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Un amor inesperado XI

en Lésbicos

Ven aquí-dijo y me abrazó-. Yo la voy a encontrar, no te preocupes-. Secó mis lágrimas y se fue.

FABIOLA

 

Me sentía muy mal. Debía irme. Dejarla a pesar de que es me partiera el alma. Cuando me dijo que Alicia la besó, sentí como mi mundo se resquebrajaba por completo. Sí, fue sólo un beso, pero aún así no dejaba de doler.

Ella se acercó a mí para besarme, pero no la de dejé. Me alejé de ella. Tomé las llaves de mi moto y me fui, maneje un buen rato a toda velocidad, necesitaba aclarar mis pensamientos y sólo había un sitio en el que podría hacerlo. Era un departamento que había comprado junto a Gabriela, cuando estábamos juntas nos mudamos allí, pero al separarnos decidimos no venderlo que era mejor usarlo como algún tipo de escape, para estar solas cuando lo necesitáramos.

Entre, cerré la muerta y me dejé caer. Estaba sentada, sin parar de llorar. Tratando de entender porque me sentía tan mal, porque me dolía tanto, porque no me lo había dicho antes. Me levanté y me dirigí a la licorera, me serví un trago y me senté en el sofá.

Sólo me senté ahí, veía el trago sin dejarme de preguntarme por que no me lo había dicho. Escuchar una llave abrir la puerta me alarmó y me sacó de mis pensamientos.

¿Dónde estás?

Por aquí-dije, levanté el trago como si pudiera verme. Era Gabriela-.

¿Cómo te sientes?

No lo sé.

Fue un estúpido beso y sabes que ni siquiera lo disfrutó.

Lo sé, lo que más me duele es que no me lo haya dicho. ¿Por qué no me lo dijo Gabriela? ¿Por qué?

No quería herirte-soltó sin dudarlo-.

Pero aún así lo hizo.

¿Y que quieres hacer? ¿Terminar con ella?

No. De todo lo que he considerado eso es lo menos que quiero hacer. La amo y no podría dejarla.

¿Sabes que en algún momento deben hablar? Aclarar todo esto. Debes volver al departamento.

Ahora no quiero, no quiero verla.

Ella está muy mal Fabiola, lo que menos necesita es tenerte lejos.

¿Crees que no lo sé? Yo tampoco quiero estar lejos de ella-. Al terminar esa frase rompí a llorar y Gabriela me acercó a su regazo. Creo que en eso momento me quedé dormida.

Ella está bien, tranquila-decía una voz, me hizo despertar-.

¿Quién era?-pregunté mientras me incorporaba-.

¿Quién crees?

Daniela-dije y suspiré-.Debo volver, debo resolver esto de una vez-agregué mientras me levantaba del sofá y buscaba mis llaves-.

Te entiendo, pero es mejor que esperes a que amanezca.

Está bien-dije y me dirigí a la ventana-.

¿Qué puedo hacer Gabriela? No quiero herirla, tampoco quiero dejarla. Es sólo que no sé que hacer. Si fuera alguien más no me importaría pero se trata de ella. Después de todo lo hemos vivido…-Gabriela no me dejó terminar-.

Sólo olvídalo-dijo, interrumpiéndome-. No le des tantas vueltas. No le des mucha importancia. Por lo que ella me dijo esa tal Alicia manipuló la situación, además recuerda que Daniela no quiere saber nada de ella, la quiere fuera de su vida. Te ama a ti Fabiola, solo a ti. Termina de entenderlo.

No supe que decir. Gabriela tenía toda la razón. Debía olvidar eso y seguir a adelante, si para Daniela no significó nada para mí tampoco.

Tienes razón-terminé admitiendo-. No puedo dejar que esa idiota se interponga entre nosotras. Nos amamos y es lo que importa.

Entonces debes buscarla para aclarar todo esto y asunto resuelto.

No sé si pueda dormir.

Bueno entonces sírvete un par de tragos y hablemos de lo que sea.

Te extrañe, ¿sabes? Pensé mucho en ti cuando estuve fuera de la ciudad.

¿En serio? y eso porque.

No lo sé. Supongo que me di cuenta de que eres importante para mí. Te considero mi amiga Gabriela y después de todo lo que hemos pasado no te quiero fuera de mi vida. Eres una excelente mujer y una excelente persona.

¡Ay pero que tierna!

No te burles, lo digo en serio.

Lo sé Fabiola, yo también te quiero.

Mmm pensándolo bien dejemos el alcohol de un lado y vayamos a dormir.

¿Por qué tienes que arruinar el momento? Inicias todo y después te da miedo darle rienda suelta a lo que sientes

Ja, Ja, Ja, Ja, ven aquí-. Me acerqué a ella y la abracé-.Te quiero, Gaby. No lo olvides, sabes que cuentas conmigo siempre.

Lo sé-. Dijo, me dio un beso en la mejilla y correspondió a mi abrazo-.

Nos quedamos dormidas.

Al día siguiente recordé que me esperaba una semana algo ajetreada. Debía poner al tanto a William de todo lo ocurrido durante el viaje, el contrato, las negociaciones y todo lo relacionado con el nuevo cliente.

Al llegar, el departamento se encontraba completaba solo. Supuse que Daniela se había ido a trabajar. Ese día ni siquiera le envíe un texto o la llamé. Nada, no hice nada.

Esa semana fue caótica. El bufete estaba repleto de casos nuevos, entre eso y poner al día a William, pocas veces iba al departamento. Recordé aquella vez en la que dejé plantada a Daniela por el trabajo. Pero ahora ese no era el caso. Yo de verdad quería hablar con ella, decirle todo lo que sentía.

