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Cadena de favores - el desfile

en Voyerismo

A mi mujer Mónica y a mí, siempre nos había gustado exhibirnos; cuando éramos novios, ella hacia topless en la playa, íbamos a playas nudistas o follábamos en el coche en lugares donde sabia que nos estaban mirando. Pero después de tener los niños nos había dejado de excitar. En esta nueva historia os vamos a contar como íbamos a disfrutar de nuevo de esta experiencia, pero en esta ocasión iba a ser distinto. La aventura empezó el día después de la fiesta. (Ver cadena de favores- la fiesta)

Llegamos a la reunión con Tato a la hora prevista y nos recibió en el despacho donde estuvimos follando el día anterior.

Hola.

Hola ¿Qué tal? Veo que habéis venido. De verdad os lo agradezco pero no va a ser necesaria vuestra participación, ya hemos encontrado a otros. Dijo Tato.

¿y qué hay de mi reunión con Doña Clara? Ayer me dijiste,…

No te preocupes, bonita, déjame ver. Dijo mientras abría su agenda.

¡Tato!, sonó una voz nerviosa de mujer junto a la puerta. Son ya casi las cuatro.

Si, enseguida salgo.

, ¿Vosotros sois lo que ibais a desfilar? Nos pregunto la mujer.

¿desfilar? Dijo Mónica.

Si, estos eran pero vendrán Laura y Tomy.

No, que se queden, podíamos pasar a dos parejas.

¿Estás segura?

Acompáñalos a la habitación Trento.

¿Qué dice esta señora? Dijo Mónica.

Belén es la coordinadora de desfiles. Os dije que os quería para algo atrevido. Es un simple desfile.

¿Desfile?

Doña Clara organiza desfiles privados de alta costura solo para sus allegados y cuando estos acaban le prepara un desfile erótico. Hemos contratado una pareja erótica, la verdad es que ella es una puta y él un gigoló, y de los caros. Os paseáis desnudos delante de los invitados y os meterán mano. Después de la exhibición que me disteis ayer no creo que sea difícil para vosotros

Lo veo un poco ridículo.

¿sigues interesada en esa reunión? Entonces haz lo que os digamos y procurar que salga bien. Seguidme os daré mas detalles por el camino.

Yo me encontraba desconcertado y miraba a Mónica con cara de extrañeza. Seguimos a Tato por el pasillo, bajamos unas escaleras y abrió una puerta.

Hola. Estos son Laura y Tomy, ellos os explicaran lo que tenéis que hacer. Yo me voy a seguir con lo mío. No me defraudéis.

La habitación era una especie de camerino, como los de teatro, totalmente equipado para prepararse para la actuación.

Laura y Tomy se presentaron y nos saludaron amablemente. Laura era una mujer espectacular, la tía mas buena que a día de hoy he visto en mi vida, tendría como 22 ó 23 años, mediría casi 1,80, muy delgada, de curvas marcadas, piernas largas que acababan en un culo pequeño y prieto, de pechos muy grandes, redondos, recios y siliconados. Su cara era redonda, de ojos azul intenso y cabello rubio. Su piel de un moreno a medio camino entre los rayos UVA y el sol de la playa. Por su acento pronto descubrimos que era del Este de Europa

Tomy era un chico realmente guapo, de ojos marrones, pequeña nariz y labios muy sensuales, no creo que tuviera más de 24 ó 25 años, de mi altura, pero a diferencia de mi, tenía un cuerpo trabajado en el gimnasio, moreno, de anchas espaldas, pectorales y abdominales marcados, y un culo con el que podía partir nueces.

¿De qué va esto? Dije yo todavía absorto en las tetas de Laura que abultaban marcadas dentro de su camiseta de tirantes.

¿No os han dicho nada?

Solo algo de un desfile erótico.

Doña Clara organiza un desfile erótico para complementar sus desfiles privados. Son amigos muy cercanos y algunos invitados. Pero ¿no venís de ninguna agencia?

¿Agencia? Dije yo. Mi mujer busca un favor del imbécil de Tato.

¿Qué tenemos que hacer? Pregunto Mónica.

