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La oferta III

en Gays

   Me desperté al sentir los rayos de luz en mi cara.

No estaba muy seguro de que hora sería, desde mi posición vi sobre la mesilla de noche el reloj de Sergei, me pareció vislumbrar las 9:35.

Me incorporé sin hacer ruido y me senté sobre el borde de la cama con mis antebrazos apoyados en mis piernas, mientras restregaba mis ojos con las manos.

Revolví en silencio mi ropa hasta dar con mis calzoncillos y caminé de puntillas por la habitación para no despertar a Sergei hasta llegar a la puerta del baño. Mierda, eso no era el baño, era un vestidor. Por lo visto se había quedado el mejor dormitorio... Volví sobre mis pasos y me encaminé hacia la otra puerta, ésta vez acerté...Me situé delante de la taza y sujetándomela con la mano derecha empecé a soltar una larga y copiosa meada que al estrellarse en el agua provocó un sonoro chapoteo. Me la sacudí un par de veces mientras accionaba la cisterna y miraba a mi alrededor. Había una espaciosa bañera de piedra y junto a ella una enorme ducha de obra con acabados de piedra y pizarra y en el techo una gran cuadrícula repleta de orificios por los que salir el agua, imitando el efecto de la lluvia.

Supuse que a Sergei no le importaría que la usara, giré el termostato buscando una temperatura media y accioné el grifo, al instante sentí el agua tibia mojando mi pelo y escurriendo por mi cuerpo a la par que cerraba mis ojos y entreabría mi boca.

-No se puede estar más sexy...- dijo Sergei a mis espaldas a la vez que mi cuerpo daba un respingo.

-Joooder, que susto me has dado! - contesté yo volteándome.

-No era mi intención, oí el agua y supuse que andabas por aquí.

-Lo siento, no quería despertarte, espero que no te moleste que haya usado tu baño y tu ducha.

-Lo podré superar, sobre todo, teniendo en cuenta la de gente que vendería su alma por entrar a su baño y encontrarte a ti en bolas duchándose...

Nos quedamos mirando por unos segundos y Sergei volvió a hablar:

-No vas a invitarme?

-ehhh...sí, sí...claro... Quieres ducharte? Creo que cabemos de sobra los 2...

Sergei entró en la ducha y nuestros cuerpos se rozaron bajo el agua. Extendió en sus manos de forma abundante el gel a base de aceite de oliva y lavanda que colgaba de la repisa y lo frotó por mi pecho mientras lo sentía pegarse a mi espalda.

-Me encanta tu cuerpo - me sussurró al oído.

No dije nada y él continuó enjabonándome, del pectoral pasó a mis brazos y bajando por ellos a mis manos. Volvió a verter gel y levantando mis bíceps lo pasó por mis axilas que se entretuvo en lavar a conciencia. Bajó sus manos por mi torso enjabonando mis lumbares y mi pelvis, para de nuevo echar gel y arrodillarse por detrás mío. Refregó sus dedos por mis gemelos y mi bíceps femoral en lo que se estaba casi convirtiendo en un agradable masaje. Noté sus manos en mis glúteos y como se entretenía en la raja que los separa, para volver a bajar recorriendo la totalidad de mis piernas hasta llegar a  mis pies que lavó con fruición. Me hizo girar quedadando frente a él y continuó enjabonando mis piernas para ahora llegar a mis ingles. Sentí un ligero cosquilleo. Volvió a poner más gel en sus manos y lo extendió por mis huevos sobeteándolos con dedicación aunque con suavidad. Pasó a mi polla que con tanto manoseo se hallaba algo morcillona y descubrió mi glande, al que también se dedicó a enjabonar de forma delicada. Sin poderlo evitar sentí que mi nabo empezaba a crecer entre sus manos, Sergei me miró dibujando una sonrisa en su cara y émpezó a pelarmela con sus dos manos, sin prisa, pero sin pausa. En pocos segundos tenía mi polla como el hierro, Sergei continuó la paja alternando las caricias en mis huevos y mi chorra, provocándome un gran placer. Yo miraba a Sergei y él a mis genitales como si aquella tarea requiriera la mayor de las concentraciones.

-Bueno, ésto ya está- dijo con voz de satisfacción

Y a continuación me hizo desplazarme de nuevo bajo el agua y aclaró todo el jabón de mi cuerpo.

-Ya está? - pregunté yo sorprendido. -Me vas a dejar así?

-Tengo planes para esta mañana Julián y se está haciendo tarde -comentó sarcásticamente. Créeme, habrá tiempo para que "lo sueltes todo". Nos vemos desayunando.

