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Sólo una historia mas I

en Gays

Esta es sólo una mera historia de ficción;

Basada en la simple imaginación de un adolescente.

Algunos hechos de la historia son basados en vivencias mías y de amigos

Sin embargo han sido modificados.

Me encontraba parado frente a la caja registradora, a punto de pagar tres libros que nos habían exigido en la escuela (de alguna manera el libro “El Asistente Interior de Norberto Levy” me había llamado la atención. Era solamente un libro complementario para la clase de estabilidad emocional). Había un niño de aproximadamente 6 años con su padre, un señor alto y que demostraba una gran seguridad por su porte y su manera de hablarle al pequeño infante; se encontraban comprando rompecabezas 3D, de los que en algún momento arme con mi padre, el niño emocionado pedía el rompecabezas de un T-Rex (no lo culpo, de pequeño igual era mi dinosaurio favorito). Su padre que me saludo educadamente, aceptó el trato del niño de comprarle dos rompecabezas por dejarlo decidir a qué película entrarían después; claro que al final de todo yo sabía que iba escoger una a la que el niño le encantaría ver.

Pagué mis libros que costaron poco menos de lo que creí y salí de la librería. Comencé a caminar en la plaza recordando aquellos momentos que había compartido con papá y mamá, además claro de mi hermanito (cuatro años menor que yo). Creí ver por un segundo a mi padre pero luego deseche la idea, mi padre llevaba ya casi un año muerto. Es triste decirlo pero aunque no lo dijera en mis pensamientos estaba muy presente la figura de mi papá. Recuerdo aquellos días en los que me llevaba junto a mi hermanito al parque y nos compraba helados mientras nosotros subíamos y bajábamos de las escaleras y todo tipo de juegos. Mi papá aunque era una persona muy ocupada siempre sacaba tiempo para nosotros (era el encargado de un bufete de abogados). Mi madre por otra parte era una reconocida doctora en una de las clínicas más grandes de nuestra ciudad, por lo que siempre o casi siempre obtuvimos lo que nuestros caprichos pedían. Aun sumergido en todos esos pensamientos me di cuenta que había llegado a la parada del bus, por lo que empecé a esperar el camión que tenía la ruta por donde mi casa quedaba (un country club). Aproveché a leer un poco del libro de Norberto Levy y leí una parte que realmente me encantó:

Insatisfacción quiere decir rechazo, desacuerdo con algo.

Tal vez la realidad de esas palabras era porque realmente estaba insatisfecho con mi vida, aun no comprendo “por qué” tengo este sentimiento de insatisfacción dentro de mí. Después de todo (y aun sin tener a mi padre presente físicamente) tengo una bonita familia; buenas calificaciones (si no lo mencioné tuve un promedio de 96.12 como resultado de mis tres años de educación secundaria, obtuve un diploma por ser el tercer mejor promedio de mi escuela); comodidad económica; un gusto insaciable por la lectura; buenos amigos; y finalmente un físico agradable.

Baje del bus y me dirigí caminando hacia el country club, después de identificarme con el guardia de seguridad empecé a caminar (de nuevo) a mi casa, mi hogar como me gusta decirle era un edificio de dos plantas, color blanco y con un frente totalmente hecho de vidrio, lo que dejaba ver la sala de estar del primer piso y parte de la biblioteca del segundo piso. Visualice antes de cruzar la calle el coche de mamá, aun cuando mi hermanito y yo protestamos, ella había decidido cambiar la Jeep por un Lincoln MKZ del año. Mamá no había comprendido que nuestras protestas eran por los buenos momentos que pasamos con padre en la camioneta. Me dirigí a paso lento a la puerta y entré, se encontraba sentada en el sofá viendo el noticiero de Aristegui (una gran periodista mexicana), y al verme entrar simplemente se paró y me dio mis nuevos uniformes de la prepa (me encantaban esas playeras, eran unas polo con el logotipo de San Francisco de Asís en el parte derecha del pecho y abajo contenía la leyenda: Espíritu, mente y progreso).

-Por cierto hijo tu horario está pegado en la puerta de tu habitación, please no se te vaya a hacer muy tarde mañana que es tu primer día de clases y el cole me va a costar un ojo de la cara-comentó madre mientras me daba un beso en la frente.

-Por supuesto que no ma, se lo difícil que se te está haciendo pagar todo últimamente.

-Gracias hijo-suspiró-ahora sube y cámbiate que ya mero termina la comida doña Carmen (Doña Carmen es la ama de llaves de la casa).

