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La puta de la lancha

en Gays

Hola soy Erasmo y esta es mi historia.

A mis 35 años he dado golpe por todas partes, desde muy joven empecé a trabajar, la vida no me había tratado muy bien pero por lo menos ahora estoy algo estable. Aunque intente terminar mi licenciatura un día desistí, el trabajo me limitaba mucho y llegaba cansado a la casa. Estuve trabajando en tiendas, como ayudante de carpintero, pescador y uno que otro tigrito que aparece, me gusta un poco de todo.

No sé si soy gay, bisexual o lo que sea, siempre he estado con mujeres pero mentiría si no he sentido morbo por algunas situaciones con hombres. Esa parte de mi siempre ha sido limitada, solo he estado 4 veces con hombres en comparación con la gran cantidad de mujeres, soy bastante promiscuo no lo negare.

Hace unos años no tenía trabajo y aunque tenía algo ahorrado, las preocupaciones no me dejaban fluir esto sumado a una relación complicada que me impulso a buscar otro panorama.

Así gracias a unos viejos amigos conseguí una lancha que zarparía dentro de dos semanas, sería un mes con una buena paga suficiente para estar libre de trabajo un buen tiempo.

Hace unos años había trabajado en una lancha aunque más grande y sin dudas una de las mejores experiencias, el mar tiene su encanto y el grupo era bastante jodedor lo que hizo todo ese viaje más ameno.

Me quede en una casa de un amigo cerca del puerto y a la hora de salir, estaba a tiempo, 6 de la mañana precisamente. Salude al capitán que ya me habían presentado unos días atrás y 5 compañeros más. Quede impresionado, eran unos machos pero no de esos que aparecen en las revistas o en las pornos sobreproducidas sino unos hombres con piel quemada por el trabajo con unos buenos brazos, y una estampa de animales que nadie se la quitaba.

-Coooñoo tiempo sin verte compadrito- A los minutos de haber llegado entraba el último tripulante, estrechaba su mano con la mía y me picaba un ojo, mi perdición, se llamaba Juancho un negro de 1.90 m que me había cogido hace bastante tiempo atrás –No sabía que pescabas, se que te va a ir bien con nosotros.

-Coño vale igual-Empecé a sudar aunque el saludo fue de los amigos de toda la vida-Claro, yo nací en un pueblo pesquero. Mi ayuda no les va a faltar.

Los días iban corriendo y todo pasaba con total tranquilidad, faltaba unos cuanto más para llegar a la zona de pesca. La lancha no era tan grande pero se podía vivir, las 8 camas en un camarote bastante angosto 4 y 4 en cada lado dejando un pequeño pasillo, una cocina en la parte de abajo, el cuarto para meter el pescado en el hielo y un baño para 8 culos aunque por experiencia se que el mar sirve cuando hay emergencia. Por último la sala de mando donde estaban los equipos de comunicación y control de la lancha.

Aunque los paisajes del mar son muy bellos, llego un momento en donde ver agua 360º por mucho tiempo no era muy favorable, unos mataban el tiempo tratando de pescar algo y algunos como yo que nos quedábamos en el camarote donde había un dvd y un televisor pequeño.

Todo comenzó en la noche del quinto día, estaba fumando recostado de una baranda, todos estábamos bebiendo pero ya los cuerpos estaban pidiendo descanso y el grupo ya se había desintegrado. Juancho apareció bastante perjudicado por el ron, aprovechó que estaba solo para hablarme.

-¿Te acuerdas aquella noche en tu casa? Desde que te vi aquí en la lancha sentí que la verga se me hinchaba por tu culpa-Dijo agarrándose el paquete.

-Eh quieto que aquí no podemos hacer nada, me gustan que las cosas sean privadas no inventes-Le dije con una mirada fija que interrumpí sin querer ya que su paquete me llamaba.

-Tranquilo, nadie se va a enterar dame un mamada, no hay nadie que nos vea ahorita.

-Coño que no vale-Dije con fuerza pero mi verga ya estaba dura, era cuestión de tiempo.

