miprimita.com

Iré volando...

en MicroRelatos

Dime dónde estás que iré volando, pues cada vez que pienso en ti, me falta tierra para echar a correr.

Es cierto eso que dicen que el tiempo, según como lo inviertas pasa rápido o lento, pues contigo las horas, parecen simples briznas de segundos, los momentos a tu lado, se volatilizan en instantes tan breves, que mi mente no es capaz de recordar.

Es por ello, que yo mismo lo pongo de excusa para volverte a ver de nuevo, y vuelvo a llamarte una y otra vez, para poder deleitarme con esos ojos tan preciosos, pues tu mirada es un mundo nuevo para mí, tu sonrisa, es la alegría de mi tez, que a su vez sonríe como si de un acto reflejo se tratase.

El sonido de tu risa, resuena como música en mis oídos, los cuales, la captan y la repiten una y otra vez, mientras en mi mente se detiene unos instantes, como si fuese una cámara lenta se, tu rostro sonriente, y de fondo tu preciosa risa.

Salgo de este pasmo momentáneo, cuando de pronto, tu mano, suavemente se roza con la mía, acariciándola con tal suavidad, que esta, inmóvil, no es capaz de devolver ningún tipo de gesto, y yo mismo, dentro mío, me maldigo una y mil veces, mientras continuo mirando absorto en tu sonrisa, en tu profunda mirada, que me lleva a mil y un pensamientos, los cuales todos entremezclados, queriéndose abrir paso ante tal situación, no me dejan articular palabra.

Tú, con la elegancia que te caracteriza, te acercas lentamente a mí, y suavemente posas tus húmedos y esponjosos labios, sobre mis ahora algo enrojecidas mejillas, posando sobre una de ellas, con algo de lentitud, un cariñoso beso, y con una mirada, que como siempre se ha dicho, decía más que mil palabras, te alejaba de mí, dándome esta vez sí, la espalda, para dejarme allí, solo.

Yo, tan solo pude reaccionar, posando una de mis manos sobre la mejilla, como si quisiese coger ese beso que acababas de regalarme, para guardarlo para siempre, mientras te observaba fijamente, alejarte de mí, una vez más.

En ese instante, ya podía notar tu ausencia, y a medida que te alejabas, y que la distancia iba creciendo entre nosotros, algo dentro de mí me pedía, que saliese de nuevo tras de ti, y por ello, pensé de nuevo “dime donde estas he iré volando”