miprimita.com

De Los Angeles a Sydney y un hetero de por medio

en Gays

Parte 1

    - Sí hermanita, aún quedan 40 min. para salir. Hay retraso en el vuelo. La verdad no sé, ya sabes que aquí en Los Angeles suele pasar...Qué tiempo hace por Sydney? De veras? Vaya, se me va a hacer muy raro pasar la Navidad a 35ºC y bañándome en la playa...qué coño lo estoy deseando.

      Está por ahí mi querido cuñado? Venga dile que se ponga, un minuto para saludar...

      Tom? How are you? This is Guillermo speaking...

Adoraba a mi cuñado Tom, era un cachondo y buena gente, a mi hermana la tenía como si fuera una princesa, no podía quejarse.

Se conocieron en Madrid en el 2001 y desde entonces se volvieron inseparables, tanto es así que María acabó haciendo las maletas y se marchó a Sydney, la ciudad de él. Al principio no me gustó la idea de tenerla tan lejos, pero que reproche iba a hacerle yo que me vine con una beca a Los Angeles años después, por lo menos ahora estábamos algo más cerca, aún así no nos veíamos con demasiada frecuencia, el viaje salía por un pastizal y ya tenía yo demasiados gastos, aún así decidí aceptar la invitación de este año para pasar juntos la Navidad.

    - Venga Tom no seas vago, en español, que al fin y al cabo nos vamos a ver en unas horas y tienes que practicar...Por cierto no te vas a creer quién esta en la sala de espera...

Tom, como buen australiano, es un fanático del rugby y me dijo por mail que había sacado unas entradas para un amistoso que se jugaba esta semana entre Australia y Escocia, yo de rugby solo se que lo juegan unos tíos como moles, por eso cuando vi entrar a un montón de tíos con las espaldas de un frigo de dos puertas como los que usamos por aquí y todos con bolsas con bandera escocesa, me dije mira que si son los del partido...? Así, que miré google con mi tf y voilà, la selección escocesa viajaba a Australia vía Los Angeles.

  - Sí, sí, ya sabía que me lo pedirías, me da mucha vergüenza, pero bueno lo haré por ti, consideralo tu regalo de Navidad, aunque no te puedo prometer nada, ok, ok...see you.

 Por bocazas... Cómo no! Tom me pedía un autógrafo del jugador que fuera y ahí estaba yo a 10m escasos de la selección sin saber nada de rugby y con la papeleta de pedir un autógrafo...Y a quién? Empecé a pensar...No, a ése no, que tiene cara de no haber cagado en 10 días, joer a ese tampoco que está hablando por tf, y aquel hablando con el otro...joer que difícil.. Al final me decanté por uno que estaba sentado leyendo no sé muy bien si un libro o un prospecto de American Airlines...bueno allá voy, a lo Braveheart...

Volví a mi banco más rojo que un tomate tránsgenico...Bueno no fue tan duro, de echo, estuvo muy amable pensé...Levanté mi cabeza fugazmente y allí estaba el jugador con una media sonrisa  y atusándose su pelo rubio...seguí con mis pensamientos...que majo, a ver que ha puesto?..."For Tom, a great supporter, regards. Lean Samont"

Por fin embarcábamos, finalmente más de una hora de retraso, parece ser que por razones del tiempo...Que pasa qué estaba nevando fuera? Eso sería como ver llover en el Sahara, pude distinguir al sr. Samont unos m. por delante de mi, como para esconderse el sr., debía medir en torno al 1,90m, esta vez si reparé en él, era un tiarrón la verdad, me entró la curiosidad de saber algo más, seguro que en Internet había infomación, pero sería ya en Sydney, estábamos ya en el finger de acceso al Boing...

Seis  horas después volábamos sobre la mitad del Pacífico, el sueño me invadía, la infusión que acababa de beber hizo su efecto y cerré los ojos.