Ahora nos traerán la ropa que nos debemos poner, nos arreglaran nos maquillaran y dentro de un par de horas saldremos. Belén nos dará las instrucciones. Desfilaremos casi desnudos y si nos queda algo de ropa nos la quitaremos delante del público, nos suelen ser más de 15 ó 20 personas. Cuando terminemos, nos mezclaremos entre el público como si fuéramos parte de la fiesta, entonces te meten mano mientras hablan contigo. Tu simplemente sonríe y haz como si fuera natural, como mucho alguno te pedirá que se la chupes o le hagas una cubana no suelen pedir mas aunque la mayoría de ocasiones te sobetean o te lamen las tetas, nada muy complicado. Los chicos lo tienen peor, muchas veces han tenido irse al reservado a follarse a algún vejestorio.

Estuvo un buen rato comentándonos los pormenores de la actuación, hasta que llego Belén con otras dos chicas (una maquilladora y una modista) nos entrego la ropa y comenzó a probárnosla.

Cuando Laura se saco la camiseta y puede ver su sujetador de florecitas, que albergaba esos grandes melones, me quede con la boca abierta, pero cuando se lo quito todavía fue mejor, dos grandes tetas redondas perfectas, de pezón rojo intenso, rectas, desafiando a la ley de la gravedad, y con aspecto de duras que daban ganas de tirarse a morderlas.

Vaya, tú también usas una buena talla de sujetador. Le dijo Mónica a Laura.

Si, la 110. De otra forma no estaría aquí. Lo morboso para ellos son las grandes tetas. Van a tocártelas y tocártelas toda la tarde, les gusta tenerte al lado, desnuda mientras hablan contigo. Pero no te preocupes, intenta mostrarte muy natural como si fueras vestida y no te estuvieran metiendo mano. Otras veces estarán hablando de política, negocios o futbol y te querrán como una estatua, cerca de ellos y para de vez en cuando poder soltar sus manos por todas partes.

Todos empezamos a desnudarnos, Mónica saco también al aire su talla 120 de pecho, ya os he comentado en otras ocasiones como es ella, todo lo contrario a Laura, más bien bajita 1,65 m, de muslos gordos, su culo dos veces más grande que el de la rusa, y su barriguita, no mucha pero en comparación con nuestra nueva compañera totalmente plana, parecía más gordita de lo que realmente era.

Tomy era un chico muy serio, apenas hablaba; al desnudarse comprobamos que estaba tan cachas como buena polla calzaba. Pero, en eso, yo no tenía nada que envidiarle, tal vez, el a mí.

Nos repartieron la ropa, yo estaba deseoso de ver que les pondrían a las chicas sobre todo a Laura. A mí me disfrazaron de escocés, me dieron una faldita de cuadros y una rimbombante camisa con volantes. La peculiaridad era que la falda era sumamente corta y al no llevar ropa interior, por debajo se podía ver la punta de mi rabo. Me puse unas medias de cuadros y unos zapatos con borlas que me apretaban. Si no hubiera sido por la calidad de las prendas, me hubiera sentido un estúpido.

A Mónica le dieron una especie de peto vaquero muy abierto por los laterales, dejando ver desde ellos sus grandes pechos colgando. El peto acababa en un pantalón sumamente corto que le marcaba bien la entrepierna y dejaba al aire parte de los cachetes del culo. Le entregaron un mini tanga, tan solo un hilillo de color fluorescente, incrustado con lentejuelas, que se perdía en su molloso culo. La peluquera le hizo unas trenzas, y complementaron con un sombrero vaquero y unas bonitas botas camperas de alto tacón.

A Laura la vistieron al estilo de la corte francesa del siglo XVIII. El corsé, que dejaba ver la mitad superior, hasta casi el pezón, de su pecho, le levantaba los melones tanto que casi le llegaban a la boca, la verdad, la veía un poco ridícula si no fuera porque en la parte de abajo un tanga similar al de mi mujer pero de color rojo liso y una minifalda bien corta, dejaban lucir sus largas y atractivas piernas rematadas con unos botines con tacón fino que todavía la hacían más alta.

Tomy vestía apretado, tan apretado que se marcaban sus pectorales en su camiseta de licra, y su pantalón ajustado como uno de esos culotes de ciclista.