Juancho me quito el cigarro de la boca lanzándolo al mar y agarro mis manos para tratar de inmovilizarme, pero le di resistencia aunque media 20 centímetros más que yo y era más fuerte.

Me inmovilizo contra la pared de madera y restregó su verga con la mía que ya estaba dura.

-¿Para qué te niegas si estas excitado? Déjate llevar-Decía el negro con malicia.

Siguió un largo rato moviendo su cintura haciéndome sentir la dureza de su paquete ya yo estaba rendido, eran 25 centímetros que me habían dolido hace unos años pero que ya estaba dispuesto a probar de nuevo.

Juancho se bajo su pantaloncillo sin problemas, no llevaba mas nada abajo y soltándome me empujo al suelo, aprovecho que estaba contra la pared para meter su verga hasta mi garganta dejándome sin respiración y haciéndome toser hasta el punto de vomitar un poco del alcohol.

Estaba atrapado y no sabía qué hacer, no podía tenerla toda en mi boca, sentía que me ahogaba con sus embestidas. Estaba bañándome en mis vómitos y casi no podía respirar, estaba desesperado pero a él no le importaba. Me tenía sujeto las manos lo que me dejaba a merced de sus movimientos.

-¿Pero qué bien la están pasando y no avisan?-Escuche la voz de David

Juancho me empezó a dar más duro, mi desesperación aumento, quería salirme no solo por mis arcadas sino porque todos se iban a enterar, pero no podía.

Sentí como un líquido llenaba mi boca y Juancho pegaba un grito, estaba acabando en mi boca cosa que nunca había permitido en mi vida.

-Verga muchachos tenemos a una puta en la lancha, vengan a ver-Gritaba David emocionado.

Yo estaba en el suelo todavía con la verga de Juancho en mi boca aunque ya estaba bastante flácida. Todos corrieron a ver y me encontraron. Sin importar que lo bañara en mis babas David tomo el lugar del negro mientras los demás disfrutaban del espectáculo.

-Como la mama la puta-Gemía David.

-Tenía tiempo que no se montaba un marico a la lancha, se acuerdan aquella vez como le llenamos el culo de leche a Fausto.

-Caraaa capitán, ese culo es inolvidable.

David no fue tan animal como Juancho, le gustaba que se la mamara suave pero hasta el fondo lo que me permitía respirar y equilibrarme de la violación oral. Le gustaba acariciarme la cabeza y la barbilla para sentir como me entraba hasta el fondo. Cuando estaba acabando se volvió loco y aumento las embestidas a mi boca hasta que probé su dulce semen.

Los 7 pescadores utilizaron mi boca esa noche, tuve que tragarme sus leches espesas y calientes, me humillaron pero lo que me dio más rabia es que en ningún momento se me bajo mi verga. Y así había comenzado todo…

El capitán que no había bebido ron, viendo mi estado cuando todo terminó me ayudo a quitarme la ropa y me lanzo encima un tobo de agua fría para limpiarme. No sabía qué hora eran ni tampoco me importaba pero ya casi todos dormían, yo me levante y caí en mi catre sin fuerzas.

Al día siguiente me desperté tarde, por la luz del sol lo supe. Me dolía la mandíbula y el sabor a semen estaba pegado a mi paladar.

Salí del camarote dormido porque la ropa estaba en otro sitio, todos me quedaron viendo mientras comían de arriba abajo. Fui a buscar mi ropa y luego subí, a comer.

-Buen día campeón, siéntate con nosotros-Dijo Bardo bastante contento.

-Aquí tienes tú comida-Hablo Juancho que si estaba bastante cabizbajo.

Agarre la comida y no le dije nada, estaba bastante contrariado aunque sentía arrechera contra todos por lo de anoche igual me había gustado. Ese ron tenía algo, lo sé aunque solo me mentía a mí mismo.

Lo malo de estar en una lancha es que siempre vas a tener que socializar así que termine comiendo con todos aunque yo estaba callado, los demás estaban como si nada.