No sé el tiempo que había pasado, la señal de abrochar cinturones y un suave traqueteo me despertaron, parece que había turbulencias, miré por la ventanilla buscando no sé bien el que, pero la oscuridad de la noche invadía todo, el movimiento arreció y el avión empezó a moverse más...acostumbrado a vuelos transoceánicos no me dejé impresionar, pero lo cierto es que aquello no cesaba, iba en aumento y un sudor frío apareció en mis manos. Busque las caras de mis compañeros de viaje más inmediatos y solo vi angustia...El avión saltaba ahora como si fuera una  brizna de paja en lugar de una aeronave de varias tm, empezaron a oírse los primeros gritos entre los asientos...El fuselaje se inclinó, estábamos cayendo rápidamente, sentí ganas de vomitar, pero el miedo me tenía paralizado, mi vida pasaba por mi mente en segundos como siempre se dice que sucede cuando uno presiente su muerte de forma inmediata. Sentimos un gran estruendo, empezó a entrar agua por todas partes y las luces se apagaron, al tiempo que los gritos de la gente se metían en mi cerebro la oscuridad lo invadía todo, sentí ahogarme, me ahogaba...

Estaba abrazado a una especie de maleta flotando en las oscuras aguas del Pacífico, los gritos dejaron lugar al silencio más estremecedor, sentí pánico, terror, giré sobre mi propio eje intentando localizar no sé muy bien el qué, si una persona, si un animal...por instinto moví mis piernas.

Amanecía, me sentía agotado, me pareció ver algo a lo lejos, fuera lo que fuera, intenté alcanzarlo...parecía más cercano la primera vez que lo vi, creo que habían pasado al menos dos horas y no lo alcanzaba, pero sin duda era tierra, tenía que llegar. Lo hice, quedé estirado en la arena exhausto y dos lágrimas resbalaron por mis mejillas.

Pasaron dos días y dos noches, no encontré nada ni nadie que me hiciera pensar que me hallaba en un sitio civilizado, lo poco o mucho que había recorrido a pie me empujaba a pensar que me hallaba en una especie de isla desierta y yo era su Robinson Crusoe. No había divisado en ese tiempo ningún resto del avión ni observado nada en el horizonte, decidí adentrarme más al interior en busca de agua o cualquier tipo de contacto con personas.

NEGATIVO. Aunque a medida que me adentraba la vegetación se hacía más espesa, no vi rastro alguno de humanos, escalé al que me pareció el punto más alto de la zona y efectivamente comprobé que me hallaba en una isla. Ésto no podía estar pasándome a mi, era como una película, pero de terror. Y por si fuera poco no había encontrado agua y me moría de sed, un relámpago iluminó el cielo, quería agua y la iba a tener...

Habían pasado tres días, era  24 de Diciembre, supuse que todos los informativos del mundo estarían hablando del accidente y que habría decenas de aviones buscándonos. Buscándonos? y si no había supervivientes y yo era el único, o si habían encontado a los demás o a algunos...Joder yo debería estar en Sydney con mi hermana y mi sobrino..sentí rabia y pena, mucha pena, pensé en María y lo angustiada que estaría, mis padres...Lloré de nuevo, dos veces en dos días, todo un record, yo que soy el hombre más pragmático del mundo.

Decidí bajar al otro lado de la isla buscando no sé bien el qué, quieto no podía ni quería quedarme, aunque gastara las pocas fuerzas que me quedaban.

Siempre fui agnóstico, pero los milagros existen, el milagro de la Navidad existe. Conforme bajaba por la montaña divisé a lo lejos, cerca de la playa, una figura humana, corrí ladera abajo, caí y me incorporé de nuevo, llevaba sangre en la rodilla derecha, pero seguí corriendo, tenía que alcanzar esa figura aunque fuera lo último que hiciera...Llegué a la zona de playa como si hubiera sido el mismo Filípides procedente de la batalla de Maraton. No había rastro, un espejismo quizá? Deliraba ya al tercer día? Oí un chasquido tras unas palmeras y matorrales y fue cuando lo vi...Oh Dios mío...Me fundí en un abrazo, grité, lloré (y ya van 3), todo al mismo tiempo y recuerdo haber musitado gracias...

- Lean, I am so happy to see you again!!!

- Me too, me too...

-I am William, at the airport, can you remember?

-Sure William, sure

Y volvimos a abrazarnos como si nos fuera la vida...