Abandoné la ducha con una aparatosa erección mientras Sergei se duchaba, y me dirigí a mi habitación en calzoncillos para buscar algo de ropa. Oh no joderrr...!!!. Al subir las escaleras me encontré a dos señoras del servicio que bajaban por ellas...

-Ésto...buenaaaasss -dije con voz de gilipollas, mientras intentaba cubrir el bulto que de forma obscena se dibujaba en los boxer.

-Bom dia senhor -saludaron al unísono amablemente 

Volé hasta mi cuarto más rojo que el culo de un mandril mientras oía de fondo unas risitas más propias de unas adolescentes que de una señoras ya entradas en años. Sustituí los boxers por unos slip negro y gris y me vestí con unos vaqueros y una camiseta sin mangas  de color blanco con rayas grises en el lateral. Me cepillé los dientes, me atusé el pelo y bajé a desayunar a la terraza.

-Té? Café? -preguntó Sergei señalando una surtida mesa.

-No sé, dímelo tú. Qué me gusta más? -pregunté en un tono que desconcertó a Sergei.

-El café -contestó, no sin cierta duda en su voz.

Me acerqué a Sergei a pocos cm. de su cara mientras pasaba por su espalda mi brazo izquierdo y le daba un par de palmadas en el pecho con mi mano derecha .

-Vas a tener que subir el sueldo a tu confidente, es muy bueno...-comenté.

Tanía hambre y desayuné más de lo que solía hacer: café, zumo de naranja, cereales y fruta. Sergei se decantó por un café y un par de tostadas con miel.

-Por qué dijiste anoche que el dinero da la felicidad? -pregunté intrigado a Sergei mientras mordía una manzana 

-Veo que hoy te has levantado incisivo...-Hum, la felicidad...dijo suspirando mientras parecía buscar las palabras apropiadas -Es una pregunta complicada para éstas horas de la mañana, pero acepto el reto- dijo mientras dejaba su café sobre la mesa. -La buscamos cuando no la tenemos y una vez inmersos en ella no la sentimos hasta que la echamos en falta. En realidad mi opinión es que el dinero no da la felicidad, sólo momentos puntuales felices: un cuadro, que no el talento, un Julián Calzado, aunque no su amor...Tal vez si me enseñas a pintar y te casas conmigo, halle la felicidad...dijo riendo, -aunque, ni el talento se enseña, ni el amor se firma, así que, supongo que me quedo sin felicidad y con un montón de millones.

-Cambiarías una cosa por la otra? -pregunté maravillado ante su ingeniosa respuesta

-Algunos dicen, que la felicidad, como el dinero, radica no en tener, sino en no necesitar, yo que tengo mucho más de lo que necesito no sabría donde encuadrarme. Los socráticos que hacen de la virtud la perfección del espíritu no están muy de moda hoy día, los aristotélicos buscan el placer para llegar a la felicidad, entendiendo el placer como conocimiento, los escépticos la buscan a través de la impertubabilidad como equilibrio interior y podríamos seguir con los hedonistas, los epicúreos, los kantianos y un largo etc...Hizo una pausa y prosiguió...- Los Korolenko decimos "intenta rodearte de personas, momentos y cosas que te causen dicha, satisfacción"...En mi opinión,  cuanto más te acerques a esa máxima, más instantes felices habrá en tu vida.

-Compartir contigo un desayuno es asistir a una masterclass, -comenté admirado -Acostumbrado a la comisaría...Allí más de uno pensaría que "los socráticos" es un grupo de música

Acabamos de desayunar y salimos al exterior de la casa.

-Sígueme Julián -dijo Sergei acompañando sus palabras con un gesto de su mano.

Nos dirigimos a unos establos contigüos a la casa, rodeados de una cerca.

-He pensado en dar un paseo a caballo. Qué te parece? Te gustan los caballos?

-Lo cierto, es que nunca he subido a uno, supongo que no es tu caso y estarás harto de cabalgar...

-Un comentario demasiado facilón, no? -rió divertido Sergei

-Ehh..No, no, te aseguro que no lo he dicho con esa intención, me ha salido así.

Montamos en los caballos y seguimos una senda rodeada de frondosos árboles.

-Diría que nos siguen unos cuantos metros por detrás.

-Sí, sí, tranquilo. Es Igor, uno de mis guardaespaldas

-Me pregunto que pensará de nosotros.

-Igor no piensa, sólo hace su trabajo

Me pregunté, conociendo a Sergei, hasta donde llegaría el trabajo que hacía Igor, pero por supuesto me callé.

-Ésto es precioso, verdad? -dijo Sergei

-Sí, si que lo es.

-Te gustaría galopar un poco?

