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Violada en un bar repleto.

en No Consentido

He notado que les gustan más los relatos de la categoría "no consentido", que los de otras categorías en las que he escrito; por ello la mayoría de mis relatos serán en este sentido, pero no abandonaré las otras categorías. Espero sus opiniones.

Israel y Ansbel llevaban dos años de novios, se conocieron desde que entraron a la preparatoria y fue amor a primera vista; ambos eran guapos, talentosos y populares; a sus 18 años llevaban una vida disipada y sin problemas más que los de chicos de su edad, acerca de las materias de la escuela, los amigos y demás. Siempre buscaban nuevas aventuras.

En una ocasión les hablaron de un bar que se encontraba muy de moda, en la zona de Polanco, donde solo va lo más selecto de la juventud, solo niños bien con buenos autos y sin problemas económicos; Ansbel le pidió a Israel que la llevara y él aceptó de buena gana.

Así que ese viernes los chicos se pusieron sus mejores ropas, subieron al auto deportivo que su papi le había regalado a Israel y cerca de las diez de la noche llegaron al bar; no tuvieron ningún problema para entrar, de inmediato se notaba su calidad y tan solo ver el auto en el que llegaron, les abrieron las puertas.

Ansbel iba despampanante, su cuerpo ya estaba muy bien formado y siendo ella rubia y de ojos azules deslumbraba a cualquiera, además se había puesto una minifalda de cuero negro que mostraba sus bien torneadas piernas y una blusa súper escotada y pegada al cuerpo, por lo que se notaba perfectamente su pequeña cintura y sus bien redondeados senos; llevaba el cabello suelto, pero con un peinado bastante esponjado que la hacía verse mejor aún y también se había maquillado como una experta. Por su parte Israel también se veía muy bien, iba con una playera negra pegada a su musculoso cuerpo y un pantalón de cuero negro también entallado; sus ojos verdes contrastaban con su cabellera negra bien cuidada.

No eran ellos chicos inexpertos, vivían a tope, se la pasaban en antros, probando de todo lo que les ofrecían, y sexualmente eran muy activos; cada dos o tres días tenían sus encuentros en los cuales realizaban todos los juegos que se les ocurrieran; ambos terminaban siempre muy satisfechos y sudorosos; así mismo, ambos tenían sus aventuras ocasionales con otros chicos y chicas de la escuela o de los exclusivos clubes a los que pertenecían, por lo que no les espantaba nada de eso.

Entraron y el bar estaba repleto, no cabía un alfiler, pero con la experiencia que tenían, ellos supieron abrirse paso hasta una mesa cerca de la barra y ordenaron sus bebidas. La música sonaba a todo lo que daba, las mejores canciones de moda entre los chavos se escuchaban a todo volumen, lo que les encanta, aunque no puedan escucharse al hablar, por lo que Israel gritó al ordenar sus bebidas. También compraron droga a un tipo que se acercó a vendérselas.

Durante un buen rato estuvieron disfrutando del ambiente del lugar, cantaban a gritos y se paraban a bailar en su propio lugar; gustaban de bailar cachondamente, incluso Ansbel se movía de manera provocativa con Israel o si podía, rozando a otros chicos; cosa que a él no le incomodaba, por el contrario, se sentía orgullosos de la libertad que ella tenía y de esa manera, él también coqueteaba con otras chicas.

Aproximadamente dos horas después ya ambos estaban muy tomados y algo drogados, sobre todo Israel. Ansbel se levantó al baño y le dijo a Israel que no tardaba; él asintió sin entender nada. En cuanto ella se fue, Israel se paró a bailar muy de cerca con una chica morena con la que había estado coqueteando toda la noche.