Al atardecer fui al baño y al abrir la puerta, me encontré a Julián uno de los más jóvenes del barco cantándose una paja. Al principio fue la sorpresa pero luego lo mire de arriba y abajo, tratando de disimular, trate de cerrar la puerta pero él me invito a entrar.

Trague saliva y cerré la puerta del baño con mi verga parada. –Maldita sea nojoda-Pensé.

Ese día no ocurrió más nada anormal. Pase el día durmiendo, limpie un poco unas zonas y me quede viendo televisión con dos compañeros más hasta dormir. Ya todo estaba en total normalidad.

A la mañana siguiente desperté con la verga dura, había tenido un sueño erótico en donde el chamo del baño me cogía mientras detrás había una fila de sujetos esperándome y yo no dejaba de eyacular agua de mar. Fue bastante raro.

Los primero días cuando iba a mear siempre lo hacía sacando mi verga por la borda pero ahora aunque me excitaba debía ir al baño. Era una mezcla entre miedo y excitación lo que sentía por esos hombres en la lancha lo que me llevo a ir rompiendo las barreras.

En la noche, habíamos zarpado en una isla que desconocía. Estábamos a dos días de nuestro destino según el capitán, todos estábamos en el camarote viendo una película de acción mientras se pasaban una botella de ron cosa que rechace.

-Dale vale, bebe-Dijo el capitán-Somos un equipo.

Acepte uno tragos aunque bebía con control. La vaina fue que en la película había una escena de sexo bastante larga e impresionante lo que puso a todo el mundo con la verga de punta y yo no fui la excepción.

-Verga tiene unas tetas esa morena para hacerme una paja cubana con ellas-Dijo Bardo un oso canoso pero que debía tener la misma edad que yo.

Yo estaba algo tenso, cuando visualicé que los compañeros tenían la mano dentro de sus interiores y con tremendo bulto. Disimuladamente me arrope y empecé a hacer lo propio aunque lo que realmente me provocaba era chuparle las vergas. Me estaba picando esa excitación tan insana que cuando estaba en tierra me hacia salir de casa y dejar de reprimir ese deseo por el sexo entre hombres.

Julián fue en busca de unos aperitivos y nos estrego uno a cada uno, interrumpiendo el momento pero aunque había comida en la boca todos seguíamos igual de duro, menos el recién llegado que se volvió a acostar en la cama de abajo.

La luz del televisor seguía iluminando el camarote y a Juancho no se le bajaba, lo que me provocaba más excitación. El me veía pero yo disimulaba que veía el televisor. Bajó un poco su pantalón y escupió su mano, se rego la saliva por su cabeza y empezó a masturbarse suavemente.

En un momento no pude disimular y voltee a verlo, el solo me soltó una sonrisa. Mi verga estaba dura pero me sentía atrapado, Nunca en mi vida me había pasado algo así y aunque me excite sé que es una locura.

-Vente putita yo se que la quieres-Se oyó a Juancho decir en la habitación y se escucharon las risas de los demás.

-¿Es que la puta se excito? Yo también necesito alguien que me baje esta calentura-Dijo Beto con su voz ronca sacando la cabeza por fuera de las literas para poder verme. El era uno de los más serios, tenía algo misterioso para mí.

-Para que disimular-Me dije a mí mismo. Yo estaba en el segundo piso justo al lado de Juancho y me baje para meterme ese guevo en mi boca.

El me dejo hacer, besaba sus bolas y lamia su glande para comenzar, luego me puso su verga en mi boca y empecé a mamarla.

-Así mi perrita, tu sabes como hacerlo-Susurraba Juancho que estaba con los ojos cerrados.

Detrás de mí se puso el mocho, un cuarentón de piel rojiza quemada, un blanco de playa dijera un primo.

Me termino de quitar la ropa e intento echar una crema en mi culo pero me resistí, inmediatamente Juancho me sujeto la cabeza y el mocho me hizo una llave.

Beto el hermano de Julián, aprovechando que estaba en esa posición se sentó en su cama y con sus dedos sin ningún cuidado abría mi culo y lo llenaba de vaselina.

-Por el culo no-Trate de soltarme pero no podía, eran 7 contra mí.

