

No, no mamita, eres bien durita para entender las cosas, ¿no?, lo que te estoy diciendo es que hoy he amanecido benevolente y he decidido ayudarte. Tu bien sabes que estás en mis manos y si me diera la gana te haría mi esclava. Ja ja ja, y se rió burlonamente.

Deseando que esta comprometedora conversación fuese mas privada, contesté: Creo que esto no lo deberíamos tratar en presencia de otras personas, mejor les dice a sus acompañantes que esperen afuera.

Acercándose a mi oído susurró: Pendejita no, te cagas por estar nuevamente a solas conmigo, mejor invítalos a tomar asiento en el recibidor, sírveles un trago y trátalos bien, no olvides que son mis invitados y que nos esperen aquí mientras tratamos el asunto los dos solitos; mira la prueba que tanto te atormenta, única, original y sin copias, Y me mostró un estuche conteniendo un CD.

Con tan alentador estímulo, me limité a cumplir sus indicaciones y luego lo guié hasta la computadora de mi alcoba, para poder enterarme de la propuesta y verificar el contenido del CD, dejando en la planta baja a los otros dos advenedizos.

He venido a ofrecerte dos cosas: Mi renuncia al puesto de practicante en tu Empresa y entregarte el CD único, así habrás resuelto tus dos principales pesadillas de un solo tiro, afirmó lacónicamente.

Dalila entusiasmada con la oportunidad caída del cielo, preguntó un tanto incrédula: Y yo ¿Qué le tengo que dar a cambio?.

Casi nada preciosa, si bien yo me voy, se queda en tus manos mi querido Rubén y deseo dejarlo con alguna protección. También a mi hermano menor que quiero que me reemplace cuando yo renuncie. Y como comprenderás, no he olvidado que tengo algo pendiente con tigo, mejor dicho con el rabito de una puerquita que no quiero decir su nombre pero tú sabes quién es y te aseguro que no me iré sin cumplirte lo ofrecido.

Ya, inserte de una vez el CD en la lectora para visualizarlo, Le dije impaciente y visiblemente emocionada.

Oye ricurita, bien morbosa me has resultado, tan desesperadita estas por verte gozando como una puerquita con tu negro que te lo hizo tan rico; si tu mejor que nadie sabe lo que contiene este CD, así es que no desesperes que hay tiempo de sobra para verlo.

Así respondió, mientras simultáneamente me metía la mano por la abertura inferior de la bata, hasta posar los dedos entre los labios de mi jugosa intimidad, recién auto manipulada.

Uy perrita, tu te mojas de solo verme, ¿tantas ganas me tienes?, que rica, si hasta tienes el clítoris hinchadito.

Quise protestar y negar las especulaciones de ese negro jactancioso, pero cualquier explicación al respecto hubiese resultado más embarazosa que el silencio, por lo que opté por no argumentar.

No obstante su jugueteo dactilar, atiné a preguntarle: ¿No me estará tendiendo una nueva trampa?, ¿no?, tal vez en lugar de ayudarme como me ha ofrecido, lo que quiere es hundirme mas y peor aún, ahora con la colaboración de sus cómplices.

Te aseguro que no, estamos en tu residencia y tú bien sabes que aquí no hay cámaras escondidas y mis invitados no se toman libertades sin mi permiso, así es que cálmate, relájate y prepárate a gozar rico.

Eso de ninguna manera pensé, sin contestar, el hecho que yo me vea impedida de defenderme y que se aproveche cobardemente de tal circunstancia, no le da derecho a creer que yo la esté pasando bien con sus abusos.

La acción acompaño a sus palabras y desabrochándose la hebilla de la correa me hizo una señal para que continúe y lo ayude a bajarse los pantalones.

Al caer el pantalón hasta la altura de sus rodillas, el lujurioso y se encontraba en completo estado de erección, su tremendo miembro se levantó por encima de la horizontal como impulsado por un potente resorte, luciendo insolente un oscuro pero lustroso cabezón de considerable volumen.

Tomándome de la toalla que envolvía mí cabello me hizo doblar la cerviz hasta ponerme en posición genito oral; sabiendo que no tenía escapatoria, con resignación inicié la consabida operación.

