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Seriedad y discreción

en Gays

Esta es la tercera parte de Viernes de aroma… y Para meter la paloma.

Hola soy Luis y te seguiré relatando sobre mi chofer preferido.

El mensaje del chofer me había dejado pensativo aunque más excitado que otra cosa, fue leerlo y un bulto se hizo bajo mi pantalón. Que buenos recuerdos.

-Epale, ¿Cuándo y dónde?-Respondí el mensaje de texto en segundos.

-El viernes a las 4 ¿te parece?

-A esa hora no puedo pero a las 5.30 si.

-Si quieres te paso buscando y hablamos de una.

-Dale, me puedes pasar buscando por detrás del Cumaná plaza que no hay tanta gente…

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El día llego sorprendentemente rápido y ya estaba yo en una calle algo sola pero conveniente para no ahuyentar al chofer.

A las 5.30 en punto paso buscándome. Aquel hombre sudaba y cada vez que hablábamos cosas sin importancias se trancaba pero al rato de dar vueltas por la ciudad ya estaba mas relajado y una vez que oscureció, se estaciono en el monumento en el que actualmente van ahora unos pocos carros.

….

-Siempre recuerdo ese maldito día no sabes cuanto lo odio pero de una u otra forma siempre término excitado, no sé qué me pasa-Vomito las palabras.

-Tranquilo hermanito, todos disfrutamos sanamente y creo que no hay problemas.

-Es que yo nunca había hecho esto Luis, cuando chamo en una fiesta un amigo me termino haciendo una mamada cuando estaba borracho pero esto que hicimos fue demasiado y aun así me para el guevo.

-Pero es que esto es normal, el sexo es sexo. Tú lo disfrutaste, yo también y no veo algún problema, somos adultos.

-Coño claro que si, mi esposa, mi familia, mis amigos que van a decir si se enteran de todo esto.

-Veme a los ojos. Yo no te voy a dejar mal, tu sabes que soy un hombre sin mariqueras y si bien he tenido mis rollos no voy gritándolo a todo el mundo. En 4 paredes puede pasar de todo pero afuera somos compadres, amigos o lo que quieras. Yo soy bisexual y llevo una vida también algo oculta.

El silencio reino, yo sabía que había jugado mis cartas bien y que no iba a fallar. Una vez que pruebas el sexo entre machos queda un buen sabor de boca.

-Nadie puede enterarse, de verdad, si te ven conmigo es por unos tragos.

-Relájate pajuo, no te voy a echar paja-Dije riéndome de lo enrollado –Si quieres vamos a mi casa y así estamos mas cómodo.

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Entramos al edificio y nos encontramos a Nene quien iba saliendo para una reunión con sus panas y me pico un ojo sin que el chofer lo viera, había captado todo.

El chofer había sudado un mar y eso que fueron unos segundos. Cuando llegamos a mi piso, entramos y cerré la puerta lo empuje contra una pared y lo bese, el trato de resistirse pero no lo deje.

-Aquí somos libres-Dije para calmarlo.

Lo deje sin respiración y con el guevo mas duro imposible. Para ser sincero el maduro estaba un poco desconcertado aunque excitado y eso que no estaba relajado del todo.

Se quedo pegado a la pared mientras yo tenía su verga en mi boca, sintiendo su calidez su sabor y olor de macho.

Tenía hambre de verga y se lo demostré, luego de saborearlo me la metí toda en boca haciéndolo reaccionar. Mis babas bañaban su pantalón pero no me importaba solo quería darle placer.

Me agarraba la cabeza metiéndola hasta el fondo y con un ritmo infernal pero yo soy magister en esas artes. Cuando note que iba a acabar me saque su aparato de la boca y lo deje sudando, con la respiración agitada y pidiendo más.

Se desprendió de sus zapatos, interior y pantalón dejando todo en medio del apartamento y nos fuimos a mi habitación.

Lo agarre desprevenido y lo tumbe en la cama, siempre me gustaba hacer eso. Me zumbe encima de él, lo volví a besar mientras su guevo seguía duro esperando por mas placer.

Nos quedamos sin camisa y fui besando su cuello siguiendo un camino donde mordí sus tetillas haciéndolo gritar y acariciando con mi boca hasta llegar a su guevo que esperaba imponente apuntando hacia arriba.

Termine de quitarme todo y con una mano comprobé la dureza de aquella verga mientras lamia sus bolas para ir subiendo llenando todo de saliva hasta que llegue a su glande y no aguanté mas la tentación me comí todo aquello con ganas, haciéndolo gemir.

Lo tenía en el cielo y fui bajando a sus bolas y más abajo con otros propósitos. Aunque se tenso un pelo seguí con lo mío y terminé por alzar sus piernas pudiendo probar todo su sabor y disfrutar de ese olor a macho que tanto me excita.

