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Lucy in the Sky of Venus -Lucía en el Cielo de Ven

en Amor filial

Lucy in the Sky of Venus –Lucía en el Cielo de Venus–

Con mi familia vivíamos en una quinta que queda bastante alejada de la ciudad, la casa había sido construida por mis abuelos, es de dos plantas, amplia con grandes y ventilados cuartos, podía sentirse en primavera el aroma dulce de los jazmines.

Con mis hermanos me divertía jugando en la casita sobre el árbol,  me hacían bailar semidesnuda, con una pollerita hecha con flecos de hojas de banano mientras ellos tocaban un vibráfono y una guitarrita de juguete.

Teníamos una gran preocupación, la tele, nuestros amigos podían ver 63 canales por cable y nosotros por aire, con suerte 3 y bastante malos, el cable no llegaba hasta allí y teníamos que arreglarnos con la programación que había.

Un día nuestros padres escucharon nuestros ruegos y se decidieron a de poner la televisión satelital. Contrataron el servicio completo, con todos los adicionales que incluía el fútbol y el canal XXX para adultos.

Cuando vinieron los técnicos mis hermanos estaban excitadísimos, ayudaban a colocar la antena, no se perdían detalle, estos gemelos estaban tramando algo, los conocía muy bien.

Marcos y Mauricio tenían en ese entonces quince años, y eran cuatro años mayor que yo. Son idénticos, físicamente no se los distingue, pero poseen una personalidad muy diferente.

Mauricio es organizado, cariñoso, y me cuenta todos sus secretos. Le gusta tocar la batería y tiene un grupo con el que ensayan en el garaje de casa.

Marcos no me soporta, dice que soy una entrometida, y una buchona de mis padres, siempre estamos peleando. Le gustan los deportes extremos, cambia constantemente y cada vez son más peligrosos. El año pasado haciendo rafting se dislocó una falange y este verano se lastimó el brazo cuando practicaba bodyboard. Tiene una moto que es una atracción para las chicas a las que no le da mucha bola. Anda todo el día con Alejandro, su amigo del alma, yo lo cargo y le digo que parecen novios, se enfurece y siempre termina pegándome.

Con Mauricio siempre jugamos, nuestro juego favorito es cuando él es un monstruo que me agarra y tengo que zafarme. Parece como que peleamos pero nunca me lastima, al principio me rozaba como por accidente la colita, pero a medida que iba creciendo me tocaba las tetitas – Soooy un mooonstruo que quiere comerte, me decía y a continuación se abalanzaba sobre mi en la cama.

– Lucía te voy a contar un secreto pero no se lo digas a nadie. Te acordás de la minita, Flor, esa que jodía a Marcos todo el tiempo por teléfono, bueno nada, que a mi me gustaba y me hice pasar por él para ganármela.

– Ay Mauri contame, porfi.

– Bueno, con Maki hicimos un trato, yo le hacía la tarea por dos semanas y él me dejaba salir con Flor. Me puse su ropa y me arreglé el cabello, yo tengo el pelo un poco más largo pero la idiota ni se dio cuenta. La pasé a buscar con la moto, estaba muy linda con ese vestido rosa, tiene buenas gomas la minita esa!. Nos fuimos al cine del shoping. La película me aburría así que comencé a meterle mano y no se resistió, esas tetas me estaban dejando loco, estaba rejugosa, mientras ella seguía la película, con la yema del dedo le tocaba el clítoris, cómo le gustó, sentí como su concha latía. Le agarré una mano y se la puse sobre mi pija para que la sintiera, yo estaba que explotaba, ella me desabrocho el pantalón y con su boca caliente me mamó, sabe hacerlo, me dejó sin leche la loca.

Cuando salimos quería penetrarla, la levé hasta el bosquecito, nos besamos, le acaricié sus pezones como piel de durazno, ya me había calentado cuando la muy turra me dijo que no iba a hacerlo!!.

– La dejé en su casa y no la ví más, es una histérica. No pongas esa cara Lucy que vos sos mi preferida.

Con la tv satelital teníamos muchos canales solo que nuestros padres con el control parental no dejaron casi... solo los dibujitos, pero mis hermanos no lo iban a dejar ahí. Le hicieron el cuento a mis padres que por seguridad la empresa mandaría el código de acceso por correo. Trabajaron en equipo como nunca, escanearon el logo e hicieron una carta con el famoso código de entrada al paraíso.

Cuando estábamos solos se encerraban en el cuarto de mis padres a ver películas porno, si traían amigos podía sentir sus gritos desde mi pieza.