Con los estimulantes bramidos del negro, la succión se tornaba cada vez más frenética y entusiasta, claro está que únicamente debido a mi deseo de hacerlo terminar pronto y no por otros motivos que él pudiese suponer, pero este atenuante me resultaba imposible de sustentar dadas las circunstancias.

Muy bien, muy bien putita, cada día lo estás haciendo mas rico, ahora déjame saborear tu jugosa almejita. Mientras hablaba me retiraba de la cabeza la toalla que ya estaba casi suelta, dejando mi húmedo cabello descubierto.

Quedaron sobre la alfombra, la toalla, mi bata de baño y todas las prendas de vestir del voluptuoso, quien se tendió de espaldas sobre mi lecho y me guió hasta colocarme sobre él en posición de estímulo oral simultáneo (69).

Eso si me preocupaba muchísimo, nuevamente mi resistencia y concentración mental iban a ser puestas a prueba, yo tendría que hacer esfuerzos sobrehumanos para no flaquear como en la anterior ocasión, creía estar segura de saber lo que se venía y me disponía a no permitir que mi férrea voluntad sea nuevamente vulnerada.

Pero el pervertido lamía y succionaba como un animal y no siempre mis órganos armonizaban con mi disposición mental y lo peor, él es un experto en darse cuenta, aun cuando yo trato de ocultarlo, parece adivinar mis sensaciones.

Trataba de relajar los músculos genitales para ocultar las pulsaciones involuntarias que estaba teniendo, pero no era capaz de controlar todas mis reacciones a la vez y los indicios se manifestaban por alguna otra parte.

Mami tu culito,………………………………………,tu culito me está llamando.

Y jalándome de las caderas hacia atrás me acomodó para trabajarme el ano con la lengua, que vergüenza, se iba a dar cuenta que no estaba tan ajustadito como la vez anterior y todavía tenía untado el lubricante.

Buena chica,………………………………………, me lo has estado preparando.

Retorna nuevamente a la vulva y reinicia su fricción lingual, me quería morir, un intenso orgasmo se me venía incontenible contra mi voluntad y me iba a dejar en absoluta evidencia, para colmo, en ese preciso momento, el pervertido me introduce el dedo pulgar en el orificio anal, precipitando los acontecimientos en forma tal que se me vino intensísimo con el estímulo combinado.

No pude acallar un sollozo que se liberó abriéndose paso por entre mi resistencia, menos aún pude evitar que mis músculos anales estrecharan calurosamente al dedo invasor que con tanto oportunismo contribuyó al placentero desenlace, acompañándolo en su repetitivo recorrido de entrada y salida, como no queriendo despedirse de él.

El negro insaciable se incorporó y me quiso acomodar en cuatro patas, pero me dio mucho miedo, había tenido en la boca por un buen rato su agarrotada genitalidad permitiéndome constatar sus considerables dimensiones.

No por favor, me va a doler, le dije suplicante y el respondió: Te aseguro que no te dolerá, solo producen dolor los que no saben hacerlo y además ya constaté que tienes un culito bien elástico; para que te relajes y te sueltes un poco, tu toma el control que yo te voy a dirigir.

Tomó de la mesita de la computadora el tubo de gel lubricante, se puso una buena cantidad a todo lo largo del miembro y en especial en el bálano; extrajo una cantidad igual entre sus dedos y me la untó en el recto, mediante diestros movimientos me lo lubricaba y a la vez me lo iba dilatando, en forma tan estimulante que nunca me la hubiese imaginado, llegando a introducirme la primera falange de sus tres dedos centrales, sin hacerme sentir dolor alguno.

En cierta forma me sentía agradecida de sus destrezas, por que debido a ellas mi sometimiento obligatorio, no resultaría tan penoso, así es que un poco mas confiada, estaba dispuesta a seguir sus instrucciones.

El se acostó de espaldas en la cama y me puso en posición de cabalgadura invertida, montándolo en cuclillas y apoyando mi peso sobre sus rodillas levantadas.

Esta posición le daba la opción de empitonar cualquiera de mis dos orificios y a la vez sujetarme de las nalgas para liberarme de mi propio peso, permitiéndome mayor libertad de movimiento y control sobre la penetración.

