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Fiesta con los amigos: Autocontrol.

en Gays

Hola, soy Luis y esta es mi historia.

El típico chico tímido en un escenario poco común de su vida, una fiesta universitaria a sus 19 años. Obligado por sus compañeros de residencia que sabiendo lo aburrida que era su existencia, lo secuestraron…

… Y ahí estaba, en la fiesta del tan popular Julio uno de los personajes más famosos de la universidad, alegre hasta la madre y rumbero de corazón. Una mansión del carajo se notaba que el chamo tenia bastante plata, la fachada de puta madre adornadas con piedras, un inmenso patio con piscinas y árboles por todas partes. El centro de la fiesta estaba en un área techada al lado de la piscina diseñada para eso. Parecía que toda una universidad se encontraba en la fiesta mientras mas detallaba todo mas tenía ganas de irme a la residencia de nuevo (será una noche larga).

Eran las 11 pm y mi alma no daba para mucho, nunca había tomado tanto, es malo dejarse llevar por los amigos sabiendo que se beben hasta las copas de los arboles y siguen normales.

Recostado en un mueble tratando de hablar con mis amigos (Enrique, Carlos, José Carlos, Miguel y otros con los que no trato mucho), yo ya estaba hasta la madre con 6 cervezas aunque alegre bebiendo más y más. En sus ojos se reflejaban esa mirada cómplice que dice hay que rascarlo porque si.

En una de esas veces que nos separamos me perdí con una nueva amiga que estaba hasta la madre de droga llegamos a la pista de baile. Perdidos en la música con alrededor de 30 desconocidos entre hombres y mujeres, muy pocas personas bailaban en pareja  casi todos iban solos volando con la canción era la noche para liberarme y asi fue, me olvide del mundo. No se cuanto tiempo paso pero ya no había nadie que conociera y termine como siempre cortado, cuando sali de la pista sin darme cuenta ya Enrique tenia su brazo encima de mi cuello y mareandome con sus palabras.

En una esquina estaba el borrachito (yo) y Enrique conversando guevonadas los demás se habían ido supongo que con el ligue, ya la fiesta estaba en su punto, alcohol, drogas y sexo pero yo como siempre un bobo hasta el punto que le pedí a mi “bro” irnos de la fiesta cuando unos desconocidos estaban dándole a la coca casi frente de nosotros y la música no nos dejaba escuchar nada.

Enrique me llevo a un área mas tranquila creo que era el patio detrás de la casa y como pude quede reclinado de uno de los tantos arboles con grandes raíces que nos ocultaban de todos, a la distancia se escuchaba la música y algunos gritos de borrachas, Enrique saco un porro y me dijo:

-¿Alguna vez has fumado?.

-Solo compro cigarros para por gastar la plata pajuo le dije con sarcasmo.

-Jajaja dale que esto es mejor.

-Debe serlo porque ustedes no pasan un día sin fumar monte.

-Tranquilo por algo lo hacemos déjate llevar Luisito sueltate.

Yo tenía tanta confianza en él además de los tantos tragos de ron que mis resistencias eran casi nulas y tal vez las infinidades de veces que mis amigos trataron de convencerme para que probara hicieron que aceptara solo se que todo paso muy rápido.

“A mis 19 años nunca me había sentido tan libre y totalmente feliz ahora se lo que es vivir el momento”

El encima de mi devorándome la boca y yo perdido en otro mundo llamado sus labios, estaba volando, estaba perdido en las sensaciones en las vibraciones en eso que jamás había sentido.

Nuestras vergas se acariciaban una y otra vez debajo de la ropa aumentando la excitación. Las manos de Enrique tenían atrapadas las mías quedando a disposición de sus caricias. Besó y lamió mi cuello como un animal salvaje probando a su presa, su respiración caliente detrás de mi oreja y cuello que también fueron victimas de leves mordiscos que eliminaban las dudas para consumar este acto, ya no quedaban barreras por romper solo era suyo quería hacerlo todo con él, estaba enloqueciendo eran demasiado las sensaciones el frio de la noche, el calor de su cuerpos y el fresco de su saliva cuando pasaba la lengua por mi cuerpo.

Escuchamos un ruido que nos detuvo tan solo por un segundo, Enrique no dejaría pasar esta oportunidad, acelero su caricias mis tetillas eran las victimas ahora yo solo me deje hacer me deje llevar, me beso con fuerza con ganas de arrancarme la boca que hicieron desear mas mordiscos en mis labios, luego me quito la playera, se perdió de nuevo en mi pecho el cual no se salvo de sus caricias.

Yo no sabia que Enrique le gustaban los hombres pero el fue el que me llevo a gozar y yo no lo detendría.

-Vas a gozar como nunca dijo.

Me quito el jean y el bóxer como un animal desesperado, agarro mi verga con una mano y se fue directo a la cabeza, quería arrancármela a chupones a besos y a veces hasta a pequeñas mordidas. Cuando bajo para tragársela toda mientras mis bolas eran acariciadas por sus manos y aderezadas con su saliva llegue al cielo que rico lo hacia, sentía que me salía de mi cuerpo de tanto placer y en unos segundo ya iba a acabar pero de pronto se saco mi verga de su boca, una sensación de abandono suplió el placer.

