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Incierto

en Gays

Mi culo era abierto por esa gran verga negra que me culiaba demoniacamente, mi respiración acelerada y una capa de sudor cubría todo mi cuerpo. Eran mis gritos y quejidos lo que le gustaba de todo esto, él los disfrutaba con cada estocada de su verga. Él seguía dándome como locomientras sus gotas de sudor bañaban mis piernas, reventándome más y más, tan solo yo no hallaba que hacer todo esto era inevitable.

 

Desperté de un brinco como si hubiese caído del techo, al abrir los ojos quede fijamente hipnotizado viendo la pared, mis pensamientos volaban, de alguna manera trataba de convencerme que todo esto era una pesadilla pero no, seguía aquí como un maldito preso y a la disposición de mis captores.

Tenia la sensación de haber dormido mucho sentía los ojos hinchados y dolores en los brazos, la garganta y principalmente en el culo, todo el cuerpo pegajoso y el aroma característico de macho pero de alguna manera identificaba el olor del maduro en mi cuerpo y las sabanas. Todas estas percepciones como prueba de que lo vivido anteriormente fue real.

La confusión me dominó, no pensé que algo como esto me resultara placentero, ¿por qué demonios mi verga se paró?. Los recuerdos de ese maldito con su verga en mi culo me dominaron le tenia tanta arrechera, rabia, quería matarlo por lo que me había hecho pero a la vez me gusto lo ocurrido afff maldita sea. Nunca dejaré que nadie sepa que me gusto. ¿Cómo puede gustarme?... no dejaría que abusaran de mí de nuevo, prefiero morir.

El agua del chorro era lo único que tenia, ya estaba desesperado no podía evitar pensar y quedarme en ese estado tan lejos de aqui. Cada rincón, cada objeto, cada imperfección en la pared fue inspeccionado de nuevo por mi pero no encontraba que hacer no podía hacer más, es increíble como los nervios nos pueden dominar.

Sentado en la cama mirando la puerta y en silencio porque la maldita radio no prendió no pude soportar más, dos lagrimas cayeron al suelo. Las rumbas, las jevas, los amigos, la familia, el cielo, el ruido, la tan deseada libertad no puedo más ¿Por que yo? ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué coño estoy aquí? ¿Por qué coño me están haciendo esto?.

No puedo más sáquenme de aquí –decía- mientras manoteaba la puerta con todas mis fuerzas una y otra vez pero no escuche respuestas. Fue una hora después cuando apareció pepe bastante serio y con un pequeño plato de sopa que coloco en la mesita donde se encontraba la radio, no me dirigió la palabra no mostro ninguna mueca cuando le suplique que me sacara de aquí y salió de nuevo dejándome otra vez totalmente solo.

Más que una sopa era una crema espesa amarillenta pero con buen sabor cada cucharada era el cielo no me importaba que ingredientes tenia. Comí tan rápido que sentí que la crema me había llenado por completo, fui al baño lave el desastre que hice con la sopa y me ataco el sueño de repente…

El piso frio y un brazo dormido fue lo primero que sentí al despertar y a los segundos sentía que no podía cerrarlo ¡demonios! algo grueso en mi culo y las manos esposadas. Estaba en completa oscuridad aunque se escuchaban ronquidos, pasos, hombres llorando y gritando. Mi corazón latía a millón sentía como todo mi cuerpo temblaba pero en ningún momento grite estaba tan ronco, solo me levante del piso como pude y coloque una oreja pegada a la pared luego como pude empuje el dildo de mi culo, cayendo este al suelo.

Cansado de esperar me senté en un rincón y empecé a prestarle atención a las voces aunque ninguna era conocida, los pasos firmes de vez en cuando se acercaban para luego esfumarse, el tiempo no valía… En nuestras vidas todo esta programado, las horas para dormir, para ir a trabajar, para salir con los amigos, para salir con las amiguitas, un polvo rápido para no llegar tarde al trabajo. Somos unos putos esclavos del tiempo.

No se si fueron segundos, minutos u horas pero de repente todo el sitio se activo como la hora de entrada a clases… de todo el bullicio en la lejanía escuche como por los gritos violaban a alguien. Por la voz de los gritos supe que era alguien de 40 a 50 años quien gritaba una y otra vez, las risas de dos personas se burlaban del acto mientras la victima decía: “no más por favor no más”. Sentí tanto miedo de lo que pudiera pasarme que me largue a llorar.

Como las necesidades humanas se hacen presente inevitablemente, un olor a pollo inundo aquel cubículo, mi estomago no dejaba de rugir y mi boca de salivar. Cada vez se hacia mas potente el olor de esa comida tan exquisita, mi imaginación voló con lo olores, volvía a tener tanta pero tanta hambre y yo saboreando lo que tal vez no seria para mi.