En el camino al baño Ansbel sintió como varios tipos la manosearon, pero cada que volteaba no sabía quiénes eran, pues había demasiada gente y el lugar era muy oscuro; decidió no enojarse por eso y olvidarlo y continuó su camino al baño, sabía que en esos lugares ocurrían esas cosas y solo pensó: “pobres iditas, como no tienen una como yo, se conforman con tocar”; el baño también estaba lleno, pero después de una corta espera, pudo pasar y rápidamente terminó; se retocó el maquillaje, se peinó un poco y salió del baño; de inmediato la abordó un  tipo alto con aliento alcohólico y la invitó a bailar, ella le dijo que no, pues estaba acompañada y él le dijo: “entonces dame solo un beso”, lo que hizo que Ansbel se riera a la vez que le decía: “¿Cómo crees?, ¿Qué te estas imaginando que soy?” y se volteó para retirarse; entonces el chico, alto y fuerte, la sujetó de un brazo y acercándose a ella le dijo: “Anda, solo un beso”. Ansbel pensó que era un juego y contestó: “Bueno, si te doy un beso, ¿ qué me das tu?” y el dijo: “Lo que quieras” mientras la rodeaba con sus fuertes brazos; Ansbel pensó que no tenía nada de malo un simple beso y así el chico la dejaría ir; no se dio cuenta cuando otros chicos amigos del primero los empezaban a rodear; Ansbel se acercó al chico y con la intención de darle un beso sencillo en la boca, pero él aprovechó para sujetarle la nuca y darle un beso profundo, metiendo su lengua en la boca de ella. Ansbel se disgustó, nunca le había gustado ser forzada a nada y trató de soltarse del tipo, pero ya él tenía dominada la situación, empezó a acariciarla morbosamente, por lo que ella intentó golpearlo o patearlo, pero estaba demasiado ebria y demasiado cerca de él.

De repente, Ansbel sintió como el chico la movía del lugar, casi cargándola sin dejar de abrazarla; ya no la besaba por lo que ella pataleó y gritó pidiendo auxilio y buscando a Israel, pero el estruendo de la música y el que todos estuvieran ya tomados hizo que nadie escuchara sus súplicas. Además de que Israel estaba bastante entretenido con la morena y una amiga suya de rasgos orientales.

El chico prácticamente arrastró a Ansbel hasta el baño de hombres, se fueron en bola, rodeados de los amigos de él para que nadie se diera cuenta de la situación; una vez adentro, él soltó a Ansbel, prácticamente aventándola; lo que la hizo trastabillar y caer al fondo, se le salió un zapato y su falda se levantó, dejando ver sus muslos y la mayor parte de sus nalgas redondas; los chicos se regocijaron viéndola y el chico que la había besado le dijo: “Ahora vas a tener lo que querías por tu beso” y todos los chicos comenzaron a quitarse la ropa; Ansbel se levantó y trató de huir, pero estaba rodeada y le cerraron todos los caminos posibles; ella, voluntariosa y mandona como era, les advirtió: “Si no me dejan ir les puede ir muy mal, ¿eh? Mi papá es influyente y mi novio es hijo de un gran empresario, ¿eh? Así que más les vale que se quiten de mi camino o me las van a pagar”; más tardó en hablar que en recibir una fuerte bofetada que de nuevo la hizo caer. El chico principal, que parecía el líder le dijo que era una puta y que se callara o le iría peor, que más le valía “darlas” por las buenas, que de todos modos las iban a tomar quisiera o no. Todavía Ansbel les respondió, con más miedo que convicción: “Mi novio está allá afuera y si me tardo va a venir y se los va a madrear a todos, ¿eh? Se los advierto”. Esto soltó las carcajadas de los chicos, que le dijeron a ella que su novio en ese momento estaba “fajando”  con una morena más guapa y cachonda que ella.

Mientras todo sucedía, ya los chicos se habían desvestido y se abalanzaron sobre Ansbel; la tocaban por todos lados y le jaloneaban la ropa, tratando de desvestirla; ella se defendía como podía y gritaba pidiendo auxilio.

Lo que Ansbel no sabía era que efectivamente Israel estaba con la morena, pues los mismos chicos que se aprestaban a violarla los habían observado desde que llegaron, a eso se dedicaban todas las noches de jueves, viernes y sábados, iban al lugar y buscaban chicas solas o acompañadas, emborrachaban y drogaban al acompañante, le ponían una o dos mujeres despampanantes cuando la chica iba al baño y de esa manera ellos la violaban en masa sin que nadie pudiera defenderlas.

No les fue difícil desvestir a Ansbel, la blusa prácticamente se la arrancaron, la falda fue fácil bajarle le cierre y deslizarla por sus piernas, ella no usaba sostén, así que quedó solo con su pequeña tanga y un zapato que alguien rápidamente botó. Sin problema arrancaron la tanga y la dejaron completamente desnuda, con su níveo cuerpo a la vista de todos; ella buscaba como defenderse o taparse, pero la superioridad numérica se impuso sobre ella, eran muchos chicos ya excitados contra una sola mujer. La desesperación comenzó a apoderarse de ella, tanto porque sabía lo que estaba a punto de ocurrirle como porque estaba acostumbrada a tener las situaciones bajo control y ser ella la que mandaba en todo momento, para su mala suerte, había caído en un lugar en donde no tendría ese control.

