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Haciendonos fotos eróticas con el movil

en Fantasías Eróticas

Todo empezó aquel fin de semana. Salía ya hacía cuatro meses con mi novia, y hasta ahora siempre nos liábamos en mi coche las noches del fin de semana, pero por fin sus padres se iban a ir a pasar dos días a su casa de la playa, con lo que quedaría para nosotros su piso de la ciudad, y podríamos dar allí rienda suelta a nuestros instintos confortablemente en una cama.

Y así fue, a primera hora del sábado, tras ella avisarme de que ya se habían marchado hacía una hora (dejábamos un tiempo de margen, por si olvidaban algo y regresaban) llegué a casa de los padres de mi novia. Al llamar me hizo pasar deprisa, apurada de que alguien nos viera. Me recibió en bata, me llevó al comedor de la mano, y allí se la abrió. Llevaba puesta lencería roja con transparencia, que en su menudo cuerpo de 20 años quedaba de escándalo. Me sonrió de forma pícara mostrando sus encantos, y a mi cara de sorpresa, contestó abalanzándose sobre mí, y dándome un apasionado y ardiente beso.

Algo excitados los dos, ella tiró de mí hacia su cuarto. - Quiero que lo hagamos en mi cama - me dijo - así cada noche podré recordarlo y tu olor se quedará en mis sábanas. Nos quedaba un fin de semana por delante, y estaba claro que lo íbamos hacer en varias de las habitaciones del piso, a mí también me pareció genial comenzar en su cuarto.

Me desnudó con bastante rapidez y nos tiramos en su cama. No sé si era por estar en su cuarto, a escondidas en casa de sus padres y el componente de prohibido que tiene eso, o el estar los dos juntos con más comodidad y luz que en mi coche, que la notaba realmente excitada. Cuando bajó a comerme la polla lo hizo con lascivia y se la notaba ansiosa, y cuando yo le hice sexo oral a ella, sus jadeos eran los más intensos que le había escuchado. De vez en cuando la miraba, y veía sus ojos cerrados y su boca abierta, entre su largo cabello rubio. Su pálido y delicado cuerpo se contorsionaba con las sacudidas de mi lengua por su sexo y sus pequeños pechos sonrosados se agitaban apuntando al techo.

Tras correrse en mi boca, la monté, penetrándola en su camita, entre carpetas y peluches de colores. Me pareció buena idea excitarla aún más, así que comencé a susurrarle al oído.

- Te he comido el coño en tu camita, te ha gustado? - le preguntaba

- Si, si - Sus jadeos se alternaban con respuestas entrecortadas

- Y ahora te la estoy metiendo en tu camita, la sientes?

- Ah, sí - jadeaba

- Te estoy follando en tu habitación, es lo que querías, verdad? – Insistía para excitarla más

No tardó en alcanzar un nuevo orgasmo, que empapó su cuerpo de sudor. Cambiamos un par de veces más de posición en su cama, probando la del perrito y otra con sus piernas por encima de mis hombros. Como ella tomaba la pastilla finalmente terminé dentro de ella en un delicioso orgasmo.

Nos fuimos a limpiar y luego a la cocina a tomar algo, ya más relajados. Bebimos y comimos algo para reponer fuerzas y de pasó me enseñó su casa. Deambulábamos por las estancias, completamente desnudos, hablando, jugando, sonriendo...

Terminamos sentándonos en el comedor, tomando un refresco y charlando. En estas que cogió su móvil y con una sonrisa de chica mala me dijo:

- Sabes lo que me encantaría hacer?

- Pues no, dime - pregunté intrigado

- Que nos hagamos fotos guarras! - confesó, y aunque en un primer instante me reí sorprendido, enseguida me pareció buena idea

- Ok, en qué estás pensando? - le pregunté

- Quiero hacerte fotos de la polla, chupándotela, mientras me la metes....un poco de todo - dijo con los ojos brillantes, visualizando en su mente todas las posibilidades - pero las haremos con mi móvil.

- Vale, a ver qué tal salen - le dije

- Bien, empecemos por aquí - dijo mientras se colocaba entre mis piernas.