De repente la luz se hizo presente por una abertura, una voz gruesa y firme me saco de mi trance “Si quieres comida te tengo un trabajo” segundos después un gran guevo rojizo y dormido entro por la abertura junto con el ese gran olor a comida, el desgraciado había pasado su verga por la comida, lo delataba aquel grano de arroz pegado a su piel.

Un parte de mi decía que no lo hiciera pero otra ya estaba resignada a que hiciera lo que ellos me pidieran igual no podía hacer nada y tenia tanta hambre.

Al acercarme a esa gran verga y colocar su cabeza en la punta de mi lengua no pude evitar saborearlo, chupe como un perro la mano del dueño cuando tiene hambre, en ningún momento me la metí entera en la boca solo buscaba en cada sitio el leve sabor de aquella comida de dioses, recorrí desde la base hasta la crema escondida entre el pellejo que cubría el glande con total desesperación de obtener todo el sabor. Nunca en mi vida había salivado tanto. Los chupones que le daba a esa verga resonaban en todo el cubículo y lo que estaba dormido mostro su poder convirtiéndose en una verga adornada con muchas venas.

Perdí todo el miedo y la preocupación que llevaba ahora solo quería arrancarle el poco sabor que le quedaba a la herramienta, en la vida había pensado que el precum tuviera un sabor tan sabroso para mí, ahora mi meta era sacarle todo el sabor que emanaba ese huequito. Me centre en tratar de hacerle salir más y más de ese líquido salado que ahora era un manjar, la cabeza del guevo de ese desconocido ahora era el centro del mundo tal cual aquel plato de sopa que me dieron la ultima vez mis captores.

Sentía con mi boca como esa verga no podía estar mas dura y cada vez latía más y más. No necesitaba ayuda de mi mano solo de mi boca y mis ganas para lograr mas comida. Y sin avisar con medio guevo en mi boca fueron 4 fuertes chorros con sabor extraño pero que resultaron ser mi cielo, los cuales me trague sin desperdiciar nada. Seguí pegado de esa fuente hasta que no salió más nada y sin aviso fue retirada de mí sedienta boca aquel instrumento que no hizo más que alborotarme más el hambre.

Luego de todo ese extraño comportamiento de mi parte me hizo sentir avergonzado y mucho mas cuando note mi verga dura y babeante.

Lo avergonzado en realidad no me bastó para seguir, por alguna razón quería más y así fue como comenzó una paja alocada con una de mis manos mientras la otra recogía lo que luego de 5 subidas y bajadas se depositaba en ella, si, me comí toda mi espesa leche y fue en ese justo momento cuando abrieron la puerta.

Quede cegado por segundos, una figura como de dos metros de altura y cuadrado me veía desde arriba como dios a un simple mortal con una leve sonrisa en sus labios.

-párate y pon tus manos al frente me dijo con una voz gruesa como si se tratara de un protocolo de lo mas normal.

Sin dudarlo hice lo que me ordeno con la cabeza agachada, no podía mirarlo a los ojos. Se acerco a mí, tomo la cadena que separaban las esposas y tiro de mí hacia afuera.

Fueron pocos los segundos con los que conté para poder observar ese local tan detestable para muchos como yo, no podría encontrar una definición más exacta para ese horrendo local que: un establo para humanos. Eran más de 20 cubículos como el mío que se encontraban cerrados. Vi como en un banco a la entrada de uno de los cubículos cerrados estaba un plato con comida, así funcionaba todo pensé.

Me llevó a un baño donde tuve que hacer mis necesidades frente al grandulón, el miedo a lo que pasaría en mi vida y ese enorme personaje frente a mi hicieron que tardara un rato. Luego me tocó sentir el agua fría que salía de una manguera para quitarme la posible suciedad que tuviera mientras mi nuevo “secuestrador” se reía.

Mis ojos fueron vendados y sentí la diferencia de como pasamos de una zona ruidosa a un sitio más silencioso y de un piso más liso y frio. Dos veces cruzamos a la derecha y tres a la izquierda luego de unos pocos escalones donde no pude mantener el paso por la brutalidad de mi guía termine en el piso, no lleve la cuenta después de eso.

Entramos a un lugar donde el frio del aire acondicionado hizo que el leve temblor por el miedo se hiciera más visible, mis pezones se endurecieron. Me quitaron las vendas y ahora eran dos los que veían por mi, al grandulón se le sumo el que se encargaría de tomarme una muestra de sangre y luego revisaría todo mi cuerpo mientras permanecía amarrado en aquella especie de camilla.

Acariciaron mis abdominales, revisaron mi boca, me masturbaron hasta que fue inevitable no poder tener una erección pero si bien estaba asustado no fue hasta que llegaron a mi culo y el supuesto doctor pregunto ¿Dónde está el juguete? Cosa que fue tomada como una broma para estos dos personajes.

-Lo que te espera bonito, me dijo el doctor con una amplia y escalofriante sonrisa.

@luisarimendi85