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La habitación de alquiler

en Sexo Oral

Hace unos años, me salió un trabajo en una ciudad a 100 ktms de mi casa, y decidí mudarme porque la oferta era muy buena. El contrato era sólo de 4 meses, pero el sueldo buenísimo, y como acababa de terminar la carrera, sería una oportunidad de mejorar mi curriculum.

En mi ciudad de acogida, buscaba compartir piso con alguien, y en el periódico encontré una habitación de alquiler bien de precio, con internet y que me quedaba cerca del trabajo así que opté por ese anuncio. Llamé, y me atendió una mujer que tras preguntarme un poco sobre mi, me dió su dirección para que fuera a ver el piso.

Era un piso pequeño, acogedor, pero reformado, luminoso y limpio. La mujer, que tendría unos 44 años, fué muy amable, y me dijo que habitualmente lo alquilaba a estudiantes o gente de paso. Como hubo cierto feeling, y los dos nos caimos bien, cerré el trato con ella.

Me instalé y los días pasaron. Aurora, que así se llamaba mi casera, era un mujer muy guapa de cara, con media melena castaña y unos grandes ojos. Físicamente estaba un poco rellenita, y a mis 24 años, no me llamaba especialmente la atención ya que ella tenía unos 44. Pero Aurora era muy sociable, enseguida te contaba cosas, te daba conversación, se preocupaba que estuvieras bien, incluso cocinaba para los dos. Era muy agradable.

Pasada una semana y media, necesitaba masturbarme y me fuí al baño. Fué ahí cuando ví que no había pestillo en la puerta. Bueno, pensé, como normalmente llamamos al entrar, no me pillará con las manos en la masa. Así que me puse en la taza y comencé a relajarme y masturbarme. Pasado un rato, ella llamó:

- Oye, estás ahí? Llevas mucho rato, estás bien?

- Si, si, ahora salgo - le grité

- Tengo que entrar un momento a por algo, puedo pasar?

- Espera un momento - dije mientras me levantaba e intentaba esconder mi erección en los calzoncillos, pero Aurora abrió la puerta y entraba al baño. Yo intentaba subirme los pantalones, mientras ella me miraba y se disculpaba, y estoy seguro que me vió el bulto entre las piernas.

- Ya estaba acabando - dije bastante sonrojado

- Tranquilo, es que tengo un poco de prisa y sólo quería coger esto - dijo mientras me mostraba un pintauñas o algo así.

Algo parecido ocurrió otro día que me estaba duchando, cuando ella entró al baño, a peinarse según dijo.

La mampara del baño era translucida, es decir, era de cristal, pero difuminaba la silueta en la distancia. Si te colocabas más cerca, se veía todo mejor. Como decía, entro en mitad de mi ducha, y comenzó a peinarse, yo apenas la intuia frente al espejo.

- Esta buena el agua? - me decía en alto para que la oyera

- Siiii, muy buena - respondía sin saber como taparme

De pronto ella se acercó mucho a la mampara.

- He comprado un nuevo jabón, lo tienes ahí, es el bote verde - me dijo. Al girarme la vi a un palmo del cristal. La podía ver casi perfectamente, con lo que deducía que ella a mi también.

- Gracias! - conteste bajo el agua de la ducha, mientras ella se daba la vuelta y se marchaba del baño

Le daba vueltas a la idea de que ella quería algo conmigo, pero no me atrevia a dar el paso, tampoco sabía exactamente que quería ella, me daba algo de miedo en ese sentido, y tampoco es que me atrajera especialmente. Así que no sabía que hacer.

Una noche, después de cenar, nos pasamos al sofá y nos pusimos a ver la tele. Aurora fué haciendo zaping, hasta que encontró una peli de corte erótico, Lucía y el sexo.

- Oooh, me encanta esta peli, es tan dulce, y tiene unos paisajes tan bonitos - declaro Aurora

- Claro, como quieras - no le iba a decir que no, aunque yo ya la había visto.

Al poco, comenzaba la escena donde la protagonista y su amante, práctican de todo en la habitación de su casa. Yo, la verdad, es que tenía ya una erección considerable bajo el pantalón que abultaba considerablemente.