-Uff, no sé, no me veo muy seguro encima de éste animal tan grande. Piensa Sergei que si me rompo una pierna, se acabó el fin de semana...- comenté divertido.

-Tomaremos ese riesgo, sólo tienes que amoldarte al movimiento natural del caballo, no es difícil. Prueba.- y espoleando su caballo, Sergei arrancó velozmente senda adelante...No quise ser menos y me lancé en su persecución, estuve a punto de caerme por dos veces, pero acabé pillándole el tranquillo al asunto y acoplándome al galope del animal. La adrenalina subió rápidamente por mi cuerpo y lo cierto es que me sentí en ese instante libre, lejos de todo y de todos. Era una sensación maravillosa. Encontré a Sergei de pie, junto a su caballo, al lado de un arroyo.

-Ha sido increíble -dije mientras desmontaba.

-Sabía que te iba a gustar. He hecho un alto para beber agua

Sergei se acercó al arroyo y como si fuera un niño me lanzó un palmada de agua que mojó toda mi camiseta.

-Joooderr, que fría está..Te vas a enterar. Me abalanzé sobre él y ambos caímos al arroyo.

-Ehhh, me rindo, me rindo -gritó Sergei, mientras intentaba hundir mi cabeza en el agua.

-Serás tramposo...

Salimos chorreando del agua y dado que era una zona solitaria, decidimos desnudarnos y poner las ropas al sol. Sergei se acercó y supe nada más mirarle a los ojos, que quería tema. Cogió mi cara entre sus manos y me besó de forma apasionada. Sentí su lengua y su saliva dentro de mi boca.

-Qué tal si acabamos lo que empezamos esta mañana en la ducha? -me preguntó mientras sus manos ya palpaban mi entrepierna.

Se arrodilló frente a mi pene y se lo introdujo entero en la boca, entre la sesión de la mañana y las evoluciones de su lengua, sentí crecerlo al instante, cada vez más grande y más rígido, pero Sergei no se separaba de él y lo retenía no sin cierto esfuerzo. Se notaba que quería complacerme, que quería verme gozar, pero al mismo tiempo, se notaba también que disfrutaba haciéndolo, creo que esa era la diferencia principal con las chicas que me la chupaban, lo hacían porqué les excitaba verme excitado, pero no porqué a ellas les excitara chuparlo. Con Sergei era distinto, chupaba y chupaba cómo si no hubiera nada más en su vida. Siempre se ha dicho que los gays la chupan como nadie porqué conocen un pene como nadie. Yo no estoy de acuerdo, el principal órgano sexual es el cerebro, así que visualmente y psicológicamente no es igual de excitante ver ahí amorrado un maromo que una preciosa rubia por mucho que el chaval sea un experto. Sin embargo, la entrega de Sergei era tan grande y la pasión desplegada tal, que me tenía totalmente subyugado y al borde del orgasmo todo el tiempo. El ruido del agua en el arroyo se mezclaba con el ruido de la boca de Sergei en mi polla y con el ruido de mi respiración, más que agitada. Notó que mi corrida era inminente y pelándomela con su mano derecha y sin sacarla de su boca deposité toda mi corrida en su interior que él tragó al instante. Fue una corrida copiosa, intensa, que me dejó una honda sensación de placer.

Sergei era todo un adicto al semen y a las comidas de polla y yo dentro de mis circunstancias, estaba encantado con esos gustos. Para mi una relación sexual, sin sexo oral de por medio, no era una relación completa, por mucha penetración que pudiera haber. Si a eso añadimos, que la mayoría de las chicas que me follaba, eran relaciones esporádicas, el tragarse mi semen, no era una opción contemplada, así que aquí me dejaba llevar y dejaba ir unas descargas como ríos...

-Tienes un pene precioso -dejó ir Sergei mientras seguía jugueteando con él ya morcillón.

-Eso se lo dirás a todos -contesté de una forma tan frívola, que no me reconocí a mi mismo.

-No, no, de eso nada, es cierto, es muy proporcionado, es una polla armónica...

-Ja,ja,ja -estallé en carcajadas

-Qué pasa? Es tan gracioso lo que he dicho?

-Perdona Sergei, pero sí, es muy gracioso -dije sin poder aguantar la risa

-Pero, por qué?

-En español, armónica también es un instrumento por el que se sopla...

-Ah, no sabía... Una губная гармоника!!!

-No, sí lo has clavado, los 2 son instrumentos para soplar...-dije mientras resbalaban las lágrimas por mis mejillas.