-----------------------------------------

Parte 2

Esa misma tarde le expliqué mi historia a Lean, seguramente nunca tendré un oyente más atento a mis palabras, su historia era parecida, aunque llegó a otra zona de playa distinta de la mía y por eso no nos habíamos encontrado. Le pregunté si había visto algo o sabía algo de otros posibles supervivientes, me explicó que vio más gente en el agua, pero desconocía su paradero, se humedecieron sus ojos cuando citó a sus compañeros pero se negaba a pensar que hubieran perecido, prefería pensar que podían haber sido rescatados o quién sabe, quizá estuvieran en otro islote...pensé que era harto improbable pero preferí callar.

Aquella sería nuestra primera Nochebuena juntos, no hubo nada típico de tal noche, ni comida, ni música, ni família, bueno sí, hubo algo, un regalo, el mejor regalo: Lean.

Teníamos claro ambos que esa isla no podrñia con nosotros, así que dentro de nuestras limitaciones nos organizamos lo mejor que pudimos; no sé bien cómo algunas maletas y equipajes llegaron a varias playas de la isla, aprovechábamos prácticamente todo lo que contenían, enseres de higiene, tijeras, ropa, incluso una botella de vino que guardamos para alguna ocasión especial. Algo más al interior de la isla Lean había descubierto un saliente de unos 4 m. donde uno podía guarecerse de las inclemencias del tiempo y como por arte divino a unos pocos metros una especie de cascada de agua dulce que caía sobre una pequeña laguna, recordé la película "El lago azul" y me sentí como Brooke Shields, porqué tenía claro que aquí el macho era Lean. Poco a poco nos hicimos a la vida de aquel islote perdido, teníamos agua y sabíamos donde localizar ciertos productos como cocos o cangrejos. Aprendíamos también a pescar con una bovina de hilo que apareción en un neceser que llevaba escrito el nombre de una tal Anita Edberg (tuve que imaginarmela en la Fontana de Trevi...)

Pasaban las semanas, como es lógico Lean y yo profundizábamos en nuestra relación a pasos agigantados, en nuestras horas y horas de conversación me había explicado que era casado, con 2 niños, que tenía un hermano, que le encantaba David Bowie, que conducía para relajarse, su comida preferida, su edad (33), sus manías como rascarse las orejas cuando se ponía nervioso, y como aprendí el reglamento del rugby porque Lean siempre comentaba algo de su deporte.

Yo por mi parte, le expliqué todo sobre mi, Guillermo de Valencia, 29 años, químico de profesión, una hermana, jugador de tenis sin pretensiones, amante de toda clase de pasta, lector compulsivo, y fan empedernido de las pelis de Billy Wilder, que por cierto muy bien no supo quién era.

A pesar de los malos momentos y bajones, me sentía afortunado de tener a Lean a mi lado y él de tenerme a mi, así me lo había confesado, nos hubierámos vuelto locos de lo contrario. Lean era atento, afable, de buen caracter, la persona más noble que he conocido, y se desvivía por mi, sólo nos teníamos el uno al otro. Tenía una fuerza física arrolladora, muy útil en una isla donde todo depende del esfuerzo de uno mismo.

Lo cierto es que con esta conviviencia tan atroz nos habíamos convertido en una verdadera pareja, un matrimonio de los de toda la vida que se conocen hasta el hartazgo y de los de toda la vida...vamos, sin sexo, pero durmiendo el uno junto al otro a escasos centímetros.

No había pensado demasiado en ese tema dadas las duras circunstancias, pero ahora que empezaba a estabilizarse nuestra vida allí y que no sabíamos cuanto tiempo duraría aquella experiencia, empecé a mirar a Lean con deseo, en realidad le miré con deseo desde aquel día que me sonrió en el aeropuerto, pero cómo iba a pensar yo que ese chico...En fin, a pesar de nuestra sólida amistad, yo no había confesado a Lean mi orientación sexual, no pensaba que lo fuera a tomar a mal ni nada de eso, al fin y al cabo, teníamos que entendernos sí o sí, pero lo había ido dejando y ahora ya nunca encontraba el momento, tampoco como digo, había surgido ese tema. 

A pesar de su porte y físico espectacular, él nunca mencionó nada acerca de posibles conquistas o batallitas, eso lo hacía si cabe más atractivo a mis ojos. Me estaba enamorando como un tonto y no podía evitarlo, no se podía poner tierra de por medio, solo agua, y no gracias, no quería ser pasto de los tiburones.

