miprimita.com

Segunda parte: Como se enamoró

en Erotismo y Amor

Sintió por primera vez miedo. Temía que él, el cual sin avisarla se había metido tan de lleno en su vida, de un momento a otro, saliese de ella, dejándola indefensa, sin fuerzas, completamente abatida con aquellas palabras. Pero ya no había vuelta atrás, ella no supo responder, no estaba preparada y ante su comportamiento, ella reacciono diciéndole:

"Tienes razón, lo mejor será que seamos solo amigos"

Tras una conversación entre ambos, su relación cambio por completo, y lo que hasta entonces había sido un tira y afloja entre ellos, que de un tiempo aquí había empezado a tomar forma, ahora, se había convertido en una barrera, esta vez, por para de él.

Ella no se opuso, estaba confusa porque todavía no era consciente de lo fondo que le había calado aquel chico, y simplemente fingió, asintió y consintió aquel alejamiento.

Desde aquella charla, ambos se quitaron los tapujos que les alejaban de conocerse realmente, y comenzaron a hacerlo en profundidad.

El tiempo, las situaciones y las palabras, les hicieron inseparables. Nació una bonita y fraternal amistad entre ambos, pero a medida que esta crecía, en el corazón de ella comenzaban a crearse unos fuertes sentimientos hacia él.

Se sentía estúpida, no entendía porque, ahora que un abismo les alejaba de ser algo más allá que unos buenos amigos, ella comenzaba a sentirle una pieza indispensable en su vida.

Él, le contaba como un amigo más, los encuentros con otras chicas, y ella hacía lo mismo con él, aunque por dentro, a cada palabra que oía, se iban abriendo heridas en su corazón.

Ella, intentaba por todos los medios sacarlo de su mente, comportarse como eso que eran, buenos amigos, pero ya no había marcha atrás. Sin saber cómo, ni porque, se había enamorado de él, y ahora era consciente. Aunque para su desgracia, demasiado tarde.

Pasaron días, semanas, incluso meses, y ella continuaba fingiendo día a día, con aquel, que ahora, era su mejor amigo, su confidente.

Ella se cobijaba en los brazos de cualquier otro, pero cada vez que lo hacía, se sentía desubicada, fuera de lugar. Le buscaba en todas partes, le comparaba con todos, y uno tras otro, fueron desapareciendo de su vida.

Tenía claro y asumido, que no quería estar con otro que no fuese él, pero también sabía que no lo conseguiría jamás, que ese tren ya había hecho parada, y ella lo había dejado partir, sin subirse, mirando sin reaccionar como se alejaba.

Así pues, después de un año de silencio, de fingir que no sentía nada por él, de no ser capaz de seguir adelante, por fin, reaccionó.

Dentro de ella todo ese tiempo, vivía un halo de esperanza, que se fue desvaneciendo día a día, hasta que por fin, se armo de valor, y asumió que él jamás la vería como ella lo hacía, que siempre seguiría siendo, a sus ojos, una buena amiga.