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Amado enemigo 4

en Gays

Lamento haber tardado en subir un nuevo relato, sé que no es la gran cosa y que a varios la historia ya se les habrá olvidado, pero les dejo esta cuarta entrega diciendoles que espero poder subir pronto el capitulo 5 así como una nueva historia que aunque ya tengo la historia, aun no tengo un título apropiado para ella.

Espero que les haya ido demasiado bien a todos en todo sentido, les deseo lo mejor en sus vidas.

Como siempre, valoren, denme sus comentarios, críticas, saben que acepto de todo C: los quiero mucho. Hasta pronto.

GERSHON

No eran ni las 5 de la mañana y ya andaba de un lugar a otro como si fuera un animal enjaulado, si bien una noche antes me había hecho la idea de que no podía ocultar más el sentimiento que día a día crecía por Fabián, ahora no me sentía tan decidido y estuve a punto de cancelar la cita.

Llegue media hora antes de lo que acordé con Fabián al parque Solidaridad que bien era bastante grande pero no muy bien iluminada, y eso era un punto a mi favor. La media hora pasaba muy lenta y de hecho solo me la pasé jugando angry birds en el celular.

Noté que a lo lejos se acercaba una sombra y por un principio mi corazón empezó a latir con mucha fuerza y no, no era Fabián, sino que era Rosa. Aclaré mi garganta y le hablé.

-¡Rosa!-tosí un poco por el fresco que había en aquel lugar-¿qué haces aquí?

-Hey Gershi, pues salí a caminar- empezaba a explicar mientras se acercaba por donde me encontraba- hoy mi horario marca hora de entrada a las 6:30 y pues ya sabes que una no puede perder la línea-rió un poco mientras llegaba a desacomodarme el cabello.

-Buen punto pero bueno- pensé como articular mi pregunta- ¿no puedes salir a caminar en la tarde?

-De que puedo- lo pensó un poco- puedo pero pues sabes que me gusta hacer las tareas lo mejor posible y solo me centro a estudiar, además- se me quedo mirando fijamente, lo cual me hizo sentir un feo escalofrío al ver que Fabián se acercaba poco a poco por donde nos encontrábamos- ¿qué haces tú aquí en el parque a estas horas?- preguntó con la ceja levantada.

-Gershon- habló entusiasmado Fabi desde atrás de Rosa y esta volteó a verlo con cara de sorprendida- eeh, hola Rosa, ¿cómo estás?- preguntó con un poco de nervios.

-Bien pero me sorprende verlos a ustedes dos tan juntos que pues no sé, no puedo explicar un por qué están juntos a esta hora, en un lugar en el que no hay absolutamente nadie- replicó con un tono de investigadora del FBI.

-Pues sí pero…

-Pero quedamos de vernos aquí para arreglar unas diferencias que tenemos desde que nos conocimos- interrumpí rápido a Fabi mientras intentaba parecer los más seguro posible.

-Bueno, si ese es el caso no los interrumpo más y los dejo platicar a gusto- comentó Rosa mientras se despedía de nosotros con un beso en la mejilla y guiñándole el ojo a Fabi, a lo cual él quedo rojo.

Empezamos a platicar, y en el ambiente se podía sentir una gran tensión por ambas partes, la verdad no veía como empezar la plática y decirle que lo “amaba”, aunque realmente era una gran atracción y no estaba totalmente convencido de que tal cual lo amaba.

Los rayos del sol empezaban a salir y me fije de la hora, ¡eran las 6!, habíamos caminado sin ningún sentido ni dicho ninguna palabra por una hora.

-Gershon oye- comenzó a hablar él con un tono de verdadera pena y con una cara roja.

-¡No!, escúchame tú primero- suspiré mientras me armaba de valor y empezaba a abrir la boca, de repente…

SEBASTIAN

Desperté sentado en un posición muy incómoda en el suelo con la cara de Isra en mi pecho y sus manos alrededor de mi cintura, había de admitir que ya se nos había hecho tarde y precisamente perderíamos la primera sesión de clases si tenemos en cuenta que el transporte para llegar a la escuela tardaba 40 minutos sin mucho tráfico. Como pude lo abracé y lo llevé al sofá, me había hecho algo especial la noche anterior y era necesario que yo le preparara algo para el desayuno.

Sentía un calor muy grande en el departamento así que me quité la playera y empecé a andar solo en pantalones, tomé la caja de los hotcakes y leí las instrucciones- lo sé, no sé preparar ni unos hotcakes, Isra era el que cocinaba- apenas terminé de leer lo que decía la caja empecé a buscar los ingredientes y a prepararlos, veía como Isra se empezaba a levantar y me apresuré a hacer lo último que quedaba y para mi buena fortuna logré llegar al sofá y ponerle el plato del desayuno sobre la barriga y darle un pequeño beso en la frente- buenos días dormilón- dije acompañando el desayuno.

-¡Es un milagro que cocines!- gritó emocionado con una gran sonrisa.

-Pues quería darte una pequeña sorpresa.

-Me la das todos los días- dijo mientras se me quedaba viendo con cara de WTF- ¿sabes algo?, te ves hermoso sin playera- agregó con una cara picarona.

-Pero solo me veo hermoso para el chiquito de mis ojos- le dije mientras le arrancaba un besos de esos labios que a mi parecer eran suficiente comida por un día.

Nos quedamos viendo un rato hasta que el reaccionó que eran más de las 6 y que se nos hacía tarde. Empezó a apresurarse mientras me quedaba sentado en el sofá y veía todo lo que lograba en menos de 15 minutos, se bañó, lavó platos y demás.

-¡Eres un flojo!- gritó- ¡báñate!- arremetió.

