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En la cuneta

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EN LA CUNETA

Era una calurosa mañana del mes de Agosto, el despertador sonó a su hora, a las 6 de la mañana. Me levanté de la cama completamente empapada en sudor y me metí directamente en la ducha para refrescarme y al mismo tiempo despertarme ya que tenía que coger el coche para llegar hasta mi lugar de trabajo. Me arreglé, cogí mi bolso, fui al garaje a por el coche y me puse en camino.

Para llegar a mi trabajo tenía que conducir unos 30 Km. de los cuales unos 10 Km. eran por una carretera comarcal de dos direcciones y sin iluminación. Salí de mi localidad y me incorporé a la carretera y nada más hacerlo el motor del coche empezó a hacer un ruido muy raro y unos kilómetros más adelante dejó de hacerlo pero inmediatamente después se paró, tuve el tiempo justo para salir de la carretera y meterme en la cuneta.

Aún no eran las 6 y media y allí estaba yo parada en medio de la nada. Salí del coche y abrí el capot para ver si veía algo raro. No vi nada raro, tampoco es que entienda demasiado de motores, pero me defiendo con ellos, así que lo primero que hice fue llamar a mi seguro para que me mandasen una grúa:

"Buenas noches ¿en qué puedo ayudarle?"

"Buenos días, mi coche se ha parado y no puedo volver a arrancarlo y tengo que llegar al trabajo"

"Déme sus DNI por favor"

"Es el 09328250A"

"Muy bien señora García ¿dónde se encuentra?"

"Más o menos en el Km. 10 de la M-100"

"Ahora mismo le mando una grúa para que remolque su coche hasta un taller asociado"

"Pero yo tengo que ir a trabajar, no puedo ir al taller"

"También le mando un taxi sin coste alguno para usted para que la lleve a su centro de trabajo"

"Muchas gracias, espero que no tarden mucho, no pasan muchos coches por esta carretera y apenas se ve nada"

"Buenos días señora García"

"Buenos días"

A continuación llamé a mi trabajo para informarles que llegaría más tarde y me senté a esperar a la grúa y al taxi.

Pasaron unos minutos en los que no pasó ni un alma por la carretera y de pronto distinguí a lo lejos unos faros. Cuando llegó a mi altura vi que se trataba de la grúa, dio el intermitente y paró justo delante de mi coche. Bajó un hombre de él pero hasta que no estuvo a la luz de los faros del coche no le vi bien. Apareció ante mí un chico de unos 25 años, moreno, con el mono de trabajo anudado a la cintura y con todo su musculado torso al descubierto. Me quedé con los ojos abiertos como platos, sin saber que decir y entonces se acercó a mí hasta ponerse justo enfrente:

"Buenos días señorita, veo que su coche le ha dejado tirada"

"Buenos días, pues así es, ha dicho que no quiere andar más"

Noté que no me quitaba los ojos de encima, mejor dicho, no dejaba de mirar como se marcan mis pezones en la pequeña y ajustada camiseta de tirantes, al igual que yo no dejaba de mirar su tremendo paquete.

"No se preocupe, lo engancho en un momento a la grúa y me lo llevo al taller que me han indicado"

"Muchas gracias"´

Y acercándose un poco más me susurro

"¿Necesita algo más de mí?"

Me le quedé mirando fijamente a los ojos y contesté:

"Sí, podría decirme…"

Y antes de que acabase de decir la frase, me abrazó y me dio un beso en la boca. Al principio opuse resistencia, pero luego me deje llevar y ahí comenzó una de mis mejores experiencias sexuales.

Al ver que le correspondía, siguió besándome, al mismo tiempo que bajo su mano y la llevó hasta mi minifalda, la levanto y llegó hasta mis braguitas, las bajó un poco e introdujo un dedo hasta llegar a mi clítoris. Dejó de besarme en los labios pero siguió por mi cuello hasta llegar a mis pechos, entonces levantó mi diminuta camiseta para poder besarlos y comenzó a lamerlos, mientras que con las manos me bajaba completamente las braguitas hasta quítamelas. Siguió bajando por mi estomago, pasó por mi minifalda y llegó hasta mi pubis, me abrió las piernas dejando su cabeza a la altura de mi coño.

"Umm, estas muy cachonda, puedo olerlo…"

Me abrió los labios de la vulva y me lamió el clítoris

"…y muy húmeda ¡Um, qué rico!"

Y siguió lamiéndome, haciéndome sentir un placer inmenso.

