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Circulos

en Erotismo y Amor

Circulo, figura geométrica, de forma ovalada y con formula conocida, con el punto de partida y final juntos, con el trazo llegando al mismo lugar donde comenzó, terminando en el mismo lugar de donde partió. A veces, la vida se amolda a un circulo, a veces parece que terminas en el mismo lugar de donde saliste en busca de algo mejor, como si de nada hubiese servido el esfuerzo que hiciste por emprender un camino nuevo y misterioso, que al final no te lleva a ningún lugar.

Mañana de otoño, las cinco y veinte aproximadamente, no puedo dormir más, no puedo volver a pegar los ojos sin sentir el pequeño impulso de sentir tu rostro cerca al mío, y si bien no esta, el solo hecho de pensar que una vez estuvo ahí lo hace inmortal, siempre presente, siempre viéndome, y siempre siendo visto por quien al igual que tu belleza, estará al lado tuyo por toda la eternidad, hasta que el océano se seque y el cielo sea anaranjado, hasta que no haya gravedad, y todas las utopías se conviertan en realidad.

Me levanto de la cama, me siento en el sofá del estudio y cojo el periódico del día anterior, en busca de paz, bah, en realidad en busca de encontrar sujetos más desdichados que yo y poderme sentir en algo consolado. Diviso la sección de vanidades, te recuerdo, era la parte que más te gustaba, era la inseparable tuya, la llevabas para todos lados y seguías sus tips al pie de la letra. Hasta hicimos el amor en el baño del avión porque era según la editora, "el lugar más arriesgado y hot donde hacerlo", loca, quemada, loquita siempre has sido mi amor, espontánea, vehemente hasta cierto punto, jugando las fichas una sola vez, arriesgando todo lo que tienes por ese sentimiento de adrenalina, por ese momento de incertidumbre y tensión, cómo olvidarte si como tú hay pocas.

Termino de leer las noticias del día anterior, prendo el equipo de sonido y hago sonar el ultimo disco de nuestro grupo favorito, escucho la letra y pienso inevitablemente en ti, ya no puedo más, esta separación me tiene loco, tanto como antes de conocerte, tan solo como aquella vez, tan desdichado, tan iracundo con el mundo, tan poseído por..........

Me quito la ropa, entro a la ducha con el mismo desgano de siempre, tempero el agua, la hago deslizarse por mi cuerpo, recuerdo nuestros baños juntos, cuando desnuda entrabas y juntabas tu mata en mi pierna, como deslizabas tu suave y gloriosa entrepierna por mi piel y jugabas con tu boca en mi pecho, como saltabas cada vez que caía un poco de agua en tu lindura de trasero y como sonreías después, como te dejabas caer al piso y desde ahí mirabas como te miraba, y desde ahí reías de cómo reía.

Pero ya no estas, debo aprender a vivir con eso, debo sacarme de una vez tu espada y cicatrizar de una vez esta herida, que me tiene cansado, que no hace más que recordarme lo linda que eras, y lo bien que la pasábamos juntos. Pero terminaste conmigo, y de la misma manera debes de volver. El ordenador me llama, lo prenderé y a ver pues...........

Estar desnuda encima de la cama y viendo como la sabana se escurre de mi piel, es quizá el único momento erótico que tengo desde que te fuiste, digo, fuera de simples hechos carnales, que ni amor merecen llamarse, fuera de besuqueos encima de la cama, que solo consiguen mi repudio a una realidad que bien pude haber impedido, que bien pude haber estimado y protegido. Pero las cosas se dan por algo, y si bien es cierto no encuentro una pizca de suerte ni beneficio en esta decisión, pues que vamos, ¡Por algo será!

Me levanto de la cama, desnuda como estoy camino por todo el pasillo de mi apartamento, pensando en ti y en tu mirada seria y lacónica, que solo sirve de escudo a tu personalidad frágil y romántica, que tanto me prometió y que tan poco cumplió.

Ya han pasado dos meses, dos largos meses sin ti, sin tus caricias ni tus besos, a veces, pienso que el mundo quiere que giremos en el mismo punto orbital y que como llegamos al punto final, tan lindo y utópico, llegamos también y casi en el mismo instante al punto inicial, de donde partimos, y a donde no sabemos cómo carajo regresamos.

Un vecino asoma su estúpido rostro por la ventana del frente, me ve desnuda y trata de ocultarse en las persianas, la verdad, no me importa, sigo caminando desnuda, sigo mostrando mi cuerpo sin alerta ni cautela, si quiere ver, pues que ¡Se reviente el ojo!, no me interesa, la verdad ni me importaría hacer el "amor" con él, siento que el cuerpo ya no me sirve, que es parte de mi pre- vida sin ti, y que ahora, para más de comer, no.