Su culo cerrado era mi perversión, le levante las piernas e hice que sus rodillas tocaran su pecho. Me volví loco y con mi lengua trate de abrirlo y llenarlo de mi saliva, debía preparar ese culo de nuevo.

Su cara de placer era indescriptible, su boca ligeramente abierta y como pedía que le volviera a chupar el culo mientras mi barba amplificaba las sensaciones, los dos estábamos más duros que nunca.

El maduro me hizo seña para que le diera un beso en la boca y  cuando subí por su cuerpo a dárselo lo que hizo fue inmovilizarme quedando ahora en una llave de la que no podía salir. Me volteo y quede ahora a su disposición.

-El macho aquí soy yo-Dijo con una sonrisa de suficiencia que me asusto.

Me beso los labios en posición de misionero mientras punteaba su verga en mi culo para provocarme. Estas cosas son las que me gustan del sexo, el romanticismo no es lo mío sino volvernos sedientos y perdernos en el camino.

Ahora era yo el que recibía el beso negro mientras agarraba mis piernas con mis brazos para dejarle todo mi agujero a su disposición. Sentía como su barba de tres días acariciaba dándome una sensación más excitante, y su lengua escarbando entre mis pliegues me tenía realmente loco.

Sus dedos iban y venia de vez en cuando aunque conociéndome ya estaba lo suficiente dilatado para él, porque me gusta sentir como las vergas entran en todo su esplendor. Éramos dos desesperados, yo pidiendo su verga y el deseando mi culo.

Volvió a mi labios de nuevo y me arranco todo el aire con esos besos que ahora no denotaban nervios o dudas, ahora si era un macho con otro macho. Coloco su glande en toda mi entrada que estaba húmeda de mi saliva y jugaba con ella arriba y abajo.

-Métela toda-Dije desesperado.

-No es cuando tu digas es cuando yo quiera-Decía el maduro con voz gruesa aunque con algo de risa.

Intentaba meterla pero por maldad no terminaba de empujarla bien, quería desesperarme y jugar conmigo. Volvía una y otra vez, yo volviéndome loco hasta que de una la metió completa.

-¡Aayyy! ¡Asi macho!

Se quedo adentro unos segundos viendo mi expresión de placer y dolor, luego comenzó con el mete y saca, bastante rápido empezando a darme placer y dolor.

El veía mi reacción y eso le excitaba mas, yo gemía mientras el trataba de meter hasta las bolas, parecía una persona distinta, un animal sediento de placer.

-Voltéate-Dijo el chofer con una postura dominante sobre mí, luego metió su pinga hasta el fondo.

-Ayyyy así, dale-Estaba perdido en la excitación, siempre la posición en 4 me ha gustado.

La cama se movía como en un terremoto, gracias a dios no vivía nadie en la parte de abajo porque sino el estruendo seria evidente.

Me la sacaba toda y la metía completa haciendome gemir, luego agarraba mis nalgas y se afincaba para darme duro, no me lo esperaba pero unos segundos después terminaba dentro de mí. Recostándose en mi espalda, quedando los dos acostado en la cama yo encima de él con su verga en mi culo llena de leche, ambos con la respiración agitada. Esta era su venganza.

Un rato después el quedo viendo el techo y yo boca abajo abrazado a una almohada, sintiendo en nuestros cuerpos el viento que entraba por la ventana.

-Ha estado de puta madre-Rompió el hielo el chofer-No entiendo como no disfrute de esto antes.

-Nunca es tarde, espero que tu guevo siga disfrutando conmigo-Le agarre su verga que ya estaba flácida y algo llena de leche mientras reía.

-Claro que si, ese culo me aprieta rico la cabeza del guevo.

-Menos mal que estabas hecho un rollo por culpa mía, yo te veo normal-Le dije sonriendo palpando el terreno.

-No sé, tú me das confianza y créeme estoy hecho un lio pero dentro de 4 paredes todo es más fácil.

-Entonces no habrá problemas si quiero abrirte el culo, la otra noche lo disfrutaste-Dije mientras me volteaba y me agarraba mi guevo que seguía duro.

De inmediato empezó a ponerse gruesa la verga del chofer, no había mejor afirmación que esa.

Fui y lo bese, juntando nuestras vergas. Mi chofer me correspondió y empezó a acariciarme mientras nuestras lenguas jugaban.

-Ponte en 4 que quiero probar de nuevo esas nalgas.

Mordí, acaricie, lamí cada rincón de sus nalgas de su culo haciéndolo gemir y aunque seguía algo cerrado por su poco uso, no fue mucho lo que tarde para que mi glande estuviera abriéndose espacio dentro de él.

-Me duele, despacio mamaguevo-Me imploraba el chofer.

-Yo avanzaba lento pero sin parar.

-¡Ayyy! Me duele, sácala.