Belén nos dio las últimas instrucciones en la forma de desfilar y de ofrecernos a los invitados. Lo hacía con suma naturalidad, de manera muy profesional, como si se tratara de un desfile de verdad.

No os preocupéis, seguirlos a ellos y dejaros hacer. Eso sí, totalmente prohibido tocar a alguien, si no os lo piden expresamente. Nos señalo a Mónica y a mí. ¿de acuerdo?

Llegamos a la antesala donde nos esperaba Tato con dos cajas en las manos. Abrió una de ellas, se acerco a Laura y le coloco un enorme collar de diamantes, que acompañaba perfectamente con el corsé. A Mónica la obsequio con un cordón estilo vaquero de cordones de oro y enganche de diamante. A mí me entrego un broche con una especie de escudo y a Tomy un reloj.

Tener cuidado con esas piezas, valen más que vosotros. Tenemos que conseguir un comprador sobre todo para los collares. Así que ya sabéis, quitároslo todo menos eso y lucirlo bien.

La verdad es que estaba un tanto nervioso y me sentía un poco ridículo. Mónica se acerco, me dio un beso y me dio ánimos.

Desde donde estábamos, podíamos ver la sala; era grande, estaba despejada, tan solo en el centro una alfombra por donde debíamos desfilar y situadas al fondo unas mesas donde las aproximadamente 20 personas que asistían disfrutaban del catering. Entre los invitados, ante mi sorpresa estaban Ana y Pedro, nuestros vecinos y otras veces anfitriones (ver cadena de favores – el traslado).

Belén tomo el micrófono y comenzó la presentación. En seguida los asistentes se situaron de pie a los lados de la alfombra.

- A continuación vamos a proceder al desfile especial. Siéntanse libres para participar de él. Todo está permitido.

Laura salió la primera, con paso firme, contoneándose con elegancia, sus pechos apretados por el corsé pretendían salir de su envoltorio, el amplio canalillo entre ellos se hacía más evidente en cada uno de sus movimientos y su corta minifalda dejaba ver el subir y bajar de sus nalgas.

Hizo una parada y un par de manos se deslizaron por debajo de su falda para tocar su culo; ella sonrió y dejo que se deleitaran con sus prietas carnes. Continuo su paso hasta el final de la alfombra donde otro par de manos fueron a parar a sus pechos, al tiempo que su trasero era invadido de nuevo, ella volvió a ser complaciente ofreciendo su mejor cara, mostrando agradeciendo por el tocamiento.

Recorrió el camino de vuelta hasta entrar de nuevo en la antesala, en el momento que salía Tomy. Que al irrumpir ante la gente se saco la camiseta mostrando su espectacular torso, hizo el mismo recorrido que Laura y la todas las mujeres de la sala le echaron mano, incluida doña Clara.

Al terminar Tomy, era el momento de Mónica. Sus botas camperas pisaron la alfombra, mientras Belén presentaba su ropa como el tradicional estilo vaquero. Aunque ella lo intentaba, sus andares no eran los de una modelo, pero la enormidad de sus pechos fácilmente visible por el lateral del traje causo revuelo entre el público de ambos sexos. Durante la primera pose sintió las manos introducirse entre su ropa para apretar sus balones, manos femeninas y masculinas buscaban alcanzarlos llamadas por el balanceo que le proporcionaba el desbaratado caminar. La gran demanda, prolongo sus paradas más tiempo del previsto. Cuando paso frente a Ana y Pedro, giro para volver sobre sus pasos, les sonrió y el situando sus manos por cada lado del peto y le junto los globos con fuerza, Mónica le guiño un ojo con cariño y le cogió la mano a Ana. Termino su pasarela con varias zarpas buscando los mofletes marcados por corto y ajustado pantalón.

Me tocaba a mí, yo siempre había sido bastante patoso para estas cosas, me arme de valor y salí al ruedo. Un buen trozo de mi polla se veía sobresaliendo bajo la falda lo que causo algunas risas, pero varias manos se colaron para agarrarla o sobarme el culo.

Cuando volví a la antesala, mis tres compañeros se habían quitado la ropa y esperaban la orden de Belén. Era excitante ver tanta carne al desnudo.

Os toca salir de nuevo, esta vez solo con las joyas.