– Yo quiero entrar.

– Salí pendeja, andá a jugar a las barbies que vos sos muy chica para mirar esto.

No me dejaban ver nada los muy hijos de puta.

La casa conserva el piso de madera original. Mi cuarto queda en la planta alta justo encima al de mis padres y los de mis hermanos estaban conectados al mío a través de un largo pasillo. Un día descubrí  que por una rendija del piso podía ver perfectamente todo lo que sucedía en esa pieza ¡sin que me vieran!.

Comencé a espiar a mis hermanos y a mis padres, y el paraíso fue mío también.

Al principio lo veía como una travesura más, pero a medida que pasaba el tiempo empecé a calentarme, naturalmente mis dedos se fueron a mi conchita, gozaba mientras los miraba por esa pequeña puertita, que me abría todo un mundo.

Estaba una vez arrodillada viendo como Maki y su amigo se hacían una paja mientras miraban una película donde un negro se la daba bien dada por el culo a una blanquita, que excitada estaba, solo que no me di cuenta y dejé la puerta entreabierta, estaba en la mejor parte cuando escucho...

– ¿Que haces Lucía?

– Nada estaba buscando un arito que se me perdió.

– Mentirosa estabas espiando!

– No, te juro que no!

– Si te ví como te tocabas, dale Lucy no me mientas contame la verdad.

No tuve mas remedio que contarle todo.

– Lucy vamos a hacer un jueguito ¿queres?. Asentí con la cabeza,- Mientras vos espias yo te toco, te va a gustar.

Mi posición se prestaba perfectamente para la paja, acurrucada en el piso con la colita levantada mientras espiaba a mi hermano.

– Me sacó la bombachita, al principio me sentía incómoda y nerviosa, pero sus dedos suaves me fueron tranquilizando y me sentía cada vez mejor.

– Mnn preciosa, me gusta tu culito. Comienza a acariciarlo y me da suaves palmaditas hasta llegar a mi agujerito, su dedo, lubricado con saliva, se encuentra con una resistencia virgen que no lo detiene, avanza cuidadoso y firme hasta penetrarlo completamente.

Ahora entendía el placer y quería más.

– Me volvés loco Lucy, saca su pene parado, nunca lo había visto así, lo arrima a mis nalgas y lo balancea, dejándome una sensación de fuego y quemadura.

– Voy a penetrarte, ¿me vas a dejar? no espera mi respuesta, siento mi culito que se abre y resiste, una lucha entre el placer y el dolor comienza.

Tocaba el cielo, me estaba cogiendo el culito. Sus manos buscan mis tetas sin detenerse a desabrochar la blusa, se mueven ágilmente hacia mi clítoris, mis gritos retumbaban por toda la casa, sentía el cuerpo vibrar.

Estábamos acostados en el suelo cansados de placer cuando levanto la vista y me doy cuenta que no estábamos solos. Marcos, su amigo y toda la banda de Mauricio nos estaban mirando.

– Los estuvimos viendo, queremos participar si no quieren que les contemos a mamá y papá.

Me bajo el vestido y miro suplicante a Mauricio.

– Dale Lucy, si los viejos se enteran de esto, el lío que se va a armar.

No sabía que hacer, le tenía mucho miedo a la furia de mi papá, si él se enteraba me iba a castigar y pegar con el cinto.

Accedí. A marcos se le ocurrió la idea de ir al cuarto de mis padres. De pronto me encontré rodeada de seis muchachos que se estaban pajeando mientras miraban por la tele a una chica que le estaba mamando una tremenda verga a un tipo.

– Marcos se acerca y comienza a desvestirme, me besa dulcemente – Tontita te va a gustar, yo también quiero mi parte virgen. Se tira en la cama y me coloca sobre él, su lengua recorre mi cuerpo y de detiene en mi conchita que ya se estaba poniendo jugosa nuevamente. Me agarra de la cintura y emboca con su verga mi vagina, penetra lento para que me vaya amoldando,  cuando se encuentra con la barrera del himen ejerce presión con sus manos sobre mis caderas y me penetra completamente. – Me duele porfi, más despacio, se detiene unos instantes. Mauricio se acerca, inclina mi cuerpo hacia su hermano gemelo y me penetra el culo.

Los dos me estaban montando, comencé a acordarme de todas la veces que los había espiado y al rato estaba gimiendo de placer, los estaba gozando a los guachos ante la mirada de toda la banda de música.

Mnn estuvo genial, el recuerdo de ese día en que caminé por el cielo no se me borra más.