- Me encanta esta escena, es muy erótica, no crees? - me preguntó Aurora, mientras seguñia hablando - evoca a esa etapa de experimentación con tu pareja, es tan bonito!! - decía mientras señalaba la tele con una mano y la otra la colocaba en mi pierna, cerca de la ingle, para captar mi atención y que me fijara, como quién da dos golpecitos al contrario.

- Si, si, ya veo. Es muy erótica, una de las mejores escenas de la peli - dije algo incomodo porque tenía su uñas rozando mi erección. Unos segundos después, ella levantó su mano para retirarla, pero sus dedos pasaron tocando el bulto entre mis piernas. Entonces ella se giro, y miro directamente mi entre pierna, para acto seguido llevar su mano y colocarla cubriendo mi paquete y apretando ligeramente.

- Vaya! Veo que a ti también te gusta la escena jaja - rió sonoramente mientras retiraba la mano - Oye, a ver si se te va a cortar la circulación, desabrochate el pantalón si quieres! - me dijo con bastante cachondeo. Yo no sabía que hacer, pero la curiosidad por saber a donde iba a llegar aquello, era más fuerte, así que me desabroche el cinturón, y el botón del pantalón, para bajar un poco la cremallera, aflojando bastante la presión que hacía la ropa sobre mi erección.

- Oye, si te quieres masturbar, por mi no te cortes. Sé que los chicos a vuestra edad, teneis mucha necesidad de eso, y no serías al primero que pillo en el piso con el pene en su mano, es lo más normal del mundo. Mira, yo me pongo en el otro sofá, y no te miro para no cortarte el rollo, lo único que te pido es que no me manches la alfombra jaja

Y dicho esto, se levantó y se puso en el sofá contigüo a seguir viendo la tele. No sabía que hacer, pero estaba muy excitado por la situación y sus palabras. Lo primero que hice fué recolocarla en el calzoncillo, pues me apretaba, pero al hacerlo, medio pene salió al exterior, el glande y un resto del cuerpo. Hasta que no bajara, no podría guardarla. Mientras dudaba, comencé acariciarla con la yema de los dedos, pero finalmente bajé un poco más el calzoncillo para descubrirla y comencé a pajearme muy despacio, intentando no hacer mucho ruido.

De pronto Aurora, se levantó del sofá y pasó frente a mi, y se perdió por el pasillo. Todo quedó en silencio. Que excitante había sido todo aquello. Que palpara mi paquete, su invitación a masturbame con ella al lado....uf.....en ese momento ya comencé a masturbarme más animadamente, en la soledad del comedor, viendo la película.

- Ten traigo bebida - dijo Aurora reapareciendo y sentándose junto a mi. Había traido dos combinados que hacia ella con zumo y algo de alcohol, que estaban muy buenos. Del susto que me dió, me quedé con el pene en la mano, quieto unos instantes, pero luego proseguí. Ella, entre sorbo y sorbo a mi lado, comenzó a mirar como mano resbala sobre mi pene mientras me masturbaba.

- Tienes novia? - me preguntó

- No, he estado muy centrado en los estudios, la verdad

- Pues tienes un pene grande y bonito, seguro que cuando tengas novia lo va a disfrutar un montón - a lo que respondí con una sonrisa

- Es curioso - siguió hablandome mientras me miraba masturbar - a cada hombre le gusta una manera de masturbarse, tú lo disfrutas así, no?

- Eeeh, si - sus preguntas me sacaban de un placentero trance al obligarme a pensar lo que me decía

- Mi difunto marido lo hacia de otra forma, y cuando han hablado del tema en internet comentaban que cada hombre lo hace de una forma o con un ritmo distinto. Me resulta curioso ver como lo haces tú.

Permanecimos así unos instantes. Yo miraba la peli y me masturbaba, mientras ella sentada justo a mi lado, miraba el movimiento de mi mano y mi pene.

- Quieres que te ayude? - finalmente llegó la pregunta que yo no me atrevía a realizarle. Aún así no supe reacción y simplemente la mire confuso, sin saber reaccionar.

