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El congreso

en Hetero: Infidelidad

Álvaro ve en la pantalla su mensaje ha sido enviado, mira la hora y se da cuenta que otra vez se le hizo tarde.

Acaba de mandarle un Mail a Rosario, desde la primera vez que la vio quedó fascinado, estaban en un congreso y desde donde estaba sentado sólo podía ver sus piernas, largas y hermosas que estaban cruzadas y vueltas a cruzar cómo si quisiera hacerse un ovillo. Tenía puestas unas medias negras finas semitransparentes con unos zapatos de taco alto. Había una dualidad en ella que lo intrigaba, por un lado parecía frágil y dulce y le daban ganas de abrazarla y llenarla de mimos y besos y por otro lado parecía tan distante y autosuficiente que no sabía cómo llegar a ella.

Cuando terminó la conferencia no pudo verla muy bien, ella estaba con un grupo de colegas y él también, aprovecharía el coffee break para tratar de cruzar algunas palabras y verla más de cerca pero no se dio la oportunidad. Revisó el programa y vio que tenía marcado dos trabajos que coincidían prácticamente los horarios, así que optó por el de miocardiopatías presentado por unos jóvenes residentes de La Plata que habían sido premiados.

Cuando entró a la sala la vio, ahora podía apreciarla en su totalidad, estaba parada revisando unos papeles, llevaba puesto un trajecito a cuadros que dibujaba muy bien su figura, en un momento su pelo negro cayó sobre su frente y ella se apresuró a recogerlo detrás de la oreja, lo hizo de una forma tan sensual que lo dejó plasmado. Escogió para sentarse uno de los primeros asientos para poder apreciarla, el trabajo era interesante pero él no dejaba de mirarla, en un momento sus miradas se cruzaron y pudo ver unos hermosos ojos azules cómo la profundidad del mar, ella desvió la mirada y siguió hablando.

Cuando terminó la ponencia hizo algunas preguntas y luego se quedó charlando, ella conocía en profundidad sus trabajos, eso le gustó, tenía una voz muy dulce y si fuera por él se hubiera quedado toda la noche escuchándola hablar.

Los dos estaban en el mismo hotel y quedaron en encontrarse para salir a la noche.

Álvaro había estado revisando un metroblog de la cuidad para programar alguna salida ¿había sido una coincidencia que ella y la ciudad tuvieran el mismo nombre?

Si te gusta el jazz podemos ir a un lugar en el que hay música en vivo.

Quedaron en encontrarse en el hall del hotel, la estuvo esperando un buen rato, no se porque a las mujeres siempre se les hace tarde, Álvaro ya no estaba acostumbrado a estas salidas y esperas, pero esta vez no le importaba esperar, se imaginó que sería puntual, él aborrecía tener que esperar a alguien y mas si ésta era su cita, siempre le pareció una falta consideración las tardanzas por más que éstas se debieran a que se estaban arreglando para él. Calculó que ya llevaba más de una hora retrasada.

La habitación de Rosario estaba hecha un desastre, zapatos, medias y remeras estaban arremolinadas sobre la cama, ella que siempre fue tan organizada y puntual ahora no podía decidirse por nada, veía pasar los minutos y más nerviosa se ponía, se cambió varias veces hasta que se decidió por un jean ajustado, camisa y un sweter al tono. Sus sentimientos ambivalentes la estaban desesperando y no podía controlarlos. En el ascensor se arregló el pelo, se arrepintió de no haber traído un broche para recogerlo

Hola, perdoname se me hizo tarde, yo suelo ser muy puntual pero hoy me complique un poco, 

Movía sus manos nerviosamente y sus mejillas se tiñeron de rojo. Álvaro la miraba con deseos de besar esos labios, no los llevaba pintados, le gustaban más así con ese brillo natural y jugoso.

Esta bien, pero que no se te haga costumbre, además estás muy linda así que la espera valió la pena.

Rosario sentía cómo un calor la invadía, le sonrió y esa sonrisa siempre le iluminaba la cara, ahora Álvaro estaba seguro que tenía que besar esos labios.

Durante al cena hablaron sobre sus trabajos, de música, política y filosofía, a Rosario le llamó la atención el dominio que tenía Álvaro de muchos temas que a ella siempre la habían interesado pero nunca los podía discutir con gente de su ámbito. Se sentía muy bien con él y la conversación fluía con mucha agilidad de un tema a otro, sentía cómo en varias frases a veces sutilmente otras directamente él le tiraba onda.

Sos muy inteligente y estás divina, rara vez encontré esa combinación tan bien equilibrada.

