miprimita.com

El Club de nudismo

en Fantasías Eróticas

Hace un par de años, a través de un foro naturista, unos cuantos chicos y chicas formamos un grupo mixto de nudismo para ir a la playa juntos los meses de verano. Ir a playas nudistas solo a veces puede ser aburrido e incluso incomodo, pero en grupo la verdad es que otra historia.

Comenzamos a quedar para ir a la playa los sábados, en total éramos diez, seis chicos y cuatro chicas, todos de mediana edad, y rapidamente se creo un ambiente muy agradable. Risas, bromas, cachondeo, pero también mucho respeto por todo el mundo. Era tan bueno el ambiente, que nadie se atrevió a intentar ligar con nadie, por miedo a se rompiera la armonía del grupo.

Pasado un mes, y metidos ya en Julio, comenzamos hacer también alguna quedada en fin de semana para ir a cenar y al cine. La idea, pronto cambio por hacer quedadas en casa de alguno del grupo, e ir cambiando cada semana, ya que en la privacidad del hogar, también podíamos pasar velada de forma naturista, esto es, desnudos, que al fin y al cabo era lo que movía al grupo. Normalmente hacíamos cena y visionado de alguna película, pero otras veces, después de cenar jugabamos alguna partida al trivial, a las cartas o similares.

La verdad es que podiais pensar que en estas reuniones podrían pasar mil cosas eróticas, incluso terminar en orgia, pero si estás acosumbrado

Todo ocurrió con normalidad, hasta una noche a mediados de agosto. Llegué a casa de una de las chicas, donde se realizaba la cena aquel sábado. Me recibió una de las chicas, que entreabrió la puerta, ocultandose tras ella, pues y estaba desnuda. Al ver que era yo, con una sonrisa complice me abrió más la puerta y me dijo en voz baja "pasa, pasa".

Ya dentro, me pidió que la acompañara hacia una de las habitaciones donde todos los que llegabamos dejábamos la ropa. Ella era Susana, una andaluza de 28 años, alta, delgada, de piel morena y pelo negro, con unas facciones en la cara marcadas, ojos grandes oscuros y boca grande que generalmente mostraba una amplia sonrisa debido a su gran sentido del humor. Fisicamente, era alta y delgada, sin embargo de caderas era un poco más ancha y mostraba un buen culo, al mismo tiempo que tenía un pecho mediado, pero que todavía desafiaba las leyes de la gravedad, y se mostraba orgulloso y bien colocado, con unos pezones preciosos que coronaban en la punta. La verdad, es que estaba tremenda, jamás pensé en poder acceder a una chica así, demasiada mujer para mí.

Pasando por el pasillo, saludé a Anna, una chica de Valencia (donde transcurre esta historia), y que era la dueña del piso. Me la vi enfrascada preparando la cena, y aunque iba desnuda también, llevaba puesto un delantal, así que su blanco trasero resaltaba dando brincos por la cocina, de un fogón a otro, de un armario a la nevera. Anna me devolvió el saludo entre risas, sabiendo lo cómica que se veia en el trajín de la cocina. Anna era mucho más bajita, y de piel más clara. Tenía un pelo castaño claro, tirando a rubio, y en general se la veia más nerviosa que a Susana, pues no paraba quieta fácilmente.

Susana me llevó hasta un dormitorio. Allí sobre la cama, vi que habia ropa ya puesta, deduje que de la misma Susana. Aquí puedes cambiarte, voy a ayudar a Anna que está la pobre histérica jaja  - me dijo mientras desaparecia por la puerta. Sin pensar en nada concreto, me fuí desnudando, hasta dejar mi ropa sobre la cama. Para estar más cómodos, nos traiamos unas sandálias para no llevar zapatos e ir desnudos, que quedaba un poco raro. Hecho esto, me reuní con las chicas en la cocina.

Mientras poníamos la mesa y comenzabamos a llevar platos finalmente pregunté:

- Qué pasa con la gente? Qué no vienen?

