miprimita.com

El padre de mi novia

en Sexo con maduros

EL PADRE DE MI NOVIA

Son las 7 de la mañana y como cada mañana suena el despertador, lo apago y me desperezo. Hoy es viernes, bendito viernes, por fin acaba la semana, menuda semana sin parar en el trabajo, estoy agotada, necesito descansar bien el fin de semana, no he planeado nada porque Nuria se va de viaje el fin de semana y tengo toda la casa para mi sola.

Me meto en la ducha y es cuando empieza a torcerse el día, no hay agua. Salgo de la ducha, me pongo lo primero que encuentro, meto ropa limpia y demás en una bolsa, me voy echando leches para el trabajo y allí me ducharé y asearé antes de entrar.

Me subo al coche y me encamino hacia el trabajo con tan mala suerte que la carretera está cortada por un accidente y cuando me doy cuenta ya no puedo coger una alternativa y me chupo el atasco.

Llego al trabajo con solo 30 minutos de antelación, solo 10 minutos antes que de costumbre, pero aún sigue mi mala suerte, me encuentro con uno de los jefes y me llama la atención por mi indumentaria pero no me quedo a escucharle y salgo corriendo para los vestuarios. 20 minutos después entro por la puerta del despacho totalmente cambiada y me vuelvo a encontrar al mismo jefe; ahora no tiene por más que sonreír y darme su visto bueno.

Nada más entrar en el despacho veo que mi mesa tiene más papeles encima que otros días, me echo las manos a la cabeza -"oh no reunión"- me digo a mi misma. Lo que faltaba, encima más trabajo y tiene que estar antes de lo normal. Miro la hoja en la que me han dejado apuntada la hora de la reunión, es a la 1 y media, bueno por lo menos la han puesto un poco más tarde que de normal, no tendré que correr tanto con el papeleo. Me acerco a la mesa del desayuno y cojo un vaso de zumo de naranja y una taza de café, ya comeré algo más tarde, y me pongo manos al asunto.

A las 10 levanto la cabeza de los papeles y veo que he adelantado bastante, noto que tengo un hambre terrible y me voy a por algo de comer. Cuando vuelvo me encuentro a Juan, mi jefe, leyendo una hoja que había escrito con sugerencias sobre una de las propuestas que estaba pasando a limpio.

  • "¿Qué es esto?"
  • "Unas ideas sobre la propuesta nº 5"
  • "Tienen muy buena pinta, creo que deberías comentarlas con Antonio"
  • "¿Con el director?" – pregunto sorprendida.
  • "Sí, con el director, te veo luego en la reunión entonces"
  • "Pero, pero, yo no puedo asistir a esa reunión, no sabría qué decir, esto son solo ideas que me han venido a la cabeza al ir leyendo la propuesta, no están siquiera meditadas" – le digo algo alterada.
  • "Tranquilízate, solo quiero que las expongas, que las plantees como tuyas, no quiero que nadie se haga suyo algo que no lo es, no te dejes pisar, ni siquiera por mí, aunque yo nunca lo haré" – me dice muy despacio y suavemente para que me tranquilice.
  • "Está bien, lo intentaré"- le contesto y se va hacia su despacho.

No me lo puedo creer, a Juan le han gustado mis ideas y me ha propuesto que se las presente al director, parece ser que se va arreglando el día.

Es la 1 y he acabado con el papeleo de la reunión, me voy a por un café, me pongo a pulir un poco las ideas que he tenido y pongo alguna más. Me acabo el café justo cuando aparece Juan para ir los dos juntos a la reunión. Como no estaba prevista mi asistencia Juan me hace un sitio a su lado y me dice que no hable hasta que él me lo diga, entonces entra Antonio, el presidente, se sienta en su silla y empieza la reunión. Yo la sigo sin decir nada hasta que oigo que van a empezar a tratar la propuesta nº 5 y me pongo en alerta

El secretario empieza a leer la propuesta nº 5 y cuando acaba pregunta si alguien tiene que decir sobre la misma a lo que Juan, mientras me señala, indica que yo tengo algunas cosas que decir. El presidente mira a Juan algo extrañado pero como le conoce bien no le dice nada y me indica que comience a hablar. Me pongo en pie para que me oigan todos y comienzo a hablar. Durante 10 minutos y sin que nadie me interrumpa expongo mis ideas con mucha convicción y argumentándolas bien, como me había sugerido Juan, y las acompaño con unos gráficos que había hecho. Una vez que acabo me siento, le miro un instante a Juan y veo que me hace un gesto de aprobación y a continuación dirijo la mirada al presidente, le veo muy pensativo, creo que no le han gustado nada, pero un instante después noto que se pone a sonreír, se levanta, se acerca hasta mí…

  • "Muy buen trabajo señorita, creo que ha dado usted en el clavo" – me felicita y me tiende la mano.
  • "Muchas gracias señor director" – le contesto al mismo tiempo que me levanto y la estrecho la mano.
  • "El lunes a primera hora las quiero encima de mi mesa y firmadas por usted, no por nadie más"
  • Luego se dirige a Juan y…
  • "Bien hecho Juan"
  • "Muchas gracias Antonio, creo que esta chica tiene talento, puede ayudarnos mucho en este tema"
  • "Venir el lunes los dos a mi despacho y veremos que se puede hacer" – le dice y se vuelve a su sitio.