Y ambos acabamos riendo a carcajadas. Nos serenamos en unos minutos. Miré a los caballos, pacían tranquilamente. Sergei se acercó y me besó de nuevo, sus besos se prolongaron por mi cuello y mi pecho y de nuevo recorrió mi boca, sus manos acariciaron mi espalda y de ahí pasaron a mis hombros. Noté cierta fuerza tirando de mi hacia abajo. Supe al instante lo que pretendía porqué yo mismo había utilizado más de una vez esa técnica con mis conquistas, no me llamaba nada la idea, sin embargo y a mi pesar, no estaba en disposición de negarme, ésto no era una pareja al uso donde uno hace lo que le apetece, era un acuerdo comercial y yo me debía a él. Arrodillándome ante Sergei, me dispuse a chupar un pene por vez primera en mi vida.

No me atreví a mirar a la cara de Sergei, cogí su pene y pasé por varias veces la lengua a lo largo de él. Sergei que debía estar esperando ése momento desde hacía tiempo se excitó al instante y dejó que fuera yo quién me desenvolviera a mi aire. Lo introduje en la boca y lo mojé con mi saliva. Agradecí que fuera de menores dimensiones que el mío dada la falta de experiencia e inicié un ligero vaivén con mi cabeza y mi cuerpo.

-Vas bien...Cuidado con los dientes...-decía Sergei.

No me sentía agusto, pero lo último que quería es que él lo notara, dadas las circunstancias. Incrementé la velocidad y manoseé sus testículos, intentando que las sensaciones para él fueran más intensas y no tardara en eyacular. Revolvió mi pelo con sus manos y marcó el ritmo que quería, yo le permití hacerlo. Su respiración sonaba agitada, supe que no iba a tardar en correrse, pasé la lengua por el glande tal y como a mi me gustaba y sacando su pene de mi boca, descargó encima de mi cara tres chorros de espesa lefa.

Me levanté y me limpié con el agua del arroyo, mientras Sergei me daba las gracias y me decía que había sido tremendamente excitante para él.

Volvimos a vestirnos, a pesar de estar aún bastante húmeda la ropa y reanudamos el paseo a caballo camino a casa. Durante el camino:

-Te puedo preguntar algo Sergei?

-Hoy estás de lo más curioso Julián.

-Es algo que llevo pensando mucho tiempo...

-Adelante entonces.

-Por qué doblaste la oferta? Acaso 1 millón no era suficiente?

Quería vivir estos momentos contigo...El 99% de la población hubiera aceptado, homófobos incluidos...Sin embargo, tenía claro que tu no eras como el 99% de la población.

-Cómo puedes estar tan seguro?

-Acaso me equivoco?

-Supongo que no...Aunque 1 millón relaje tu vida y 2 la solucione, no fue el dinero lo que me hizo aceptar, quiero decir, sí que lo fue, pero no únicamente. A decir verdad, la cena en Marbella cambió mi percepción de ti. Si no hubiera sido así, no habría aceptado ni por 10 millones de euros.

-Te creo, aunque suene paradójico, no me pareces una persona que rija su vida por el dinero, de echo, me tuviste en vilo hasta el último momento, no estaba seguro de que fueras a aceptar.

-Deduzco entonces que de no haber aceptado, tampoco hubieras ofrecido más?

-La mayoría de los mortales no sienten los dilemas morales que tu señalaste cuando hay cifras de varios ceros por medio. Soy un hombre de gustos caros: me gustan los hombres, pero no cualquier hombre, los heterosexuales de rompe y rasga y ellos siempre prefieren antes tirarse a una chica mona por tonta que sea, que a un tío como yo, por apuesto o encantador que pueda llegar a ser. Así que supongo que suplo mi falta de tetas por euros y sabes...Funciona; esos heteros buenorros al final, donde antes veían un pene, acaban viendo un precioso coñito. Cuanta más alta es la cifra, más bonitas tengo las tetas y yo encantado de cumplir mis fantasías con esos pedazo de machos repletos de testosterona...Sin embargo en tu caso, mi desconcierto era grande, tu decisión estaba vinculada a algo más que el dinero, pero no lo entendí hasta la cena a la que haces referencia, de ahí que te dijera que me parecías una persona íntegra. Y por la misma razón no te ofrecí más dinero, tu decisión giraba en torno a otras premisas que yo no podía controlar, supongo que eso te hace el tío más especial de todos los que he conocido...

No puede evitar sentirme halagado ante el comentario de Sergei, era evidente que a pesar de todo éste asunto del dinero y el sexo, ambos sentíamos un gran respeto por el otro, existía una química especial que nada tenía que ver con la atracción o el erotismo, era más bien una admiración mutua, una conexión como la que sienten 2 viejos amigos entre sí.