- Esta semana hay varios que ya se han ido de vacaciones. Les envié un mail para que la gente confirmara y así poder comprar comida para los que pudierais venir, pero sólo me habeis confirmado vosotros dos, así que creo que hoy sólo seremos tres.

Cinco minutos más tarde, estábamos los tres cenando desnudos en la mesa, y conversando de todo tipo de temas imaginables. Fué una velada de los más agradable. Cine, política, actualidad, como se suele decir, arreglamos el mundo. Sentados podía admirar los pechos de ambas mujeres, y aunque los habia visto varias veces en la playa, seguían llamando mi atención y me resultaban sexys. Fuera del contexto de la playa nudista, no dejaba de ser una situación morbosa, estar los tres desnudos en un piso.

Tras la cena pasamos al sofá. Era uno de esos de tres plazas, aunque Anna se sentó en un butacón que había justo al lado, y Susana y yo en el sofá, quedando entremedio de ambas mujeres. Todos nos reclinamos para estar más cómodos y ver una peli.

Charlábamos distriados mientras tomámos algo y veiamos la peli, cuando en escena hubo una secuencia erótica. Por toda aquella situación, mi pene comenzó a despertar. La verdad es que la escena era muy picante, y sin poder evitarlo, el crecimiento de mi pene se hizo visible, y Susana, la morena andaluza se dió cuenta.

- Vaya, así que está sensible tu amiguito, que con esta pelí ya se emociona jaja - dijo mientras Anna se incorporaba para ver de qué hablabamos pues desde su butaca no entendía nada.

- Jaja, qué quieres, estas cosas no se pueden controlar - le contesté

Anna que se había quedado algo extraña viendo mi pene, como dubitativa, comentó:

- Pues la tienes muy grande, no?

- Normalita creo yo, piensa que sólo esta morcillona, no erecta - En este momento caí en la cuenta que aunque habian visto mi pene otras veces, nunca lo había tenido erecto delante de ellas

- Cuanto te mide - preguntó Susana la andaluza, mucho más lanzada

- Pues no sé, nunca la he medido - mentí como un bellaco jaja

- Anna! donde tienes un metro, que se la vamos a medir! - dijo Susana riendo

- En aquel cajón - respondió Anna no muy convencida señalando un mueble del comedor. Susana dió un brinco, y arbiendo el cajón sancó una gastada cinta métrica para volver a mi lado. Se supo de rodillas encima del sofa junto a mi, que seguía tumbado.

- Venga va, pontela dura, que vamos a ver que mide! - me dijo

- Si hombre jaja, que corte, como me masturbar para vosotras - la verdad es que me daba cierto corte, y lo debieron notar porque me puse colorado por la insinuación, por mucho que me excitara la idea

- Pffff, trae para acá! - Y dejando el metro en el sofá, Susana me agarró el pene bruscamente y comenzó a mover su mano arriba y abajo, pajeandome relativamente rápido, cosa que hizo que se me endureciera del todo entre sus manos

- Ves, ya está dura - y cogiendo nuevamente el metro, puso un extremo en mi base y luego estiró de la cinta hasta la punta para obtener la medida - hmmmm...diecisiete y medio...hmmm...casi dieciocho. No está mal! - Susana parecía satisfecha

- Yo nunca había visto una así. Vale que sólo he tenido dos parejas sexuales, pero me sorprende el tamaño. - se lamentaba Anna.

Susana me cogió el pene por la base, dejando toda la erección al aire, y siguió comentando mientras lo agitaba levemente como si fuera una varita.