La reunión continúa con las siguientes propuestas pero yo ya no tengo nada que decir al respecto y solamente escucho. Cuando acaba la reunión son más de las 3 y estoy hambrienta, me voy a mi mesa a por mis cosas para irme a casa a comer cuando llega Juan…

  • "¿Tienes plan para comer?"
  • "No, me iba a casa"
  • "Pues entonces te invito a comer, te lo has ganado, lo has hecho muy bien" – me felicita.
  • "Muchas gracias pero no es necesario" – me disculpo pero Juan insiste y finalmente accedo a comer con él.

Salimos del edificio y me encamino hacia el VIP’s que hay enfrente, como hacemos siempre que nos hemos quedado a comer, pero Juan me para y me señala hacia el otro lado, resulta que vamos a comer en el restaurante de la esquina. Cuando llegamos nos llevan hasta la mesa que suelen ocupar los directivos de la empresa, nos traen las cartas y dejo que pida Juan para los dos. Mientras nos traen la comida Juan me vuelve a felicitar por mi presentación, por haberlo hecho tan bien habiendo tenido tan poco tiempo y que tiene una sorpresa para mí, pero justo cuando me la va a contar nos traen la comida y deja el tema para luego.

Me ha dejado con la intriga, - "¿qué sorpresa tendrá para mí?" – me pregunto, no puede haber nada mejor que el ascenso, o eso al menos yo creo, que voy a tener el lunes.

Terminamos de comer y pedimos el postre y como no puedo aguantar ya más la intriga…

  • "¿Qué sorpresa tienes para mí?" – le pregunto sin vacilar.
  • "Cuando se ha acabado la reunión, ¿te has dado cuenta que me he quedado hablando con el director?"
  • "Sí, he visto que te quedabas con él" – le contesto con intriga.
  • "Me ha dicho que le has causado muy buena impresión y ya que yo había confiado en ti para la reunión, él también quería confiar en ti y que tú confiases en él y que para que eso fuera posible nos invita a la cena anual de los directivos que se va a celebrar esta noche en el Hotel Ritz" – me cuenta sonriendo.
  • "¿De verdad? ¿no me estas mintiendo? ¿estamos invitados a la famosa cena anual de directivos?" – le pregunto muy excitada.
  • "Sí, tenemos que ir los dos con nuestras parejas, por cierto ¿con quién vas a ir?" – me pregunta.
  • "No tengo ni idea, ya sabes que no tengo pareja. ¿Tiene que ser un chico o puede ser una chica?" – le pregunto.
  • "Bueno no creo que tenga mucha importancia, pero me imagino que espera verte aparecer con un hombre, ¿me estas insinuando algo?"
  • "No que va, lo que pasa que me va a resultar muy difícil encontrar a algún amigo que quiera venir conmigo, con mis amigas es más fácil. Bueno ya veremos a ver a quien engaño, ja, ja, ja"

Terminamos el postre, Juan paga, salimos del restaurante y me acompaña hasta mi coche.

  • "Aquí tienes la invitación, sin ella no te van a dejar pasar. En la parte de atrás esta la dirección y a la hora que tienes que estar. Ya sé que no te tengo que recordar que es una cena muy importante y tienes que dejarlos con la boca abierta."
  • "Gracias por todo, nos vemos allí"

Me subo en el coche y me dirijo a casa. Por el camino voy pensando a quien voy a llamar para que me acompañe pero no se me ocurre a nadie, porque los que me van a decir que si no me parecen adecuados para esa cena y los que me vendrían bien me van a decir que no, que es una cena muy seria y rígida.

Llego a casa y veo que tengo en el contestador un mensaje. Lo pongo y resulta ser Nuria que me recuerda que tengo que pasarme por su casa para recoger la ropa que la tenía que arreglar su madre. Me tumbo en el sofá para descansar un poco, estoy agotada y necesito dormir un rato ya que esta noche tengo una cita muy importante y acabara tarde. Me voy quedando dormida mientras sigo dándole vueltas al asunto. Una hora después suena el teléfono y me despierto sobresaltada, cuando lo cojo resulta que se habían equivocado y veo que aún está encendida la lucecita del mensaje de Nuria y entonces me doy cuenta de lo tarde que es. Me peino un poco y me marcho corriendo a la casa de los padres de Nuria, una vez allí llamo a la puerta y me abre Rocío, la madre de Nuria.