Ya en casa, comimos de forma ligera mientras fuera empezaba a chispear...Sentía que mi cuerpo pedía descansar, en Marbella nunca echaba la siesta, sin embargo, en Madeira, entre lo poco que había dormido, las intensas sesiones de Sergei y la lluvia en el exterior, un ligero sopor me invadía; aún así, esperé por si él disponía otra cosa, a pesar de nuestro feeling era sabedor y consciente de por qué estaba allí...

-Tienes cara de sueño -dijo finalmente Sergei levantándose de su silla

-Sí, estoy algo atolondrado, debe ser el día. -dije yo desde la mía.

-Sería una buena idea echarnos y descansar algo- sugirió mientras masajeaba mis hombros tras de mi.

-Justamente lo estaba pensando.-sin llegar a comprender si se refería juntos o separados

Abandonamos la mesa rectangular del comedor camino de los dormitorios, Sergei ni siquiera se lo planteó creo, subió escaleras arriba conmigo y entramos juntos en mi habitación. Me desvestí, quedando únicamente con los slips y me tumbé sobre la cama, a continuación, Sergei hizo lo propio y entró al baño, salió con una especie de crema para el cuerpo y le oí decir:

-Necesitas un masaje.

Lo cierto es que de todo lo que podía haber sugerido Sergei, esa era la idea que más me apetecía. Me dí la vuelta quedando de espaldas sobre la cama y Sergei se subió encima de mi culo. Se untó bien las manos y empezó a restregarlas por mi espalda y mis hombros, mis lumbares y mi cintura, poco a poco y sintiendo un profundo bienestar me quedé plácidamente dormido...

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Me desperté sólo en la cama, miré la hora, eran casi las 19 h, vaya siestecita pensé, me notaba descansado y relajado. Decidí tomar una ducha y cambiarme de ropa, me decidí por unos pantalones de sport beige y una camisa azul de rayas que solía ponerme para salir. Dejé el dormitorio y bajé las escaleras, oí música al fondo del pasillo que llevaba al comedor, me encaminé hacia allí, diría que era un piano, entreabrí la puerta y efectivamente vi a Sergei de espaldas con pantalón gris y camisa negra tocando un piano que había en la sala. Me colé dentro y sin hacer ruido me senté en el suelo apoyándome en la pared. Sergei tarareaba una melodía que estaba seguro alguna vez había oído, sin embargo no lograba identificarla. Escuché ensimismado, no lo hacía nada mal, Sergei era un saco de sorpresas y todas buenas. Ojalá fueras una chica pensé. Sergei acabó su pieza y yo aplaudí entusiasmado.

-Ups, estabas ahí? Qué vergüenza! Pensaba que dormías...

-Vergüenza? Me ha encantado. Dónde aprendiste?

-En el colegio, en la Unión Soviética era obligatorio saber tocar almenos un instrumento y aprender canto, con la caída del comunismo, mi padre siguió pagando mi formación de forma privada. A él le encantaba la música clásica.

-Pues parece que aprovechaste bien el tiempo. Que tocabas?

-"Eyes of blue" de Paul Carrack, no sé si la conoces...Mi madre siempre se la cantaba a mi padre -contestó con voz meláncolica Sergei.

-Qué hacemos?-pregunté intentando sacar a Sergei de esos pensamientos tan tristes.

-Pues había pensado que ésta noche decidas tu lo que vamos a hacer. Te parece bien?

-Vale, propongo que bajemos a Funchal a cenar y que nos acompañe Galina. -propuse con determinación

-Reconozco que no esperaba esa propuesta, pero he dicho que decidías tú y no voy a faltar a mi palabra. La llamaré.

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Nos bajaron en la conocida Chrysler hasta llevarnos al restaurante "Les Faunes", donde Galina había reservado mesa para 3 en la terraza y vistas espectaculares a la bahía de Funchal. Elegimos distintos pescados para la cena y vino "Madeira" para los 3. Galina siempre tan impecable, lucía hermosa y perfectamente maquillada, como es costumbre entre las rusas, un ajustado vestido de color crema y unos zapatos negros altísimos, remataban su estilismo. Las tetas seguían como siempre, grandes y llamativas. Les dediqué un par de miradas sin ninguna intención, aunque juraría que a Sergei no le pareció así. Estaba celoso?

-Dígame srrr. Calzado, cómo es que ha decidido que viniérramos juntos a cenar? El sr. Korolenko me ha dicho que fue una idea suya...

-Llámame Julián por favor, precisamente pensé que esta podía ser una cena de amigos, sin protocolo, sin jefes y dado que llevas más de un día con ese par de mastodontes (dije señalando a la puerta), he pensado que te gustaría venir con nosotros y cambiar de aires...Siempre que Sergei lo aprobara, tal como así ha sido.

