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Cali y Lety

en Amor filial

RELATOS LASCIVOS "OCTOPUSI"

 

"CALI Y LETY" ( INCESTO HERMANOS )

Alrededor de los sesenta Lety tenia 16 años, era sumamente provocativa, de tipo italiano y muy cuidadosa de su apariencia personal, todos los amigos de su hermano menor, Cali, soñábamos con poseerla algún día.

Lety en cambio nos ignoraba por completo, pues tenia un enamorado que casi nos doblaba la edad,

Cali como la mayoría de nosotros tenia 11 años, derrochaba gran simpatía, era atractivo y muy despierto.

Cali nos había ganado todas las competencias denominadas "quien la tiene más grande"

y no dudo en suponer que también hubiese podido ganar una interdistrital, pues estaba dotado de un extraordinario armamento genital, que hasta un adulto envidiaría.

Los padres bastante conservadores, tenían bien controlados los horarios y disciplina de la casa, Lety podía verse con su enamorado solo en el portal en donde él estacionaba su auto, a la sombra de un copioso arbusto.

Si les daban permiso para salir, bebían hacerlo acompañados de alguien y nunca solos,

su madre le había repetido mil veces a Lety, que debía llegar virgen al matrimonio, en ese entonces existía la difundida creencia que si un mujer se entregaba anticipadamente a su pareja, éste podría tomarla por "ligera" con el riesgo que la relación fracase.

Cali se llevaba muy bien con su hermana Lety, eran confidentes y compartían todas sus intimidades.

Un buen día Cali, quién no era muy estudioso que digamos, nos sorprendió a dos de sus mejores amigos dejándonos al borde del colapso; nos ofreció dejarnos ver los contactos íntimos que, según nos dijo, venia sosteniendo desde un buen tiempo con su hermana Lety, a condición hacerle los trabajos de uno de los cursos mas difíciles y también ayudarlo en el próximo examen de matemáticas, obviamente además de mantener una absoluta discreción al respecto.

Al principio, aún incrédulos, pensamos que se havia vuelto loco o que estaba siendo victima de severas alucinaciones, para demostrarnos lo contrario procedió a relatarnos los hechos con lujo de detalles.

Lety era muy ardiente y los encuentros con su enamorado solo lograban sobreexcitarla;

en el auto su enamorado la manoseaba por encima del calzón y le mamaba las tetas,

cuando sentía que estaba apunto de aflojar, recordaba los consejos de su madre y se despedía abruptamente y salía corriendo hacia el interior de su casa, mientras tanto Cali la esperaba impaciente y sumamente excitado en su dormitorio, pues sabia que de un momento a otro ella llegaría con una monumental calentura y en un severo estado de perturbación a pedirle que le lama los genitales mientras intentaba narrar lo acontecido entre gemidos y balbuceos, envidiable tarea que el realizaba con esmero y de muy buena gana.

Cali nos contó que cuando Lety se sacaba el calzón ya lo tenia empapado, que él se arrodillaba en el piso sobre una almohada y ella abría sus piernas mientras arqueaba el cuerpo sentada al filo de la cama, él retiraba de en medio el abundante bello púbico y mientras ella con palabras entrecortadas intentaba su narración, el no cesaba de disfrutar estimulando con labios y lengua el erecto y palpitante clítoris de su hermana que se encontraba a punto de estallar.

Las primeras veces, luego de hacerla llegar al orgasmo, el se retiraba presuroso al baño para masturbarse y así lograr una abundante eyaculacion, lo que le resultaba penoso en demasía, por haber estado tan cerca del cielo sin poder alcanzarlo a plenitud.

Angustiado por esta situación, en cierta oportunidad, ansioso por lograr mayores avances con su hermana, premeditadamente detuvo la estimulación oral en forma prematura, anticipándose al orgasmo de Lety, sorpresivamente cesó su placentera actividad y bajándose los lienzos hasta medio muslo, dio inicio a su conveniente ritual de masturbación, esta vez ante la atónita mirada de ella, quien sorprendida no dejaba de contemplar el gran desarrollo genital logrado por su hermanito.

Sin dudarlo tomo entre sus trémulas manos aquella pieza viril y se la introdujo en la boca, mientras se acomodaban en una nueva posición que les permitiese disfrutar a ambos de una estimulación oral reciproca y simultanea.

Como consecuencia de tan espléndida circunstancia, sintieron sincronizadamente una impostergable necesidad de copular, aunque en esta primera oportunidad no pudieron consumar la penetración, pues la excitación que se traían era tan intensa que cuando Cali puso el cabezón entre los ajustados labios vulvarios de su hermana, ninguno de los dos pudo impedir el alubión de néctar que incontenible manaba de sus genitales, el intenso orgasmo que estallo por sobre sendas voluntades, los dejo rendidos en medio de abundante licor vaginal y semen; luego a Cali no le quedó mas que retirarse a su habitación dejando a su aun virginal hermana profundamente dormida.

No transcurrió siquiera una noche completa para que se produzca el añorado desenlace, a eso de las tres de la madrugada ya repuesta y con la idea fija en el miembro viril de su hermano, que la había dejado tan impresionada, a hurtadillas se introdujo a la recamara de Cali quien se favoreció con el despertar de los despertares, cuando abrió los ojos ya se encontraba férreamente erecto y con el glande dentro de la boca de su pasional hermana quien actuaba con mas furor y entusiasmo que técnica, extasiada no se desprendía de su preciado hallazgo. Antes que el pudiese colaborar con tan placentero cometido, ella lo monto, condujo el miembro hacia su hiper lubricado intimidad y sin dudarlo se deslizo palpitante, incrustándose hasta que sus nalgas tomaron contacto con los placidos testículos agazapados en el fondo del abismo, produciéndose así su inevitable desfloración con gran placer y desapercibido dolor.

A partir de ese entonces ambos disfrutaban del sexo prohibido a voluntad y con gran comodidad debido a que sus dormitorios y el baño que compartían se encontraban algo distantes del resto de la casa, jardín de por medio y construidos sobre el muro colindante a un terreno baldío en el que espontáneamente había crecido abundante vegetación.

Es aquel terreno al que yo tenia que incursionar, en oportunidades acompañado por mi amigo, el otro confidente, pero casi siempre solo, para poder disfrutar en silencio del goce sexual de la mujer de mis sueños y argumento obligatorio de mis mas preciadas masturbaciones.

Yo esperaba pacientemente en las inmediaciones cuando Lety sostenía sus encuentros preliminares en el automóvil estacionado de su ahora novio y futuro esposo, a sabiendas que al ingresara presurosa a su casa, iría sin dilación al añorado encuentro.

Yo entraba al terreno contiguo escalando el muro exterior y desde una rudimentaria plataforma que había improvisado, podía ver a través de una pequeño ventanal, con total comodidad y sin ser descubierto casi la totalidad del furibundo encuentro que sostenían con gran placer los apasionados incestuosos.

Felizmente para mí eso tuvo su fin, de lo contrario corría grave riesgo de enloquecer o tuberculizarme, cada vez que recordaba las pasionales imágenes no podía evitar el disfrute de una tremenda masturbada, lo que ocurría cada vez con mayor frecuencia.

Para mi bien, el padre de ambos que era militar fue destacado a una provincia cercana a la capital y se mudo con toda su familia, debido a mi corta edad su nueva residencia me resultaba inaccesible y desde entonces les perdí el rastro.

OCTOPUSI.9/04/2004.