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Conociéndonos de una forma más profunda y directa

en Gays

Segundo capitulo

Había pasado tanto tiempo sin tener algún tipo de relación que me sentía nervioso, todavía Santiago era un desconocido viéndolo de cierta manera pero igual me empujaba a sentir cosas que nunca había sentido.

Un fin de semana largo, vino a visitarme aquí en Cumaná. Pase unas cuantas noches arreglando el apartamento para que cuando llegara encontrara todo en orden.

El día de su llegada me sentí de un humor del carajo aunque con ciertos nervios, es increíble todo lo que puede causar una persona en otra.

Lo fui a buscar al terminal, había viajado en un carro por puesto, un viaje bastante largo que esperaba recompensarlo.

Cuando se bajo del carro apareció de espaladas a mi con una playera negra pegada que dejaba ver una musculatura pronunciada, un blue jean desteñido que no dejaba de llamar la atención gracias a esa nalgas que se veían de lo mas provocadoras y lo que mas me gustaba de él cuando volteo y me diviso a unos metros lanzándome su gran y sincera sonrisa, unos dientes blancos que brillan de aquí a la luna -realmente me gustas-pensé. En realidad es una cara normal pero como me digo siempre hay personas que siempre tienen cierto brillo que las caracteriza.

Una vez que tomo el morral único equipaje que llevaba, nos saludamos con un apretón de mano y un fuerte abrazo como si nos conociéramos de toda la vida. Mi corazón que latía a millón y ciertas sensaciones que de cierta forma me molestaban porque me hacían sentir fuera de control quedaron algo atrás con ese abrazo y con ese fraternal saludo que hasta ahora es un gran recuerdo.

Nos montamos en mi carro, y nos dirigimos a uno de mis puestos de comida rápida que tanto me gustaban, es increíble como esa chispa se tiene o no se tiene. No hubo silencio ni vainas incomodas dentro de lo que caben ya que para mi todo era nuevo. Este carajo me hacia sentir bien y no sabia como.

Nuestro viernes había sido de lo más raro, especial, incomodo y sobre todas las cosas muy bueno. Nuestras miradas nos delataban pero nadie daba el primer paso aunque ya nos hubiésemos contado media vida y nos riéramos como dos amigos que se conocen de toda la vida y tenían tiempo sin verse. Amé la conexión desde el primer momento que surgió entre nosotros, fuerzas internas me dicen que esta mal pero algo mucho mas que dice potentemente que es mi momento, que esto lo merezco y que es para mi.

Su sonrisa era de las cosas que me encantan de él no dejo de repetirlo, la forma en que lanza su gran carcajada sin importar que puedan pensar los demás su forma de hacerme sentir que es feliz. Él es todo los contrario a mi, pocas veces me rio en realidad siempre me ha costado exteriorizar lo que siento pero trato con todas mi fuerzas de demostrarle que hay interés por él.

Esa noche salimos a tomarnos unos tragos y supuestamente a mostrarle la ciudad cosa que no hice. Las carcajadas inundaban el local que estaba casi vacio supongo que por el costo de las cervezas pero no nos importo, los juegos de palabras, nuestras miradas conectadas y aclaratorias de lo que queríamos no dejaban de evolucionar sin pausas incomodas que denotaban aburrimiento o algo semejante todo fue muy dinámico. Ese día confirme que en realidad me estaba enamorando de él, ¡Diablos! Me hace sentir tan débil y aun así quiero estar con él.

Llegamos en la madrugada al apartamento bastantes bebidos y agotados. No intentamos nada si bien habían juegos seguimos con nuestras barreras invisibles de no adelantar nada en cuanto a lo físico, simplemente el se durmió y por unos minutos vi como su pecho subía y bajaba hasta acompañarlo junto a morfeo.

Y lo que tanto esperaba sucedió. Fue en la mañana del sábado. Me despertó su peso sobre mí y un beso con las mejores intenciones.

-Buenos días.

Siguió con sus maniobras. Sus manos sostenían el peso de su pecho en el mío aunque su verga estaba en contacto con la mía ya parada. Pose mis manos sobre su cintura y lo pegue más a mí, ese beso no podía ser más intenso y lo sabíamos.