Con desacostumbrada gentileza me colocó su lúbrico cabezón en el umbral de la embocadura posterior, introduciendo ligeramente solo parte de la puntita, para que yo supiera que ya estaba correctamente posicionada y me dijo: Puedes hacer presión hacia abajo, conforme soportes la penetración y si sientes algún dolor levantas las caderas como escape. Sus palabras eran secundadas por leves movimientos rotatorios de cintura que me producían un estimulante masaje anal, el cual me ayudaba a soltar los esfínteres, comprobando con sorpresa una elasticidad inesperada.

La novedosa y sensual posición en que me encontraba colocada y el estimulante masaje anal que recibía con el movimiento circular, estaban logrando que mi sometimiento lejos de ser penoso, resulte alarmantemente grato, a tal punto que en esta posición me era posible ver abundante baba brotándome de entre las piernas, lo que me indujo a un leve abandono del control, soltando ligeramente las caderas, con lo que repentinamente quedé con toda la testa engarzada dentro del orificio.

Ya tenía adentro el orondo cabezón y no me había dolido exageradamente, pero no podía continuar la penetración y menos aún sacarla, por que el morcillón había quedado aprisionado del cuello por mi músculo de cierre, manteniéndome estática en tal postura.

Nuevamente los delicados movimientos circulares de cintura que realizaba gentilmente el disoluto, me fueron soltando y aflojando las tensiones paulatinamente, hasta que sentí que me resbalaba hacia abajo con relativa facilidad y creciente complacencia.

Sin estimulación alguna de las zonas erógenas acostumbradas, constataba con asombro y desconcierto que mis sensaciones anales se tornaban cada vez más intensas e incontrolables y que estaba a punto de descubrir la más sensitiva de todas las partes de mi sexualidad. Nunca imaginé que lograría tanto placer por ese conducto ni que tuviese un ojete tan voraz, sin pensarlo ya había posado mi carnoso trasero sobre su pelvis y me la había comido completita.

Tan intensa sensación me hizo perder los papeles y tengo que reconocer que me desboqué descontroladamente. Jadeaba, balbuceaba y resoplaba como una endemoniada, sacudía el culo frenéticamente e inclinaba el torso hacia el pecho de mi afortunado culeador, para no dejar afuera ni pizca del genital que tanto estaba disfrutando, sentía que pronto expelería abundante lava volcánica de mi entrepiernas.

Mi estado de enfermizo desenfreno, me impidió advertir oportunamente la presencia de un intruso dentro la habitación, al percatarme de ello, ya me encontraba disfrutando en ese momento del mas delirante e inimaginable orgasmo de toda mi vida y lo que es mas grave, con la desautorizada cooperación del advenedizo Julito, quien tenía su gran geta estampada en mi vulva como una ventosa succionadora, su oportunismo le permitió comprobar mis estertores genitales y saborear mi copioso liquido eyaculatorio.

En tales circunstancias me sentía incapaz de oposición alguna, el clímax que estaba gozando no tenía cuando terminar, parecía infinito y todos los presentes querían su ración en el festín, los dos parientes disputaban como hienas hambrientas la mejor colocación, ambos también completamente desnudos, midieron fuerzas a jalones, logrando finalmente cada uno su provisional ubicación para dar inicio a un tremebundo bandalaje copulatorio.

Yo estaba prácticamente echada de espaldas sobre el pecho de mi culeador y Rubén había logrado empitonarme por delante con su respetable aparato bien parado, colocándose en cuclillas entre mis piernas, logró la intrusión sin resistencia alguna, mi dilatada y rebosante embocadura lejos de rechazar la usurpación, le brindó una espontánea y calurosa bienvenida derramándose y retorciéndose de júbilo con inusual entusiasmo.

La tranca del menorcito, no era de juguete, sus dimensiones eran evidentemente hereditarias y ya venían impresas en la programación genética de la impronta familiar, lo pude apreciar cuando desde un costado ahogó mis aullidos de placer poniéndola entre mis labios, hasta ese momento no había sido consiente de los furibundos aullidos que venía exteriorizando a toda voz.

Estaba siendo victima de una violación colectiva, de un claro bandalaje sin atenuantes, pero paradójicamente, lejos de resultar agraviada, venía siendo la mas beneficiada del bacanal; si hubiese siquiera sospechado con anticipación la magnitud de tal refocilación, hubiese sido yo la autora de la trasgresión.