-Tranquilo, ya está casi toda adentro, relájate o si no te dolerá más-Faltaba la mitad y yo sentía que me moría del placer con lo apretado y caliente que palpaba mi verga-Ya entro toda, no me moveré para que disfrutes.

De relajado el chofer no tenía nada, aquí no estaba ni el cansancio ni las altas dosis de alcohol para apartar el dolor. Mi guevo está dentro de él y lo está sintiendo en carne viva.

No sé cuánto tiempo espere pero sé que fue bastante para que se acostumbrara.

Empecé a sacar y meter, despacio para no hacerle daño. Saque la mitad de mi verga y lance un escupitajo  para lubricar un poco más.

-Me duele, más despacio por favor.

Fui acelerando el ritmo y con ellos los gemidos del chofer aumentaban, agarre su verga y empecé a hacerle una paja que le devolvió la excitación en sí.

-Prueba arriba de mí, tú controlas el ritmo.

-Está bien, me estabas reventando el culo.

-Iba lento, en unos minutos te acostumbraras en serio y me vas a pedir que te de todo el pipe que quieras.

Me acosté boca arriba, y el se sentó en mi pelvis como con miedo, le pase un lubricante que tenía cerca para ayudarlo más y lo utilizo, un par de minuto después ya estaba listo.

Sentó su hoyito en la  cabeza de mi verga y empezó a bajar lentamente, su cara lo reflejaba todo unos ojos cerrados, la boca algo abierta, su respiración y hasta la forma en que su culo me apretaba el guevo.

-ush ya está todo adentro-Dijo con la caja desencajada.

-Ahora disfrútala, es toda tuya.

Empezó a moverse despacio y con ello a disfrutarlo, unos minutos después no sé de donde saco tanta voluntad pero realmente parecía que estaba cabalgando un caballo, trataba de metérselo todo y lo más rápido posible. Su ojos hacían contacto con los míos y de verdad que ese macho me excitaba, podría hacerle y dejarme hacer todo lo que quisiera. Nuestra excitación aumentaba y yo de vez cuando lo masturbaba.

Cuando se canso fue mi turno, lo atraje hacia mí y agarrándolo por la espalda alce mi cintura y empecé a darle candela de la buena. El chofer no sabía dónde meterse de tanto placer, sudaba y gritaba sin control. Mi ir y venir eran bestial, no había tregua para ese culo hasta que acabara dentro de él.

-Ay ay.

-Querias guevo, ahora toma tu guevo

Sentí que mi chofer estaba que se venía con lo roces y esto sumado a la cantidad de sudor de los dos, pare en seco haciéndole la maldad.

-¿qué paso?

-Nada, quiero seguir un rato mas disfrutándote.

Me levante y haciéndole seña nos fuimos al baño, entramos a la regadera y abrí la llave para refrescarnos un poco. Lo bese y le agarre las nalgas, enviándole un mensaje que estas eran mía y él lo entendió.

Mientras el agua caía, el se volteo poniendo sus manos en la pared y rozando su culo con mi verga. Entre de nuevo haciéndolo gemir y como una animal empecé a embestirlo, mordiéndole los hombros y la espalda.

El chapoteo del agua del piso y de nuestros cuerpos en movimiento hacían todo más excitante, quería clavarlo y dejarlo sin caminar 6 meses, quería dejarlo preñado con mi leche quería que recordara este macho cuando estuviera con su amante, con su esposa con quien sea.

Comencé a masturbarlo, el se echaba para atrás clavándose el solo ayudándome con los movimientos. No pudo aguantar más y lanzando un gemido, acabo en intensos chorros que fueron a parar al piso del baño, yo aprovechando aceleré mis movimientos sintiendo como se contraía su culo y acabe unos minutos después dentro de él.

Quedamos bajo el agua bastante agotados y una vez recuperados nos bañamos como se debe, el me enjabono a mí y yo a él.

Eran la 10 de la noche y no nos habíamos dado cuenta, prepare unas arepas con guevo corrección con huevo, comimos mientras veíamos un partido de beisbol y nutríamos el cuerpo con algo de cerveza.

No hay nada mejor que el sexo entre machos, sin inhibiciones y sumado a eso que cada sesión supere a las demás porque mi chofer ahora es que está aprendiendo sobre lo excitante del sexo.

FIN

 

 

 

 

 

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-Coño Luis que bueno esta el maduro, no habrá un chance conmigo???-Me envió Nene por el whatsapp.

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Hola. De verdad que disculpa el retraso, aparte de que soy un virus para las computadoras el último relato prometido que era la continuación de Carne fresca me pareció demasiado macabra y desviada a un punto del sexo que no me pareció placentero y que por ende no voy a publicar.

Ahora que tengo computadora, retomaré mis relatos así que espero que te gusten. Valoraciones y comentarios son bienvenidos.

Gente de Cumaná repórtense.