Entro a la ducha, enjabono todo mi cuerpo, mi pecho puntiagudo está, sin saber porqué, que afligido está en lo intrínseco y que puntiagudo por fuera, , con el pezón colorado casi volando y haciendo notar una que otra vena, por el frío quizá. Sigo enjabonando, el pubis sigue, me encanta limpiarlo, me encanta cerrar los ojos y pensar que eres tú quien lo hace, quien de a poco asoma la mano y que enjabona toda mi entrepierna, y que logra un suspiro mío, y que logra más a medida que sigue avanzando, te imagino viendo este hecho, te imagino excitado entrar a la ducha.

Seco todo mi cuerpo y me detengo en la mata, esta un poco poblada, muestra la carnosidad metida entre tanto vello, castaño, enrulado y llamativo. Vuelvo a caminar desnuda por toda la sala, me sirvo el café y me siento en el sofá principal, no se qué hacer, ¡Carajo! Es como si ya nada obtuviese de este puto mundo sin ti, , sin mi complemento, maldigo la hora en la que termine contigo, claro, pero a decir verdad, también en la que te conocí.


Maria Fe y Rodrigo sentían la necesidad de volverse a ver, la eterna inquietud de volverse a besar, de mirarse de nuevo una mañana en la cama del apartamento de él, de bañarse juntos y disfrutar el día casi siempre juntos, entrelazados por el bendito aparato llamado celular, conversando a cada momento que pueden, a cada descuido del jefe de Rodrigo, a cada necesidad de propalar el sentimiento tan maravilloso que tienen y que solo el conformismo de Rodrigo y la impaciencia de Maria Fe pudieron acabar, pudieron.......

Maria Fe llegó a la habitación y se miró al espejo, contemplo su hermoso cuerpo desnudo y sintió la necesidad de tener al frente suyo a Rodrigo, pero la impotencia, bah, el orgullo de cumplir con lo que profesó en un momento de enojo y riña se lo impedía. Ella sabía perfectamente que bastaba una sola llamada para acabar con esto, un "Te quiero" para volver a lo que fue un tan celestial romance, un chispazo en la penumbra, una rosa en medio del desierto. Pero....... el sentimiento llamado orgullo se lo impedía, lo clara que había sido al momento de decir "No te volveré a dirigir la palabra en nuestra puta existencia", estancaba la posibilidad de retorno, borraba los puntos necesarios para que el circulo no continúe, pero en su lugar, se formaba una línea en picada cayendo a velocidad demencial.

Se probo el tanga rojo, no le gusto, le apretaba mucho la entrepierna y lo sentía introducirse levemente en su ya depilado coño, se lo quitó, se lo quitó con tantas fuerzas que lo rompió, ¡Mierda! Gritó, lloró un poco y se sentó en la cama repitiendo incansablemente ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Ya no puedo más!. Miró el soleado día y deseo más que nunca ir a su refugio de amor: Una pequeña laguna, cerca de un pueblo cuyo nombre ya olvido.

Pero no podía, el trabajo que había conseguido la condenaba a ir. Suspiró fuertemente, se levantó, camino hacia el closet y saco de ahí el vestido hermosísimo que había comprado el día anterior, "si me lo pongo quizá mejore el día" pensó mientras se lo probaba, le quedaba divino, todo a ella le quedaba divino, era tan linda, pero también claro, por el momento, tan infeliz....

El claxon del carro de la compañía hacia de las suyas. No se había puesto interiores, cogió un braga negro y rápidamente se lo puso, miró el reloj, se percató que era sumamente tarde, gritó sin contención ¡Rodrigo de Mierda! Y corrió hacia el vehículo.

El camino era melancolizo, era pensar en Rodrigo y en su estúpida propuesta, ¡Por qué propusiste eso carajo, Rodrigo!, ¡Por qué no cerraste la puta boca, demonios!, no contenía las lisuras, no se contenía así misma, estaba fuera de sí, fuera de cualquier autocontrol, dentro de la gran dimensión llamada amor, estancada ahí, incrustada a más no poder, pensando en Rodrigo y en la propuesta..........

Cerro los ojos y se dijo a si misma " Es hora de acabar con esto" cogio con las pocas que le quedaban el celular, y pensó rapidamente "es ahora o nunca" , marcó el teléfono de la casa de su amado, espero dos campanadas, a la tercera respondió Rodrigo.

- Hola

- ..............

- Hola?

- Rodrigo, soy Maria Fe

- Ah, hola..... qué tal?

- Bien, te llamaba para............. bueno.........creo que necesitamos hablar.....

- Sí, bueno quería decirte que.......

- En el café de siempre, a la hora de siempre

- Bueno....