Estaba siendo protagonista y a la vez descubridora de mi insospechada voracidad sexual, la que provocaba en mí un estado de goloso desenfreno, el deleite de los nuevos estímulos, me significaban un goce gradualmente mayor, conforme se iban presentando.

Nunca imaginé que el placer sexual pudiera llegar a ser tan intenso, ni que yo fuese capaz de tal furor pasional, el goce que lograba mediante la simultanea fricción de dos férreamente erectos órganos viriles, exacerbaban el picor interior de mis dos embocaduras genitales y la succión del tercero, me permitía visualizar imaginariamente la función de los que se sacudían en mi interior, lejos del alcance de mis ojos.

Estaba a punto de venirme nuevamente, ya tenía sobre mi un rebosante orgasmo, la múltiple estimulación erógena y las circunstancias en que se desarrollaba la fornicación, despertaban un morbo indescriptible y las manifestaciones de todo mi ser no dejaban duda del efecto; sacudía el culo como una desquiciada y le mamaba la pichula al negro menor hasta lastimarlo, estaba a punto del desmayo y me invadió un lujurioso llanto pasional, que me trasladó a una dimensión con licencia para manifestar efusivamente toda mi satisfacción, dejando de lado la decencia, el recato y la racionalidad.

Mi intemperante estado, provocaba en mis voraces copuladores una voluptuosidad creciente, sumergiéndonos a todos los amancebados en una vorágine de lujurioso engolosinamiento. En coro anunciábamos un clímax multitudinario, se precipitaba un orgasmo colectivo casi simultáneo.

Las fuertes pulsaciones y espasmos genitales activaron un torrente de fluido eyaculatorio que me inundó hasta rebosar, brotando de mi interior en abundancia, mis cavidades invadidas producían fuertes contracciones deseosas de succionar toda la efusión. Eso sí, tengo la certeza que al negro de diecisiete años, al tal Julito, se la chupé hasta dejarlo sin gota de esperma.

Una obligada tregua impuesta por el agotamiento, nos permitió refrescarnos, además se calmar la sed, cada quién se atendía por su cuenta y sin pronunciar palabra alguna, como zombis, aún confundidos por efecto del episodio vivido.

El silencio fue roto por Valerio que increpó duramente a sus acompañantes, por haberse tomado la libertad de participar en el jolgorio sin su autorización; ambos infractores se justificaron argumentando que el clima de excitación fue el responsable del desenfreno.

No olviden que los he traído solo para que presencien los hechos, como futura protección para ustedes mismos, no para que den rienda suelta a sus instintos animales, y les mandó tomar asiento en el sofá ubicado detrás de la cama, prohibiéndoles cualquier nueva acometida.

No me explico con claridad, por que me parecía que Valerio estaba siendo demasiado drástico con los muchachos, pensaba que bebería comprenderlos y ser mas tolerante, después de todo, lo ocurrido era irreversible y ya habíamos quedado marcados en forma indeleble. Me resultó imposible vencer el recato y a mi pesar no pude interceder a favor de los oprimidos, para devolverles su libertad.

No me sentía dispuesta a modificar el curso de los acontecimientos para cobrar en ese momento el precio de mi entrega, preferí dejar ese tipo de intereses para mas adelante; ahora tenía urgencias mas apremiantes, estaba siendo presa de un lúbrico picor erógeno que me carcomía interiormente, sentía el imperioso deseo se ser nuevamente usurpada, pero no me sentía con valor suficiente para tomar ese tipo de iniciativas.

Complacida noté que el erecto miembro de cabecilla me retaba nuevamente y que me vería exonerada de dar el primer paso; efectivamente, fue él quien inició el combate; quiso tramitarlo en forma ortodoxa empezando con las caricias preliminares, pero yo ya me sentía mas que suficientemente excitada y lo que necesitaba era calmar ese picor interior a fuerza de fricción.

Lo monté yo solita, me apuntale por la vulva y me resbalé hasta el fondo, hasta sentir la punta de su mástil presionándome el epicentro genital, yo daba vigorosos sacudones de cadera y el, sin dejar de mamarme las tetas, me preparaba nuevamente el culo con generosa cantidad de lubricante.