- Un pene así, de este tamaño, es más excitante a nivel visual - los dedos de su mano izquierda recorriendo acariciando mi pene para reforzar lo que estaba explicando del tamaño

- Si, pero esto, si no estás acostumbrada te puede hacer daño en la penetración, no? - pregunto Anna

- Hombre, si, pero todo es ir con cuidado, hacer preliminares, y que tú estés húmeda antes de intentar la penetración. También chupar una polla así de grande es más excitante, al menos para mi - explicaba Susana - tienes un buen trozo de carne que chupar, morder e intentar ver hasta donde te entra en la boca jaja

- Las que yo he chupado debían ser de 12 o 13 ctms imagino, no esto. - replicaba Anna

- Pues venga, lánzate, que aquí tienes una bien hermosa - dijo riendo Susana, mientras inclinaba mi polla para que su punta apuntase a Ana

- Si hombre, se la voy a chupar a (dijo mi nombre)

- Sino pasa nada, estamos entre amigos, y a él seguro que no le importa, verdad? - dijo sonriente Susana que seguía agarrando mi pene

- Claro que no, para eso estamos - dije solemnemente como si les fuera hacer un favor en tono irónico

- Lo ves? - dijo Susana que se agachó sobre mi, y me dió un beso en la punta del pene

Acto seguido abrió más la boca y empezó a engullir mi miembro hasta poco más de la mitad. Se quedó unos instantes así, con mi polla en su boca, moviendo la lengua para lamerlo y humedecerlo. Luego comenzó a ascender lentamente y haciendo algo de presión con sus labios. Me hizo estremecer. Siguió chupando unos instantes con intensidad como si estuviese hambrienta, pero fué sólo medio minuto, momento en el que paró.

- Hmmm, como me gustán estas pollas que te llenan la boca - dijo Susana exaltada - ten, ahora tú, no te quedes con las ganas - añadió, ofreciéndosela a Anna

- Si hombre, toda llena de tus babas - replicó. Estaba claro que Anna, era mucho más remilgada que Susana

- Como eres hija, ahora te la limpio - y alcanzando una servilleta de la mesa, me la restrego por el pene, secando su saliva

- Con la servilleta nooooo - grito Anna mientras Susana y yo nos reíamos

- Luego la lavas niña, que no pasa nada. Ahora ven y prueba esto - Le ordenó Susana

Anna, se acercó lentamente gateando desde su butaca hacia nuestro sofá que estaban pegados, y me cogió el pene con su indecisa mano.

- Uf niño, que duro está esto, no te duele?

- Jaja, no es dolor precisamente lo que siento con la erección

Anna abrió su boca y se metió mi pene dentro. En realidad sólo introdujo poco más que el glande, ya que parecía tener problemas para chuparla en condiciones. La mamada de Anna estaba resultando algo frustrante, me hacía daño con los dientes y no estábamos disfrutando ninguno de los dos, creo yo.

Se la sacó y la lamió en todo su recorrido, de abajo arriba como si fuera un helado, y volvió a la carga chupándola un poco más, pero pronto desistió por sentir cansada su mandíbula.

- Yo no estoy acostumbrada a este tipo de tamaños - renunció Annaa, tiempo que Susana recogía el testigo, y volvía a agacharse para chuparla con su arte un poco más. Susana la chupaba muy bien, y supongo que gracias a su experiencia, pero también en base a una gran boca que brillaba en su cara con luz propia cuando sonreia, que mujer tan fascinante. La chupo con sus buenas maneras e incluso intentó metérsela entera en la boca, llegando casi a conseguirlo.

- Enhorabuena - dijo Susana - tienes una buena polla, hay que reconocerlo. Con esto habrás tenido contentas a muchas chicas - bromeo

- Hombre, gracias, no es tan grande, pero lo cierto es que ninguna se ha quejado - le contesté, mientras ella seguía sujetando mi pene y lo masajeaba como si fuera una paja a cámara lenta.

- Mira! - gritó Susana llevando su dedo a la punta de mi pene. Lo pasó por encima y luego lo elevó un poco. - esto no es saliva jaja es líquido preseminal!! jaja

La verdad es que me quedé un poco sorprendido, porque normalmente no lo notas salir, y sin embargo allí estaba, colgando de un hilo entre su dedo y mi pene.