Colocaron a Ansbel empinada en los lavabos del baño, un chico la sujetó de tal manera que no podía moverse; ella agitaba los brazos desesperada, tratando de golpearlos o zafarse y enderezarse, pero entre tres la sujetaron con fuerza, impidiéndole seguir defendiéndose. La hicieron abrir las piernas y rápidamente el chico que la había besado se colocó detrás de ella y dirigió su miembro hacia la vagina de la chica; tomándola de las caderas empezó a empujar, mientras Ansbel gritaba: “¡No, no, detente, espera, no, no lo hagas, no, es un error, nooooooo!”, pero ya la verga de él empezaba a entrar en el agujero de ella. Él empujó hasta que metió totalmente su pene, sin importarle que Ansbel gritara por el dolor de ser penetrada sin ninguna preparación previa.

La música se escuchaba con fuerza hasta adentro del baño,  por lo que nadie en el bar podía oír los gritos desesperados de Ansbel que comenzaba a llorar y a gritar el nombre de Israel, que ya para ese momento fajaba a todo calor con la morena contratada por sus violadores y se cachondeaba también con la oriental.

Cuando el chico empezó a entrar y salir de la vagina de Ansbel, sus amigos lo festejaron con gritos y silbidos; él comenzó un vaivén en la vagina de Ansbel mientras ella gritaba: “¡No, no, detente por favor, ya no, no sigas, me lastimas, ay, te lo suplico por favor, ay; aaaayyyy, deténganse ya, bastaaaaa!”. Lejos de detenerse, el chico se excitaba más con sus súplicas, por lo que metió con más fuerza su falo en ella, entrando y saliendo durante varios minutos hasta que la sacó y con un espasmo soltó grandes chorros de semen en la espalda y las nalgas de Ansbel.

En cuanto el chico terminó, otro se colocó en la misma posición y sin ningún aviso previo, penetró a Ansbel de la misma manera que su compañero; la tomaron del cabello y la hicieron levantar la cabeza para que se viera en el espejo del baño y viera lo que le hacían. Ansbel seguía llorando y suplicando, pero ya era imposible detenerlos.

Pasaron tres chicos más a cogerse a Ansbel de la misma manera; dos se vinieron afuera de ella y dos adentro; luego la obligaron a acostarse en el sucio piso del baño y la hicieron abrir las piernas y un chico se hincó entre ellas, le levantó las piernas y la penetró con fuerza, haciéndola llorar de dolor; mientras tanto, otro chico le sostenía los brazos y otro se sentó en su pecho y la obligó a abrir la boca; el chico introdujo su miembro en ella y la obligó a mamárselo mientras el otro entraba y salía de ella con fuerza desmedida durante largo tiempo hasta que terminó derramando mucho semen en el vientre de ella.

Los chicos reían, abotagados por el alcohol y las drogas, solo vivían el momento; no pensaban en lo que hacían sufrir a la pobre de Ansbel y mucho menos estaban conscientes del delito que cometían; otro tomó el lugar del que la penetraba e hizo lo mismo; varios de ellos, incapaces de aguantarse las ganas, se masturbaron y soltaron semen en todo el cuerpo desnudo de Ansbel, cuyos gritos se ahogaban en el gordo pene del que la obligaba a mamar.

Los chicos ya no tenían ninguna precaución; a todo hombre que entraba al baño lo invitaban a la orgía, diciéndole que ella era una puta que estaba dando servicio gratis a todo el que quisiera. Los hombres, tomados y drogados o ambas cosas no analizaban la situación, solo se excitaban con el espectáculo de ver a dos tipos cogiéndose a tan buena hembra y esperaban su turno. Algunos derramaban sus bebidas sobre el cuerpo desnudo de ella.

El chico que obligaba a Ansbel a chupar sacó su miembro y soltó todo su semen en la cara de ella, mientras la chica lloraba de asco, dolor y vergüenza. Otro tomó el lugar del chico y Ansbel de nuevo fue obligada a mamarle la verga.