-Abre que no es la primera vez que te lo abren puta de mierda-Decía el capitán con verga en mano masturbándose y viendo todo en primer plano.

Sentí algo en mi entrada y enseguida entro la verga del mocho  el cual no tenía nada de mocho en su verga, era algo flaca pero de largo es que asustaba.

-¡Ay! Me duele suéltenme malditos-Pero solo se burlaban mas de mi y el mocho aprovechaba para hacerme gritar.

-Aguanta puta. Tienes el culo como a mí me gusta.

Me dolía bastante y no sabía cómo soportar esto. No podía mamar la verga de Juancho solo trataba de esconderme del dolor entre sus bolas y piernas.

-Mocho me toca a mí-Ordeno el capitán-Te voy a enseñar cómo se coge a una puta.

La verga del mocho salió rápidamente para darle paso al capitán, mi respiración estaba agitada y sudaba un poco. Sentí una gran cabeza en la entrada de mi culo, empezó a presionar hasta que la metió.

-Ayyy con cuidado-Grité, había metido todo.

No era tan larga como la pasada sin embargo la sentía en todo su esplendor. Me sentía más lleno y más propenso al dolor aunque esperó unos minutos para darme por el culo.

Cuando la empezó a sacar y meter al inicio no me causaba placer, pero unos minutos después estaba con mi verga parada y tratando de buscar más.

El capitán abría mi culo de una forma que no pude reprimir mas lo que sentía, cuando me estaba cogiendo el mocho realmente me dolía luego que vino este otro macho a darme empecé a volverme loco pero no quería que los demás se dieran cuenta hasta que el aumento el ritmo. Su boca mordía mi espalda mientras me taladraba.

-Así dame duro, me gusta, dame ahí affff-Gritaba.

El capitán iba y venía, sujetándose de mi cintura comenzó a darme más rápido, se escuchaba el repiqueteo de mi culo y su verga.

-AAAAAAAAAFFFF puta de mierda toma, tomaaaaa aafff- Decía el capitán mientras llenaba mi culo de su leche recostado sobre mí.

-Ahora es mi turno de nuevo capi-El mocho aparto a su jefe con una sonrisa.

-Affff así suavecito así-El mocho había metido su verga hasta la pata y la movía, sus movimientos me mantenían excitado.

Agarre mi verga para masturbarme disfrutando de lleno. Cada vez el mocho la metía más rápido, cuando volteo la vista veo a todos masturbándose, estos machos me tenían loco. Mi paja cada vez es más rápida y estaba llegando al punto de no retorno.

-Tu terminas cuando hayas acabado con nosotros-Ordeno Beto que me agarro las manos y las puso en mi espalda para que el mocho las aguantara. Todos rieron.

Había descuidado la verga de Juancho y la agarre de nuevo con mi boca, chupando sus bolas y tragándome parte de ese pedazo de carne.

El mocho me pegaba nalgadas con su mano derecha, me soltó las manos y se pego del otro lado de las camas.

-Ahora métetela tu mismo.

Puse mis manos en las camas para apoyarme y empecé a empujar mi culo hacia atrás. Las sensaciones que sentía me tenían loco, me deje llevar y así pase un buen rato dándome con esa verga. El mocho ya no soportaba mas y vino hacia mí de nuevo a darme guevo con todas sus fuerzas.

-Ohh así mocho carajo, uff- Decía entre gemidos.

Él seguía y yo quería acabar pero cada vez que me tocaba me quitaban la mano de la verga. No pudo aguantar más, como envidiaba a este flaco de brazos fuertes que me tenia pegado, dejo dentro de mi hasta la última gota de leche que tenía en las bolas.

Salió de mí el mocho, y sentí la leche que me corría entre las nalgas y las piernas. David venia desnudo de la cintura para abajo ahora por mí.

Salimos del camarote que era bastante pequeño y nos fuimos afuera. Julián y Beto me tenían mamando arrodillado sus vergas, jugaban con mi boca pegando sus vergas y haciéndomela tragar juntas.