Subí a toda prisa y vi mis libros de L.J. Smith en el piso, larryeth dije para mí mismo (larryeth es mi gata). Los libros de Smith me encantan, contienen un algo que me hace sentir realmente especial, llevaba leyendo esos libros tres años seguidos y me seguía emocionando a cada palabra escrita en esas hojas. Sin embargo con la serie basada en mis libros favoritos no sucedía lo mismo, era algo seca y estúpida la manera en la que plasmaban a los personajes en la televisión, aunque no puedo negar que me encantaban los actores, en especial al que hacía de Damos y Stefan.

Baje de prisa al comedor y enseguida Carmen sirvió la comida, había cocinado pollo en chipotle (una de mis comidas favoritas), así que aun y cuando estuve lleno le pedí que me hiciera tres enchiladas con la carne de pollo y el caldo del chipotle. Ella asintió a mis órdenes y madre simplemente se paró de la silla, se despidió de nosotros y salió directo al hospital pues su segundo turno estaba por comenzar.      La ama de llaves llevo mis enchiladas a la mesa, le dije que comería en mi cuarto y volvió a asentir. Mi hermanito se puso a jugar su x-box mientras yo subía a mi cuarto y me ponía a leer por enésima ocasión “Invocación”. Se me acordó el horario pegado en mi puerta así que fui y lo arranqué para empezar a acomodar mis cosas, pues el primer día de escuela me empezaba a fascinar.

El horario de mi primer día de clases era el siguiente:

Lunes: Literatura I // Matemáticas I // Estabilidad emocional (Único) // Ciencias Sociales (Único) // Receso // Taller de Lectura I // Química I // Laboratorio de análisis clínicos (Único) // Inglés I // Francés I

Era un horario un tanto pesado por las materias que se encontraban en el, sin embargo esperaba con ansias la hora de Estabilidad emocional.

************************************Desperté un poco antes de lo previsto, la emoción me invadía totalmente, me arregle de una manera tan poco usual que hasta me espanté a mí mismo.  A las seis veinte yo me encontraba ya en camino a la escuela, había tomado la ruta a la preparatoria en vacaciones y el bus se tardaba aproximadamente 30 minutos en hacer el recorrido. Al finalizar esos treinta minutos me encontraba ya en la puerta de la preparatoria “San Francisco de Asís”, era por mucho la mejor referencia de una prepa de excelencia, sus instalaciones eran magnificas. Para ser maestro en dicha institución se debía tener mínimo una maestría y de ser posible un doctorado; su examen de admisión era uno de los más rigurosos y aun lo hubieras pasado, tu pase a ser parte de su cuerpo estudiantil era tener un promedio de 90 o superior.

Al pasar por aquella puerta que sólo dejaba entrar a cinco estudiantes a la vez vi por quinta ocasión el interior de la institución, ante mí se encontraba una mini plaza con una fuente al centro, alrededor de esa plaza se alzaban tres edificios de doble planta de color blanco y ventanas amplias. En dos de las esquinas que formaban los edificios se hallaban unos pasillos; el de la derecha te llevaba a otra mini plaza pero en lugar de una fuente se encontraba un árbol jacaranda de casi 25 metros de altura y se hallaban otros edificios de color blanco, el pasillo se volvía a encontrar a mano izquierda y te llevaba al área de deportes, se hallaban la piscina de la escuela, las canchas de tenis, básquet y de futbol así como la cancha techada dónde se hacían las reuniones de alumnos; el pasillo de la izquierda te llevaba a otra mini plaza en donde se alzaban seis edificios de tres pisos conectados entre sí con pasillos elevados, el pasillo seguía y conducía al área administrativa y a la biblioteca de la escuela que era un edificio totalmente diferente a los demás, estaba construido en forma de pirámide y albergaba según datos que la misma escuela proporcionaba, al menos 6,000 libros de diferentes temas y al lado de tan magnífico edificio se encontraban los laboratorios de química y análisis clínicos, así como el salón de lenguas.

Las primeras dos sesiones eran algo tediosas, el maestro de Literatura I dijo que para empezar debíamos leer Anna Karenina en dos semanas (por un momento pensé que estaba loco, como se puede leer semejante libro en dos semanas, la ventaja era de que yo ya lo había leído y me había encantado) y realizar una reseña de diez cuartillas a mano. El maestro de Matemáticas I simplemente se limitó a decir cómo calificaría su materia, resulta que era un poco complicado sacar un 100 con dicho maestro, 70 puntos costaba el examen del parcial, 20 de exámenes sorpresas que explico podrían ser 2 o más y los últimos 10 puntos restantes eran de trabajos.

