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Mi papi querido

en Amor filial

Es la hora de la siesta, hace un calor terrible, en la tele no hay nada y yo estoy sola y aburrida, así que decido irme al cuarto de mis padres, que tiene aire acondicionado, a dormir un rato.


La puerta no esta con llave, entro sin llamar, ellos están durmiendo. De niña siempre me gustaba meterme en la cama en medio de los dos. Ahora que estoy mas grande ya no lo hago, pero hoy me dieron ganas y ahí estoy, parada frente a su cama. Ellos están durmiendo cucharita, abrazados.


Me meto en un costado de la cama, y cuando levanto la sábana me doy cuenta que estaban desnudos, él apoyaba su verga en la cola de mi mamá. Admiro su abdomen chato y marcado por los fierros que hace, su torso y espalda espectaculares todo coronado con un precioso culo. Nunca antes lo había visto en bolas, es más, sin contar a mis primitos, era el primer hombre que veía desnudo. Empecé a sentir sensaciones desconocidas, no podía parar de mirarlo, a la vez que tenía miedo que se despierte y me descubra. No se cuanto tiempo estuve así. Salí despacio, sin hacer ruido.


Cambíe mi actitud con él, me puse muy cariñosa, cada vez que podía lo besaba y abrazaba, mami hacía que se ponía celosa.


Mamá tiene que viajar mucho por su trabajo, asi que cuando lo hace siempre invito a una amiga a dormir.


-Sole, llamaste a Caludia para que venga
- Si no te preocupés, andá tranquila.


A eso de las siete de la tarde Claudia me avisa que no puede venir, ufa, que mal, yo quería pasar una noche hablando de un chico que me gusta.
-Bueno, estoy sola y se me ocurre una idea, empiezo por preparar una cena.
Pongo un lido mantel, ese que casi nunca se usa por guardarlo para ocaciones especiales, bueno, esta es una. Termino el arreglo con dos velas.


Me siento a esperalo, tengo puesto una blusa ajustada que deja entrever mis senos, ya estan bien formados y son bastantes grandes en comparación con los de mis amigas, termino el atuendo con una tanguita muy chiqita y una minifalda, que deja ver mis piernas largas y esbeltas. Estoy bien bronceada lo que acentúa mis ojos azules.


Cuando llega se sorprende por la cena, corro a darle un beso, a propósito rozo mis labios con los suyos.


Con la comida me deja que tome un poco de vino y me quedo un poco mareada.
-Claudia, estás muy linda, seguro tendrás un montón de chicos que te tiraran los galgos.
Mientras lo dice, empieza a acariciarme el pelo, y me pone un mechón rebelde detras de la oreja. -No, no tengo novio.
-Que suerte porque sino me pondría muy celoso.
Me doy cuenta por su mirada que le gusto, me acerco a él y empieza a besarme en el cuello, a comerme la boca.
Siento como sus dedos buscan los botones de mi blusa, muy rápidamente los desabrocha lo mismo que el corpiño.
-Que lindas gomas que tenés !!, mirá como me dejaste de excitado.
-Vení Claudia, quiero que seas mia.
Mete su mano por debajo de mi falda, me corre la tanga y empieza a acariciar mi concha virgen.
Un calor me recorre, todo mi cuerpo responde a sus caricias.
-Vamos al cuarto que vamos a estar mas cómodos.
Se desviste, puedo ver su pene parado y excitado, siento que me excito con él.
Termino de desvestirme y nos acostamos.


Empieza a recorrerme con su lengua experta cada rincón de mi cuerpo, cuando la apoya en mi clítoris tengo mi primer orgasmo, me lame el jugo que sale de mi concha. Luego sus dedos empiezan a dilatar muy suavemente mi vagina, mientras me sigue recorriendo con su lengua.


-Vení, ya no aguanto mas, saca un forro de la mesa de luz.
-Te voy a enseñar a ponerlo. Empezá por meterte mi pija en la boca y chupala bien, hago lo que me pide.


-Sos muy mala, y te voy a castigar, y a continuación me da unas palmaditas por la cola.


-Agarrá el forro y mientras me chupas lo vas deslizando hasta cubrirlo todo
-Lo estas haciendo muy bien mi cielo, aprendes muy rápido.
-Voy a dilatar bien esa conchita, me gusta esta muy jugosa, me abre de piernas, siento como su verga empieza a penetrarme, lo va haciendo muy despacio, mientras me acaricia el clítoris, y me besa.


Me rompe el himen, tengo que morderme el labio para no gritar, me dolió.
-No voy a lastimarte mi chiquita, relajate y gozá.
Deja que mi concha se acostumbre a su pija, se pone de espaldas y me hace montarlo, mi concha y mi clítoris rozan con su piel, estoy muy excitada, empieza a meterme un dedo en el culo, se lo saco pero vuelve a meterlo.
-No seas tonta, tengo algo que te va a gustar.
Trae unos supositorios y empieza a metérmelos mientras yo lo cabalgo, tengo un orgasmo tras otro hasta que ya no doy mas, él le gusta acabar sobre mis tetas.
No lo podía creer, me había cogido al marido de mi mamá con el que se había casado hacía cinco años.