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Nieta puta (2: los amigos de mi abuelo, son...)

en Amor filial

Desde aquel día en el que el abuelo Pepe, le restregara la polla a la pequeña Nieves, las caricias y los juegos no cesaron, al contrario, se volvieron más íntimos y cómplices. Ahora dormían juntos en la misma cama estrechamente abrazados y el hombre no perdía la ocasión de meter la mano por cada rincón del cuerpo de su nieta, momentos en los que ella disfrutaba con deleite.

Aquella tarde, estaban tranquilamente sentados en el sofá mientras el viejo, le pellizcaba los pezones a la chica con la yema de los dedos. Charlaban y reían animadamente, él le contó: "Esta tarde, va a venir un amigo que quiere conocerte, si eres buena con él te va a dar 10 euros, que te parece"?"mmm no sé, lo que tú digas"

Ambos siguieron con sus risas y su conversación hasta que de pronto, sonó el timbre de la puerta. Pepe se levantó a abrir y entonces entró Tomás, un setetentón delgaducho y jorobado, con aspecto sucio y tremendamente deleznable en sus formas y él propiamente dicho.

"Esta es Nieves. Tiene 12 años, que te parece? Nieves, dile hola a Tomás" Ella contestó un escueto "Hola" y su abuelo continuó, verás como lo pasamos muy bien los tres juntos, Nieves es una chica muy buena y quiere mucho a su abuelo, verdad que si?(ella asintió con la cabeza)

"Vaya (suspiró Tomás) es mejor de lo que pensaba, pero ella lo permitirá?" a lo que su colega le contestó con un "claro que si, lo hará encantada, además, ella disfrutará como una posesa, ya verás tu… Ven, mi niña, ven que vamos a jugar"

La levantó del asiento y le levantó la corta faldita mientras que metiéndole la mano por entre las piernas (sin bragas, por supuesto) le decía al otro: "ves? Lo ves tú como se deja?" Decía esto mientras los dedos tocaban el clítoris de la nieta que movida por un resorte abrió las piernas al paso de la mano del anciano, mientras el otro hombre, tímidamente, le subió el pequeño top de flores hasta tener sus pechitos al aire.

Qué cosa tan divina! Pensó. El hombre no paraba de temblar de la calentura que llevaba encima. A causa de su joroba hacía años que ninguna mujer osaba acercársele porque daba grima su chepa y lo sucio que era.

Con ese aliento a vino que salía de su boca, besó a la niña impregnándola de saliva maloliente. Todo aquello era bastante escabroso, su propio abuelo masturbándola y su maltrecho amigo toqueteándola y besándola y ella allí con las piernas abiertas, dándole su blanco y delicado cuerpo a aquellos dos seres.

Abuelo Pepe se quitó la ropa mientras que su amigo Tomás ocupó su lugar en la entrepierna de la muchacha pero la tocaba con tan poca delicadeza a causa de los nervios que le hacía daño y se quejaba "Ay! Más despacio, por favor, que así me duele" Bajaba la intensidad de los tocamientos, pero enseguida se olvidaba, no era para menos, a su edad, tener despatarrada una jovencita tan pura, era como para perder la cabeza.

El gordo Pepe, se sentó en el sillón y situó a su nievecita ante él, a la que hizo lamerle un dedo para acto seguido intentar metérselo en su aun cerrado, redondito y prieto culo, mientras el otro seguía ahora ya lamiéndole el coñito a la nena que no dejaba de gemir un poco haciendo como la que disfrutaba, suponía que era lo que se esperaba de ella, pero Tomás no acababa de darle el gusto que le proporcionaba el abuelo cuando la tocaba, pero se dejaba obediente. Este la cogió en brazos, aun llevaba la falda puesta y se la arremangó a la cintura, pero el top sí que se lo quitó dejando al aire aquellas tetitas juveniles tiernas como bizcochos. La cogió entre sus piernas, de modo que dejaba ante los ojos del compañero un chochito bien abierto, de poquísimo vello aún y, abriéndolo con una mano le dijo: "Mira bién, so cabrón que otro así no pillas en tu puta vida, jajajajaja"

El jorobado volvió a besarla con mucha saliva mientras se iba quitando ropa, dejando ver una polla más bien pequeña pero muy gorda, pero como tenía fimosis, para sacarse el capullo, el tío tenía que tirarse hacia atrás del pellejo para dejar ver el prepucio para dirigirlo hacia el agujero que su amigo le mostraba.

Lo frotó bien, pero la calentura le llevó a más y sin poder ni querer contenerse, en un solo gesto se la metió a la chiquilla enterita en el coñito que acaba de dejar de ser virgen en ese momento haciéndola gritar y llorar de dolor, pero el hombre hizo caso omiso a sus quejas y continuó el vaivén haciendo oidos sordos, estaba demasiado caliente como para andarse con tonterías.

"Pero que has hecho, hijo de puta? Te la estas follando!! Era virgen y vas tu y te la follas"(le increpó Pepe) pero Tomás estaba poco dispuesto a sacar de Nieves su cipote, máxime que ya se estaba corriendo y no era plan de interrumpir por ello tanto gusto como le había dado la cuevecita caliente de una chiquilla que apenas sabía lo que estaba haciendo.

Jadeando y gritando como un bellaco, se le vino toda la leche dentro de ella sin darle tiempo siquiera a haberla disfrutado bastante.

Entonces fue cuando el abuelo se levantó del asiento, cogiendo en brazos a la pequeña a la que colocó en el sofá abriéndola de piernas. Situado frente a ella, de rodillas y, levantando su culo, apuntó la polla al coño de su nieta mientras muy dulcemente jugaba con ella a frotarse durante el rato suficiente para que ella sintiera el placer conveniente.

Al sentirla vibrar y gemir, el abuelo se dejó caer, metiéndole en ese instante toda su polla a lo largo y ancho (más bien estrechito) de tan tierna mujercita que respondió con ays de placer cuando con lentos pero cada vez más fuertes movimientos iba empalándola hasta hacérselo con fuerza.

"Lo ves?(dijo al amigo) Si vas a follarla, hazlo bien, lástima que la haya desvirgado un desconocido que ni la ha disfrutado siquiera, pero ahora verás como me la voy a follar yo hasta volverla loca"

Y tal como prometió la atizó con su cipote haciéndola gritar y llorar de gusto, temblando y finalmente corriéndose de tanto placer por ella hasta ahora desconocido.

Tomás que ante el espectáculo se le había vuelto a empalmar la polla, se la metió en la boca a Nieves que sin saber muy bien que hacer (ya que hasta ahora no había hecho mamadas) la lamió como si fuera un helado, proporcionando al maltrecho anciano un placer hacía años olvidado, de tal modo que le regaló un chorreón de su caliente y espeso requesón en la boquita de fresa de tan divino ángel.

Pepe continuaba follándosela fieramente y, cuando su nieta comenzó a gemir y sollozar sintiendo su segundo orgasmo de la tarde, se la sacó y se le corrió en la cara mientras bramaba como un toro.

Cuando ambos se quedaron bien satisfechos, se retiraron de ella que bastante confundida y cansada se quedó dormida en el sofá.

Al cabo de un rato, cuando se despertó, vio a su abuelo que ante ella se masturbaba, mostrando de nuevo una polla bien dura, gorda y tiesa, al tiempo que le decía, "Toma, tus 10 euros, has sido una niña muy buena, si sigues así tendras muchos 10 euros como este"

Nieves sonrió y abrió las piernas mucho mucho para que su abuelo pudiera volver a disfrutar de ella