Vi que recibía una llamada en mi celular y al mismo tiempo sonaba el teléfono de mi oficina. Decidí ignorar mi celular… Pasó un buen rato y al final terminó la conversación. Era el nuevo cliente, debía finiquitar unos asuntos para que viajara a la ciudad y así pudiera firmar unos documentos. Recordé que alguien me llamó y tomé mi celular. No lo podía creer, tenía 5 llamadas perdidas de Daniela. Me sentí fatal. Había dejado un mensaje de voz.

Entiendo que no quisieras atenderme, pero por favor debemos hablar. Si quieres terminar conmigo solo dímelo, respetaré tu decisión. Sé que no estoy en posición de exigir nada pero por lo menos me merezco eso. No me sigas ignorando de esta manera, tu indiferencia me lastima y mucho. Yo te amo Fabiola, te amo.

Sus palabras causaron en mí un sinfín de emociones. No la estaba ignorando, por lo menos no lo hacía intencionalmente. Y ahora estaba completamente segura de que Daniela pensaba todo lo que yo no quería que pensara.

¿Dónde está?-. Pregunté-.

Vaya, hasta que por fin decides aparecer.

Solo dime donde esta Verónica, después me puedes reclamar todo lo que quieras.

Fue a su restaurante favorito.

Gracias-.dije y colgué-. En un santiamén ya me encontraba en la carretera. Camino a su restaurante favorito.

Llegué y comencé a buscarla entre la gente.

Logré verla y no podía creer lo que tenía ante mis ojos. Tenía que ser una broma, estaba allí sentada con Alicia. Me acerqué a la mesa. Y ella se levantó algo exaltada.

Fabiola esto no es lo que parece, yo te lo puedo explicar de verdad. Yo…-. Posando un dedo sobre sus labios la hice callar-. Estaba realmente hermosa. Al mirarla a los ojos, me perdí en ellos y nada más importo. Sus ojos eran encantadores para mí, eran perfectos. Toda ella era perfecta. Todo este tiempo alejada de ella y esa llamada me sirvió para darme cuenta de que lo que pasó no tenía importancia alguna. Sí, nos dolía pero ¿y que? A veces cometemos errores y lastimamos a nuestros seres queridos sin quererlo; confiamos en personas que creemos conocer y eso nos trae problemas. Yo la amaba y eso era lo único que importaba, tenía que hacérselo saber.  

Te amo Daniela. Te amo como pensé que nunca iba a serlo-.dije mientras tomaba su rostro entre mis manos para besarla-. Me haces muy feliz-. La aparte un poco y continué-. Sé que he sido una idiota todos estos días, sin quererlo, y me disculpo por ello, no quiero perderte y esa es la verdad, mi verdad. No quiero que lo que ocurrió nos separe, porque simplemente no vale la pena. Con cada caricia, cada beso, cada mirada, cada gesto, te has vuelto mi adicción; y no lo digo en el sentido posesivo, lo digo de la forma más pura que se pueda decir. Me has atrapado. Te pertenezco. Quiero seguir creciendo a tu lado y que tú te apoyes en mí, quiero ser tu amiga, tu amante, tu cómplice. Quiero que cuando te sientas cansada de la vida, de tu trabajo, de lo que sea, me lo digas, que me cuentes tus miedos, tus aspiraciones. Quiero que sepas que puedes contarme lo que sea, lo que sea; bonito o feo. No quiero tener secretos contigo y tampoco quiero que tú los tengas conmigo y es por eso que quiero pedirte…

Vi como su expresión cambiaba, sus ojos brillaban como el sol. Yo comencé a buscar dentro de mi chaqueta un estuche. Lo abrí…

¿Te casa… rías con…?-. Ella no me dejó terminar-. Se abalanzó sobre mí y me abrazó.

¡Sí, sí, sí! Acepto. Acepto casarme contigo y compartir el resto de nuestras vidas. Yo correspondí a su abrazo. No quería soltarla.

Supongo entonces que debo felicitarte-. Dijo una voz, al escucharla ambas nos incorporamos-.

Supones bien-. Contestó Daniela-. Ya te puedes ir y desaparecer de mi vida-. Agregó finalmente-.

Yo sólo reí.

No lo puedo creer-.dije-. Me has hecho la mujer más feliz del mundo, ¿Sabías eso?

La que no lo puede creer soy yo. Al verte frente a la mesa me iba a dar un ataque, pensé por un momento que terminarías conmigo.

No cariño, no te desharás de mí tan fácilmente-. Dije bromeando-.

¿Y quien dijo que yo quiero deshacerme de ti?-. Contestó ella-.

Vámonos de aquí-. Sugerí-.

Si es contigo, yo voy a donde sea.

Salimos del restaurante y nos fuimos al departamento.

Extrañaba tanto tenerte así, abrazada a mí-. Dijo-. Extrañaba todo de ti. Estos días para mí fueron los peores. Saberte tan cerca y no poder estar contigo, me lastimaba.

Eso era lo que menos quería-. Respondí-. No quería hacerte sentir mal y mucho menos lastimarte.

Lo sé-. Dijo mientras se levantaba de la cama para colocarse frente a mí-. Ven aquí-. Me besó-. Yo correspondí a su beso. Era simplemente exquisito; sentir sus labios sobre los míos, su lengua abrirse paso dentro de mi boca. Quería recorrer cada parte de su cuerpo sin pensar en el mañana. Amarnos hasta saciarnos.

Quedarme ahí con ella, en ese pequeño pero inmenso paraíso que habíamos creado solo para las dos.

FIN

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GRACIAS A TODOS POR LEER MI RELATO. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO!!! SALUDOS. #GODBLESSYOU :*