  • "Hola Rocío ¿qué tal estas?" – la saludo y la doy dos besos en la mejilla
  • "Hola Nuria, muy bien, gracias. Pasa, pasa, no te quedes fuera, ¿cómo tú por aquí si Nuria esta fuera?"
  • "Me ha dejado un mensaje en el contestador para que venga a recoger la ropa que le has arreglado".
  • "Ah sí, la ropa, claro, claro, ahora mismo te la doy.
  • Entro al salón y veo que esta vacio.
  • "¿No está Luis en casa?"
  • "Sí, sí esta. Está en la piscina nadando un poco, ves a verle si quieres"
  • "Sí, me voy a acercar a saludarle" y me voy hacia la piscina.

Los padres de Nuria tuvieron suerte, les toco la lotería hace unos años y se compraron un chalet e hicieron construir una piscina y una pista de tenis ambas con una cubierta con la posibilidad de abrirse en verano. Yo también tuve suerte en cuanto a mi casa, hace unos años a mi padre le ofrecieron un gran ascenso pero tenía que desplazarse a otra ciudad y en el aumento iba incluida una casa nueva. Se lo pensaron mucho porque yo tenía que quedarme aquí por mis estudios, pero se dieron cuenta que me podían dejar sola y se fueron; yo me quede en la casa y un tiempo después se vino a vivir conmigo Nuria, primero como compañera para compartir piso pero se quedo como pareja, pero eso no lo sabe nadie, no hemos querido contárselo a nadie, para todo el mundo somos un par de amigas compartiendo piso.

Conocí a Nuria en mi primer año de facultad y enseguida congeniamos. Hasta entonces ninguna de las dos sabía que era lesbiana, habíamos salido con algunos chicos pero nada serio, esas relaciones no nos llenaban, teníamos un vacio, nos faltaba algo. Al poco de conocernos me pidió compartir mi casa con ella porque quería un poco de libertad, quería volar del nido; a sus padres aún no les había tocado la lotería, y acepté, me gustaba la idea de compartir mi casa con otra chica y como no tenía que pagar nada, simplemente compartimos los gastos generales de la casa: luz, agua, comunidad, etc. Con el tiempo nos fuimos conociendo y cada vez estábamos más a gusto, sentíamos algo una por la otra pero ninguna de las dos quería decir nada, hasta que un día después de una fiesta en la facultad llegamos a casa un poco tocadas por el alcohol que habíamos bebido y acabamos haciendo el amor. Desde ese día no nos hemos separado.

Por entonces ya había conocido a sus padres y Luis, su padre, me había impactado mucho, había dejado huella en mí, caló muy hondo pero nunca le he dicho nada a Nuria. Íbamos a visitarles un par de veces al mes pero desde que se que compraron el chalet íbamos prácticamente todos los fines de semana a comer, normalmente el domingo ya que no nos levantábamos con ganas de cocinar nada. Habíamos entablado una buena amistad.

Como digo, Luis caló muy hondo en mí, y aunque yo ya estaba enamorada de Nuria, creo que me enamoré de él nada más verle, es tan parecido a Nuria que fue inevitable el que me enamorase de él. Como sabía que no estaba bien no le dije nada pero con el tiempo y al verle cada vez más a menudo me resultaba más difícil ocultárselo.

Todo pasó un fin de semana que pasamos con ellos. El sábado por la noche después de cenar, Nuria y Rocío se fueron a dormir porque estaban cansadas y nos quedamos solos viendo la televisión Luis y yo. Nos sentamos juntos en el sofá frente al televisor y al cabo de un rato me recosté sobre su hombro, él me paso el brazo por detrás para que estuviera más cómoda y mi cabeza quedó sobre su pecho. Unos minutos después noté que me estaba acariciando la espalda pero no dije nada porque estaba muy a gusto y no me molestaba, pero a continuación fue bajando hasta llegar a mi culo y en ese instante levanté la cabeza y nos miramos fijamente sin decir nada. Mi mirada iba de sus ojos a sus labios y viceversa, no podía dejar de mirarle, su boca no hacía más que decirme "bésame" y sin yo esperarlo llevo su mano a mi barbilla, me levanto un poco más la cabeza y me dio un beso en los labios y…

  • "Sé lo que sientes por mí por cómo me miras. Yo también siento algo por ti, pero de momento solo te puedo ofrecer esto" y me vuelve a besar.
  • "No sé a qué te refieres Luis, yo…"
  • "No intentes negarlo, sé que me quieres, que te enamoraste de mí al poco de conocerme, a mí me paso lo mismo. Cuando vienes a casa no me quitas el ojo de encima al igual que yo a ti, he intentas pasar el máximo tiempo posible conmigo…"
  • "No sé qué decir"
  • "No digas nada, si no estuviera casado y no fueras la mejor amiga de mi hija ahora mismo estaríamos juntos, pero no es así y como no quiero perder ni a mi mujer ni a mi hija y tampoco quiero que tú pierdas a tu amiga, estos besos son lo único que te puedo ofrecer"

No quería perder a su familia, era lógico, pero tampoco quería que yo perdiese la amistad con su hija. Si él hubiera sabido la relación que tenía con su hija, tal vez no habría dicho lo que dijo pero así fue y le contesté…

