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Edipo y Elektra, hermanos en el 2005

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Edipo y Elektra, hermanos en el 2005

Esta es la historia de cómo mi hermano consiguió violar a mi madre y yo a mi padre. Mi hermano es algo así como un delincuente juvenil, se llama Enrique y desde que era un crío ha estado metido en diversos problemas, reformatorios, peleas y todo eso. Yo, por mi parte, me llamo Silvia y siempre envidie el espíritu salvaje de mi hermano pero jamas me atreví a nada, siempre fui la hija perfecta para mis padres. Hasta que un día le conté a mi hermano como vengarnos de los viejos, él por tantos años de mano dura e incomprensión y yo por no ser tenida en cuenta y si usada como hija modelo.

El plan era fácil, el jueves por la tarde mi padre se quedaría en la oficina trabajando hasta tarde (mi viejo es el típico hombre de cuarenta y tantos adicto al trabajo). Yo iría hasta allí mientras mi hermano se quedaría en casa con mi madre. Le diría a mi padre que mi hermano tenia amenazada a mama (cosa cierta) y que o hacia todo lo que yo quisiera o saldrían heridos, ¿cómo negarse al capricho de los hijos?

Bien, yo me dirigí a la oficina, salude al portero y, como había planeado, mi padre era el único que estaba allí. Yo saque de mi mochila el teléfono, ante la extrañeza de mi padre, ya que no le dije nada y le extraño verme allí. Le dije que no me dijera nada y que llamase a casa.

Tendrías que haber visto el estupor reflejado en su cara, la incredulidad al oír a mi hermano decir que se iba a follar a nuestra madre y que él, mi padre, tendría que obedecer todos mis deseos. La verdad es que era un secreto pero tanto mi hermano como yo deseábamos a nuestros mayores.

Le dije a mi padre que todo acabaría cuando yo llamase a Enrique y le dijera que por fin me había tirado a papa, así que le dije que se desnudase, pero que lo hiciera lentamente, que poco a poco se quitase la camisa, luego el cinturón, así hasta quedarse desnudo ante mi. Con la corbata, le ate las manos a un estante que había libre, y agarre su cinturón para golpearle con él. Primero en los huevos, muy suave, luego en el torso, le oía gritar y eso me ponía más cachonda. El pobre idiota empezó a llorar, le dije que iba a comprobar lo putita que era su hija, su hija perfecta e inmaculada hasta hoy. Le agarre la polla y se la empece a chupar, le dije que se iba a poner a tono y comprobaría lo cerdo que es al disfrutar de la primera mamada de su hija. Luego, de un solo bocado engullí su polla, no era demasiado grande, pero el tener así a mi padre me excitaba, el pobre lloraba desconsolado ante lo que pasaba, su hija se la estaba chupando y a él le gustaba. De mi mochila saque un vibrador y con él empece a jugar, lo metí en mi agujerito ante la mirada de mi padre, lo movía lentamente dentro de mi, estaba desvirgándome ante sus ojos y con un consolador. Cuando me cansé de todo aquello, golpee los testículos de mi padre y le obligue a que me dejase su culo libre, quería que el se sintiera como una mujer, como nos sentimos tras tener a un hombre dentro. El consolador ahora era una mezcla de mi sangre y mis jugos, 25 cm impregnados de eso dentro del culo de mi padre. Me lo folle hasta que me apiade de él y le masturbé.

En mi casa, Enrique, estaba con un cuchillo en el cuello de mi padre, penetrándola con mucha fuerza, todo a lo bestia, mi hermano es un bruto y me contó que así se follaría a su vieja. Seguro que primero le lamería el coño, pasaría su lengua por los labios de mi madre y más tarde atraparía su clítoris con los labios y lo golpearía con su lengua, así es como me lo había hecho muchas veces a mí. Claro que yo nunca le deje entrar en mi. Si se portaba como un hombre, solo entonces, le dejaría hacerme suya. Tenía que violar a nuestra madre y tenía que ponerla a cuatro patas, penetrarla por su culo mientras con una mano la penetraba por delante.

Más tarde mi hermano y yo nos escaparíamos, pero esa es otra historia...