Uno tras otro los hombres se cogían a Ansbel o la hacían que les chupara el miembro hasta venirse. Después de que varios chicos violaron a Ansbel por la vía vaginal y que la obligaron a mamar varias vergas, a alguien se le ocurrió colocarla boca abajo y penetrarla por la vía anal; Ansbel se resistió lo más que pudo, pero ya era un numeroso grupo de hombres el que esperaba su turno; de hecho, ya la mayoría de los chicos que habían empezado la orgía se habían salido del baño, algunos de ellos ya habían violado a Ansbel dos veces. Los hombres que quedaban en el baño eran los que habían llegado después, que invitaban a los que iban llegando; también estaban los instigadores, chicos que ya habían violado a Ansbel pero invitaban a los que iban entrando a participar en la orgía; también quedaban los que ya se la habían cogido y querían repetir.

Entre dos sujetaban a la chica; la hicieron levantar las nalgas, de tal manera que su cara y sus rodillas tocaban el suelo y quedaba en una posición de A. Un chico moreno de pelo largo se colocó detrás de Ansbel, coloco su pene en la entrada del culo de ella y empezó a empujar su verga para meterlo, pero éste estaba muy apretado y no lograba entrar, entonces pidió que le dieran jabón líquido para manos; puso un poco en el ano de Ansbel y su verga empezó a entrar con cierta facilidad, no sin provocarle a la chica un inmenso dolor que la hizo volver a gritar: “¡¡Noooooooo, aaaaaaayyyyygggggg!!”

Dos tipos mantenían a Ansbel en la misma posición; ella ya no forcejeaba; estaba agotada y la garganta le ardía al igual que los ojos de tanto llorar y suplicar; en ese momento se abandonó vencida y esperó a que acabaran; incluso perdió la esperanza de que Israel la fuera a buscar y la rescatara de aquel infierno.

El pene que empujaba en su ano entró hasta el tope y luego salió y entonces empezó un mete saca del chico con violencia, mientras los demás silbaban, brindaban y reían y Ansbel solo se quejaba quedamente.

Israel estaba tan borracho y drogado que ni se acordaba de Ansbel, además la morena y la oriental habían hecho muy bien su trabajo dándole un  tremendo faje y dejándolo muy excitado, con la promesa de que saliendo del bar las dos irían a donde él quisiera. Israel les dijo que nada más iría al baño y se retirarían; ellas le dijeron que harían lo mismo, pero la verdad es que solo esperaron a perderlo de vista para desaparecérsele, no pensaban ir a coger con un chavito inexperto, borracho, drogado y creído; ellas ya habían logrado su objetivo, que era distraerlo, pues para eso les pagaban.

Cuando Israel entró al baño vio el espectáculo que ahí había y se excitó aún más; lo invitaron a la orgía y él dijo que en cuanto terminara de orinar se unía; lo hizo rápidamente y le dijeron que después de tres chicos más le tocaría su turno. Israel recordó a las mujeres que él creía que lo esperaban afuera y estuvo a punto de irse, pero vio el espectacular cuerpo que estaba en el piso desnudo y con el culo levantado y supuso que podría coger con esta rápidamente y luego irse con aquellas también. Lo triste es que ni pensaba en Ansbel.

El chico que violaba a Ansbel se había cansado de estar en cuclillas y por lo tanto la obligaron a tirarse totalmente al piso; un chico le detenía la cabeza y los brazos; por eso fue que Israel no reconoció a Ansbel, pues ella estaba de espaldas, desnuda y con el cabello revuelto sobre la cara.

Cuando el chico que la sodomizaba estaba por terminar, se salió rápidamente del culo de Ansbel y corrió hacia la cara de ella, la obligaron a chuparle la verga hasta que se vino en su boca y la hizo tragarse el semen; cuando esto sucedió, los chicos festejaron la humillación de ella. Aunque la mayoría creía que ella era una puta que lo estaba haciendo por gusto.

Uno de los chicos se preparó para penetrar a Ansbel por el ano y otro por la boca; acordaron  que cambiarían después y chocaron las palmas de sus manos. Uno le metió la verga por atrás y el otro la tomó del cabello y la obligó a mamársela. Ambos comenzaron a moverse dentro del cuerpo inerte de Ansbel, que estaba desmadejada y ya no hacía nada por defenderse.