-Agradezco mucho esa corrrtesía Julián, pero no sé si podrré llamar Sergei al sr. Korolenko, lo tengo demasiado interiorizado...

-A mi no me mires Galina, ésta noche manda Julián...-dijo Sergei como delegando su posición en mi.

Conforme avanzó la cena, Galina fue soltándose más tras el estupor inicial y resultó ser una conversadora más divertida y locuaz de lo que en principio podía adivinarse. Tampoco me sorprendió,  Sergei ya me había dicho que era inteligente y la inteligencia y el sentido del humor suelen ir de la mano. Al contrario que otras veces ésta vez fui yo quién contó algunas anécdotas de mi vida y trabajo que Sergei y Galina escucharon entusiasmados...

-Que sí, que sí, que una vez tuvimos que entrar en casa de una sra. mayor que se dedicaba a robar botellas de lejía por todo el barrio, tenía más de 200 en su casa y decía que las utilizaba para lavarse sus partes porqué decía que ella allí abajo tenía un olor muy fuerte y no se le iba con jabón...

-Ja,ja,ja, calla Julián, eso es mentirrra, no te creo.-reía Galina...Espero que por lo menos fuerra lejía perrrfumada...jajaja.

-No, eran botellas de lejía "Conejo", debieron parecerle más apropiadas...-y reí también a carcajadas contagiado por Galina

-Qué barbaridad!-reía también Sergei. -Me imagino "allí abajo" al marido pensando : "vale me he he dejado la lengua medio abrasada, pero a limpia, a mi gorda no le gana nadie."

-Ja,ja,ja -volvimos a reir todos juntos.

Pedimos el postre, un delicioso carpaccio de piña con especias y sorbete de coco que puso la guinda a una estupenda velada. Yo creo que los 3 nos olvidamos por un instante de por qué estábamos en Madeira y cúal era nuestro fin. Allí sólo había 3 personas, riendo, animados por la conversación e interactuando como si fueran 3 amigos de toda la vida. Es lo que pretendía al invitar a Galina y modestia aparte, creo que lo conseguí.

Volvimos animadamente hacia Ponta do Pargo, y dejamos a Galina y los guardaespaldas en su casa. Galina nos dio las buenas noches y añadió algo más en ruso mientras me miraba.

Al reanudar la marcha, mi curiosidad me mataba, así que tuve que preguntar a Sergei.

-Oh, nada. Ha dicho que tú eres distinto a los demás y yo le he constestado que lo sé desde hace tiempo...

No pronunciamos nada más hasta llegar a la casa, aunque yo me sentía bastante eufórico. LLegaba el momento de ir a dormir y Sergei no me planteaba nada sexual. A pesar de que yo no sentía propiamente atracción por él, me sentía bastante calentorro esa noche, así que decidí tomar la iniciativa y agarrando su mano lo arrastré hacia mi habitación ante la cara de sorpresa de Sergei.

-Esto si que no lo esperaba.

-Lo sé. Por eso estoy haciéndolo. Te lo mereces.

-No tienes por qué hacerlo.

-Quiero hacerlo. Quiero follarte.- afirmé rotundo y seguro de mi mismo.

-Y era cierto. Por una parte el Julián de siempre hubiera preferido cepillarse a Galina, pero por otra, el Julián de esa noche, a pesar de sentirse tan heterosexual como siempre, quería mimar a Sergei, ese hombre se merecía esa noche mis atenciones, pero no por la cifra pagada, sino porqué hoy quería hacerlo sin que Sergei me lo propusiera, quería que supiera que era simplemente porqué me sentía cachondo y porqué me gustaba lo bien que él sabía responderme en la cama.

Accedimos a mi dormitorio y siguiendo el ritual que acostumbraba con las chicas, comencé a desnudar a Sergei, mientras mis labios acariciaban su cuello. Desabroché su cinturón y tiré de sus pantalón y sus calzoncillos hacia abajo. Le dejé postrado en la cama, mientras yo me desprendía de mi camisa y mis pantalones. Me tumbé junto a él en slips y chupé sus pezones, con suavidad al principio y con vehemencia después. Mi lengua rodeaba, absorbía y succionaba aquellos pezones de forma obscena y grosera mientras mi mano acariciaba la entrada de Sergei. Palpé su ano y mojando mis dedos índice y corazón presioné en su orificio y lo penetré. Mis dedos se movieron rítmicamente de adentro afuera y viceversa, girando a su vez sobre sí mismos. Oí los primeros gemidos de Sergei y supe que estaba haciendo un buen trabajo. Ambos estábamos disfrutando. Sergei levantó ligeramente sus piernas para que mis dedos se acomodaran más y mejor en su interior, cosa que aproveché para introducir un tercer dedo. Abandoné sus pezones y mi boca recorrió su cuello, su barbilla y su boca, donde introduje mi lengua en un apasionado beso.

