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Siempre Tú VI

en Lésbicos

Los días fueron pasando y con ellos nuestra relación crecía. Clara es una mujer maravillosa, su ternura me ha cautivado. Hacía tiempo que no me sentía tan bien con alguien que no fuera Bárbara y eso era algo realmente sorprendente, su manera de ver la vida, de hacer las cosas; si, tiene su carácter, pero quién no. Sus defectos eran opacados por todas sus virtudes. Tenerla a mi lado me hace muy feliz.

TIEMPO DESPUÉS

Mi celular comenzó a sonar.

Aló!

Aló! Recibí en respuesta. ¿Ya vienes?

No, vida aún no. Ahorita tengo una reunión con un posible cliente. ¿Que te parece si cuando termine paso por ti?

Está bien, mi amor. Te espero, me avisas cuando salgas.

Está bien. Nos vemos entonces.

Te amo.

Te amo más. Dije y colgué.

Llegué al sitio, pregunté en la recepción y me indicaron donde estaba la persona con la que me cité. Yo simplemente no lo podía creer. Era Susana, después de todo este tiempo, aun seguía insistiendo. Ya me estaba cansado.

¿Que haces aquí? Pregunté a secas.

Uy, pero que seriedad. Siéntate por favor, prometo no quitarte mucho tiempo. Me senté a regañadientes.

¿Y bien? ¿Que hago aquí? No creo que quieras hablar de negocios.

Tienes razón. Dijo. Por cierto, me tome la libertad de pedirte un batido. Espero no te moleste.

Esta bien. Gracias.

Te cité aquí porque quiero disculparme contigo. Sé que mi actitud no ha sido la mejor en estos meses. Mientras la escuchaba, bebí un poco del batido, era de durazno. Mi favorito. Ya me cansé de seguir insistiendo en algo que no va a suceder. Continuó. Y por eso me gustaría pedirte... De repente comencé a marearme y no escuchaba nada de lo que decía. Mis sentidos fallaron, me desmayé y no supe más de mí.

Un portazo me despertó bruscamente. La cabeza me daba vueltas, no entendía que pasaba. Solo 1 año, Gabriela. Sólo eso fue suficiente para ti. Escuche que alguien me decía entre sollozos. Me levante de la cama y al abrir mis ojos vi a Clara al pie de la cama mirándome horrorizada.

¿Clara? pregunte mientras me levantaba y acariciaba mi cabeza con las manos. Mi amor ¿que sucede?

No me vuelvas a llamar de esa manera nunca más.

Pe... No termine la frase. Giré mi cabeza y no podía creer lo que estaba mirando, a quien estaba mirando. Era Susana, desnuda a mi lado. ¿Como paso esto? intentaba recordar como había llegado a eso, pero no lo logré. Mi mente estaba en blanco. Me levanté de la cama y todo me dió vueltas. Intenté acercarme a Clara, pero me rechazó.

No te atrevas a tocarme.

Te juro que esto tiene una explicación, no es lo que tú piensas.

De verdad, si para mí todo está muy claro. Por eso tu cambio de actitud estos días. Porque te estabas acostando con esta perra.

No, Clara las cosas no son así. No me acuerdo de como llegamos aquí. No recuerdo nada de esto.

Sabes que, no me importa ya no quiero escucharte... Adiós. Dijo finalmente y se fue. Intenté seguirla pero mi cuerpo no me lo permitió, me sentía cansada y mareada. Tenía que averiguar que sucedió. No podía perder a Clara por un mal entendido y menos por Susana.

Despierta, vamos. Le dije mientras la empujaba. Despiértate, necesito que me expliques que paso aquí.

Mmm quieres más guapa. Decía Susana, algo adormitada.

Yo no quiero nada de ti. Solo necesito saber que pasó. ¿Que haces en mi departamento? Desnuda y en mi cama.

¿Tú que crees muñeca? dijo bromeando.

Hablo en serio Susana. ¿Como llegamos a esto?

De verdad no recuerdas nada.

No. dije algo ofuscada.