- Guillermo, hoy tengo una sorpresa para ti- (os traduzco sus diálogos porque Lean no hablaba nada de español)

- Ah sí? - contesté dejando escapar una estúpida sonrisa

- mira, si mis cálculos no fallan hoy es 18 de marzo.

- si, un día más en el culo del mundo

- Te equivocas pequeño, hoy es tu cumpleaños, 30 además,  hay que celebrarlo!

- celebrarlo- dije yo. Cómo? Has hecho un pastel de chocolate?

- chocolate...ummm...daría lo que fuera por una onza...No, sabes que eso no es posible, pero he preparado otras cositas, especiales, para ti, porqué lo mereces. Sígueme.

Lo cierto es que me estaba picando la curiosidad, de que se trataría, Lean parecía entusiasmado, pero la isla no permitía grandes sorpresas, a ver...Lean me llevó hasta la zona de "vivienda" que teníamos acondicionada y detrás de su mano sacó una especie de neceser...

- Look at Guillermo- dijo entusiasmado. Ésto es jabón, y una maquinilla de afeitar y champú. No es increíble.

- Pero de donde lo has sacado? No sabía que teníamos eso...

- Bueno lo encontré hace unas semanas en una maelta en la playa y lo guardé esperando algo como esto. Que te parece?

- Cojonudo- eso si lo dije en español.

-Come on

Lean me puso jabón en la cara y empezó a afeitarme con sumo cuidado, como si de él mismo se tratara, sentía su respiración a cuatro dedos de mi cara, veía sus pupilas marrones dilatadas muy cerca y sus dientes blancos me sonreían. Creo que por primera vez desde que llegué a la isla me sentí feliz y Lean se contagió porque se le veía eufórico.

- Estás muy guapo Guille- dijo cuando finalizó con la expresión de quién ha realizado un buen trabajo.

- Gracias Lean, pero ésto no podemos dejarlo así, qué tal si te afeito y te dejo casi tan guapo como yo?

- Pues menos mal que lo has dicho, porqué sino yo mismo lo hubiera pedido y en cuanto a eso de "casi" ya sé que tu eres el más guapo

- es un piropo? dije semicoqueteando...bueno que coño, coquetando como una colegiala quinceañera.

- por supuesto eres el más guapo de todos los hombres de la isla...jaja

Ya metidos en faena yo aproveché y le solté:

- pues tú eres el tío más cachas y bien formado que he visto nunca, de ésta isla y de todas las islas del Pacífico y la Gran Bretaña incluída.

- ja,ja, pues desnudo gano más-contestó él deshinibiéndose como nunca antes le vi.

- eso se lo dirás a todas...

- vas a ver Guillermito...

Y aprovechando que estábamos junto a la cascada, Lean se desprendió de unas bermudas azules que llevaba y una camiseta blanca de manga corta de color que marcaba todos sus pectorales. A Lean lo había visto varias veces en slips cuando dormíamos pero nunca más allá, ni que decir tiene que igual que marcaba bíceps, marcaba lo demás, vamos que a paquete no le ganaba nadie, lo único que en ésta ocasión yo lo miraba de otra forma porqué la conversación ya me estaba poniendo burro.

- Buno si, lo reconozco tienes un cuerpazo, pero...-y ahí me quedé a medio de la frase, Lean se había quitado los slips y los sostenía en su mano izquierda haciéndolos girar

-Te lo dije Guillermo, gano desnudo, es o no es?

-Yo con un ligero cabeceo: es, es...Pero Lean todo eso es tuyo? Lo tenías muy callado?

- ja,ja,ja. es mío, bueno y de mi mujer, jaja.

- pues bien contenta estará

- anda ven a bañarte y de paso tu que eres químico me dices que tal el ph del agua...

- que cabrón-murmuré para mi

Me quité un bañador rojo que llevaba por la rodilla y una camiseta blanca y me sumergí en el agua junto a Lean.