Primero, comenzó haciendo fotos de mi pene en reposo, en primer plano. Me hacía gracia verla probar distintos planos con el móvil vertical y horizontal para ver como quedaba mejor. Luego con una mano sujetó mi pene mientras que con la otra seguía haciéndole fotos - Así, bien agarradito en mi mano - iba diciendo. Hizo varias fotos sosteniendo mi pene y apretándolo un poco entre sus dedos, hasta que me dio el móvil.

- Ten, sostenlo que voy a ponértela dura - y dicho esto comenzó hacerme una mamada. Yo estaba sentado en el sofá de piel, y ella arrodillada en un cojín en el suelo entre mis piernas. En ese momento, se le ocurrió la idea - Hmmm, aprovecha y hazme fotos mientras te la chupo - y me sonrió

Comencé hacerle fotos mientras me la mamaba. Para que no saliesen movidas, a veces le decía que parase un instante. Ella también posaba y ponía carita de viciosa, se colocaba la punta de mi pene sobre su lengua y así improvisábamos todo lo que se nos ocurría. Era muy excitante.

Y entonces, sonó el timbre de la puerta. En ese momento nos quedamos los dos congelados del susto. Por suerte, ella había puesto su llave en la cerradura, de forma que no se podía abrir desde fuera ni con la llave.

- Esperas a alguien? Serán tus padres? - pregunté algo asustado

- No, para nada. No será nadie. Espera un segundo, que voy a dar un vistazo por la mirilla y vuelvo.

Mi novia se encaminó dando saltitos de puntillas hacia el recibidor, y por el camino recogió su batín que se puso justo antes de verla desparecer por la puerta que daba a la entrada. Tras de si, cerró la puerta.

Pasaron unos segundos y no se oía nada, pero al cabo de unos instantes, se abrió la puerta del comedor, y reapareció mi chica, con un sonrisilla muy traviesa que yo no entendía muy bien, y el sobresalto fue mayúsculo, cuando detrás de ella apareció otra persona. No os podéis imaginar el bote que di en el sofá. Rápidamente agarré un cojín cercano y me tapé mis partes. Detrás de ella venía una amiga suya llamada Marta que alguna vez había visto con ella en el bar o en la disco, pero con la que apenas había intercambiado algunas palabras y, entre nosotros, tenía una pinta de ser una chica muy lanzada.

- Es Marta! - exclamó mi novia - como le conté que mis padres se iban, ha venido a verme.

- Vaya, os he pillado en medio de la faena - dijo Marta riendo mientras me repasaba desnudo en el sofá, tan sólo tapado por el cojín

- Pues sí, la verdad - dije algo cortado, sin saber porque mi novia había dejado entrar a su amiga

- Sabes lo que estábamos haciendo? - le dijo mi novia a Marta mientras cogía su móvil - Mira.

Mi novia empezó a pasar las fotos que nos acabábamos de hacer, las de la felación, las de mi polla, y ambas las miraban divertidas.

- Están muy bien las fotos, que morbo hacerlas! - dijo Marta entusiasmada. Ella era morena, igualmente delgada y pálida, vestía oscuro y para mi gusto iba ya muy maquillada para ser media mañana. Sin duda era una mujer que se arreglaba mucho, aunque sabía hacerlo y le quedaba bien.

Ambas estaban frente a mí, junto al sofá, de forma que mi novia se abalanzó sobre mi y tiró del cojín que tapaba mis partes al tiempo que me decía - Deja que te vea como la tienes! - En efecto, el cojín se escurrió inesperadamente entre mis dedos, y mi entiesa polla quedó bien visible apuntando hacia arriba. Hice el amago de taparme con mis manos, pero mi novia insistió - No te tapes, no ves que ya te la ha visto en esas fotos.

Ambas se sentaron en el suelo, en sendos cojines, mi novia entre mis piernas nuevamente, y su amiga justo al lado.

Mi novia cogió mi pene con su mano, y amasándolo un poco, se lo enseñó a su amiga. Ves, que grande la tiene, ya te lo dije - primera noticia de que habían estado hablando sobre cómo era mi polla en alguna otra ocasión entre ellas. Mi novia me  masturbó unos instantes para ponérmela dura del todo y entonces le dijo a su amiga que me la agarrase ella también - Tócasela, ya verás que dura la tiene.