- Míralo, el que estaba tan calladito, y se está muriendo de gusto, no? - Inquirió Susana

- Con el trabajito que me estais haciendo, pues normal que me tengais así

- Estás a punto de correrte? - volvió a preguntar Susana mientras reanudaba la paja y miraba mi pene hinchado

- Hombre, si seguís así, no aguantaré mucho más

- Pues trae par acá, que después de portarte bien dejando que te midamos el asunto, no te vamos a dejar así - y con estas Susana, retomó la paja-mamada, chupando y relamiendo mi pene como una posesa, bajo la atenta mirada de Anna.

En unos de los instantes que había separado su boca de mi pene, y me pajeaba a toda velocidad, anuncié que me corría.

- En el sofá noooo - grito Anna - que me lo vais a manchaaar!

Susana se dejó caer sobre mi cuerpo, engullendo mi pene que comenzó a descargar en su boca. Siguió chupando mientras me corria, haciendo de aquel orgasmo algo memorable. Tras unos segundos, se incorporó.

- El baño es la segunda puerta del pasillo - Le dijo Anna a Susana

- No,..glups...ya está - dijo acabando de tragar

- Te lo has tragadoooo? - preguntó Anna muy sorprendida

- Sí, a mi me gusta hacerlo - dijo con una sonrisa

Esto no termina así, le dije a Susana incorporándome, y empujándola con suavidad para que se deslizara de espaldas al sofá. Rápidamente me coloqué entre sus piernas y coloqué mis brazos rodeando sus caderas, quedando mi boca frente a su sexo y entre sus muslos. Miré aquellos labios vaginales que brillaban por la humedad.

- Vaya, al parecer no soy el único que ha disfrutado la mamada - le dije y mientras ella se reía acerqué mi boca a su vagina y comencé a pasarle la lengua suavemente por su sexo, relamiéndome. Por su parte, Susana puso sus manos sobre mis brazos que la tenían sujeta y comenzó a gemir.  La verdad es que tenía un sabor dulzón y me encantaba, era de esos que me podía pasar horas lamiendo y chupando. Fuí aumentando el ritmo y la fuerza de mi lengua, y lo alternaba tratando de introducir mi lengua en su sexo, mientras ella se retorcía en el sofá. Tardó unos pocos minutos más en venirse en mi boca, mientras la seguía lamiendo con voracidad.

Tras lo que pasó aquel día, Susana y yo comenzamos a salir, y lo hicimos durante los dos meses que estuvo viviendo en mi ciudad, antes de regresar a su Andalucía natal. Durante aquel tiempo, tuvimos sexo bastante salvaje, recuerdo con cariño algún fin de semana de esos locos, encerrados en casa follando sin parar más que para comer de vez en cuando. Fué genial.

Cuando ya salimos, ella se tomaba más libertados cuando íbamos a la playa nudista en grupo. Alguna vez me tocaba el culo dándome palmadas o juegos de ese tipo. Era divertido y provocador, porque en el grupo nudista no había más parejas formadas, y aquello calentaba al personal. En una ocasión, que estabamos Susana y yo y dos chicas más del grupo, sentados en la toalla, me puso crema por todo el cuerpo, incluido mi pene delante de las amigas. Como es obvio, ella me frotó el pene con crema en su mano para que no me quemase el "amiguito" decía. El tema es que terminó por ponermelo totalmente erecto, ante las risas de las dos amigas. Y no dejó de masajear mi pene haciendo ver que me ponía crema, mientras yo me moría de placer al notar la crema fría y su mano caliente. Para evitar que nos viera la gente, las dos chicas se pusieron más cerca nuestro, y terminamos formando como un pequeño corro o círculo, mientras Susana no soltaba mi pene bajo ningún concepto y seguía masturbándome, bajo la atenta mirada de nuestras amigas, hasta que consiguió hacerme venir, y que sacara mi leche allí mismo. Susana tuvo que poner la mano, para que salpicara a nuestras amigas, aunque alguna gota si que fué a parar al muslo de una de ellas, pero fué tomado con mucho humor y morbo.

Estas fueron las experiencias más eróticas de mi grupo de nudismo, espero que os hayan gustado.