Bardo y David sacaron un colchón, preparando un poco más el ambiente que ya olía a sexo.

-Vente para acá puta que es mi turno, ya estoy que acabo-Dijo David.

Me acosté en el colchón y me abrió las piernas como una puta, sin más la metió toda y empezó a cogerme. Su verga era gorda, iba creciendo su grosor en la base lo que me abría mas el culo, literalmente esta noche seria de ver las estrellas.

-Vamos dame así, me gusta eso, soy tu puta-Le decía.

Poniendo mi pierna derecha en el colchón mientras la otra estaba levantada me tenía con mejor acceso para él. No sé cuantas veces estuve a punto de correrme esa noche sin tocarme pero estuve a punto.

David tenía una cadencia increíble, estos machos sabían cómo coger. Mire hacia un lado y estaba Juancho esperándome con su pitón dura. David había aumentado su cadencia y no hacía más que perderme en mis sensaciones. Segundos después, mi culo ya estaba lleno de su leche, la tercera de la noche.

Bardo lo reemplazo, se escupió la mano y bañó su verga para entrar en mi culo abierto y viscoso. Comenzó fuerte llevando la frecuencia de su compañero anterior y haciéndome alucinar al instante, apoyaba sus dos manos en mi muslo, cogiéndome sin tregua.

-Ve como me tienes Erasmo, un machito como tú y tan puta.

Sus insultos no me hacían sino excitar más, yo estaba dispuesto a hacer la puta de la tripulación, con esta noche que no terminado, ya siento que es la mejor de mi vida. En ningún momento mi verga se relajo, pedía clemencia hacia ella pero la regla era clara, mientras tanto mi liquito preseminal salía a chorros.

El osito treintañero de Bardo, gemía como loco. Se notaba que mi culo lo volvía loco, me dio 6 nalgadas seguidas e hizo que me levantará.

-Quiero cogerte contra la proa-Dijo el oso.

Agarrándome de la madera, masajeo mis nalgas y me metió la verga desde abajo haciéndome doler pero aguante mi castigo. Sus movimientos seguían firmes y los que me habían cogido me veían desde afuera ya que estaban bañándose. Juancho, Julián y Beto me seguían a donde fuera, ellos eran los próximos.

-Así perra, nosotros sabemos que aunque te resistas sabes que te gusta, no te mientas-Grito el capitán.

Bardo no soporto más, seguía cogiéndome duro y gritando soltó sus primeros chorros de semen.

-Quiero que te lo tragues nojoda- Agarrándome rápidamente de la cabeza, la empujo hacia abajo y yo lo segui.

Logre tragarme 3 chorros de leches, y con sus manos en mi cabeza no me dejaba que me la sacara de la boca hasta que terminara, unos minutos después me libero y de un brinco cayó en el mar con los demás que tenían una botella y fumaban.

Yo seguía agitado, sintiendo como sus leches me salían de adentro cuando estaba arrodillado. Miraba a los próximos y no creía que toda esta gente me fuera a coger, es como una fantasía.

-Esto te lo estamos dando con mucho cariño todos nosotros o te lo tragas o te lo tragas- Juancho me agarro del pelo y las orejas para dirigirme al sitio donde mi culo había cagado leche.

Chupe el piso y pase la lengua comiéndome todo lo que había botado, sentí asco pero a la vez mi mente me traicionaba. Juancho me alzo como un niño cargando un muñeco, llevándome a la colchoneta.

Se acostó boca arriba mostrándome su gran cuerpo y su verga negra, gruesa y venosa de 25 centímetros. Sentí miedo pero no todos los días ves algo como eso.

Me agache, sentí su verga en mi raja y aprovechando sus leches puje para sacar un poco y bañar la verga de turno. Con mi mano esparcí todos esos líquidos y miré a los ojos a ese negro que me volvía loco desde que lo conocí

Me senté en esa verga de un solo coñazo y luego me arrepentí, me había empezado a doler pero no es para menos Juancho tiene un guevo que la primera vez que estuve con él tuve que decirles a todos mis compañeros de trabajo e inclusive a mi novia y amigos que tenía problemas de hemorroides para disimular.