"Sigue así, sí, sí, no pares, nooo pareees"

Y continuó hasta hacerme llegar al orgasmo

"Aaaahh, me voy a correr, ah, ah, aaahhh, meee voooy"

Fue un orgasmo tremendo y cuando me repuse un poco le cogí por la cabeza y le hice levantarse y le besé en la boca, bajé por su cuello, pasando por su pecho hasta llegar a su estomago. Allí me encontré con su mono anudado por sus mangas, las deshice el nudo, bajé un poco la cremallera y lo dejé caer y llegó hasta sus pies dejando al aire su enorme y erecta verga.

Me agaché hasta quedarme a su altura y vi como salían unas gotitas de liquido de su prepucio, entonces me acerqué a ella, saqué la lengua y comencé a lamerle la punta del prepucio con la punta de mi lengua y a continuación le lamí por toda ella hasta llegar a los huevos y comencé a chupárselos y de nuevo volví a la polla y me la metí toda ella dentro de la boca y comencé a chupársela como si fuera un chupa-chus, volvía a la punta, volvía a metérmela entera, volvía a los huevos.

"¡Um, qué bien lo haces, sigue así!"

Y continué metiéndomela y sacándomela, la daba pequeños mordiscos, lamía la punta hasta que…

"Para, para, si no paras me voy a correr y no quiero aún, para"

Paré y entonces me cogió en brazos y me subió encima del capot y me tumbó, me abrió bien las piernas, cogió su polla con la mano, la puso en mi vagina y comenzó a masturbarme con ella. Cuando notó que estaba al borde del orgasmo paró y la llevó a la entrada de la vagina y me metió solo la punta, la sacó y la volvió a meter, una y otra vez hasta que una de esas veces me la metió entera, hasta el fondo de mi ser. Noté como si me rasgasen por dentro pero ese dolor se convirtió en placer en segundos. Comenzó a follarme muy suavemente, pero luego fue aumentando el ritmo por momentos haciéndome gritar de puro placer.

"Sí, grita, grita, goza, así, goza"

"No pares, no pares, sigue, fóllame, aaaahhh, ¡qué placer! ¡qué rico! Sigueeee"

Me follaba tan fuerte y profundamente que parecía que me iba a atravesar con su verga, nunca antes había tenido dentro una verga tan tremenda y además el tío sabía como utilizarla.

Uno par de minutos después bajó el ritmo y siguió penetrándome muy lentamente pero aún así, muy profundamente. Creo que iba ya por el cuarto o quinto orgasmo cuando me dijo que me iba a follar como nadie antes lo había hecho y volvió a aumentar el ritmo pero metiendo solo la puntita, siguió metiéndomela entera para volver a meter la puntita y de nuevo toda entera.

Desde la posición que tenía llegaba perfectamente a mis genitales así que pensé que si me había dicho que iba a ser el mejor orgasmo que había tenido nunca, yo también iba a poner algo de mi parte, así que llevé mi mano hasta mi pubis y con mi dedo corazón comencé a tocarme el clítoris para masturbarme al mismo tiempo que él me penetraba. Tardé muy poco en coger su ritmo y creo que tuve otros dos orgasmos más antes de que me dijera:

"Madre mía, eres incansable no puedo aguantar más, me voy a ir yaaaaa"

"Espera, aguanta unos segundos, no pares ahora, sigue un poco más"

"No puedo más, meee voyy, aahhh, aahh, aaaaahhh"

"Sí, ahora sí, sigueee, sigueee, meee vooooyy, aaaah, aaaahh"

Fue algo excepcional y como me había dicho, el mejor polvo que había echado hasta entonces.

Nos pusimos en pie y nada más hacerlo vimos a lo lejos las luces de un coche. No me lo podía creer pero durante el tiempo que estuvimos allí no pasó ningún coche por la carretera.

Mientras él se subía y se ataba el mono, cogí mi bolso de dentro del coche, cogí mis braguitas de encima del capot y las metí en el bolso.

El taxi paró justo detrás de mi coche y cuando iba a subirme a él, me cogió de la mano, me dio una tarjeta y me dijo al oído:

"Sí vuelves a necesitar cualquiera de mis servicios solo has de llamarme"

"Gracias, lo haré"

Le dí un suave beso en la boca y me subí al taxi. Este arrancó y mientras nos alejábamos vi como empezaba a subir mi coche a su grúa. Fui a guardar la tarjeta que me había dado, pero antes quería ver como se llamaba, la miré y leí que solo venia el nombre de un taller y el teléfono del mismo, pero cuando le dí al vuelta vi su nombre escrito con un número de teléfono.

A partir de ese día mi coche fue de mal en peor y empezó a estropearse una vez al mes.

FIN