  • "No entiendo a que refieres con eso. Quieres decir que te puedo besar cuando quiera sin decirte nada"
  • "Sí, siempre y cuando no nos vean claro está. Sé que no es mucho y que lo mismo es peor el remedio que la enfermedad pero como te digo es lo único que te puedo ofrecer"
  • "No sé, me lo pensaré, porque no sé si podré conformarme solo con unos besos, tal vez necesite algo más y como no me puedes dar ese algo más seguramente tampoco coja los besos. Gracias de todas formas por ser tan franco conmigo, cualquier otro habría aprovechado el momento y después no me habría hecho ni caso"
  • "Yo no soy así, no podría hacerte daño" y entonces le cogí por el cuello, le devolví el beso y me tumbé de nuevo como estaba para seguir viendo la televisión.

Todo esto ocurrió hace un par de años y al principio no hice nada, pensé que sería lo mejor, pero un tiempo después no pude más y caí en sus manos. Un día fui a recoger algo para Nuria, como siempre; estaba solo en casa, le pille en la ducha y me abrió la puerta vestido solo con una toalla en la cintura y fue la gota que colmó el vaso, ya no pude resistirme más y me tiré en sus brazos para gozar, aunque solo fuera eso, de sus besos. La verdad es que esa primera vez hubo algo más que besos pero no llegaron las aguas al rio, pudimos frenarnos a tiempo. Desde ese día cada vez que podemos nos damos un buen morreo.

Cuando llego a la piscina me encuentro a Luis dentro del agua nadando sin darse cuenta que yo estaba allí. Cuando unos minutos después se da cuenta de mi presencia se acerca hasta dónde estoy y me indica que me agache, cuando me tiene lo bastante cerca me da un beso en los labios y sigue nadando. Me siento a esperar que termine, ya que sé que venga quien venga, hasta que no termine su sesión no va a parar. Veo aparecer a Rocío a lo lejos con una bandeja con algo de beber y comer y justo cuando entra en la piscina sale Luis del agua.

  • "Pensé que tal vez os apetecería tomar algo" – nos dice Rocío
  • "Umm, muchas gracias aunque no debería comer mucho porque esta noche tengo una cena" – contesto.
  • "¿Una cena?" – pregunta Luis

Y les cuento todo lo que me ha sucedido por la mañana y luego en la comida.

  • "Es genial Tina, me alegro por ti" – me felicita Rocío
  • "Sí, fantástico, menudo ascenso vas a tener" – me dice Luis
  • "Sí, tenéis razón, pero tengo un pequeño problema" – les digo
  • "¿Qué problema" – me pregunta Rocío
  • "Pues que no tengo acompañante y no tengo tiempo suficiente de, como lo digo, engañar a algún amigo para que me acompañe" – contesto
  • "Pues si que tienes un pequeño problema" – afirma Luis
  • "Estaba pensando…" – dice Rocío "…pero no, no creo que quiera"
  • "¿De quién estás hablando Rocío?" – la animo
  • "Estaba pensando que tal vez él quisiera acompañarte" – dice señalando a Luis
  • "¿Yo?" – contesta Luis
  • "¿Luis?" – digo sorprendida

Nos quedamos unos instantes callados los tres y pienso que puede ser una buena idea

  • "Claro Luis, ¿por qué no se me había ocurrido a mí?" – me digo – "Luis ¿quieres ser mi acompañante esta noche?" – le pregunto
  • "¿Yo?, ¿quieres que te acompañe a la cena? ¿estás segura de querer aparecer conmigo, con un hombre bastante mayor que tú? – me pregunta
  • "¿Y por qué no?" – contesto – "y que sepas que no pareces tan mayor como dices, además solo han dicho que tengo que ir acompañada, no han dicho que tenga que ser mi pareja"
  • "En eso tienes razón Tina" – indica Rocío
  • "Entonces ¿qué? ¿te apuntas?" – le vuelvo a preguntar a Luis – "que sepas que tienes que ir de etiqueta"
  • "¿De etiqueta?, entonces no cuentes conmigo" – contesta Luis

Y nos echamos a reír los tres al mismo tiempo. Quedamos que me recoge en mi casa y me despido de ellos y me voy corriendo a vestirme porque se me ha echado la hora encima.

De camino no hago más que dar gracias a la Virgen por haber dado una vuelta de tuerca al día. Había empezado mal, pero iba cada vez mejor, sobre todo ahora que Luis iba a ir conmigo a la cena.

Una vez en casa me pego una ducha, me seco bien el pelo y me hago un recogido dejando caer unos cuantos pelos por la cara. Me voy al armario a por un vestido pero no veo nada que me guste para la cena, mejor dicho, que le guste y deje boquiabierto a Luis, pero me acuerdo de la ropa que me ha dado la madre de Nuria y veo que hay un vestido rojo precioso de noche que hace mucho que Nuria no se pone. Como no me gusta ponerme su ropa sin decírselo, la llamo para preguntárselo y así de paso le cuento todo.