-Métemela -me susurró al oído Sergei.-Vamos Julián métemela ya.

Me situé entre las piernas de Sergei restregándole mi paquete que aún se hallaba cubierto por los slips. Una y otra vez simulaba el movimiento de la penetración mientras mi ya rígido pene rebotaba dentro de mis calzoncillos. Sergei bajó su mano y palpó mi hombría, tiró de la última prenda que la cubría y agarrándomela con su mano, él mismo se la introdujo en el recto de una tacada. Se quejó entre dientes y levantó sus piernas rodeando mi cintura mientras sus manos se posaban en mis glúteos demandando que lo bombeara. No me hice esperar, moví mi pelvis con toda la fuerza que era capaz intentando llegar lo más adentro posible de Sergei para luego salir de él y empezar de nuevo. El ritmo era pausado pero no por ello falto de intensidad. Quería que ese momento durara, quería gozarlo y que lo gozara...Volví a besarle, para a continuación abandonar su boca y centrarme en su oreja, la cual chupé y mordisqueé para finalmente introducir mi lengua en ella, mientras arreciaba el ritmo de la penetración.

-Toma Sergei, esta noche te voy a dar como nunca te han dado -Y yo mismo me excitaba oyéndome susurrar en su oído tales palabras.

Sergei levantó más sus piernas hasta quedar apoyadas en mis hombros, a ambos lados de mi cuello. A esas alturas yo me estaba follando su culo a un ritmo vertiginoso y la cama empezó a chirriar. Las primeras gotas de sudor afloraron en mi frente y Sergei las retiró con su mano. Mi pene abandonó su culo, so pena de correrse de forma inminente y tirando de Sergei hacia arriba lo pude a 4 en dirección no de Cuenca sino del cabezal de la cama. Golpeé su culo con mi tranca, quería que notara su dureza y sin más dilación la introduje de nuevo. Pusé mis manos sobre sus hombros y me moví intentando buscar el mayor ángulo posible de penetración. Sergei empezó a gemir, eran gemidos reales, allí no había ni trampa ni cartón, disfrutaba de cada una de mis acometidas y me lo hacía saber...Pensé que bien merecía que le arreara con todas mis fuerzas y aún sabiendo que me iba a costar el correrme, me moví detrás suyo como una taladradora, la cama a pesar de lo sólida y grande que era, se movía ahora a nuestro ritmo como si hubiera cobrado vida propia y golpeaba la pared como si de un ariere se tratara.

Tuve voluntad y fuerzas para sacarla y darle la vuelta a Sergei para tumbarlo boca arriba en la cama, me senté sobre su pecho con una espléndida erección sobre su cabeza y sin ni siquiera tocarme mi semen empezó a desparramarse sobre su cara y su boca. Aquella fue la corrida más espectacular que tuve con Sergei, a pesar de llevar unas cuantas en menos de 24 horas. Él mismo pareció sorprenderse a tenor de la cara que puso.

-Me temo que éste clima tan húmedo, requiere de una buena mascarilla protectora -comenté seriamente

-Agradecido quedo, me temo que tu "mascarilla protectora" lo sería hasta de un ataque nuclar...-comentó él no menos serio, mientras mi semen se escurría por su cuello.

Le pasé mi polla por la cara, la embadurné y casi sin reconocerme a mi mismo le solté mirándole a los ojos:

-Abre la boca

Sergei obedeció solícito y al momento saboreaba mi chorra con toda la crema que había soltado. Sólo cuando la tuve reluciente, la dejó escapar de entre sus labios.

-Menudo numerito sr. policía... -dijo Sergei aún sin haber recuperado la compostura.

-Ésto no entra dentro del contrato. Invita la casa.-dije yo

El folleteo se prolongó entre nosotros casi 3 horas más esa noche en una verdadera maratón sexual, hacer que se corriera Sergei sin tocar su polla mientras me lo follaba, se convirtió en mi reto aquella noche, y no paré hasta conseguirlo, me costó correrme otras dos veces más, pero finalmente lo logré mientras me lo tiraba de lado.

Sin duda era uno de los fines de semana más agitados que recordaba en mi vida, sino el que más. Nunca pensé que acabarían temblándome las piernas por hacérmelo con un tío, pero así era...Si 2 días atrás alguién me hubiera dicho que yo iba a conocer el sexo entre hombres me hubiera reído en su cara. Ahora sabía lo que era, ó mejor dicho, sabía lo que era el sexo con Sergei y lo había disfrutado, seguía prefiriendo una chica guapa, pero lo había disfrutado, eso era tan cierto como dos y dos son cuatro. Ahora que había experimentado algo nuevo en mi sexualidad me sentía mucho más seguro de mi mismo, me sentía un hombre más experimentado. Y todo gracias a Sergei.