Vencida por la curiosidad me esforzaba por mirar a los silenciosos acompañantes, alcanzando a verlos a través del espejo de mi tocador, ambos en evidente estado de excitación, tenían sus grandes vergas apuntando hacia arriba amenazadoramente, mientras desde su ubicación tenían a la vista todo el espectáculo copulatorio.

Mi desmesurado apetito carnal exige estímulos adicionales y mi descontrolado ano pide guerra; intermitentes contracciones pulsan mi entre abierto ojete, que por cuenta propia persiste en exacerbar los ánimos de los impacientes espectadores que claman por intervenir, incitándolos a la sedición.

Voces de protesta se dejan escuchar y se aviva un inevitable amotinamiento, empiezan los explicables forcejeos, hasta que por fin se consuma el asalto, el ímpetu del adolescente fue más fuerte que las restricciones impuestas por el hermano mayor e impulsado por sus irrefrenables apetencias usurpa mi inquieta desembocadura, logrando su ocupación con toda mi colaboración.

Conforme era empalada por el culo, escapaba por entre mis labios una oportuna expresión de conformidad, dejando en evidencia mi complicidad, evitando así un posible enfrentamiento.

Los tres sacudíamos nuestros cuerpos con gozo desmedido, tratando de acompasar la cadencia y Rubén desde una nueva ubicación me ofrecía impaciente su respetable príapo completamente tieso y descabezado para mamarlo, oportunidad que no demoré en aprovechar para degustar los sabores de mi subordinado.

Me venían sucesivamente intensos orgasmos uno tras otro, luego de cada uno de los cuales mis infatigables copuladores permutaban posiciones por turnos, manteniendo mis tres cavidades diestramente barrenadas en todo momento. Estaba segura de haber encontrado el método copulatorio de mi preferencia y a la medida de mis necesidades, los tres participantes simultáneos resultaban imprescindibles y en adelante no podría excluir a ninguno.

No era uno ni dos, sino tres, el número de aventajados y arrechos sementales los que necesitaría en lo sucesivo, así tuviese que reemplazar a alguno de los actuales, eso es lo que exige mi irrefrenable furor sexual recién desenmascarado.

Después de semejante disfrute llegó la saturación y todos quedamos plenamente satisfechos, me sentía jubilosa de no haber decepcionado y orgullosa de mi hasta entonces desconocido temperamento pasional, el trío de infractores, lejos de afectarme, había terminado dándome un suculento servicio gratuitamente y lo que es mejor con total disposición para repetir estos encuentros con mucha frecuencia y convertirse en mis aliados incondicionales.

Valerio cumplió con entregarme el CD vendito, en versión original única, con lo que me regresó el alma al cuerpo. En cuanto a su carta de renuncia, lo convencí para que acepte un puesto en nuestra Empresa, similar al que le habían ofrecido fuera de la ciudad, así mismo me comprometí a favorecer a su hermano Julito con las prácticas que estaba solicitando y en cuanto a Rubén prometí otorgarle el aumento que le correspondía y que yo había mantenido injustamente congelado por tanto tiempo, en tal forma que nadie saliera de mi hogar con las manos vacías.

La única afectada fue la telefonista, a la que decidí despedir por su falta de lealtad, así como para que no desgaste mucho a Valerio que yo lo necesitaba con todas sus fuerzas; estas acciones y decisiones fueron adoptadas con la anuencia de mis nuevos amigables colaboradores.

Eso es lo que yo llamo ser una extraordinaria estratega y formidable administradora, me he dado el lujo de transformar una guerra a muerte en una alianza de colaboración y gozo, sin importar que mis estratagemas hayan sido un fracaso y que mi intelectualidad me haya abandonado por completo; estoy segura que nadie es capaz de sustentar con éxito que los seres humanos estemos compuestos exclusivamente de cerebro, felizmente disponemos de otros elementos que pueden resultar mas persuasivos para el enemigo, con el beneficio adicional de la propia satisfacción; por eso es muy sabido que cuando la de abajo está de gloria la de arriba pierde la memoria; JE, JE, JE, JE, JE, JE.

OCTOPUSI, 27 de enero de 2005.