Al final llegó la hora que tanto había estado esperando, la maestra se presentó como Adda Hernández y pidió que sacáramos los libros de Norberto Levy pero luego dijo: díganme el tema de hoy sólo conociendo el título: La experiencia.

Varios levantaron la mano y empezaron a hablar de lo que posiblemente podría hablar el tema, la maestra interrumpió el debate que se empezaba a tornar caliente y dijo: Vamos muchachos, esto es una clase de estabilidad emocional no de profecías, además nos encontramos en la preparatoria San Francisco de Asís no en una escuela de magia.

Luego prosiguió a decir que estudiemos las “ideas centrales” así como los subtemas desde auto curación biológica hasta salud y auto curación. Cuando terminó de decir todos los trabajos para la próxima sesión que era el viernes (los cuales se me hicieron excesivos) empezó a explicar su manera de evaluación. Con ella era más seguro tener una buena nota pues 50 puntos eran de trabajos, 20 del examen final, 15 de exposición escrita y 15 de participación. Se despidió de nosotros al salir del salón y todos empezaron a hablar, yo me limité a sacar un libro y comenzar a leer cuando una muchacha muy simpática se acercó y sin pena me preguntó si yo era gay. Ante tal pregunta quedé petrificado y ella dio por hecho de que si lo era, se sentó a mi lado pues había una silla vacía y comenzó a sacarme información, pero tampoco deje que ella me conociera y yo no supiera nada de ella.

Cuando entró el maestro de Sociales se limitó a sentarse y dictar los contenidos, nos explicó que con el son 95 puntos del examen final, 3 de los exámenes parciales y 2 de la libreta, todos (incluyéndome) quedamos boquiabiertos contra tal sistema tan represor de ese maestro. Nos pidió que empecemos nuestras evidencias y nos pasó unos cuadernillos de trabajo donde había preguntas que después nos explicó eran reactivos tipo de su examen final, también añadió que nunca prestemos los exámenes a compañeros de tercero o quinto porque sus exámenes los realizaba cada año y eran usados solo una vez.

El receso fue un tanto caótico, imagina a 1200 estudiantes comprando en cinco cooperativas distribuidas en toda la escuela, o intentando entrar al baño. Algo que si era lindo era ver a los chavos de quinto semestre, eran totalmente hermosos. Algunos tenían cara de niños pero con cuerpos desarrollados en el gimnasio. Nunca en mi vida pensé que me encontraría en dicha escuela, a pesar de ser una preparatoria bajo la tutela de la iglesia católica era muy tolerante con las preferencias sexuales diferentes o “alternas” como comúnmente le llamaban las monjas que fungían como prefectas y rectoras de la prepa.

El resto de las sesiones fueron igual que las demás: maestros que explican cómo dividan sus 100 puntos entre exámenes, trabajos, participaciones y un sinfín de cosas más. Cuando al final solamente quedaba una sesión mi estómago empezó a protestar y Arlette como se llamaba mi nueva amiga me invitó de las galletas que aún le quedaban de la hora del receso. El maestro de Francés entró y se presentó con un acento muy a la francesa (luego nos contaría que había emigrado de Francia, aunque no nos contó cual fue el motivo de su migración). De todos los maestros que se presentaron ese día, para mi él era el más estricto pues sus 100 puntos dependían de diversos exámenes y nos explicó que las tareas eran obligatorias para poder tener derecho a presentar sus exámenes.

Cuando al final la clase terminó el maestro se volteó a vernos y nos dijo en un Francés muy limpio que nos fuéramos a casa (se me olvidaba comentar que yo en la secundaria había tomado clases de Francés, Inglés, Latín y Griego).

Al llegar a mi casa doña Carmen se encontraba cocinando ya que se le había quemado la comida anterior por la culpa de mi-a veces tonto- hermano porque le pidió que buscara el control remoto. Se disculpó conmigo por lo de la comida que no estaba realizada pero le dije que estaba bien, que no había problema alguno con eso. También dijo que mi mamá estaba haciendo una cirugía así que probablemente llegaría en la noche, asentí y le di la orden de que subiera mi comida al cuarto.