- Mira - prosiguió -  a mi el sexo, ni fú ni fa, pero me encanta el sexo oral y chupar el pene, es lo que más me fascina, y desde que soy viuda, no he podido hacerlo. Tú tienes un buen pene y esta complemente desaprovechado y ya que ambos tenemos necesidades, qué te parece si cada vez que necesites desahogarte, me avisas y te la chupo? Así, todos contentos! Si quieres, claro.

Yo que estaba en ese momento tan excitado que hubiera aceptado cualquier cosa que me propusieran, acepté, y le contesté que si. Ella se levantó y fué a colocarse entre mis piernas. Con una mano cogió mi pene, y se agachó para metérselo en la boca. Primero solo fué el glande, la punta, que relamió con la lengua dentro de su boca, pero luego fué bajando y bajando lentamente hasta metérsela entera. Me estaba haciendo una garganta profunda. Notaba como la punta de mi pene, que estaba completamente tieso, se clavaba en su garganta y me estremecí. Con la otra mano me cogió los huevos, y comenzó una buena mamada, subiendo y bajando. Yo la miraba mientras o hacia, tenia los ojos cerrados, y chupaba con maestria. Tenía todo el pene ensalivado que entraba y salia de su boca. Sabía que no iba a resistir mucho por lo excitado que estaba, asi que no tardé en avisarle que me venía, pero ella siguió chupando sin cambiar el ritmo.

Me retorcí en el sofa mientras mi pene derramaba toda mi leche en su boca, y ella seguía chupando. Fué estupendo. Chupó durante unos instantes más, y luego se apartó, aunque su mano siguió sosteniendo mi pene.

- Te ha gustado? - preguntó mientras su lengua relamía sus labios y tragaba el semen que quedaba en su boca

- Uf, sí, ha sido fantástico, no puedo ni describirlo - yo estaba casi temblando del placer

Entonces, sin cambiar de posición, me comenzó a explicar, como con su primer novio y con el que no llegó al matrimonio, no quiso perder la virginidad (eran tiempos de mayor represión) y él la enseñó a chupársela, de forma que se aficionó mucho al sexo oral, al ser la única fuente de morbo y excitación que tuvo durante unos años. Mientras me explicaba, aún de rodillas, masajeaba mi pene, ahora morcillón y sin erección con su mano diestra, y cada vez que asomaba una nueva gota de semen de la corrida, se llevaba el glande a la boca y lo chupaba para limpiarlo. También me contó todo el sexo oral que hizo con su difunto marido, con el que aseguro que le hizo más sexo oral que coital, y que quizá por eso, no habían llegado a tener hijos.

Cuando terminó de explicármelo todo, se le volvió a meter en la boca, y me la chupo nuevamente, hasta que se me volvió a poner dura del todo, y no paro hasta que descargué en su boca y se lo trago todo de nuevo.

A partir de ahí, y casi a diario, ella me la mamaba. Si no habiamos coincidido en casa durante el día, antes de irnos a dormir, me la chupaba en el sofá. Pero si no recuerdo mal, me la llegó a chupar por todas las habitaciones de la casa. En la cocina, en el baño un día que salia de la ducha y ella se estaba peinando y mientras me quise secar me la chupo, incluso en mi cuarto un día que ella se había marchado y yo me estaba masturbando viendo porno en el Pc y llegó y nada más verme vino corriendo para que descargara en su boca. Aquel día, como me habia venido muy deprisa, me dijo que no valía y me la chupó durante 20 minutos más hasta que me volví a correr y sacié su sed de polla.

Muchas veces me masturbaba con la puerta abierta para provocarla, y su reacción siempre era la misma, entraba y me acaba con sus labios. Y si por un casual, no pasaba por delante de mi cuarto y yo me iba a correr, iba a buscarla y se lo decía, me voy a correr, quieres? A lo que ella siempre accedía con su "trae pacá" y en dos minutos me felaba, se traga mi leche y los dos quedábamos tan contentos.