Laura, en tanga luciendo, sobre su esplendido moreno, los botines y el magnífico collar. Sus grandes tetas siliconadas, redondas, rectas, solidas de color homogéneo y pequeño pezón. Mónica, tan solo cubierta por el sombreo de cowboy del que colgaban sus trenzas, el tanga fluorescente, y el cordón de oro que se deslizaba sobre el canalillo que separaba sus hermosos melones. Tomy también despojado del pantalón, lucia solo un tanga negro, que marcaba bien su paquete y los cachetes de su firme culo.

Yo hice lo propio, me despoje de la falda dejando mi verga la aire, que con la excitación del momento estaba morcillona y algo húmeda. A diferencia de los demás, y siguiendo las instrucciones de Belén, me deje puesta la camisa.

Nuestra entrada vino introducida por Belén: "Nuestros modelos nos van a presentar la colección de joyas diseñadas por Doña Clara"

Salimos en fila con Tomy a la cabeza, la sala rompió en un aplauso, tras el paseo, ceso la música dando por concluido el desfile, y los cuatro nos acercamos a la gente.

Un señor calvo y bajito de unos 50 y tantos se acerco para ser el primero en lanzar las garras sobre las tetas de Mónica, que respondió amablemente a la cruel embestida.

¿Son naturales?

Naturalmente. ¿le gustan?

Mucho más que las de esa. Ves, son naturales. Dijo a otro hombre, al tiempo que se las agarraba con las dos manos.

¡Vaya par! Dijo el segundo, mientras deslizaba su mano por el culo de mi mujer, esperando para poder tocarlas.

En cuanto estuvieron libres el segundo hombre, arremetió contras ellas, mientras el otro se restregaba con su muslo y le susurraba al oído:

¿te gusta que te coman las tetas?

Me encanta. ¿me las podría comer por favor?

Mi mujer levanto las tetas con sus manos presentándolas a los hombres como dos pasteles que empezaron a devorar con ansia, al tiempo que uno de ellos le pasaba la mano por la entrepierna. Mónica sonreía.

Están ricas ¿verdad? Coméroslas todas, no dejéis nada.

Laura estaba rodeada de un grupo de tocones envuelta en una maraña de manos, su culo, sus muslos, las tetas, la entrepierna, roces y algún agarrón que acabo con su tanga dejando su pelado coño al descubierto. Uno de ellos la acompaño a ponerle una copa agarrándola por su culito. En cuanto se sentaron, vi como le introducía uno de los dedos en la vagina, creyendo proporcionarle placer.

Eso fue lo que vi hasta notar una palmada en mi trasero.

Hola. Era Ana.

No esperaba verte aquí. Veo que le habéis pagado el favor a Tato. Que mal negociáis. Ven te voy a presentar.

Me invito a sentarme en el sofá entre ella y otra señora, de cuarenta y tantos, muy guapa y elegante que me presento de inmediato.

Ana echo mano de mi polla con toda naturalidad, sin dejar el tema de conversación que mantenía con su amiga.

Me la tocaba despacio, apretándola con suavidad en toda su extensión, fácilmente consiguió que se pusiera erecta. Dejando entonces el inhiesto falo libre para que su amiga lo tomara.

Me puso a cien. Mi tranca alcanzo su apogeo ante la sorpresa y la risa de la mujer.

- ¿Habías visto alguna vez una como esta?

- Vaya ejemplar. Añadió mientras lo envolvía con las dos manos

Pero el que tenía verdadero éxito era Tomy, se encontraba en el centro de un grupo de mujeres, que reían y no paran de sobarlo, su tanga también había desaparecido y una cincuentona se había arrodillado para chupársela.

Yo podía ver a Mónica pasar de grupo en grupo siendo manoseada por unos y otros, justo a un par de metros podía escuchar a unos señores hablando de política, uno de ellos, el mayor, de pelo blanco, le hizo una señal a mi mujer con la mano para que se acercará, el que estaba a su lado aprovecho para manosear su talla 120. El hombre del pelo blanco le puso la mano en el hombro, forzándola a agacharse, se bajo la cremallera y saco su flácida polla. A ella no le quedo más remedio que mamársela. Todo siguió tan normal, ninguno del grupo hizo si quiera un comentario sobre la presencia de la feladora.