Cuando hablamos por teléfono siempre perdemos la noción del tiempo y de repente suena el timbre de la puerta.

  • "Dios mío Nuria, tu padre ya ha llegado y yo aún sin vestir" – la digo mientras me pongo una bata.
  • "Pásatelo bien y disfruta de la compañía de mi padre, no te va a defraudar. Un besote, te quiero cariño."
  • "Yo también te quiero, adiós" – me despido y me dirijo a la puerta.

Justo cuando abro la puerta suena el timbre de nuevo y me encuentro a Luis sonriente con un estupendo esmoquin que le queda de maravilla. Le doy un beso, le doy las gracias por acompañarme y me voy corriendo a mi habitación a acabar de vestirme y de maquillarme. Diez minutos después subimos al coche y nos ponemos rumbo al Ritz.

  • "Estas muy guapa esta noche"
  • "Muchas gracias, tú también estas muy atractivo."
  • "¿Esta noche es muy importante para ti?"
  • "Sí, depende mi futuro de ella así que..."
  • "No te preocupes por mí, no te causaré ningún problema ni te pondré en evidencia, seré el mejor acompañante de todos."
  • "Gracias Luis, no esperaba menos de ti."

Seguimos charlando hasta llegar a la puerta del Hotel. Le dejamos el coche a un aparcacoches y entramos en el Hotel, enseñamos la invitación, nos dirigimos hacia el salón que nos indican, dejamos los abrigos en el guardarropa y entramos en el salón. Una vez dentro noto como todo el mundo se gira para ver quién entra mientras que yo busco con la mirada a Juan y lo encuentro en una esquina acompañado de dos mujeres y un hombre al que no identifico. Mira hacia mí y nos hace señas para que nos acerquemos.

  • "Hola Juan, buenas noches"
  • "Hola Tina, estas estupenda" – me dice Juan mientras me saluda con un par de besos – "¿conoces a mi mujer Leticia?"
  • "No, no tenía el gusto. Encantada de conocerla Leticia"
  • "Es un placer" – me contesta
  • "Y estos son el subdirector Pablo López y su mujer Sonia" – me vuelve a decir Juan.
  • "Mucho gusto señor López y señora" – contesto con sorpresa
  • "Me ha comentado el director tu actuación de esta mañana, parece ser que le has sorprendido, eso está muy bien" – me dice el subdirector
  • "Muchas gracias" – le contesto sin saber que mas decir
  • "¿Con quién has venido a la cena al final Tina?" – me pregunta Juan
  • "Ah sí, me acompaña Luis" – contesto mientras le señalo
  • "Buenas noches a todos, es un placer conocerles" – les saluda mientras les va estrechando la mano.

Seguimos un rato hablando hasta que nos avisan que la cena está servida. Nos acercamos a la mesa y me indican que tenemos que buscar nuestro nombre, lo encontramos y al lado de nosotros esta, lógicamente, Juan y su mujer.

Nos pasamos toda la cena charlando y riendo, todo está buenísimo y es perfecto. Una hora y media aproximadamente después dan por concluida la cena y volvemos al salón y es cuando empieza la reunión de verdad. Veo como los acompañantes de los directivos se van hacia una parte del salón y los directivos a otra, veo a Juan que se acerca hacia mí, me coje de la mano – "ahora empieza lo importante" – me dice al oído y me lleva con ellos y veo como Leticia se lleva a Luis hacia el otro lado.

Nada más acercarme me coje por banda el director y empieza a presentarme a varios hombres y mujeres, algunos de los cuales conozco de vista por haber ido con Juan a reuniones con ellos, pero a otros no los conozco de nada, pero al parecer sí que saben de mí. Una vez hechas las presentaciones, el director me lleva con él para charlar con algunas personas pero antes de hacerlo me dice que es mejor que solo hable cuando me pregunten y que intente tomar buena nota de todo lo que se dice.

Una hora y media y unos cuantos cocteles después el director da por finalizada la reunión y empieza el desfile del personal. Me acerco al director para darle las gracias por todo y luego me voy hasta dónde está Juan y le llevo a un lugar un poco más retirado…

  • "Muchas gracias Juan por lo que has hecho hoy por mí".
  • "No tienes que hacerlo, lo he hecho con mucho gusto, siempre me ha gustado ayudar a la gente que vale, solo tienes que preguntar por ahí y pienso que tú vales mucho, no lo dudes".
  • "Gracias de nuevo, nos vemos el lunes" – me despido y sin pensármelo le doy un beso en la mejilla y me voy a reunir con Luis.
  • Cuando llego hasta él, me agarro de su brazo y nos dirigimos hacia la puerta del restaurante a esperar a que nos traigan el coche y mientras…
  • "Muchas gracias Luis, no sé cómo te voy a agradecer lo que has hecho y has aguantado hoy por mí" – y le doy un beso en los labios.
  • "No has de dármelas, lo he hecho con mucho gusto" – me contesta – "y ya encontraré la manera de hacértelo pagar" – y nos ponemos los dos a reír.