Marta me miró sonriente y cogió mi pene que igualmente amasó y masturbó arriba y abajo unos instantes.

- Uf - resoplaba Marta - si que la tienes dura, si.

Más tarde, mi novia me confesaría que la había dejado pasar porque le daba muchísimo morbo que su amiga me viera así, que viera mi polla, como si me estuviera exhibiendo. Quería que Marta viese la polla que con la ella jugaba.

- Igual nos podrías ayudar con algunas fotos, no? - preguntó mi novia a su amiga

- Ah, vale, jaja - Contestó Marta riendo

- Claro, tú podrás conseguir otros ángulos y no te saldrán movidas - seguía explicando mi novia la feliz idea que había tenido - hazme algunas así, desde el lado - y de pronto mi novia engulló mi pene de nuevo y comenzó a chuparlo, aunque mirando a su amiga, para que salieran bien las fotos, mirando a cámara.

Y mientras mi novia me la chupaba, relamía o se metía mis huevos en su boca, Marta no paraba de hacernos fotos.

- Dale a grabar video, que quiero tener un video mamándosela jajaja - reían ambas, mientras Marta intentaba localizar el botón de video.

Marta miraba como mi novia mamaba, pero también me miraba a mí cuando gemía o por el simple hecho de ver mi cara de placer, entre foto y foto que tomaba. Más de una vez nuestras miradas se cruzaban y nos dedicábamos una sonrisa de complicidad, mientras mi chica me la chupaba.

Cuando mi novia se cansó de mamar se incorporó, dejando mi polla muy dura, colorada y llena de saliva. Acto seguido hizo el gesto de sentarse sobre mí.

- Hazme unas fotos desde atrás, mientras me la voy metiendo - le indicó a Marta, y en efecto, mi novia se fue sentando sobre mi polla introduciéndosela lentamente para dar tiempo a que su amiga tomara las fotos pertinentes. Yo notaba como mi polla se abría paso dentro de su coño al estar tan húmeda, suponía que por la excitación de la situación. A Marta no la veía porque estaba situada detrás de mi novia, pero se oían los disparos de la cámara del móvil.

- Se ve bien? - preguntaba mi chica

- Si, si fenomenal - le respondía su amiga

Mi novia comenzó a botar, completamente ensartada y literalmente me empezó a follar. Ella se abrazó un poco a mí, de forma que sus pechos quedaron a la altura de mi boca y los comencé a besar y lamer. Ella se movía agitada botando, y gimiendo al compás. De vez en cuando veía a la amiga dar rodeos para tomarnos fotos. Yo, que tenía más contacto visual con Marta la veía como no dejaba de mirarnos, sonreír y hacer fotos. Deduje que también estaba excitada.

En un momento determinado mi novia se contorsionó hacia atrás, yo la sujeté por la espalda, y con un sonoro grito, anunció su orgasmo. Su cuerpo se quedó tembloroso, y de nuevo se abrazó a mí unos instantes en los que se quedó quieta, recuperándose.

- Vamos a seguir con la postura del perrito - la animé, intentando levantarla para volver a dejarla en el sofá y colocarme detrás. Ella abrió sus piernas, y miró a su amiga sonriendo, esperando que siguiera haciendo fotos. Por mi parte me coloqué detrás e introduje toda mi polla en su coño nuevamente.

Desde mi postura podía ver perfectamente como entraba y salía totalmente mi pene de su interior. Como se acaba de correr, comencé penetrándola lentamente, desde la punta hasta tocarle con el pubis sus glúteos. Cuando veía como mis dieciocho centímetros se perdían en su interior me excitaba muchísimo.

La sujeté por sus caderas y poco a poco incrementé el ritmo, follándomela a placer, y al suyo por los gemidos que soltaba. Marta se había separado un poco de nosotros,  para hacer una foto apaisada en la que cupiésemos los dos a lo largo, y desde allí nos tomó varias fotos. Luego se vino cerca mío, y también tomó desde arriba sacando primeros planos de como mi pene entraba y salía de su amiga.