Bueno cuando nos encontramos me contaste que estabas algo cansada de tu relación y querías divertirte. Me invitaste aquí porque sabías que Clara estaba de viaje.

¿Que? eso no puede ser. No lo creo. Me drogaste, ¿verdad? Dime que me hiciste. Le grite. Levántate. La tome por un brazo y la saqué de la cama.

Auch! me lastimas.

No me importa. Quiero que recojas tus cosas y te vayas. Ella empezó a recoger su ropa que estaba regada por la habitación. Vamos, apúrate. Quiero que me dejes en paz. Que desaparezcas de mi vida de una vez por todas. Mientras le decía esto la lleve hasta la puerta, ni siquiera la deje vestirse.

Sabes una cosa Gabriela. Tú vendrás a buscarme, a pedirme que me acueste contigo. Y cuando eso suceda ya veremos quién tendrá el control de la situación.

No le respondí, simplemente le tiré la puerta en la cara. Mi cabeza daba vueltas mientras trataba de asimilar lo que había ocurrido. No recordaba absolutamente y solo una pregunta retumbaba en mi mente.

¿Que hice? Tomé el teléfono y llamé a Clara, no me atendió. Necesitaba explicarle. Pero explicar que, pensé para mí, sino estaba segura de nada. Pero eso no importaba necesitaba hablar con ella.

Llegó la tarde y con ella un vacío comenzó a crecer en mí, en ese instante me encontraba sumergida en las lágrimas y el llanto, me deje caer y me fui quedando dormida. Desperté y todo lo que había era soledad, fui al baño para lavarme y asearme un poco. Estaba decidida a buscar a Clara.

Salí del departamento a toda máquina, comenzaba a oscurecer. Fui a su oficina pero su secretaria me dijo que ya se había ido. Llegando a su casa pude ver como el idiota de Carlos se acercaba, alguien salió a abrirle y pude ver que no era Clara, sino Andrea su mejor amiga. Estacioné el auto. Me armé de valor, salí del auto rumbo a su casa.

Toqué el timbre, y así como se abrió la puerta intentaron cerrarla.

¡Lárgate! ¿Qué vienes a hacer aquí?

Necesito hablar con Clara, dije mientras me abría paso para entrar a la casa. Ella estaba llorando mientras Carlos la abrazaba.

Mi amor, me acerqué y sólo pude sentir un ardor en el pecho del empujón que Carlos me dio. Ella ni siquiera se inmutó.

¿Que haces aquí? Dijo mientras secaba las lágrimas que corrían por su rostro.

¿Podemos hablar? Respondí... A solas, agregué al final.

Está bien, dijo cruzando los brazos. Déjennos a solas por favor. Andrés y Carlos se marcharon a la biblioteca.

Habla. Espetó Clara, defiéndete, es lo que sabes hacer.

Mi amor yo... Al escuchar mis palabras lanzó una mirada llena de rencor... Está bien, Clara, suspire antes de continuar. Por favor confía en mí, te juro, te lo juro por nuestro amor que es lo más importante para mí, que no se que fue lo que pasó. No sé como llego Susana al departamento, es como si una laguna se formara en mi mente. Sé que estas molesta y no te quito la razón, pero yo soy inocente. Dame tiempo, dame tiempo para descubrir que fue lo que pasó...

¡Cállate! Dijo, ni siquiera me dejó terminar.

¿Para que quieres tiempo? ¿Para planear la mentira?

No, Clara. Debes creerme. Yo... Me interrumpió otra vez.

No quiero Gabriela. No me da la gana. Déjame en paz. Aléjate de mí. Me lastimaste, acabaste con mi amor por ti. No me busques. Vete, por favor vete. No digas más. Sus palabras acabaron con la poca confianza que tenía en mi misma. La mirada que dirigió hacía  mi nunca la olvidaré, estaba llena de rabia y dolor. No me quedó más remedio que irme.

Manejé por toda la ciudad sin sentido alguno. Podía sentir como mi vida perdía sentido, Clara me había dejado y por mucho que quisiera seguir buscándola sólo lograría que me odie más. Fui a buscar a Bárbara, sólo ella podía ayudarme, sólo ella me creería.