Las seis de la tarde, Maria Fe acaba el segundo cigarrillo de la tarde, prueba el primer sorbo de café y siente la enorme necesidad de ver a Rodrigo, de escucharlo, de decirle ¡Ay Rodrigo por favor! ¡Callate que no te creo nada!, de abofetearlo si es necesario para colmar su necesidad de tocar su piel, suave, tersa. Pero el sitio de en frente sigue vacío, sin oler aun a zapato engamuzado y desodorante barato, sin aun nadie encima que pida el café cargado de siempre y el piqueo habitual, por qué no.

Siente pasos acercarse, los siente con tanta rapidez que les es imposible siquiera voltear, solo siente que alguien le toca el hombro y suelta una leve carcajada, solo ve a su amado sentarse delante suyo y pedir el café cargado de siempre, y el piqueo habitual, por qué no.

- Hola

- Hola

- ¿Cuándo empezamos a hablar? De en serio, digo

- Cuando te den el café

- ....................

- No me mires tanto

- Lo siento, es que hace tiempo que no te veo

- Lo sé, yo también, pero no te inspecciono la cara ¡Dios!

- Llegó el café

- Bueno.......... comenzaré

- Espero.........

- No. Mejor empieza tú

- Mejor aún. Fe, la promesa no era de plazo inmediato, mira, te juro que si me dabas......

- ¡El problema no fue el tiempo!......... el problema fue tu actitud, tu desgano a cumplirlo

- Es cierto, pero te amo Fe, yo te amo

- Yo también te amo y créeme que eres el único que le he dicho eso, pero...... Rodrigo, estoy cansada de tus promesas sin cumplir........

- Pero es que ¡Demonios! No es fácil cambiar de un momento a otro........

- La actitud, la actitud

- ¡Pero carajo, Fe! ¡No es tan fácil dejar el vicio...

- Habla menos fuerte....

- ¡No me importa! ¡No me importa si me escuchan!

- Cálmate o me voy....

- ................

- En realidad, nada de esto hubiera pasado si.....

- Lo sé, no debí haberte dicho nada........ Pero Fe....

- ¡Cállate! ¡Maldita sea! no sé por qué te amo tanto.......

- Yo también, Fe, Yo también

- Mira, hagamos algo, si lo dejas por un día, sabré que es en serio y por ende.....

- ¿Volveremos?


Maria Fe sonrió, Rodrigo la tomo en brazos y la beso, las demás personas, molestos al principio por los gritos de Rodrigo sonrieron también, incluso aplaudieron un poco, las parejas se miraron entre si y se besaron, los niños rieron y los abuelos, dejaron de renegar.

Salieron del café, tomaron un taxi lo más pronto posible, dentro se besaron como nunca, dentro soltaron todo lo que tenían y hasta toqueteos hubo. Llegaron, corrieron al departamento de Rodrigo y dentro empezaron a desvestirse, como si fuera la primera vez, como si necesitasen de ver sus cuerpos desnudos abalanzándose al ritmo del jazz de Sonny Rollins. Solo quedaba el tanga negro, Rodrigo lo beso por encima, sintió como se humedecía Maria Fe y ante la insistencia de ella, lo empezó a bajar levemente, Maria Fe empezaba a gimotear, empezaba a mirar al cielo en muestra de éxtasis. Él lo termino de bajar, y vio la mata por completo, la toco, la beso, la saboreo, sintió el clítoris en la lengua, sintió los gritos de ella, subió, beso su estomago chato, metió la lengua por el ombligo y sintió venirse, sintió también, como ella lo hacia.

Besó sus pezones, lindos y puntiagudos, empezó a jugar con ellos, los mordisqueo en algún momento, no daba más, la penetro, una y otra vez, ella gritaba, él también, los segundos corrían rápidamente, el reloj mostraba los minutos de amor, el cielo los iluminaba, y sus sonrisas reflejaba. Una ultima más, y cansados se miraron, y cansados se besaron antes que ella recueste su rostro en el pecho de él y así juntos, juntitos, dormir hasta el otro día.

Rodrigo hizo algo que nunca debió hacer, y Maria Fe lo vio, vio como se acababa la vida, y con el dolor de su corazón vio como también claro, acababa otra vez con su relación. Cogió sus cosas, no dijo nada, él tampoco, termino de ponerse el vestido y salió lentamente del apartamento, cerró la puerta con una lagrima inmensa bajándole de las mejillas, mientras él cogía sus pantalones. Él la miró y también lloró interiormente. Círculos, círculos............

Dedicado al amor de mi vida, no puedo decir su nombre, no puedo siquiera nombrar una letra de su hermosísimo nombre, quizá porque esta incrustado en mi corazón y decirlo significaría dejarlo escapar, quizá porque no es el momento de darle libertad.......