Cuando el sueño y el cansancio hicieron mella en nosotros, después de esa intensa sesión, yo mismo busqué el cuerpo de Sergei y lo acurruqué entre mi pecho mientras acariciaba su pelo. Sabía que era la última noche de un sueño cumplido para Sergei y la primera de una nueva vida para mi en la que el dinero ya no formaría parte de mis preocupaciones cotidianas. Me sentí afortunado, muy afortunado.

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 Desperté junto a Sergei como solía hacer con mis conquistas femeninas marbellíes, pero lo cierto es que Sergei a diferencia de esas chicas, permanecería por siempre en mi memoria mientras viviera. Le miré detenidamente con su pelo revuelto sobre la almohada durmiendo plácidamente y quise retener esa imagen en mi retina. Despertó al poco y dado que era bastante tarde, tomamos un desayuno-almuerzo en la terraza de la casa.

-Ven Sergei, vamos a hacernos una foto con el móvil y el mar de fondo -propuse

Pasamos nuestros brazos por encima del cuello del otro y colocando el móvil a un metro escaso de nuestras caras nos hicimos la foto (una selfish que dicen los snob, vamos una autofoto de toda la vida de Dios que digo yo...)

Nos fuimos a preparar el equipaje e iniciamos el camino de vuelta a Marbella siguiendo los pasos inversos a nuestra llegada.

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Me despedí con dos besos de Galina en el aeropuerto de Málaga y Sergei y yo montamos en uno de sus Rolls camino a Marbella. Ya en la parte trasera:

-Qué tal? preguntó Sergei

-Bien -respondí sin saber muy bien a que se refería.

-Qué piensas?

-Yo...hace 3 días acepté acostarme contigo por dinero, pero quiero que sepas que 3 días después no te veo como una transacción comercial...Para mi eres alguién especial y así te recordaré. Ojalá encuentres alguién que te merezca. Tienes una dura labor por delante porqué nunca he conocido un hombre con tantas virtudes como tu. Al principio pensé varias veces: ojalá Sergei fuera una chica, ahora te digo que ojalá fuera yo gay...

Vi a Sergei con los ojos empañados.

-Es lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo. Vales muchísimo más de dos millones de euros, que nadie te diga lo contrario...

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6 meses después.

-Bueno qué...vas a dejar de asomarte a la calle? pregunté desde mi tumbona mientras tomaba el sol en bañador en la terraza

-Joder tío, no lo puedo evitar, ahí tan juntitos uno junto al otro...me encanta, me encanta...Pero me lo podías haber pedido en rojo, no? Me mola más.

-Aún pones pegas capullo?

-No entiéndeme, que blanco está bien, pero yo rojo lo veo más pasional, como yo soy. Ves, tu sin embargo, con el negro lo has clavado, es un color elegante y deportivo a la vez, como tú eres...Dios, desde que me regalaste el Porsche no hay noche que no moje, es que me ven salir de él y se les hace la chochetilla agua, luego para jincar es más incómodo que el Opel, porqué resulta que la palanca del cambio...

Dejé de escuchar a Rafa y me paseé por la terraza oteando el mar. Me pareció que llamaban al interfono.

-Si?

-Julián Calzado?

-Soy yo.

-Tiene un envío a su nombre.

-Ok, suba.

Mientras Rafa seguía en la terraza, abrí el envoltorio de la caja que me había dejado un chico con las siglas DHL. Apareció ante mi un lienzo, un precioso lienzo. Lo contemplé emocionado. Era el acantilado de Ponta do Pargo. En la parte de atrás se adjuntaba una nota. Abrí el sobre a toda velocidad:

   "Querido Julián, voy en busca de la felicidad, pero no sé si tengo el talento necesario...Por si mi pintura resulta demasiado vulgar, te envió un regalito que creo adornará muy bien tu recién adquirido ático. Un fuerte abrazo. Sergei"

Rebusqué en la caja y encontré dentro otra más pequeña, la abrí y me quedé boquiabierto, era una litografía original de Dalí. Entré en mi cuarto y me senté en la cama junto a la mesilla de noche, pegada a la foto de Raquel, había ahora una nueva, una foto con el mar de fondo y con Sergei y yo sonriendo...La cogí y pasé mi mano por la sonrisa de Sergei mientras fijaba mi vista en sus ojos azules. Casi sin darme cuenta susurré:

-Ojalá estuvieras aquí.

FIN