-Se está de puta madre-comentó

-sí

Lean sacó el champú y ambos nos lavamos la cabeza y el cuerpo, hubiera dado lo que fuera por frotarle la ...espalda (mal pensados), pero no hallaba la forma. El pene de Lean se balanceaba una y otra vez antes mis ojos de forma ostentosa y portentosa, a mi se me iban los ojos pero siempre cuando él no me veía, no quería cagarla. Tenía un pene grueso y largo y unas pelotas bastante gordas y desde luego él era consciente de su poderío, con razón decía que ganaba desnudo. Aquello en erección tenía que ser espectacular.

-Guillermo, recuerdas que tenemos una botella de vino para una ocasión especial, pues ésta lo es.

-Tú crees?

-Por supuesto, es tu cumpleaños, 30 no se cumplen todos los días  y quién sabe lo que pasará-me pareció ver un atisbo de contrariedad en su rostro.

-Qué quieres decir Lean?

-Bueno, no tenemos, medicamentos, ni dieta equilibrada, ni comodidades, no tenemos un buen futuro, hay que aprovechar el presente, quién sabe cuanto tiempo estaremos aquí, dijo mientras le daba un trago a la botella de vino.

-Que tal está?

-No sé, nunca bebo vino, debido al rugby llevamos una dieta libre de alcohol, así que igual hasta me emborracho. Anda bebe tú!

Bebí y me supo a gloria tras tanta agua de coco- bueno por nosotros y nuestro presente entonces.

-Ok. Te imaginas Guille que estuviéramos aquí por ejemplo 10 años...10 años....Y bebió de nuevo

A pesar de su corpulencia se notaba en Lean cierta euforia propia del alcohol y siguió con sus reflexiones...

-Puedo preguntarte algo Guillermo.

-claro

-Te la has pelado estando en la isla?-me preguntó con cara pícara mientras me pasaba la botella

Casi se me cae la botella- la verdad es que me encanta el sexo, pero aquí he tenido la líbido muy baja, sobre todo al principio, ahora que ya me siento mejor si reconozco que pienso en ello más amenudo, pero no lo he hecho. Y tú?-pregunté con verdadera curiosidad

-Pues me ha pasado como a ti, de unos días a ésta parte ando ya muy salido y el hecho de saber que puede quedar mucho tiempo por delante me está volviendo loco, pensar que puedo estar años a base de pajas me deprime, pero es el destino.

-Bueno Lean, el destino lo hacemos los hombres y a raíz de eso hay algo que quiero decirte hace tiempo y creo que mereces ya saberlo

-de qué se trata?

-Verás, no sé muy bien, como encarar esto, pero a raíz de esta conversacion de sexo y ya que nos estamos abriendo tanto, debo decirte que yo, que ...bueno...pues...a ver como lo digo cojones..bueno que me gustan los tíos...-joder, ya lo he dicho

Se hizo un incómodo silencio que no sabía como interpretar.

-Di algo Lean

-Es que me he quedado muy sorprendido, no lo esperaba.

-Ah no?

-No. Debería haberlo sabido o intuido?

-La verdad es que no, nunca he dejado traslucirlo, te tengo gran respeto.

-Lo sé, por eso te aprecio tanto y te respeto tanto.

-Entonces, que opinas?- pregunté esperando su opinión al respecto

-No sé, debería sentirme afortunado no?. No hay mujeres aquí, pero hay un hombre al que resulta le gustan los hombres y yo soy un hombre...

-Y menudo hombre-deje escapar en voz alta

-ja,ja. Gracias

Decidí el todo por el todo y ataqué, no iba a ver más vino en el futuro y quién sabe si una conversación tan íntima.

-Lean, tú sabes que estamos apartados del mundo y como bien dices, no tenemos futuro, solo presente. No sé si debería decirte esto, pero tengo que hacerlo sino me volveré loco, me gustan los hombres y claro como no me vas a gustar tu, lo tienes todo, físico y caracter y encima caigo contigo en una isla desierta donde cada vez y debido a la abstinencia estamos más salidos y tampoco sabemos cuanto puede durar ésto. No sé tú pero yo no quiero podrirme aquí sin entregarme a alguién nunca más, sé que para ti puede ser más complicado porqué te gustan las mujeres y bueno ya me callo porqué tu silencio hace que me sienta ridículo.