-Pero si soy hombre, no necesito bañarme como quinientas veces en un día- repliqué con una ceja levantada.

-Sé que eres un hombre pero también sé un poco más higiénico de lo que normalmente eres- agregó mientras se sentaba en mis piernas y cruzaba sus manos por mi espalda- aunque eres algo descuidado, no sé qué haría sin ti.

-Lo sé, por eso mismo hacemos una bonita pareja- le contesté aunque no había preguntado nada, me cambie de ropa y salimos rumbo a la prepa.

YARA

Me preocupaba un poco el hecho de que a Gershon no le saliera bien su plan de decirle a Fabi lo que sentía por él pero era demasiado bueno para ser verdad, según lo que mi instinto femenino me decía-chicos, nunca subestimen el instinto femenino, es demasiado bueno en muchos aspectos-Fabi sentía lo mismo por él aunque lo demostraba con pequeños detalles muy “poco” perceptibles, bueno, lo demostraba con detalles muy perceptibles, le cedía el lugar a Gershon, le hacía una que otra tarea cuando de artes hablamos, pues aunque mi bien querido amigo Ger era un chico muy estudioso, tenía muchos problemas en cuanto al ámbito deportivo y artístico se trataba, lo que al contrario de él, Fabi era más que excelente en ese sentido.

Llegué a la escuela y ya se encontraba en su lugar habitual quique.

-Yara, ven siéntate aquí- indicó con su dedo un lugar delante de él.

-Bueno a mal tiempo buena cara- le dije en tono de broma.

-Sabes puedes irte a sentar del otro lado del salón si quieres, total que ni quiero platicar contigo- exclamó en tono de relajo.

-Jajajaja-solté la carcajada con unas cuantas lágrimas, me parecía muy chistosa su manera de ser- bueno y de qué es lo que me quieres hablar.

-Emmm bueno-titubeaba mientras juagaba con sus pies y se miraba un poco apenado-creo que mejor te lo digo de una vez antes de que esto se mal interprete y quiero que sepas que vas a ser la primera persona en enterarse de esto pues te tengo mucha confianza- completó con la cara roja.

-Dime hombre, ni que te hayas matado a una abuelita-dije bromeando, pero su mirada seguía en el piso.

-Bueno pero es que es algo complicado…mmm…es que- no buscaba ni la más mínima idea de cómo explicar sus sentimientos y no lo culpaba pues no era nada “normal” según él- mira es que me gusta una persona con la que hacemos amistad.

-¿Cómo? ¿Quién? ¿Rosa?- preguntaba ansiosa y a decir verdad no me imaginaba ni lo más mínimo de lo que venía.

-¡No!, es que es algo complicado, no me gusta una mujer emmm- estaba demasiado pensativo para ser quique- es que me gusta Ge…Ge...Gershon- terminó de decir mientras una lagrima corría sus mejillas.

-Mira quique no estoy para juzgarte pero dime algo- pensé la manera más apropiada para realizar la pregunta- ¿estás dispuesto a decirle lo que siente a –tragué saliva- a Ger?, digo, no es nada sencillo y créeme que lo sé y comparto tu temor, nunca me imaginé que a ti, bueno, ya sabes, batearas por ese lado, siempre me has parecido una persona muy masculina y no por esto que me acabas de confesar voy a dejar de hablarte si es lo que piensas, es solo que pues no sé, siento que estás precipitando todo y…

-¡No!, no estoy precipitando nada-interrumpió mi manera nerviosa de hablar- es que esto que siento pues lo he sentido desde hace no sé, cómo un año y en un principio pensé que solo era admiración pero con el pasar del tiempo pues yo siento y afirmo que me gusta y- él mismo se planteó la pregunta que quería hacerle- ¿consideras pertinente que yo le diga algo a gershi?-preguntó con una cara de esperanza en mi respuesta.

-Emmm yo…bueno…creo…-no sabía cómo decirle lo que iba a pasar o había pasado en la mañana- yo creo que mejor te esperes un tiempo…

FABIAN

-¡No!, escúchame tú primero- dijo con un pequeño suspiro en el cuál se notaba su nerviosismo de G, me arme de todo el valor que tenía acumulado y le di un pequeño beso en los labios, quedó totalmente petrificado y después de un momento empezó a corresponderme el beso, pasados unos 3 minutos de estar unidos en un beso, se separó.

-Creo que los dos sentimos lo mismo y realmente mi pregunta era si tu querías ser mi novio, aunque no creo que sea necesario preguntarlo ahora-dijo con una sonrisa de satisfacción en la cara.

-Claro que hay que preguntarlo-le dije con una cara seria, me arrodillé frente a él- querido, guapo, chulo, hermoso, ¿quieres ser mi novio?- le terminé de decir mientras sacaba un pequeño collar que había comprado el día anterior en la plaza.

-Claro que sí- respondió entusiasmado mientras me daba un beso de nuevo y nos abrazábamos.

El tiempo empezaba a detenerse, sentía que estar con él era algo único, especial y mágico. Comprendía así que de verdad no solo me gustaba, si no que empezaba a crecer en mí un nuevo sentimiento, el amor, sonreí al recordar algunas cosas que habían pasado 2 meses atrás.

-¿Qué piensas amor?-preguntó algo inquieto mientras me miraba con sus grandes ojos cafés.

-Nada, bueno sí-empecé a recordar lo que había pensado antes- es que recordé momentos en los cuáles tu y yo no nos llevábamos bien y podría decir que era tu enemigo.

-Sí, así es, lo que pasa es que bueno creo que no importa mucho lo que pensará, confórmate con saber que ahora estamos juntos y eso creo que es muy importante.