- Mira como chupa tu mujer. Parece que le gusta mucho. Esta echa toda una putita cuando quiere conseguir lo que se propone. Señalo Ana.

Ver a mi mujer delante de mí, de rodillas, con las botas camperas, sus coletas y las tetas moviéndose al compás de los lametones, que le proporcionaba a la polla de un desconocido, todavía me ponía más cachondo.

La señora continuaba, masturbándome, esta vez con más intensidad.

- Vas a hacer que me corra.

El que si se corrió en ese momento, era el hombre del pelo blanco, que agarraba la cabeza de mi mujer para dejarle la leche dentro de la boca, ella se volvió y la escupió en el sombrero. El señor de al lado se metió la mano en el bolsillo y le dio un pañuelo, Mónica se limpio y al devolvérselo vio que había sacado también su verga. Ella sin otra escapatoria estuvo mamando hasta ver como se corrían en su boca el segundo y el tercer hombre. Lo increíble del asunto es que en ningún momento cambiaron el tema de conversación y siguieron como si ella no estuviera, tan solo algún gemido de placer y un suspiro al eyacular en la garganta de ella.

El cuarto que se corrió pero no es su boca, sino en la mano de Ana que había tomado el relevo a su amiga, fui yo. Ante la satisfacción y las risas de las dos mujeres por el trabajo bien hecho. Busque al resto de los compañeros y vi como Tomy le comía el coño a la misma cincuentona que se la chupo y Laura hacia una paja con las tetas a otro señor sentado en uno de los taburetes cerca de la barra.

Mónica apenas recuperada de las felaciones, noto como un paquete le rozaba el culo.

¿Te acuerdas de esto? Lo tuviste bien dentro (ver cadena de favores-Reunión anual 2). La sorprendió Pedro mientras se restregaba por detrás, sujetándola por las caderas evitando que se separara de él.

Pedro, suéltame. ¿no te había visto?, añadió Mónica girándose para tenerlo de frente.

Que tetazas tienes, me encantan. Y se las sujeto dejando que se le escurrieran entre las manos.

Al mismo tiempo otro hombre que pasaba por detrás le sobeteaba el culo para acabar dándole una palmada.

Deja que te presente, este es Fran el hermano de Tato.

Fran era un hombre alto, con la misma complexión de Tato pero su cuerpo estaba más abandonado, tenía una barriga cervecera, papada, pero vestía muy elegantemente de traje, olía muy bien y hablaba con cortesía.

¿Cuándo vamos a repetir el anal? Le propuso Pedro. Al tiempo que buscaba con el dedo su ano

Cuando quieras. Pero ya sabes cuál es el precio. ¿te atreverás? Le respondió Mónica.

Si que juegas fuerte. Tarde o temprano llegaremos a un acuerdo, siempre lo hacemos así.

Mónica se rio, le cogió de la mano y se volvió hacia Fran, que parecía ajeno a la conversación, se concentraba en tocarle con una mano el coño y con la otra le sujetaba la teta derecha mientras le lamia el pezón.

Si hay sexo anal yo me apunto

Laura rescato a Mónica de los dos hombres, la cogió de la mano y cruzaron la sala buscando a alguien. Yo estaba sentado en el sofá y pude ver como pasaban delante de mí, desnudas, pletóricas con sus pechos al aire moviéndose arriba y abajo, tan distintas más grandes los de mi mujer que los de Laura, pero a diferencia de ella, eran naturales y estaban más caídos que los proyectiles de la rusa. El contraste de color de sus blancos pechos con el resto de su cuerpo más moreno le daba un toque muy morboso a Mónica. La diferencia de edad y de cuerpo entre ellas era evidente y estaba causando sensación entre los asistentes. Atravesando el salón fuero palmeados sus culos en un par de ocasiones.

Ven voy a presentarte a Don Ramón. Se acercaron a D. Ramón y Dña. Clara.

Así que esta es nuestro nuevo fichaje. Tienes unas tetas bien grandes. Alargo la mano sopesándolas. ¿Qué talla es?

Una 120.

Un poco caídas pero no están mal. Son bien gordas como te gustan a ti. Añadió Doña Clara que también las sopeso con la mano.

Pero me gustan más jóvenes. Estas ya están muy usadas. Decía mientras le agarraba el pezón.