Rosario no pudo más que sonreír ante esta expresión, se apresuró a pedir el postre, estaba nerviosa y trataba de disimularlo sin mucho éxito, pidió un old pie de manzanas y helado, hoy había decidido dejar de lado su dieta y disfrutar de la comida, tenía buena compañía.

Había notado que Álvaro llevaba un anillo de casado, no habían tocado el tema y a ella no le interesaba en lo más mínimo, le gustó su sinceridad. Con sus amigas siempre comentaban que en los congresos se encontraron con colegas que se sacaban en anillo pero de lejos se notaba la marca

Nos creen estúpidas sentenció Martha, siempre poniendo la nota que refuerza la frase.

Luego de cenar fueron a un pub, el ambiente era cálido y agradable ya estaban dispuesto los instrumentos en el escenario, le gustó la formación de la banda y se lo comentó a Álvaro

hiciste una buena elección, me encanta este grupo

Álvaro estaba encantado, no esperaba encontrarse con alguien tan especial, le atraía en sobremanera esta chica y cada vez lo sorprendía más.

Rosario bailaba al compás de la música, sus movimientos suaves y sensuales lo estaban excitando,  tenia unas ganas locas de besar ese cuello y perderse entre esas curvas bien marcadas. Cómo un acto reflejo rodea suavemente con sus manos la cintura de Rosario, siente el calor de su piel bajo esa fina camisa que transparentaba sus bellos senos, sus cuerpos se rozan. Ve esa cola preciosa moviéndose delante suyo y ya no puede atajar la erección que esa vista le provoca. Acerca su cara a la de ella y siente su respiración, juega con su pelo y la besa suavemente a lo largo del cuello.

Rosario está agitada pero ya decidió entregarse y disfrutar de la noche, no rechaza los avances de Álvaro y se pega a su cuerpo, ya sintió la reacción de él y comienza a excitarse.

¿Nos vamos? pregunta él

Dale

Tomaron un taxi hasta el hotel, ya los besos húmedos de Rosario tenían a Álvaro al palo.

Mi cuarto o el tuyo?

Ninguno, responde Rosario, vamos a la terraza.

Estaba amaneciendo, la vista de la ciudad era espectacular y esa media penumbra invitaba a seguir explorando nuevas sensaciones.

Se tumbaron en una reposera, él quedó debajo mientras ella empezó a desvestirse, se sorprendió con su actitud, pensaba que acá arriba de unos toques no pasarían.

Rosario lo monta y se mueve despacio, saboreando cada milímetro de esa verga que la está penetrando, busca su placer contoneando sus caderas, tira para atrás su cabeza arqueando la espalda cayendo con el peso de su cuerpo sobre Álvaro que se la entierra hasta el fondo.

Uffff, papi estas muy rico, dame más.

Álvaro le comienza a separar las nalgas, rodea con sus manos esa cola preciosa.

Date vuelta que esa cola no voy a perdonártela.

Rosario de tira de espaldas y levanta su culito, él empieza a dilatarlo metiéndole un dedo y luego otro, observa la cara de ella que le indica que siga, toma su pene y lo apoya en esa aureola marrón y empuja con fuerza, ella se tensa cuando la penetra.

Ahh me duele, hacémelo más despacio

Él no la escucha, ese esfínter esta muy cerrado y quiere recorrerlo todo, la saca un momento para luego penetrarla con más fuerza, la verga llegó a su máximo tamaño y Rosario siente que llega hasta sus entrañas, una grata y armoniosa combinación entre el placer y el dolor la invaden, él acelera el ritmo y acaba llenándole el culo de semen justo cuando siente los latidos de ella que acompañaban su orgasmo.

Terminaron todos sudados, faltaban pocas horas para el reinicio del congreso.

Se volvieron a ver en la conferencia que dio Álvaro a la tarde, hizo un esfuerzo para concentrarse en el tema pero la imagen y el perfume de Rosario no se iban de su mente.

Cuando terminó ella se acercó a saludar y le dijo que tenía que regresar, le tocaba una guardia en puerta que no pudo aplazar.

Pasaron varias semanas de este encuentro, Rosario está frente a la computadora contestando el mail de Álvaro donde le pide que se vean ese fin de semana.

Mami, mami te gusta mi dibujito

Rosario levanta a su pequeña hijita y la sienta en su regazo, están solas, su marido esta de viaje hasta la semana que viene.

Un beso húmedo donde se que te gusta, nos vemos. Rosario

…y pulsa enviar.