Los dos chicos entraron y salieron de Ansbel durante un buen rato, gozando con el espectacular cuerpo de la chica y con su boca húmeda y luego se intercambiaron, siguieron violándola con fuerza hasta que el que estaba en su ano sintió que iba a terminar y se aproximó a la boca de ella; ambos chicos terminaron al mismo tiempo y soltaron chorros de semen en la cara y boca de ella, la hicieron tragarse lo que cayera dentro de ella.

Luego vino el turno de otro chico; él se colocó frente a Ansbel y le dijo a Israel que se la cogiera por el culo; él de inmediato se colocó y empezó a meter su miembro en el ano de ella; Ansbel se quejó y el otro chico aprovechó para meterle la verga en la boca. De nuevo Ansbel fue penetrada por ambos lados; ni ella ni Israel sabían que él la estaba violando.

Israel entró y salió disfrutando la cogida mientras le decía: “Que bien coges putita, se ve que te gusta, cómete toda mi verga puta”. Ansbel no reconoció su voz por el ruido del bar y del baño; además de que estaba demasiado agotada y solo deseaba irse de ahí.

Durante veintidós minutos Ansbel fue violada por su propio novio sin saberlo; luego, el chico que la obligaba a mamar le dijo a Israel que cambiaran y el aceptó. Hizo que Ansbel abriera la boca, pero el cabello revuelto de ella le tapaba el rostro y las drogas y el alcohol no le permitieron ver a Israel quién era ella; así que continuó obligándola a chupar mientras le decía que era una gran puta y que le encantaba como se la mamaba.

Después de un largo tiempo, Israel terminó en la boca de Ansbel, que se vio obligada a tragarse todo su semen y él se la sacó; se levantó, se subió el pantalón y el cierre y se salió del baño creyendo que había disfrutado de una puta gratis y que ahora iría por la morena y la oriental para pasar una noche de sexo salvaje; pero no las pudo encontrar, tomado y drogado como estaba, pidió su auto y se fue. En el camino iba pensando: “bueno, cuando menos me cogí a la puta del baño, que buena estaba” y se dirigió a su casa, olvidándose totalmente de su novia.

Después de ser violada varias veces por el culo, Ansbel fue obligada a sentarse en el miembro de un chico y mientras éste la cogía por la vagina, otro aprovechó para metérselo por el culo ya totalmente expuesto y abierto. Cuando estos terminaron, fueron otros los que hicieron lo mismo; el cuerpo de Ansbel se convirtió en un guiñapo, que los hombres vejaban a placer. Sus agujeros se llenaron de semen, al igual que su cara, pelo y cuerpo; sus tetas fueron manoseadas a más no poder, presentando moretones en ellas y en gran parte del cuerpo.

Durante la orgía la obligaron también a seguir tomando y drogándola, por lo que ella de repente perdió la noción de lo que sucedía.

Varios chicos más pasaron por Ansbel, cogiéndola por el ano, la vagina y la boca, incluso el dueño del bar, los meseros y el barman aprovecharon la orgía forzada. Fueron horas de placer para ellos y de dolor para ella; probó todo tipo de penes: grandes, chicos, largos, cortos, gordos, flacos, sucios, limpios, etc. Al final, Ansbel quedó llena de todo tipo de líquidos: sangre, semen, tequila, agua, refresco, etc. Una vez que terminaron, ya casi amaneciendo; le tomaron fotos tirada desnuda en el piso del baño y cogiendo con algunos chicos, luego la medio vistieron; uno de los chicos la llevó a su casa y la dejó tirada en la banqueta, frente a su puerta, medio desnuda y con una foto de ella cogiendo con varios dentro de su mano derecha; al reverso decía: “Todos lo disfrutamos, no puedes negar que lo hiciste por tu gusto y que te gustó, si te quejas te buscamos”.

Cuando el frío la despertó en plena calle, Ansbel se levantó adolorida, aun medio borracha; tardó, pero al fin se dio cuenta de lo que había pasado y de donde estaba. Entonces buscó sus llaves en su bolso y de la mano cayó la foto, la levantó  y la leyó. Ella entendió la amenaza velada y decidió no hacer nada. Jamás buscó a Israel y cuando él la buscó ella se negó a verlo y terminó con él por haberla abandonado a su suerte. Israel jamás entendió lo que sucedió.

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