Las dos se despidieron de Don Ramón con dos pesos muy próximos a los labios.

Mónica, espera. ¿Conoces a Raúl T.? y le señalo al hombre bajito y calvo que le había estado metiendo mano.

Sí, he estado con él hace un momento. Es muy simpático.

Agradezco tu complacencia pero de simpático no tiene nada. Eso sí, es muy rico. Me ha dicho que quiere comprar el cordón que llevas, pero quiere quitártelo el mismo. ¿me entiendes?

Eso significa que …

Lo que tiene que significar. Le he dicho que se lo darás en persona en esa sala. Ves y espéralo allí. ¿lo harás?

Veré si se desabrochármelo sola.

Te debo un gran favor.

Vi dirigirse a Mónica a la habitación anexa y poco después al hombre calvo. Cuando este entro en la habitación, mi mujer lo esperaba sentada en un sillón.

Me ha dicho D. Ramón que quiere comprar el collar. ¿puede quitármelo por favor?

El hombre se situó detrás de ella le saco el collar, al notarlo en su trasero movió su culo en círculos restregándose en su paquete, le cogió las manos y las apretó sobre sus melones. Cuando noto el paquete duro le bajo la cremallera y empezó a masturbarlo, se arrodillo, le escupió sobre la polla y se la puso entre las tetas. El hombrecillo se movía como un poseso entre las ubres de mi mujer hasta descargar su andanada entre ellas.

Mientras, le pasaba esto a Mónica, yo le daba conversación a una cincuentona que no dejaba de agarrarme el rabo. Se acerco Tato, cosa que agradecí y susurrándome al oído me dijo

¿te atreves a follarte a Laura delante de todos?

Con lo cachondo que me encontraba y lo buena que estaba Laura no quise perder la oportunidad. Tato le hizo una señal a Laura que se acerco a mí y me ordeno tirarme al suelo.

Me puso el coño en la cara y se inclino para chuparme la polla. Nos marcamos un 69 ante los aplausos de la gente que hicieron un corro alrededor nuestro. Una vez bien húmedos, y entre gemidos, Laura se levanto y me monto dándome la espalda, de esta manera el publico podía ver y tocar (y no fueron pocas manos las que lo hicieron) su delantera que saltaba de arriba abajo a consecuencia de la penetración.

Yo no me lo podía creer, me estaba follando a la tía mas buena que me he follado en mi vida. Era la segunda vez que me follaba a una siliconada (ver cadena de favores – la piscina) Delante de un montón de gente para más morbo. Ella dirigía en todo momento. Se volvió y se puso a cuatro patas y le cogí el coño por detrás. Ahora era yo el que notaba alguna mano buscar mi ano para introducirle un dedo.

Saque la polla de detrás ella se volvió boca arriba y le descargue mi semen en su pecho. Ella se lo restregó y ante el aplauso del público nos levantamos y nos retiramos al camerino.

Durante ese tiempo vi pasar detrás a mi mujer camino de la antesala, andando rápido.

Entro para lavarse la corrida del señor Raúl, se metió en el pequeño baño de la antesala y al salir se encontró con Pedro y Fran

¿Has estado con Raul? Le habrás echo una paja, ¿verdad? Ese es poco exigente Le dijo Pedro

A ti que más te da.

A mí me da igual, pero ¿no habrás venido a esta fiesta y te ibas a ir sin que te follen?

La verdad es que dispuesta estoy. Pero no te va salir gratis.

Prepara tu culito. Tengo moneda de cambio.

Si, ¿Qué tienes?

Exclusividad de ventas para la familia O.

¿La familia O? no me digas que los conoces.

Los conozco o no dependiendo de tu culo.

¿quieres metérmela por el culo?

Queremos meterla por el culo. Se sumo a la conversación Fran. Dice Pedro que es un culo muy especial. Yo también quiero probarlo.

¿Quién crees que es el asesor de imagen de la familia O?

De acuerdo pero de uno en uno, mientras me folla uno el otro espera ¿Quién es el primero?

Mi mujer se apoyo contra la pared y puso el culo en pompa.

Aquí esta. Todo tuyo. ¿vas a follarmelo bien o te correrás a las primeras de cambio?