Mientras esperamos el coche me pongo a pensar que el día había empezado fatal pero que había acabado genial, - "bueno, aún no ha acabado" – me digo - "aún puede pasar algo más y espero que pase", pero es algo que no puedo forzar porque lo mismo se puede torcer, tiene que ser él el que dé el paso, tiene que ser Luis el que diga algo, y de momento no había dicho nada sobre ello, pero aún puede ocurrir, aún tenemos que volver a casa y tardaremos al menos 45 minutos.

Nos acaban de traer el coche, nos subimos y nos ponemos en marcha. Por el camino vamos comentando como ha ido la cena y que le han parecido mis jefes. De repente nos quedamos los dos en silencio y no sé qué decirle, bueno, sí que lo sé, pero no sé cómo llevar la conversación a ese tema. Son tantas cosas las que le quiero decir, pero nunca me salen las palabras. Siempre que sueño con una ocasión como esta me salen solas las palabras, tanto las mías como las suyas, pero cuando estoy con él, no hay forma. Cuando por fin me decido a abrir la boca…

  • "Sí no me equivoco estas sola en casa esta noche".
  • "Sí" – le contesto – "Nuria, como bien sabes, se ha ido de viaje el fin de semana y no vuelve hasta el domingo por la noche", "¿por qué?".
  • "No, por nada, solo por saberlo" – me contesta y se queda callado unos segundos que a mí me parecen eternos, - "creo que ya sé cómo me voy a cobrar lo que me debes".
  • "¿Qué quieres decir?"
  • "Que me invites a tomar una copa en tu casa"

Se me pone el corazón a 100 por hora, ahora sí que no me salen las palabras y me pongo a tartamudear.

  • "Pu, pu, pues claro, como no, faltaría más" – digo finalmente.
  • "A no ser que estés muy cansada, si es así lo podemos dejar para otro día".
  • "No claro que no, bueno sí, estoy algo cansada pero ya descansaré mañana o sino cuando me muera" – le contesto y nos ponemos los dos a reír.

Estoy alucinando, me acaba de sugerir que vayamos a mi casa a tomar algo y sin tener que decir yo nada, ni en mis mejores sueños podía haberme imaginado esto. He estado cenando con él, bailando con él y ahora, si no se tuercen las cosas, voy a follar con él, porque no creo que quiera ir a mi casa a estas horas, sabiendo que estoy sola para solo tomar una copa.

  • "Ya hemos llegado, vamos a ver dónde puedo aparcar".

Con el subidón que tengo no me he dado cuenta que ya hemos llegado a mi casa, aparca el coche justo delante de la puerta de mi portal, abro la puerta del portal, atravesamos el pasillo hasta mi casa, abro la puerta de mi casa, entramos y sin darme casi tiempo a cerrar la puerta…

  • "Creo que antes de pasar a las copas tengo que terminar con el postre".

E inmediatamente lleva sus manos a mi cuello, me acerca hasta él y me da un beso en la boca tan lentamente que noto como sus labios van presionando cada vez más los míos hasta que están completamente pegados. Me ha cogido tan desprevenida que me quedo pasmada sin hacer nada, simplemente saboreando el placer inmenso que me está produciendo su beso; justo cuando se separa de mí noto como todo mi cuerpo se escapa de mi control y se queda como inerte.

  • "Me siento como una adolescente cuando le dan su primer beso" – le digo, "pero ya sabes que no lo es"
  • "Ya lo sé, pero…" – me intenta decir.

Y antes que acabe la frase le beso apasionadamente y al instante me responde con la misma intensidad. Nos separamos, cierro la puerta bien, le cojo de la mano, le llevo hacia la habitación de mis padres; Nuria y yo tenemos una habitación cada una aunque dormimos en la de matrimonio porque esa sigue siendo de mis padres ya que vienen una vez al mes a visitarnos; y una vez allí desatamos toda la pasión contenida desde hace tiempo.

  • "Llevo tanto tiempo soñando y esperando este momento que no me puedo creer que esté pasando" – le digo
  • "Yo también lo estaba deseando pero…".
  • "Ha sido tan difícil conformarme solo con un beso de vez en cuando que estar así contigo me parece un sueño".
  • "Estaba esperando una oportunidad como esta, pero no llegaba nunca. Si yo estaba solo en casa aparecías con Nuria y sí venias sola estaba mi mujer."
  • "No tienes que explicarte, esa situación la elegimos entre los dos y ahora estamos juntos, así que relájate y disfruta del momento." – le digo al oído y le beso en los labios.

Mientras tanto le quito la chaqueta y la corbata y me pongo a desabrocharle la camisa. Una vez desabrochada la camisa dejo de besarle en los labios para comerle el lóbulo de la oreja, bajar por el cuello hasta el pecho; un pecho musculoso y suave con un par de pezones completamente tiesos y duros que inmediatamente me pongo a morder suavemente haciéndole gemir de placer.