-Guillermo, tienes razón en todas y cada una de las cosas que has dicho, yo no quiero quedarme en ésta isla, pero si así ha de ser, lo mejor es que hagamos lo que ambos decidamos y quede entre nosotros para siempre, no soy gay, no sé siquiera si puedo trempar con un tío, pero lo que no quiero es cascarmela como un mono de por vida.-Volvió a beber de la botella apurándola-

-quieres que probemos ahora Lean?

-no encuentro mejor momento, qué hago? Salimos del agua?

-relájate y dejame a mi

Lean no volvió a decir nada más. Y yo tampoco. Puse en mi mano de nuevo champú y lo extendí por su espalda en un suave masaje. Tenía una espalda impresionante y después de soñarla muchas veces ahora la repasaba una y otra vez con mis manos, su piel morena dorada por el sol se perdía entre el jabón y mis yemas.Lean cerró los ojos y se dejó hacer, noté que sus músculos se relajaban, creo que necesitaba éste momento tanto o más que yo. Froté sus amplios pectorales y acaricié sus pezones, sus ojos continuaban cerrados recordando Dios sabe que o imaginando a una bella muchacha junto a él. Yo no quería romper la magia de ese momento, poco a poco le llevé a una zona menos profunda donde permanecimos sentados. Cogí más jabon y embadurné sus piernas dignas de una portada de fitness mientras su verga flotaba balanzeándose sobre el agua, yo me estaba poniendo cardíaco de tener a semejante especimen del género masculino entre mis manos y ese aparato tan próximo. Quería que él lo disfrutara, que fuera una experiencia plenamente satisfactoria, del resultado de éste encuentro podían venir más o ninguno, me jugaba mucho, así que estaba dispuesto a darlo todo para que Lean disfrutara.

Había masajeado bien sus piernas y pies y su rabo me invitaba una y otra vez  a cogerlo, pareciendo leer mi pensamiento Lean agarró mi mano derecha con su fuerte mano izquierda y la posó sobre su tranca, aún estando en reposo era de un grosor y tamaño formidable, nunca había visto nada igual. Inicié un suave masaje, descapullándola y acariciando con mi otra mano sus pelotas, Lean gimió ligeramente y yo continué concentrado con su paquete. Ni que decir tiene que mis caricias pronto hicieron efecto en su pene después de tanto tiempo de sequía.Lean no tenía que agobiarse, trempaba y mucho. Su falo creció algo más, no demasiado pues su tamaño ya era terrorífico, eso sí alcanzó una dureza y una rigidez tan brutal que me dio miedo hacerle daño.

Dado que Lean estaba respondiendo bien a mis estímulos, le susurré al oído que nos acercaramos a nuestro refugio y continuaramos allí lo empezado. Lean con una media sonrisa contestó: -lo necesito.

Y era cierto, se notaba que necesitaba una buena sesión de sexo, sacar la tensión fuera después de tantas semanas, vaciar sus pelotas como fuera. Y yo no le iba a defraudar en ese deseo. Lean se estiró en el suelo que teníamos acondicionado a modo de cama y su erección se alzo desafiante a la fuerza de la gravedad, aquello era un espectáculo que ni el más avezado actor porno podía dar. Me sentí dichoso de ser yo quién iba a disfrutar de esa tremenda herramienta allí y ahora. Las felaciones nunca fueron mi fuerte al contrario que la penetración, pero Lean tenía que llevarse ese atardecer la mejor mamada de su vida, aunque me dejara la garganta ahí mismo.

Mientras masturbaba suavemente su cipote con ambas manos, empecé a jugar con mi lengua bajo sus pelotas, no sabía si eso le gustaría o no, pues es una zona que tiene partidarios y detractores, pero no hubo duda a Lean le gustaba, lo vi en su cara de satisfacción al segundo de comenzar mi trabajo oral, ya con más confianza, me pasé saliva por las manos y seguí suavemente subiendo y bajando su prepucio a la vez que arreciaba mis acometidas con la lengua en sus pelotas, Lean dejó ir un gemido y yo otro para que supiera que me estaba gustando mucho lamérselas. No habían pasado 10 segundos cuando con voz entrecortada oí a Lean decir :- chúpala ya por favor...Estoy muy cachondo.