Recuerda que debes estar calladita y complaciente, no has venido aquí para disfrutar.

Pedro separo los glúteos, alzados ante él, con sus manos y con su lengua degusto la cavidad anal de mi mujer como el que lametea un panal de miel. Ayudado por su dedo índice preparo el agujerito para la introducción haciendo círculos hasta meterlo dentro.

¿preparada?

Deseosa

Se saco la polla busco el ano y despacio, con mucha suavidad en un solo movimiento, la penetro, hasta que estuvo dentro completamente. Lentamente la metía y la sacaba haciendo que el agujero se adaptara a su tamaño. Se comenzó a mover con lentitud disfrutando del máximo roce en las paredes del intestino, rozaba su miembro en los cachetes de sus abultadas nalgas antes de profundizar en la penetración.

Eso, despacio y hasta el fondo. Sigue así.

Los balones que Mónica tenia por pechos y sus coletas se movían según los acordes de las envestidas del sodomizador; marcados por sus manos apoyadas en los glúteos. El balanceo de los pechos no paso inadvertido para Fran que se había despojado de sus pantalones y se preparaba para entrar en acción. Viendo el atractivo desplazamiento arriba y abajo opto por agarrarle uno de ellos.

Déjame. Espera tu turno. Dijo Mónica.

Tranquila guapa. Te voy a partir en dos.

Pedro cógemelas, tu.

Mónica altero su postura para formar con su cuerpo un ángulo de 90 grados. Pedro se abalanzo sobre ella con las dos manos sobre las ubres

Me corro, lo voy a dejar dentro.

No seas cabrón, que luego voy yo. Le increpo Fran

Déjalo que disfrute. Suéltalo, desahógate.

Mónica noto como el caliente semen regaba su jardín trasero, Pedro se separo y mi mujer se puso a cuatro patas, esperando a Fran que detrás de ella se enfundándaba el condón. La enculo como lo hacen los perros; dejando su peso encima de ella para poder disfrutar del tacto de sus hermosos melones. Resoplaba y gemía con fuerza

Vaya culo. Vaya tetas.

Mueve el culo como tú sabes, la animo Pedro.

A pesar de tenerlo agarrado por encima, Mónica movía los glúteos como ella sabía maximizando el contacto de la polla en cada entrada y salida al agujero.

Joder, que gusto. Sigue así, nena, sigue.

Mola, ¿verdad?

En la vida me he follado algo así. Ahh, ahh.

Déjale el culo escocido. A ella le gusta. ¿verdad? Le pregunto Pedro.

Me encanta, sigue follándome, haz que me corra.

Fran no tardo en eyacular, sus últimas sacudidas fueron lentas y profundas, se quedo un rato agarrado a las tetas de mi mujer de las que no se había separado desde que comenzó a montarla.

Vamos, viene alguien. Saldremos por la puerta de atrás, no quiero que nos vean aquí. Le dijo Fran a Pedro

Fue Tomy quien entro y vio a Mónica salir del baño. Venia totalmente desnudo con el rabo relajado.

Hola, ¿Qué tal se dio la tarde?

Un tanto movida. Dijo Mónica. La verdad es que siempre me ha gustado exhibirme pero no esperaba para nada esto.

Para la edad que tienes no estás mal. Lanzo su mano a los pechos de ella. -Tienes unos buenos botijos.

Te han tocado todas menos yo

Puedes tocarme, para ti es gratis.

Aunque contigo me gustaría otra cosa. Le hablaba mientras le tocaba la flácida verga

Pues, hoy vas a encontrar poco, acabo de follarme a una cincuentona y se me pasaron las ganas.

Lástima, quizá otra vez. Mientras seguía sobándolo.

¿desde cuándo os dedicáis a esto?

Nosotros no nos dedicamos a esto. Me he visto envuelta en este ridículo espectáculo porque necesitaba un favor de Tato

¿no os interesaría venir a una cosa similar el próximo mes?

Si tienes compañeras muy guapas, no creo que necesites una treintañera.

Es una fiesta un tanto especial. Encajaríais a la perfección, los profesionales se notan y vuestra naturalidad da mucho morbo.

La verdad es que lo de hoy ha sido excitante y divertido pero no me interesa.

En ese momento entramos Laura y yo

Luego hablamos.