En un momento determinado noté algo incómoda la postura, así que le dije que se diera media vuelta y se tumbara boca arriba en el sofá, y entonces yo me acoplé encima en la postura del misionero, y ahí seguimos. De esta forma podía hacérselo más rápido, al tener más control de mi cuerpo y al sentirla gemir y decir que se corría de nuevo, me excité tanto que mi orgasmo también se adelantó. La follé con intensidad mientras se corría y le avisé que ahora me corría yo.

- Échamelo en la cara, como en las pelis - me dijo al tiempo que se incorporaba y se ponía de rodillas frente al sofá - Haz fotos de esto Marta - le dijo a su amiga

Me sorprendí, porque nunca habíamos hecho nada esto, pero estaba claro que hoy estaba muy excitada y quería probar cosas nuevas. Me puse de pie hacía ella, y comencé a masturbarme muy cerca de su cara, cuando ya notaba el orgasmo que venía. Antes de cerrar los ojos vi como mi novia también los cerraba y abría la boca con una gran sonrisa e incluso sacaba su sonrosada lengua que se agitaba entre los dientes esperando mi leche.

Arqueándome hacia atrás del placer, comencé a eyacular en su cara, y noté como mi polla expulsaba varios chorros, lo que me producía gran placer. Pasados los primeros instantes del orgasmo, recobré algunas fuerzas y volví a mirar a la cara de mi chica para ver como varios chorros blancos adornaban su cara, sus mejillas y su pelo, mientras ella seguía con su sonrisa. También divisé algo de mi leche en su traviesa lengua.

Rendido me desplomé en el sofá, para ver como rápidamente mi novia se lanzó en pos de mi polla que engulló golosa.

- Sí, déjasela limpia - la va animando Marta que se acerca para tomar primeros planos

Mi polla tiene restos de semen, que mi chica va limpiando con su lengua con varias relamidas y succiones, lo cual me genera un tremendo placer.

Por último mi chica le pide a su amiga que le saque varios primeros planos con mi semen por su cara, y allí se hacen las fotos en una postura bastante cómica, hasta que terminan y mi novia se va al baño a limpiarse. Yo me quedo agotado en sofá, desnudo con una semi-erección aún palpitante en la compañía de Marta que se sienta a mi lado y mientras revisa las fotos del móvil y me muestra algunas de ellas.

- Habéis echado un buen polvo, me ha gustado mucho. Me dejas que te haga una foto de la polla con mi móvil de recuerdo? No me atrevo a pedírselo a ella, porque eres su novio, pero me encantaría tener una foto de tu polla para verla cuando me apetezca.

- Ok, pero date prisa, que no tardará en volver - le respondo

Y así Marta me coge la polla nuevamente, aún semi-erecta y dispara un par de fotos, esta vez con su teléfono.

Tras esto, me fui a dar una ducha, y al salir encontré que mi chica se había vestido (bueno, iba con una especie de bikini puesto), y Marta se iba a quedar a comer pues ya casi era la hora. Yo decidí no vestirme, pues me daba morbo estar con ellas dos desnudo y ellas no se opusieron pues total, ya me habían visto.

Pedimos unas pizzas, y tras comer, nos sentamos en el comedor a ver las fotos que mi chica había pasado de su móvil a un pendrive que estaba ya conectado a la tele. Y viéndolas, nos pusimos cachondos los tres. Yo no tarde en tener una erección bien hermosa, y mi novia en comenzar a masturbarme. Ella misma fue quien ordenó a su amiga sentarse a mi otro lado, y entre las dos me masturbaron, no sin hacer alguna otra foto más con sus dos manos agarrando mi pene.

En el momento de correrme las manos de ambas chicas sujetaban mi pene, por lo que mi semen borboteante que se escurría sobre la piel de miembro, mojó sus dedos. Notar como sus manos humedecidas por mi semen seguían apretando y escurriendo mi polla fue realmente placentero.

Marta se marchó, pero yo me quedé aquel fin de semana entero en casa de mi novia, haciéndolo con ella por todos los rincones y nos lo pasamos muy bien, pero sin duda lo más morboso fue la sesión de fotos con su amiga.