Yo cada vez aguantaba más sus deliciosas mamadas, antes de venirme, y cada vez eran más largas y placenteras para ambos.

Pero lo más morboso con Aurora, fué un día que llegué del trabajo en prácticas, y me la encontré en el comedor, conversando con otra amiga de su edad. Las saludé y me fuí para mi cuarto. Oía el murmullo de su conversación de fondo, pero me puse a organizar mis papeles y mis cosas. Al poco rato, Aurora asomó por la puerta y me dijo: Puedes venir?

Fuimos al comedor, donde esperaba su amiga, y Aurora comentó:

- Mira, aquí Loli, amiga de toda la vida, me ha preguntado que últimamente tengo la piel más tersa y suave, y me ha preguntado que como lo hago. Y le he dicho que desde hace unos meses estoy tomando mucha leche. De cabra? me ha preguntado, y le me ha entrado la risa floja y le he dicho que de joven macho ibérico. Total, que dice que no se cree, que te esté chupando la polla, día si, día también, y se ha apostado 10 mil ptas a que no era verdad.

Yo estaba en asombrado por aquella confesión que le había hecho a la amiga, y por el dinero en danza que ofrecía la mujer, que en aquella época era dinero.

- Pues ya los ha perdido - reaccioné - porque es verdad. Ya nos puede dar el dinero - dije sonriendo

- No, no, que no se lo cree, si no se lo demostramos aquí y ahora - me frenó Aurora

Aquí si que aluciné en colores, menudo corte.

- Se lo desmostramos? - me preguntó Aurora - que son 10 mil ptas por 5 minutos!! - A los dos nos iba bien el dinero, ya que mi contrato estaba a punto de finalizar.

- Bueno, va... - respondí

Aurora se arrodillo, y comenzó a desabrocharme el  pantalón, mientras su amiga se reia. Mis pantalones se deslizaron por piernas, seguidos de mis calzoncinllos. En menos que quise darme cuenta, tenía mi polla dentro de la boca de Aurora, que succionaba con ganas. Tenía una mano sujetando la base de mi pene, y la otra apoyada o agarrándose en mi pierna. Cuando ya la tuve completamente erecta, se la sacó de la boca, como para mostrársela a su amiga, ambas se sonrieron y Aurora volvió a metérsela en la boca. Yo, que estaba de pie, tenía apoyadas las manos, una en el hombro de Aurora y otra sobre su cabeza, aunque sin hacer fuerza, ni marcarle el ritmo, sólo dejándola llevar.

Su amiga, sentada junto a nosotros en una silla, ya no reía, sólo nos miraba fijamente, como mi polla entraba y salia de la boca de Aurora, y ocasionalmente a mi. En un momento que nuestras miradas se cruzaron, ella me preguntó:

- Te gusta que te la chupe?

- Sí, mucho - atine a decir entre suaves gemidos

- Te gusta que se trague tu leche? - siguió preguntando

- Me fascina...- dije, mientras comenzaba a convulsionarme y correrme en la boca que Aurora, que llené de leche con varios disparos. Entonces Aurora, se giró hacia su amiga, y abrió la boca para mostrarle como estaba llena de mi leche, la amiga miró, sonrió y Aurora cerró su boca y trago todo mi semen, para mostrarle de nuevo a su amiga la boca vacia.

Loli, nos dió el dinero, que repartimos 5 mil ptas cada uno. Yo me retiré a mi cuarto, y ellas dos se quedaron charlando un rato más. Aquella noche, Aurora me confesó que su amiga, se había excitado mucho, y Loli le habia preguntado si creia que dejaría que me la chupara ella también, para probar una pene joven y una leche fresca como la mía. Eso nos puso muy excitados a ambos, y aquella misma noche, me la volvió a mamar.

Por desgracia no pudo ser, terminó mi contrato y yo volví a mi ciudad a las dos semanas. Nunca olvidaré la sensual acogida por parte de Aurora, una anfitriona sin igual. Así que ya sabeis, si vais de invitados a una casa, quién sabe con lo que os pueden sorprender. Seguro que hay miles de historias como la mía, en pisos compartidos...