  • "Uumm, me encanta que me muerdan los pezones, uumm, como me gusta, sigue así, cómemelos bien" – me susurra.

Sus palabras hacen que me excite más y que quiera más, así que bajo por su tripa y me quedo chupando su ombligo mientras le quito el cinturón, le desabrocho el botón del pantalón, le bajo la cremallera y le bajo los pantalones hasta los tobillos para dejar a la vista unos ajustados bóxers negros en los que resalta un gran bulto. Comienzo dándole besos encima de los bóxers para luego ir bajándoselos poco a poco e ir lamiéndole la polla empezando por la punta y siguiendo por toda ella hasta llegar a los huevos. En ese punto ya están los bóxers en los tobillos y cuando dejo de chuparle los huevos su polla se queda totalmente erecta y justo a la altura de mi boca. Saco de nuevo la lengua para volver a chupársela pero cambio de opinión y me la introduzco toda en la boca, noto como me llega a la garganta y me quedo quieta y entonces él empieza a moverse lentamente adentro y afuera como si estuviera follando mi boca. Noto que se escapa un poco de esperma y es cuando saca su miembro de mi boca y me pone de pie y me besa mientras sus manos están entretenidas bajando la cremallera de mi vestido y dejándolo caer al suelo.

Deja de besarme, me mira a los ojos y me empuja para que caiga de espaldas sobre la cama. Se quita la camisa, pantalones y bóxers y me coje los pies y me abre las piernas. Sus manos suben por mis piernas acariciándomelas y su boca me colma de besos mi húmedo pubis. Cuando llegan sus manos a mi pubis, me levanta las piernas para quitarme mi diminuto tanga negro, vuelve a bajarlas y sigue con sus besos.

  • "Uumm, recién rasuradito como a mí me gusta" - susurra

Me abre los labios y se pone a lamerme el clítoris primero haciendo círculos a su alrededor para seguir directamente con él. Mientras su lengua esta entretenida con mi clítoris, dos de sus dedos están entrando y saliendo de mi vagina y todo en conjunto me hace llegar a mi primer orgasmo.

  • "Sigue así, me voy a correr, sigue, me corro" – le digo entrecortadamente mientras él sigue lamiendo los jugos que salen de mí.

Deja mi vagina para ir subiendo por mi estomago hasta llegar a mis pechos y allí lamerme los pezones alternativamente, unos pezones que están ya totalmente erectos y duros, tan duros que casi duele el simple roce de su lengua. Sigue subiendo por mi cuello hasta llegar a una oreja dónde me susurra…

  • "Me ha encantado que te hayas corrido, tienes un sabor muy dulce"

Me sigue besando por toda la cara hasta llegar a mis labios y se pone justo encima de mí para poder follarme bien, entonces…

  • "Antes te he dicho que me sentía como una adolescente a la que le dan su primer beso y no era verdad"
  • "Sí" – me contesta
  • "Pues ahora te digo que me siento como una jovencita en su primera vez, y en realidad lo es"
  • "¿Qué es tu primera vez?" – pregunta sorprendido
  • "Sí" – y hago una pequeña pausa – "al menos con un hombre" - puntualizo
  • "¿Qué me estas intentando decir?"
  • "Te estoy intentando decir que soy lesbiana y que nunca he follado con un hombre"

Luis se queda mirándome sin saber que decir.

  • "He follado con mi pareja utilizando algún que otro juguete como un consolador o vibrador, pero nunca lo he hecho con un hombre con una buena polla como la tuya"

Finalmente Luis reacciona y se pone a reír y acabamos riéndonos los dos.

  • "No te preocupes tendré mucho cuidado e iré muy despacio, aunque si quieres podemos jugar un poco con tus juguetes"
  • "¿De verdad? ¿no te importa?" – le pregunto sorprendida y al mismo tiempo agradecida.

Le hago un gesto para que me deje moverme y me acerco hasta el armario, saco una caja que contiene nuestros juguetes y se los enseño.

  • "Elige el que más te guste" – le indico
  • "¡Qué variedad! no sé cual elegir ¿cuál prefieres tú?"
  • "Me da igual, me gustan todos, ya los he utilizado" – le contesto y me echo a reír.
  • "Creo que me quedo con este vibrador rojo" – me dice
  • "Ese se llama Lelo Mona" – le digo y se me queda mirando fijamente y finalmente acabamos los dos riéndonos.

Coge un bote de lubricante con sabor a fresa y dejamos la caja de lado, me vuelve a tumbar boca arriba, me abre las piernas, me pone un poco de lubricante y me comienza a lamer, me encanta como lo hace, su lengua parece una pequeña serpiente lamiendo todos los recovecos e introduciéndose ligeramente en la vagina. Cuando nota que estoy lo bastante húmeda, pone algo de lubricante en el vibrador y comienza a introducírmelo muy despacio y poco a poco. Lo mete y lo saca muy despacio y cada vez con más profundidad hasta que lo mete todo y mueve haciendo círculos.