Haciendo una de las mías, empuje su cuerpo hacia un lado quedando ahora yo arriba de él, interrumpimos el beso para reírnos y reímos como locos. Me volvió a besar y con la misma agilidad que tuve hace un rato aprovechando la forma en la que estaba sobre el se escurrió por debajo de mi y salió de la cama dirigiéndose al baño, soltando una de sus sonrisas.

-Afff ¿En serio?

Con total naturalidad se bajo el bóxers y me lo lanzo. Cada paso que daba se veían reflejado en la subida y bajada de sus prominentes nalgas blancas, se rascó una bola y se llevo la mano a la nariz haciendo que mi verga se pusiera mas firme.

-¿Es en serio Santiago?- dije cortado- me vas a dejar así- mostrándole la tremenda carpa que tenia en ese momento.

Volteo, sonrió de nuevo, me dio la espalda y cerro la puerta del baño. Yo fui tras de él pero estaba pasado el seguro. En vista de esta jugada, no patalee más y me fui a la cocina como estaba en mis bóxers blancos, me toque las bolas y pase la mano por la nariz como haces minutos lo que hacia Santiago, prendí la cafetera y me senté en la mesa revisando las ultimas actualizaciones en las redes sociales. Tomé una taza de café y salí al balcón a sentir la brisa del mar.

Sentí su presencia que venia hacia mí pero no hice nada. Unas de sus manos se poso en mi espalda acariciándola mientras la otra estaba en mi abdomen, me llenaba de pequeños besos los hombros y el cuello. Me encantaba lo que hacia pero preferí estar frente a frente y gozar de los labios que hace minutos me dejaron con ganas.

Nuestros labios se juntaron y sensaciones desconocidas se desataban, es mi primer beso con un hombre. Y como algo normal sentí su mano que se poso debajo de mi barbilla. Nuestras bocas se abrieron buscando saciar las ganas de lo tan esperado y poco dicho. Sentir sus labios y su lengua acariciando mi boca me hizo sentir lo que solo una vez había sentido, una sensación de corriente que fluía por toda mi boca provocándome lo mas rico que podía sentir en un beso dado con amor con pasión con ganas de querer y amar a aquel ser que esta frente a ti.

Muy pocas veces había sentido aquello y no hice más que disfrutarlo con los ojos cerrado mientras mis manos se mantenían en su cintura. Cada sonido, cada mordida, cada caricia de sus labios y su lengua me transportaron a otro mundo, me abandone a recorrer un mundo cercano aunque para algunos muy lejano de este planeta tierra era algo mas que me hacia ascender y solo centrarme en su sublime boca.

Sus manos como fuentes de energía, comenzaron las caricias prolongadas que me unieron más a su cuerpo a estar mas conectado físicamente porque mental era imposible estarlo un poco más.

Nuestras salivas se unían en lo que seria mi verdadero y proclamado mejor primer beso, nuestras respiraciones se hacían mas rápidas y las manos escurridizas entre la parte baja de la espalda y más abajo lograban sensaciones que nunca había sentido, ya mi miembro había despertado acompañando en las mutuas y ricas caricias que nos proporcionábamos con nuestra dureza separada por la tela de mi bóxer gris.

Su cabello fue acariciado y alborotado una y otra vez por mis manos que aunque se hicieron adicto a distintas partes de su cuerpo, la zona de turno era su suave, largo y frondoso cabello.

Suaves mordiscos y chupadas dominaban en el paseo entre la piel de su cuello y labios provocándole leves temblores mientras su mano acariciaba bajo mi bóxers la división de mis nalgas.

La unión de nuestros labios no duró mucho dando inicio a que sus labios fueran bajando, besando y mordiendo mi manzana, luego centrándose en el agujero que se forma entre la unión de mi cuello y pecho. Mis tetillas fueron prisioneras de sus dientes que en momentos me hicieron jadear, siguió una línea acariciando mi abdomen hasta llegar a mi dureza.