Pasé la lengua desde sus huevos a lo largo de todo el tallo hasta llegar al capullo y bajé de nuevo, repetí la operación 5 ó 6 veces, me hubiera deleitado más, pero esté macho necesitaba más ya a éstas alturas, subí de nuevo al glande y ahí ya me quedé, lo envolví con los labios y posé mi lengua sobre él haciéndola girar en círculos, Lean entonces abrió los ojos y me dijo: -eso es, así. Iba por buen camino, yo lo estaba disfrutando a tope, pero sin duda él más. Hacía rato que se había abandonado a mi completamente y me dejaba y se dejaba hacer. Poco a poco fui introdujendo en mi boca esa fantástica polla que lo ocupaba todo e inicié un movimiento de vaivén, sin prisas, paladeando cada dentimentro, evitando a toda costa rozarla con mis dientes, du dureza era extraordinaria y Lean estaba acelerando su respiración.

-No voy a aguantar mucho- dijo en un susurro lleno de cachondez

Bajé el ritmo, no quería que se corriera todavía, esa mamada tenía que durar más, sin embargo era comprensible que tantos días sin eyacular no permitiera alargar el momento demasiado. En ese instante sentí algo de miedo. Qué pasaba si se corría y pasado ese momento de calentón Lean se arrepentía y la relación se enrarecía? No quise pensar en eso en un momento tan intenso y tras una breve pausa reanudé la felación y volvía a amorrarme  metiéndome ésta vez todo lo que pude, la tenía ya en la campanilla pero quedaba un buen trozo fuera, sentí arcadas y tosí, volví a intentarlo, sé que en otros relatos a base de intentos y más intentos lo consiguen, no fue mi caso, soy la oveja negra de todorelatos, chupé, succioné y volví a lamer el glande una y otra vez, metiendo hasta donde mi inicio de esófago me dejaba, pero no lo conseguía mierda!!! Agarré la base del pene que quedaba fuera y apreté firme ensalibando bien todo ese badajo y me metí el resto en la boca, aumenté el ritmo y Lean empezó a disfrutar de lo lindo y lo que antes eran susurros, eran ahora gemidos en toda regla...Sentí en mi cabeza una de sus manazas marcando el ritmo, acelerando el movimiento y haciéndola llegar lo más profundo que mi boca permitía: -come on suck, suck my cock, I cum, I cum...

Me moría por sentir su semen en mi boca, pero dadas las circunstancias y ante el torrente guardado que se avecinaba, aquella polla había que verla chorrear, la saqué como pudé de mi boca, dejándo su glande apoyado en mi lengua, mientras seguía pelándosela con mi mano derecha y acariciaba sus testículos con mi izquierda.- Vamos machote- le solté en español. Lean no nocesitaba ese tipo de ánimos, venía con los deberes hechos, me soltó un primer trallazo espesísimo en toda la lengua y un segundo más denso todavía, el tercero fue directo a la garganta y el cuarto mitad dentro de la boca, mitad fuera, hubo un quinto y un sexto también dentro´...moví su chorra y el séptimo y el octavo fueron a dar a mis mejillas. Entre jadeos de ambos pasé su glandé por mis mejillas y lo metí de nuevo en mi boca saboreándola de nuevo, mientras la embadurnaba con el semen que tenía dentro, fuí sacándola poco a poco reluciente dándole un último beso a su capullo y a continuación me tragué toda su corrida o debería decir corridón..-UHHH OH MY GOD-atinó a decir Lean

Si nuestra relación iba a depender de ese primer encuentro, creo que no iba a ser el último. Estuve tentado de preguntarle que tal había ido, pero no quise romper la magia del momento, si tenía que decir algo el sr. Samont, ya lo diría, pero su cara hablaba por él.

Yo por mi parte vislumbré (estaba anocheciendo)  de nuevo su miembro y me sentí dichoso de gozar de un cacharro como ese, un macho como Lean y un pedazo de corrida como esa. Esas cosas no ocurren todos los días.

Me dormí junto a él entrecerrando los ojos con una última imagen de sus pelotas en mi retina y el sonido de su respiración en mis oídos. El agua sonaba de fondo...

CONTINUARÁ Fin de las 2 primeras partes