Juancho no tenía mucha paciencia, por lo que una vez toda su verga en mi culo empezó a moverse.

-Ay ay ay con cuidado vale-Le decía al negro.

-Las putas complacen a sus machos no se quejan-Replico.

Yo no lo estaba cabalgando, el subía su cintura con un ritmo bestial que me hacia desfallecer. Sus cogidas eran duras, lo sabía y esta noche no es la excepción. Me tuvo bastante rato así, aprisionado muriéndome con embestidas, hasta que tomé el control y era yo el que lo cabalgaba mientras con una de sus sonrisas veía mi cara.

Cuando se canso de la posición hizo que me acostara a su lado, me volteo dándole la espalda y me clavo su verga, llenándome el culo completamente de carne e iba y venía con una rapidez que me tenia muerto.

Con una mano me agarraba una pierna y con la otra me sujetaba, no encontraba que hacer con tanto placer, quería acabar y empecé a masturbarme pero enseguida vino Beto quien se hacia una paja al lado de su hermano a quitarme las manos de mi verga. Me sentía frustrado era tanta la presión que sentía como si me fuera a orinar, era como un calambre el cual no podía hacer nada para solucionar.

Beto me dio a comer su verga y para distraerme acepte, estaba muy dura y botaba mucho seminal, lo mamaba con todas las ganas haciéndolo gemir pero él no quería terminar pronto así que me dejo sin comida.

-Acuéstate-Dijo Juancho. Yo hice lo propio.

Me puso su verga en la boca, casi como un 69 pero yo solo le comía la verga. Metió sus manos por debajo y me apretó, después nos levantamos, yo con la cabeza abajo, su guevo en mi boca y sus bolas bailaban en mi frente.

Yo me agarre de él con todas las fuerzas y el utilizaba una mano para meterme su verga más adentro.

Beto y Julián se reían, no podía creer lo que este macho me estaba haciendo. Yo estaba ahogándome con toda esa verga en mi boca. Juancho caminaba a donde estaban los demás para que me vieran mientras se bañaban.

-Vean como lo tengo-Las manos de Juancho me presionaban mas para que los demás me vieran dominado, una vez pasado el show me llevo al colchón.

Yo estaba boca arriba, abrió mis piernas y me la metió de nuevo como un demonio.

-ASI dame mas, soy tu puta-Le decía.

El me estaba volviendo el culo nada pero me gustaba, sacaba el glande y lo metía de nuevo hasta el fondo haciéndome chillar. Me cerró las piernas y seguía a la carga, me sujetaba de los bordes del colchón como si eso fuera a hacer algo.

Abrió mis piernas peludas de nuevo y empujándolas hacia atrás, mi culo quedo totalmente expuesto y la metió de nuevo.

-Me estas matando maldito affff cógeme duro.

Yo solo gemía, se que fue un largo rato gozando de esa fuente de placer que era mi culo, lo más rico que había hecho en mi vida.

-UFFF agghh ahh aff AFFF-Gritaba Juancho quien estaba acabando en mi culo de forma bestial. Se limpio el sudor con una mano y se levanto.

-Listo por aquí muchachos, ahora les toca batir chicha a ustedes-Dijo Juancho relajado antes de lanzarse al mar.

Julián hizo seña de que me levantara y sumiso me puse en 4 en la colchoneta, esperando que me penetrara. Beto inundo mi boca con su verga que era bastante gruesa aunque no tan larga como la del mocho.

Espere la verga del más joven del barco que jugaba con la leche de los demás y lubricaba su verga. La fue metiendo suave hasta que estuvo toda adentro, sus arremetidas eran para morirse. Beto aprovecho para metérmela en la boca mientras su hermano me violaba, sentía como si me estuviese cagando. Su verga era casi tan larga pero curveada hacia arriba, una navaja pico de loro parecía.

Sus embestidas eran concisas haciéndome desfallecer, uno por la boca y otro por el culo. Julián me cambio de posición quedando boca arriba, agarrándome las piernas y Beto encima de mi cara dándome a comer su verga y corriendo su sudor por mi cara.