Con una mano en cada lado, mis bóxers estuvieron en el suelo en un segundo. Observo mi verga que estaba dura y esperando por las caricias de sus labios, pero se fue a besar mis muslos. Mis bolas fueron besadas y chupadas causándome escalofríos por aquella forma en que lo hacia luego chupo la base de mi verga y como un helado paso su lengua varias veces hasta llegar a mi glande.

Agarro mi verga con una de sus manos y descapucho mi verga, su lengua fue a buscar mi frenillo y luego arropo en su boca todo mi glande, causando que se contrajera mi cuerpo. Con su mano me masturbaba mientras su lengua me hacia tocar el cielo.

La fue metiendo en su boca lentamente hasta que su nariz tocó mi pelvis, apoyado de mis piernas saco y volvió a meter una y otra vez mientras mis manos jugaban con la suavidad de su pelo.

Se levanto, me dio un beso, sonrió y caminó hacia mi habitación agarrándome de una mano. Yo como hipnotizado fui detrás de aquel hombre que tantas cosas provocaba en mi.

Me volvió a besar casi dejándome sin respiración parados junto a la cama y pasando sus suaves manos por mi cuerpo al igual que las mías paseaban por su nalgas y espalda, me empujo y caí desprevenido sobre la cama –los vecinos que se vayan a la mierda-pensé.

Se monto sobre mi y fue de nuevo por mis labios pero ya no eran besos suaves ahora eran más… animales, mas sedientos, más rudos. Bajo a mis tetillas donde mordió sin miedo y cuando fui a separarlo, se clavo mi verga de una sola vez en el culo.

-AFFFF ¡mierda!-él sonrió.

Cerré mis ojos, la situación me rebaso. Se había quedado quieto de seguro que viendo mi cara desencajada.

Mi verga nunca había probado un culo. Sus paredes apretaban mi verga de esa forma tan buena que no hice más, me quede sintiendo cada una de sus pulsaciones, de sus contracciones en las que ya Santiago era un genio.

Coloco sus manos en mi pecho y comenzó a cabalgarme, sus caderas iban y venían lentamente todavía acostumbrándose al tamaño de mi verga. Abrí mis ojos y conectamos nuestras miradas, la mía de sorpresa la de él de malicia, de pervertido, de quiero hacerte gozar todo el día y así fue. Se movía de una forma tan placentera, metiéndose y sacándose mi verga, provocándonos gemidos que inundaban toda la habitación.

Nos habíamos convertidos en lo que realmente éramos, unos animales en plena acción. El sudor corría por nuestros cuerpos al igual que las sensaciones provocadas por ese culo que apretaba mi verga y aquellas manos que masajeaban mi pecho y abdomen.

-Bájate vaquero- le dije guiñándole un ojo.

Sonó el tono de mi celular “Solo deseo estar tu lado, soñar con tus ojos, besarte los labios”.

Levante sus piernas, me coloque entre ellas e introduje mi verga de nuevo en ese culo apretado, comenzando el típico misionero. No le di tregua ahora quería ser yo el que llevara el ritmo. Sus jadeos no se hicieron esperar con mis rápidos movimientos de caderas. El cerraba los ojos y yo seguía con mi ritmo aprovechando de su boca abierta para besarlos de vez en cuando o chuparle, morderle el cuello provocándole las mismas reacciones que hace un rato nos causábamos.

Su cara era de innegable placer, su mirada perdida y eso labios entreabiertos no ocultaban lo que estaban sintiendo.

-¡Luis! Así dame así.

El silencio del día era interrumpido por los movimientos de la cama, el sonido de mi verga entrando y nuestros gemidos. Y lo prefería así, sentir como ese hombre me sentía dentro y disfrutaba con cada una de mis embestidas era el pago para pasar las puertas al cielo aquel en donde solo había un inmenso placer.

Mis manos como desde nuestro primer contacto, tocando su suave cabello y mi lengua centrándose en su oreja derecha y cuello.

Me erguí y alce sus piernas quedando en forma de V aumentando más el ritmo, lo veía y disfrutaba como gozaba yo con él y él conmigo. Junté sus piernas y le seguí dando duro, por su forma de gemir lo estaba matando de placer. Las gotas de sudor recorrían todo nuestros cuerpos pero aun había energía para más, para más horas, para más días, los años no parecían imposibles.

Continuará...

;)