El placer que me está produciendo es increíble, no paro de dar gemidos y veo en la cara de Luis que le encanta, que está disfrutando también con lo que está haciendo.

Deja de mover el vibrador, lo pone en marcha y empieza de nuevo a sacarlo y meterlo pero cada vez más rápido y subiendo la velocidad del vibrador poco a poco, me está haciendo llegar al límite del orgasmo, empiezo a contraer todos los músculos de mi cuerpo para aguantar un poco más y empiezo a levantarme poco a poco hasta que no puedo aguantar más y estallo llegando al orgasmo y dando un tremendo grito de placer.

Me dejo caer con los ojos cerrados y sin fuerzas después del gran esfuerzo que ha supuesto el increíble orgasmo. Noto que Luis saca el vibrador de mi empapada vagina y entonces abro los ojos y veo que está justo encima de mí sonriendo.

  • "Creo que ya estas preparada para probar una de verdad" – me dice

Comienza a besarme mientras que coloca su verga dentro de mis labios, restregándola desde el clítoris hasta la vagina y viceversa, como si estuviera buscando la entrada a la vagina. Una vez que la encuentra comienza metiendo y sacando solo el capullo muy despacito, cada vez un poquito más y más hasta que la mete completamente sin previo aviso. Noto un intenso dolor como si se me hubiera roto algo por dentro y doy un pequeño grito pero al parecer Luis no lo oye y empieza a sacarla muy despacio y cuando la tiene casi toda fuera vuelve a meterla completamente de un empujón. El dolor va desapareciendo y empiezo a notar mucho placer, sobre todo cuando está completamente adentro, tocando el final de la vagina. Mientras la tengo dentro se la envuelvo con mi vagina apretándola bien y al parecer le encanta y empieza a penetrarme más rápidamente hasta llegar casi al orgasmo, pero antes de llegar para y…

  • "No quiero correrme aún, quiero seguir dándote placer para que no olvides este momento en tu vida" – me dice – "date la vuelta".

Le obedezco sin decir nada y me doy la vuelta, se pone a horcajadas sobre mi culo y empieza a acariciarme por la espalda desde la nuca hasta el culo. Es una sensación muy placentera que me pone de nuevo a 100 por hora y noto que estoy de nuevo a punto de correrme. Me levanta el culo, me pone a 4 patas y me acaricia con su polla el clítoris haciéndome tener un delicioso orgasmo. Cuando nota que me estoy estremeciendo por el orgasmo que acabo de tener me penetra hasta al fondo y continua así hasta que…

  • "Me voy a correr, no aguanto más" – me dice
  • "Yo también, sigue así, corrámonos los dos juntos" – le contesto jadeando
  • "Uummmm me voooyy, no puedooo máááássss"
  • "Aaahhh, uuhhhhh" – solo atino a decir.

Mientras nos corremos al mismo tiempo entre temblores y gemidos de placer, noto como palpita su polla y eyacula dejando su caliente y pegajoso semen dentro de mí. Caemos los dos en la cama agotados, uno frente al otro y con la respiración entrecortada sonreímos y nos besamos.

  • "Ha sido maravilloso, muchas gracias" – le digo
  • "No, gracias a ti, hacía mucho tiempo que no gozaba tanto haciendo el amor" – me contesta mientras me vuelve a besar – "¿puedo preguntarte algo personal?"
  • "Claro, dime"
  • "¿Has disfrutado más que haciéndolo con una mujer?"
  • "Me imaginaba que me ibas a preguntar algo así" – me rio – "es muy diferente"
  • "¿A qué te refieres?"
  • "A que nosotras tenemos orgasmos clítorianos, apenas tenemos penetraciones y estos orgasmos son diferentes a los vaginales"
  • "Y ¿cómo los has tenido conmigo?" – me pregunta
  • "Contigo ha sido estupendo, ha habido de todo; placer, dolor, placer, más placer, explosión de placer; ha sido increíble, creo que me voy a tener que plantear mi sexualidad y pasar de ser lesbiana a bisexual" – y nos echamos a reír los dos.

Nos abrazamos y seguimos hablando un rato sobre la cena y nos quedamos dormidos sin darnos cuenta. Un par de horas después me despierto y al verle a mi lado tengo una sensación de felicidad que me recorre todo el cuerpo y no puedo por más que darle un beso en la boca que hace que se despierte y al verme me dedique una amplia sonrisa.

Me besa y mira el reloj y al ver la hora se pone a vestirse para irse a su casa ya que su mujer estará preocupada. Le acompaño hasta la puerta y…

  • "No sé si esto volverá a suceder pero quiero que sepas que te quiero y…" – le tapo la boca con un dedo indicándole que no diga más y le beso.
  • "Yo también te quiero y dejemos que suceda lo que tenga que suceder" – le vuelvo a besar mientras cruza la puerta – "adiós"
  • "Adiós"