-¿Quién iba a imaginar que tú con esa pinta te iba a gustar tanto guevo?-Gritó el mocho desde afuera de la lancha.

Julián me jalo las piernas, quedando yo encima de él, me levanto y se acomodo en el colchón yo encima de él y sus brazos me agarraban de tal forma que quedábamos pecho con pecho. El empezó a subir su cintura y yo a gemir, hasta que paró y sentí que algo más estaba en mi culo.

Alce la vista y estaba Beto encima de mí con una sonrisa maliciosa, no me dio tiempo a protestar cuando metió su glande y yo me quede tranquilo, necesitaba relajarme, ellos lo harían sea como sea. Ya Juancho les había abierto el camino.

Me sentí lleno cuando entraron los dos, pensé que iba a reventar pero todo estaba comenzando. Cuando Beto empezó a moverse sentía como la elasticidad de mi ano empezaba a reclamarme y Julián no se quedo atrás.

Mi culo era destrozado por dos hermanos viciosos que parecían maquinas, los más jóvenes del barco gozaban con mi culo que les permitía saciar todo el morbo que no podían con sus novias.

-Me corroo affff uffff mierda-Gritaba Beto llenándome el culo y la verga de su hermano de leche. Me saco la verga e hizo que se la limpiara mientras su hermano me cogía despacito porque no quería terminar.

Cuando Beto se levanto y se zumbo a la playa, Julián lo siguió hasta la baranda de la lancha y yo detrás de él.

Se acostó en el piso y yo me senté encima de él de nuevo, yo agarrándome de la baranda empecé a subir y a bajar mientas Julián subía su cintura a veces. Unos minutos después ya estábamos sincronizados y se escuchaba mi culo sonando de tanta leche cuando la verga entraba, así estuvimos un rato hasta que me canse.

Julián y yo nos levantamos, el me inclino quedando mi pecho contra la baranda y empezó a sodomizarme como un demonio, su ritmo era bastante fuerte y su resistencia igual, llevábamos rato así y no se cansaba o terminaba, yo quería acabar.

Alzo mi pierna y la coloque en la baranda, siguió dándome duro. Ya no podía mas quería acabar me dolían las bolas.

-Quiero acabar-Le susurre a Julián.

-Todavía no, espera que yo acabe perra-Me respondió y con ello aumento sus embestidas.

-Anda por favor, te hago lo que quiera no aguanto más-Le suplique.

-¿Seguro? Lo que yo quiera.

-Lo que tú quieras pero déjame acabar.

-Serás mi perra cuando estemos en tierra firme.

-No eso no.

-Tú me dijiste lo que quieras

Julián me agarro por la cinturas me empujo al colchón y quede boca arriba, se volvió loco dándome con todas sus fuerzas y sintiendo toda su verga en mi culo. Rebotábamos en el colchón por sus movimientos tan bruscos, agarro mi verga y empezó a masturbarme desencadenando lo inevitable a esta altura.

-AAAAAAAHHHHFFFFFFFFF AAH AFFFF AFFF AAFFFF

-AHHH JAAA AAAA que culo más rico maldición- Decía Julián-Eres mejor que mi novia contigo puedo metértela como quiero y llenarte de leche sin restricciones.

Mi pecho estaba lleno de mi leche y mi culo de 7 tipos más, aunque me sentía sucio cada uno de estos hombres me gustaban, mi gran debilidad.

Me levante y me zumbé al mar, a refrescarme y a pasar una larga noche junto a mis compañeros. Entre ron, cigarro y sexo disfrutamos esa madrugada.

¿Continuará?

Gracias por leer el relato, no sabes lo contento que me pone. Tengo unos cuantos más escritos así que no dejen de leerme.

Recuerda valorarlos y dejar tu comentario, eso me da más fuerza para seguir escribiendo algunas de mis anécdotas y fantasías, de acuerdo a la receptividad que tenga policía y este relato, trataré de subir uno semanalmente cosa que nunca había hecho.