Al entrar a mi cuarto vi de nuevo mi horario y me di cuenta de que era más relajado que el de los lunes, pues mi segundo día de clases iba a ser así:

Martes: Matemáticas I // Ética I // Inglés I // Artes Visuales (Único) // Receso // Literatura I // Taller de lectura I // Informática I // Química I

Acomodé mis cosas y Carmen entró con un plato de espagueti en salsa de champiñones, lo asentó en mi mesa de trabajo y salió sin decir ninguna palabra. Me puse a comer el espagueti mientras veía un poco de televisión, en ese momento estaba la repetición de la serie de los libros de Smith y me puse a verla. Damon era muy excitante pero Stefan era muy lindo, en ese momento agradecí no ser la protagonista para decidir con quién quedarme.

************************************La primera semana de clases pasó demasiado rápida que no me dio tiempo de terminar mi tarea de estabilidad emocional, había hecho plática con algunas chavas de quinto semestre que me comentaron que el primer parcial del primer semestre era el más difícil porque aun te vas acostumbrando al ritmo de la preparatoria. También me había hecho más amigo de Arlette que como yo no tenía ningún conocido en la prepa. Sumando algo más a todo esto, mi mamá empezaba a estar menos en casa y eso nos comenzó a preocupar cada vez más a Carmen, mi hermanito y a mí. Cuando tuvimos nuestra primera clase de Orientación Escolar la maestra nos facilitó unas hojas con todas las actividades extracurriculares que se impartía en las tardes y explicó que era obligatorio estar en una. Junto a mi nueva amiga Arlette seleccionamos el taller de baile y devolvimos las hojas a la maestra que sonrió levemente mientras ojeaba nuestra selección. Cuando todos entregaron sus hojas con sus respectivas selecciones la maestra dirigió la votación para escoger al jefe de grupo. Resulta que me habían escogido a mí porque según ellos en nuestra primera semana me había mostrado como el más maduro y responsable.

La maestra me hablo antes de salir.

-Romar quiero decirte que la junta de jefes de grupo es hoy a las cinco en la cancha techada, es obligatorio que vengas.-sentenció pero luego prosiguió- Se encontrará la directora y los otros jefes de grupo además del presidente de la sociedad de alumnos.-hizo una pausa mientras revisaba su celular para luego continuar explicando- Explicarán cómo se dividirán los fondos de la sociedad de alumnos y otras cosas, espero que seas puntual.

Solamente asentí y salí de la escuela con Arlette para dirigirnos a mi casa pues el maestro de Literatura nos había dejado un trabajo por binas para el martes de la siguiente semana. En el camino a mi casa platicamos un poco.

-Romi-sonrió Arlette.

-Dime- le contesté mientras respondía un whats de mamá diciendo que no iría a la casa a comer porque tenía una cita.

-Dicen que el presidente de la sociedad de alumnos es un bombom-añadió sonriente.

-Eso no lo sé-le dije con una cara de confundido-ya veré yo.

-Bueno-dijo mientras empezaba a jugar con sus manos-no es eso lo que te iba a decir-agregó después de una breve pausa.

-¿Entonces?-añadí un tanto nervioso.

-Creo que le gustas a alguien pero no estoy muy segura-comentó un poco nerviosa.

Ante tal comentario intenté sacarle la verdad a toda costa pero a pesar de mis intentos no lo conseguí. Al llegar a mi hogar vi a larryeth parada en la puerta queriendo entrar, le abrí la puerta y dejé que pase. Luego de haber almorzado comenzamos la tarea de literatura y tras un poco de batallar con nuestra redacción la terminamos a tiempo para que yo regresara a la preparatoria.

Cuando llegué a la prepa se encontraban ya reunidos 30 de los 60 jefes de grupo de la escuela (eran 20 grupos por semestre, una manera muy loca). En el camino a la cancha techada vi a las chavas de natación, así como a los chavos de básquet entrenando para el campeonato estatal. A lo lejos se podía divisar los comienzos de una construcción de lo que sería en un futuro la sala de gimnasia, pues las y los gimnastas de nuestra institución practicaban en un gimnasio (más obvio no se puede) rentado por la escuela. Al llegar vi a la mitad de los jefes de grupo sentados alrededor de las monjas y el presidente de la sociedad de alumnos con una cálida sonrisa me recibió con un hola…

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Hola que tal, estoy aquí de nuevo apostándole a una nueva historia; para los que quieran saber que pasó con Amado Enemigo les diré que aún sigo trabajando en el siguiente capítulo. Espero que esta nueva historia les guste, ha sido un poco complicado para mi atender mi deseo de volver a escribir y consideraría esto como mi regreso a TR.

Si no te gusto este fragmento de la historia simplemente dilo y argumenta tu respuesta por favor :)

Un gran abrazo y saludos.