Se quito toda su ropa y volvió al ataque, con mi cabeza recostada de una gran raíz puso su gran verga morena en mis labios y la empujo con malicia, un mete y saca intenso comenzó. Sentía como sus muslos se movían encima de mí, sus bolas rebotando y como quedaban apretadas en mi barbilla, por alguna razón esto me excitaba más, la saliva que corría, el calor de nuestro cuerpos, el frio de la noche, estar al aire libre y el ser dominado de esa forma me tenían loco todo mi alrededor amplificado todo una sensación todo un gran placer.

Hizo que me levantara, apoye mis manos del árbol. Yo esperaba que el me penetrara pero cual fue mi sorpresa que Enrique empezó a chuparme el culo, que ingenuo era en esa época, excitado por esa nueva forma sentía relámpagos de placer por mi espalda y todo el cuerpo, aunque sentía un gran placer a la vez me sentía sucio pero solo quería más y más. Cada dedo, cada escupitajo, cada lamida, y su barba en mis cachetes me llevaron a un trance que termino cuando sentí la punta de su guevo en mi ano virguito y su mano recorriendo mi espalda y nalgas.

¿Quieres guevo luisito? Toma guevo.

Poco a poco fue entrando, nunca retrocedió ni paro siempre lento y continuo. Yo tenía los ojos cerrados jadeando muy suave con la boca abierta. Fue eterna la entrada de esa verga aunque placentera, cuando entro por completo, Enrique comenzó un mete y saca con la mayoría de su verga dentro de mi culo.

-¡Afffh! lento.

-Tranquilo, relájate, ya el dolor se ira.

-afff despacio man, si lento así como vas. Dale ah dale aaac.

Minutos después y con sus manos bien agarradas de mi cintura, empezó a darme con ganas.

-AFF! Affhgg! Suave Enrique afffg lento lento aghhhffff asi asi asi dale Enri… dale aff más lento ahh aff por favor ahff.

-Gozate mi guevo que esta bien rico.

         No se cuanto estuvimos así pero para mi fue buen rato.

Abrí más las piernas, echo un gran escupitajo a mi raja y se pego mas a mi, agarro mi verga y empezó a menearla, me sujeto bien con el otro brazo y se fue hacia atrás. No lo podía creer mi espalda totalmente en su pecho.

-AAAHHH.

Levante mi espalda y espere un momento, la caída hizo que me la clavara toda.

-Muévete nene.

Espere un rato que se calmara mi culo. Me di la vuelta sin sacármela para quedar frente a él, el roce de su verga en mi culo fue brutal pero aun así ardiendo como estaba empecé un mete y saca sabroso.

Perdí la noción del tiempo mientras lo cabalgaba, tanto el como yo gemíamos sin miedo, la lujuria y el THC se apoderaron de nuestros cuerpos.

Luego él me acostó boca arriba, alzo mis piernas, echo mas saliva a su pene y a mi ano, y empezó a darme con todas las ganas posibles, nuestras respiraciones agitadas y el sudor desde hace instantes sumándose a las sensaciones.

-Aggg asi asi dale jaaafff Enri.. ah ah ah

Un animal salvaje había dominado a Enrique convirtiéndome en una maquina de gemidos, retorciéndome por todo ese placer y el morbo de la situación. Para mi el centro del universo en ese instante era mi culo y la verga clavándose en lo más adentro.

-Toma toma toma gritaba Enrique poseído.

El ritmo había tomado un velocidad increíble no podía negar que me dolía pero era otro tipo de dolor mezclado con el placer y no tenia fuerzas para parar algo que en realidad estaba deseando.

Tome mi verga que pedía a gritos una paja, se encontraba mojada lo que hacia mas rica mi sube y baja. En poco tiempo no pude aguantar tanto placer y explote, no se cuantos chorros eche pero a mi cara y cabello llego la leche.

Enrique tampoco aguanto mucho y acabo en mi culo que al mojarse con su espesa y abundante leche refresco la zona.

El se acostó sobre mí, poniendo su pene sobre el mío, llenándonos los dos de semen ajeno, esto fue lo último que recuerdo…

… estaba en plena oscuridad pero en pocos segundos reconocí que estaba en mi habitación, la única testigo de lo que estaba sucediendo.

 

Unas manos grandes y frías que masajeaban mis nalgas mientras era cogido lentamente…

Desperté en mi cuarto en bóxers con un gran dolor en mi esfínter, todo sucio pero con una gran sonrisa en mi cara y la verga al tope. ¡¡¡¡Mierda que sueño!!!!.

No recordaba cien por ciento lo de anoche pero se que me quite un peso de encima y lo volvería a repetir porque vivimos encerrados en fortalezas para no poder ser nosotros mismos por miedo a lo que piensan los demás ¡Al diablo todo! ahora soy una persona mas feliz con el culo hecho mierda pero por gusto.